-Rias, por favor cálmate- Shiro nervioso y algo sonrojado trato fervientemente de alejar a Rias, la cual estaba muy cariñosa, desde el momento que llego hasta el momento donde fueron a la mansión, Rias no se había alejado ni un centímetro de Shiro, casi desesperada de perderlo nuevamente si se alejaba de él.

-¡no! te iras y me dejaras, desde ahora estaremos juntos para siempre- sus brazos que se aferraron a su cuello se apretaron con mayor fuerza, Shiro sintió el dolor en sus palabras no dándole mucha esperanza a que ella cediera y lo soltara, pero aun así tenían una reunión a la cual asistir que para su desgracia se llevó en su habitación. En un principio pensó en solo llevar a Rias a su habitación para luego tener una conversación además de dejarla descansar, pero ella se volvió tan terca que se aferró a él como si fuera un koala, para su pesar ella no estaba pulcramente vestida.

Con medias negras largas, una falda corta que apenas cubría su trasero y una blusa negra, hizo imposible que se vea adecuada para la reunión –porque están aquí, podemos hablar en otro lado- nervioso Shiro evito estremecerse cuando los labios de Rias estaban tocando su cuello, llegando incluso a morderlo dejando varias marcas muy visibles –Shiro, sé que te estoy dando algo que muchos matarían en tener, pero si no te alejas de esa perra en este instante-

Asia que tenía en mano una pistola la comenzó a apuntar en dirección de Rias que solo la miro de reojo como si no le diera mucha importancia, cosa que molesto más a Asia que estaba a punto de disparar. Pero Sona que había tenido suficiente con el espectáculo camino hasta Rias logrando empujarla y separarla de Shiro, cosa sorprendente ya que Sona no fue afectada por la barrera, pero cuando todos pensaban que el drama había termino. Sona se inclinó y comenzó a besar el cuello de Shiro para la incredulidad de todos que miraban como Sona, la chica estoica y seria lamia la saliva de Rias que aún se deslizaba del cuello.

-eso es mío, déjalo- irritada Rias se levantó invocando su poder de la destrucción en una mano, pero al igual que ella, Sona fue terca cuando la ignoro -¡suficiente!- lanzando una descarga eléctrica, Olga entro en la habitación con una vena palpitando en su frente, detrás de ella, Saber y Archer miraban divertido el espectáculo.

Sona y Rias cayeron al suelo inmóviles por la descarga desprendían humo de sus cuerpos o talvez solo fue vapor, pero la cosa es que ambas estaban temblando en el suelo –escucha idiota, agarra a tus mujeres y déjalas en la cama, tenemos que hablar- asintiendo con la cabeza Shiro agarro a las dos chicas tiradas en el suelo para luego dejarlas en la cama, aunque electrocutadas, aún estaban conscientes de todo su alrededor, pero incapaces de mover un musculo.

-ara ara, me gustaría que me enseñaras ese hechizo Olga- Akeno por otro lado miro divertido la interacción de Olga que solo la volteo a ver de reojo –calma tus hormonas pervertida o te enseñare un mundo de dolor-

-¡ay! Que agresiva- lamiéndose los labios, Akeno miro divertida a Olga que se sonrojo por la interpretación de sus palabras –creo que los juegos han terminado, podemos comenzar- para la sorpresa de Xenovia que miraba todo en silencio, Irina fue la que inicio la reunión improvisada en una habitación tamaño rey.

-porque no vamos a la sala, hay más asientos- Shiro trato de alejar a todos de su habitación, ya que no sabía que encontrarían al abrir esas cajas, las cuales estaban repletas de nuevas ropas por parte de Asia y Akeno –no hay necesidad de eso, podemos hablar aquí y ahora, no tardaremos mucho- Irina implacable se paró firme llamando la atención de Olga que ya había investigado un poco a la chica de dos coletas, Olga soltando un suspiro asintió chasqueando los dedos, acción que provoco, que Archer materializara una silla de cuero para Olga, algo que la hacía lucir como jefe de una mafia, una mafia que se reunía en la habitación de dos pervertidas.

