Disclaimer: Los personajes y el universo le pertenecen a JK Rowling.
Solo la trama es mía.
No obtengo ningún beneficio económico ni lucrativo de algún tipo al escribir este fic.
Aviso: Este fic participa en el Reto #76: "Celebrando los 500,000 posts" del foro Hogwarts a través de los años.
La palabra escogida es Neón.
Una noche difícil.
Harry había mejorado desde que tenía a Rekia, su dálmata de apoyo emocional.
No había sido de inmediato, por supuesto, pero a sus tíos les alegraba que poco a poco volviera a ser el niño risueño al que estaban acostumbrados. Había pasado por algo horrible y sabían que las cosas no serían igual, pero mientras Harry mejorase...
Una noche los Dursley se despertaron al escuchar un grito. Estaban acostumbrados porque en los últimos meses Harry tenía pesadillas debido al atropello.
Cuando llegaron a la habitación, se quedaron mirando a la perra rosa neón que les miraba desde la cama de su sobrino.
-Oh, Harry. -Petunia se acercó y le acarició la cabeza. -Tranquilo. estamos aquí. ¿Quieres hablar de ello?
Harry negó con la cabeza.
Petunia sabía que se lo contaría a Rekia más tarde.
También esperaba que el rosa neón desapareciera del pelaje de la perra porque no era un color normal y habría preguntas.
