One Shoot inspirado gracias a la activadad/reto #dramifraseinspiradora de la página de Facebook ~Dramione Fanfics~


No estaba permitido pero ya tenía el giratiempos en mis manos…y a pesar del temblor que se estaba apoderando de todo mi cuerpo, lo agarré con fuerza y lo giré en sentido de las agujas del reloj.

Veinticuatro vueltas, solo necesitaba veinticuatro vueltas para remediar el lío en el que me había metido.

Porque hace veinticuatro horas yo, Hermione Granger, hija de muggles, besé a Draco Malfoy: un sangre pura, el heredero de una de las sagrada veintiocho y la persona que más me odiaba en todo el colegio.

Y no fue un beso no correspondido…No.

Él se aferró a mi cuerpo como si no existiese nada más en el mundo. Como si por un momento solo fuésemos dos almas entrelazadas dónde el estatus de sangre no tenía importancia.

El caso es que ni yo misma se como sucedió, pero desde ese momento no puedo dejar de pensar en él; en como su boca arremetía contra la mía mientras sus manos acariciaban mi espalda por debajo de mi blusa.

Y por Merlín que no quise sentir nada…pero mi cuerpo reaccionó sorprendentemente a sus caricias y besos.

Como si mi cuerpo llevase tiempo esperando por él y por fin encontrase escucha a sus plegarias.

De locos.

Por eso me encuentro con el giratiempos que la profesora Mcgonagall me ha prestado para poder matricularme en más materias entre mis temblorosas manos.

Porque va a ser la primera vez que desobedezca una orden de un profesor.

Mcgonagall me lo dejó claro el primer día: no usarlo en nada que no fuese estrictamente académico.

Pero yo necesito borrar este episodio de mi vida. Necesito volver y provocar algo que me aleje de ese pasillo, que me aleje de encontrarme con Malfoy.

Y aquí me encuentro, esperando a que yo misma salga del Gran Comedor para auto hechizarme por la espalda y con suerte mandarme a la enfermería por una breve indigestión…tampoco es que quiera autolesionarme gravemente.

En cuanto me veo salir seguida de Harry y Ron me escondo tras un tapiz; Sería desastroso encontrarme conmigo misma y tampoco puedo dejar que me vea nadie.

Apunto con mi varita y doy de lleno en la espalda de mi otra yo.

No pasan ni cinco minutos y mi otra yo empiezo a agarrarse a Harry como si estuviese mareada.

Listo, ahora solo queda esperar.

Me digo a mí misma y me dispongo a buscar donde esconderme estas 23 horas que me quedan por delante hasta volver a mi tiempo real.

Imagino, que al evitar el beso una vez que vuelva ni si quiera recordaré haber vuelto por eso…porque no va a suceder y si no sucede no desencadenará que yo use el giratiempos.

Así que espero que salgan todos y se dirijan a sus respectivas salas comunes. Una vez que me veo sola en el pasillo salgo de mi escondite y me encamino a la enfermería para comprobar que mi otra yo se encuentra allí y no piensa salir en toda la noche.

Pero oigo voces por el pasillo y tengo que esconderme en un armario escobero.

—Pobre Hermione…le espera una larga noche, confío en que la señora Pomfrey pueda detener la indigestión.—dice Harry pasando por delante del armario.

—Bueno…esperemos que al menos no intoxique a la Señora Pomfrey—dice Ron riendo y juro que cuando vuelva a mi tiempo le daré una colleja por el simple hecho de burlarse de mi otra yo indispuesta.

Cuando ya no oígo más voces salgo del armario y me asomo levemente a la enfermería.

Y ahí estoy dormida. Tan plácidamente que me siento un poco mal por lo que me he provocado pero, era necesario. No puedo dejar que un beso con Malfoy arruine mi vida.

Evito el pasillo dónde se que estará Malfoy y me dirijo a los baños de prefectos.

Aunque no tengo acceso a él, se la contraseña. Nadie repara en mi cuando estoy en la biblioteca y he escuchado a varios alumnos de quinto y sexto confesársela a sus conquistas.

Así que cuando entro y veo que no hay nadie suspiro tranquila.

Puedo meterme en los vestuarios e intentar dormir un poco en los bancos. Será incómodo… pero no puedo ir a otro sitio donde puedan verme pues supuestamente estoy en la enfermería.

Y de repente escucho una risa que conozco perfectamente bien. Y una voz que hace que se me erice la piel…

—¿Saltándote las reglas Granger?

Y siento que todo lo que he hecho no sirve de nada. Que vuelvo a encontrarme con Malfoy a solas...

—No deberías estar aquí—digo intentando sonar firme.

—Tú tampoco...¿Planeabas una cita romántica con alguien? —dice con expresión burlona y la impotencia me corroe así que me acerco a él movida por la rabia de ver mis planes truncados y también, porque aún tengo el recuerdo de sus labios sobre los míos…para que me voy a engañar.

—Para tu información estoy evitando precisamente eso.

Y no sé porqué he dicho eso. Pero me encantaría contarle la verdad y que se le borrase esa sonrisa de superioridad que tiene. Me encantaría decirle que estoy aquí escondida porque he vuelto 24 horas atrás para evitar besarme con él.

—Aparte de la comadreja…no se quién querría tener una cita contigo.

Y la rabia sigue creciendo y yo sigo acercándome a él porque ahora recuerdo perfectamente lo que me impulsó a dejarme besar por mi némesis. Es su olor…a menta y pergamino, a libro nuevo…a algo nuevo por descubrir.

—No pienso hablar contigo con quien me beso o dejo de besarme.

No sé porqué he dicho eso pero veo como sus ojos se abren por la sorpresa.

—Así que no eres una santurrona como todos creen— y su voz tiene un tono de intriga que hace saltar todas mis alarmas.

—Esta conversación se ha terminado. No pienso seguir hablando contigo—digo alejándome hacia los vestuarios pero antes de darme cuenta lo tengo cortándome el paso.

¿Cómo ha llegado tan rápido?

—¿Nerviosa Granger?—me pregunta sonriendo.

Y necesito demostrarme a mi misma que puedo con esto. Que puedo evitar caer de nuevo en sus redes así que me acerco a él, demasiado. Y noto como se pone nervioso.

—Me parece que aquí el que está nervioso eres tú.

Los músculos de su cuello se tensan y noto como aprieta los dientes.

Nos quedamos mirando fijamente, ninguno nos movemos de nuestro sitio, frente a frente.

Demasiado cerca para sentir como nuestros alientos chocan por nuestras respiraciones agitadas.

—No veo porque debería estar nervioso…solo eres una sabelotodo insufrible.

—Y tú un cobarde.

—¿Un cobarde?

Sus ojos están clavados en los míos. No puedo apartar la mirada y siento un cosquilleo en la barriga porque sé lo que va a pasar, sé que esto ha sido una muy mala idea pero aún así contesto.

—Un cobarde porque no eres capaz de admitir que estás aquí porque me has seguido, que estás aquí porque prefieres meterte conmigo que reconocer que te mueres por besarme.

Y sí.

He vuelto a decirlo.

He vuelto a decir las mismas palabras que dije en el pasillo y por las que volví con el giratiempos.

Porque se que esas palabras son el detonante de lo que va a volver a pasar.

Así que cuando Malfoy atrapa mi boca con la suya no me sorprendo.

Cuando me empuja con su cuerpo contra la pared tampoco.

Y cuando empieza a acariciar mi espalda por debajo de mi blusa sé que estoy totalmente pérdida…porque esta vez, soy consciente de lo que estoy haciendo.