Con una señal de mano por parte de Olga, Irina dio un paso adelante listo para comenzar –me gustaría dar las gracias por recibirnos a estas horas, pero el mensaje que tengo es muy importante- lamiéndose los labios miro una vez más a Issei, el cual estaba mirando a Rias, sobre todo los dos pedazos de carne que subían y bajaban cada vez que Rias tomaba aire.

-cómo deben de saber mañana se dará a cabo la reunión de facciones donde los líderes de los tres bandos se reunirán y verán un posible tratado de paz, la iglesia nos mandó como sus representantes además de servir como guardas para Lord Miguel que será el vocero de nuestro señor, pero también se nos encargó darles esto como una muestra de nuestra sinceridad a una posible alianza y darle fin a la disputa entre nuestras facciones- dando un paso atrás ella y Xenovia levantaron los dos estuches negros.

Al abrir los dos estuches mostraron el contenido a los demonios presentes que estaban separados en dos bandos, cuando vieron el contenido de los estuches dieron un paso atrás por el temor primigenio que les provocaba, pero Asia lucia algo confundida al ver las dos espadas presentes, una la reconoció como la Excalibur re forjada y la otra espada no la conocía, siendo esta última espada que afecto a Issei de forma negativa, haciendo que se agitara y sostuviera su pecho con temor, todos estaban sorprendidos por las armas, pero había uno que mostraba su molestia.

-a esa cosa osas llamar Excalibur- el odio y descontento de archer era muy notoria ganándose las miradas molestas de Irina y Xenovia que no permitirían ese insulto –como te atreves a insultar las armas de la iglesia maldito hereje, no pienses que por estar en con ellos no serás castigado- con una leve sonrisa cruzó sus brazos desafiante –acaso piensas que necesito protección- del otro estuche Xenovia saco su Excalibur ganándose la mirada más fría por parte de archer que estaba listo para destruir esas copias baratas de Excalibur, incluso el mismo nombre era un insulto para esas espadas.

-que haces archer- repentinamente archer se congelo al notar como su maestro lo miraba, ella estaba empezando a sospechar algo sobre su arquero que se petrifico ante un acto tan lastimero, chasqueando los dientes se desmaterializo en motas de luz no dispuesto a aceptar que su actitud fue tan similar a la que usaría un idiota con sueños de ser un héroe de la justicia.

-pero qué demonios, a donde se fue- Xenovia miro a todos lados sorprendida por como el hombre en frente suyo desapareció en motas de luz –no te preocupes por él, solo está comportándose como un idiota- irónicamente Olga desvió la mirada a Shiro que estaba viendo las espadas. Al notar la mirada de Olga este se sintió ofendido.

-algo que decir Olga- con una sonrisa nerviosa, Shiro evito ser provocado por Olga que sonrió desafiante –nada importante Shiro, continua Irina-

-bien, por órdenes del cielo se entregada a la antigua santa Asia Argento la espada re forjada- Irina sacando del estuche la Excalibur re forjada se la entregó en las manos de Asia que se mostró confundida, si bien era una espada capaz de lograr ciertos trucos, no lograba entender porque le daban esa espada a ella, sobre todo, porque ella no había acabado en buenos términos con la iglesia y por ende el cielo, además que su entrenamiento con armas no estaba echo para las espadas de dos manos.

Confundida y sin saber que hacer desvió la mirada a Shiro buscando alguna indicación, pero se congelo cuando vio la cabeza de Rias y Sona en el regazo de Shiro, los dos demonios se las habían ingeniado para arrastrarse y llegar al regazo –continuando, esta arma en especial fue más que un presente por parte del mismo Miguel, el desea que el portador de esta espada tenga la amabilidad de contestar algunas preguntas cuando llegue el momento- sacando la espada se la entregó a Shiro que estaba sentado -¿Por qué a mí?-

Confundido pensó en rechazar la espada, pero cuando el mango de la espada llego a tocar su piel, este comenzó a quemarse, ganándose la mirada estupefacta de las dos exorcistas –pero qué demonios- retrocediendo Irina se preguntó que estaba pasando –Shiro suéltalo- Akeno asustada trato de alejar la espada de Shiro, pero al tocar un poco el mango grito de dolor dando un paso atrás con sus dedos quemados.

-interesante- en cambio Olga estaba muy atenta a la espada y a la condición de Shiro por cómo no se estaba quemando como Akeno, agarrando con fuerza la espada la giro en el aire como si fuera un palo, el humo que desprendía de su palma poco a poco desapareció hasta que no hubo ningún problema –como es posible- Akeno con dedos temblorosos se acercó para ver de primera mano la piel de Shiro –Akeno senpai aléjate de él, te lastimara- Issei por otro lado se acercó para detener a Akeno, pero en su imprudencia cayó al suelo cuando el pie de Asia se interpuso.

-tonta, te lastimaste- Shiro por otro lado al ver a Akeno, miro sus dedos negros, era muy evidente que la espada era sagrada para poder ocasionar ese tipo de daño a un demonio como ella –no te muevas- dejando la espada a un lado agarro con su mano los dedos de Akeno que lucían quemados –no te preocupes, Asia podrá curarme- algo sonrojada por como Shiro se preocupaba por ella pensó en retroceder, pero la mano de Shiro la sostuvo con tanto cariño que no pudo moverse.

-no te hagas a las valientes, sé que te duele- agachándose beso los dedos quemados de Akeno ocasionando que la carne quemada cayera como si fuera una costra –¿te duele?- dando una sonrisa cariñosa Akeno no podía soportar más, agachándose le planto un beso en la mejilla, algo que sorprendió a muchas de las presentes, pero sobre todo Issei que miraba estupefacto.

Preguntándose porque todas estaban preocupadas por el idiota de rojo, acaso ser el portador del bostead gear no le daba la oportunidad de tener un harén como draig lo había mencionado una vez, que tenía ese idiota ególatra que el no, si tan solo le dieran una oportunidad él podría llegar a enamorar a todas las chicas de la habitación, él sabía que su destino era ser el rey harén. Pero alguien más estaba tratando de quitarle su sueño.

-porque te dañaste padre Kotomine- Irina que estaba confundida pregunto incapaz de ocultar su curiosidad, pero sobre todo Olga estaba muy pensativa –mmm veo que tu cuerpo está adaptándose a todo lo que te dañe- levantándose de su asiento Olga camino hasta Shiro mirando detenidamente la espada para luego levantarla, cosa que le costó por el peso de esta.

-cómo es posible que la levantes tan fácilmente- agitada dejo la espada en su lugar, girando la cabeza supo que la espada era muy especial -¿Cómo se llama la espada?- Olga ya sabía que era una especia de noble phantasm por el poder que irradiaba, pero también sabía que al estar en un mundo diferente la espada tendría un rango diferente ¿acaso esa espada era un sacred gear? Pensativa Olga miro a Irina que no dejaba de ver a Shiro –la espada es Ascalon- recomponiéndose retrocedió mirando el listón en su brazo –mencionaste que estas armas son como un presente, pero quien las ha enviado- Olga que desconfiaba de la iglesia, estaba dudosa de que ellos regalaran dos armas súper poderosas a sus enemigos solo para que asistan a la reunión.

-las dos espadas fueron un presente de nuestro señor, Lord Miguel en persona nos encomendó la misión de entregar estas espadas- Olga comenzaba a sospechar que algo andaba mal, aunque no fuera un devoto o creyente de alguna religión, sabía que el mensajero de dios era Gabriel y no miguel –ya veo, pero siento que nos estas ocultando algo mas- esta vez Xenovia dio un paso adelante –la iglesia nos pidió formar algún tipo de vínculo con el padre Kotomine, no importa si es de trabajo o de concubinas-

A esa respuesta toda la habitación se sumió en el silencio –como te atreves- Rias que ya estaba recuperada se levantó de la cama muy molesta –la iglesia no tiene ningún poder para hacer que te acerques a mi querido esposo, así que te pediré que te alejes de él, si no quieres morir-

Asia que ya estaba cansada por las palabras de Risas se dio la vuelta apuntando su espada al cuello de Rias –tu tampoco te creas la gran cosa Gremory, él es mi esposo- a punto de estallar una batalla Olga llamo la atención cuando lanzo un rayo a Shiro que curiosamente golpeo a Asia y Rias –mmm es extraño parece que el rayo no te afecta como antes-

Con el dedo levantado como si fuera una pistola volvió a apuntar a Shiro lanzando un segundo rayo que esta vez fue más fuerte –Olga que te pasa- algo conmocionado por la electricidad Shiro se levantó de la cama dejando caer a Sona al suelo –vez, tenía razón, es como si llegaras a tener más resistencia con cada ataque- satisfecha con su teoría Olga se levantó de su asiento.

-bueno Shiro, ya que la reunión será mañana yo me iré a preparar, trata de arreglar tus problemas ahora con…- con su dedo señalo a todas las chicas en la habitación, claro que evito apuntar a las dos exorcistas –Olga espera- Shiro detuvo a Olga del brazo como si quisiera que se quedara, pero Olga que tenia una imaginación amplia le llegaron muchos escenarios, pero el que más resaltaba era uno donde el, la jalaba a la reunión mencionando a todas las chicas que Olga fue su primera esposa, su primera amor y que ella debería guiar el harén.

Sonrojada y muy avergonzada se zafo del agarre –pervertido como te atreves- dando una bofetada Olga salió corriendo más por vergüenza que otra cosa dejando la habitación en un silencio sepulcral, el silencio fue tal que lograron escuchar a Shiro –yo solo quería agradecerte- suspirando Shiro se recostó sobre la pared mirando a todas las figuras en la habitación.

-bueno, ella tiene razón, tenemos que dejar las cosas claro de ahora en adelante- Asia que levanto la espada para llamar la atención señalo a las dos exorcistas y a Issei –si no les importa quiero que se vayan- las dos exorcistas, aunque confundidas solo asintieron, sabían que su trabajo había terminado y solo tenían que esperar a mañana –presidenta, no se deje influenciar por ese idiota, solo la busca por su cuerpo, por su trasero y sus grandes pechos- casi en un fervor religioso, Issei proclamo la verdad del asunto.

Irina que había escuchado las palabras de Issei se molestó, era muy decepcionante como Issei trataba de meterse en una relación que declaraba su amor abiertamente –basta Issei, dices eso, pero hasta ahora solo tú no has dejado de ver mi cuerpo- Rias cerró los ojos calmando su ansiedad, por mucho que ella deseara que Shiro la viera y acariciara todo su cuerpo, sabía que el solo la golpearía en la cabeza y le diría (pervertida) una acción tan infantil que demostraba su amor de forma sana, no como Issei que siempre quería estar a su lado devorándola con la mirada cada vez que podía.

-eso no es verdad, yo solo trato de protegerlas, a todas ustedes para que no caigan en sus garras- con los brazos extendidos Issei pensó y creyó, se imaginó que al decir su declaración todas abrirían los ojos y correrían a sus brazos para que el las protegiera como usuario del bostead gear, pero lo único que se gano fue una patada por parte de Rias y Asia que se movieron a gran velocidad y sincronía como si fueran futbolistas dando un punta pie al trasero de Issei que salió volando por la ventana, la ventana se rompió en el proceso dejando la marca de un persona, pero ver a Issei volar por un ataque combinado fue más llamativo, Asia y Rias incluso llegaron a mirarse a los ojo como si sus mentes se hubieran conectado.

-era necesario usarlo como balón para destruir la ventana- Shiro por su lado miro divertido la acción de Rias –claro, sé que si seguía hablando tú lo abrías echo cosas peores, es mejor que sea castigado por mí que gane odio así ti- rascándose la cabeza miro a Asia que cerraba la puerta de la habitación.

-nya acaso planeaste una fiesta sexual- Kuroka que volvió a su forma humana se recostó sobre la cama con una pose demasiado sugerente como para ser ignorado –Shirone nya, ven aquí, necesitare tu ayuda para tanto amor, nos turnaremos para resistir sus estocadas- lamiéndose los labios Kuroka extendió la mano a Koneko que tenía el rostro sonrojado.

-gata pervertida, debí esterilizarte cuando tuve la oportunidad- Asia molesta y asqueada por la forma de Kuroka levanto su espada lista para usarlo como un bate de béisbol.

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Caminando a fuera de la mansión Irina miro el camino empedrado –Xenovia porque les dijiste de la misión, sabes lo importante que es- encogiéndose de hombres coloco sobre sus hombros su espada –no pensé que se molestarían, creí que el padre Kotomine no tendría problemas en aceptarnos como sus esposas-

-eres una tonta ¿no?, acaso no entendiste nada-

-cómo iba a saber que nos rechazarían- suspirando Irina se agarró la frente molesta –tu no entiendes, no importa, mañana todo se resolverá- ambas continuaron con su camino sintiendo el frio de la noche –crees que la paz sea imposible- Xenovia que no entendía de sutilezas hablo curiosa –no lo sé, talvez haya una posibilidad si los demonios permiten que el padre Kotomine tenga más esposas-

-¿Por qué debemos ser sus esposas?-

-¿aún no lo entiendes? Es como una boda arreglada, con este compromiso podríamos apelar el lado bueno de Gremory para que su esposo tenga más esposas, si llegamos a conseguirnos la confianza de Gremory la paz podría ser una opción y la única forma de acercarnos a ella es por medio de su esposo-

-pero ella parece molesta que Shiro tenga más esposas, viste su mirada-

-si lo hice, pero es nuestra misión si queremos alcanzar la paz-

Mientras discutían Irina se detuvo al escuchar una voz familiar –como es posible, porque la presidenta no abre los ojos, soy su mejor opción- Issei que levantaba su mano como si tratara de sostener algo, creo varias corrientes de viento a un árbol cercano, curiosamente la corteza del árbol recibía varios cortes que mostraban el avance de su entrenamiento.

Irina que estaba escondida detrás de otros árboles miro atentamente a Issei, esta era la primera vez que estaba solo y que podría llegar a hablar con él, pero antes de dar el primer paso para que su antigua amistad pudiera volver a resurgir, el guante del dragón hablo.

(escucha, es posible que ese sacerdote tengo algún tipo de habilidad que niegue las mías)

-qué tipo de poder, nunca lo vi usar su magia o que mierda usé-

(veo que aún no lo entiendes)

-entender que, tus malditas feromonas que dijiste que me darían un harén no han hecho nada, no logre conquistar a ninguna chica y nadie se me acerca, todas las chicas que llego a conocer están locas por ese maldito pelirrojo-

(es posible que ese pelirrojo tenga una habilidad de alfa, como dragón tengo la habilidad de influir poder y temor, pero al tener portadores humanos esa habilidad se modifica para cumplir el deseo del portador)

-me estás diciendo que no deseo lo suficiente los pechos de la presidenta, el cabello rubio de Asia, el trasero de Akeno, ese frágil cuerpo de Koneko, maldita sea tú debes estar equivocado, mi deseo de tener sus cuerpos es muy grande, como me gustaría hacer que la cara de Tsubaki se llenara de dolor- apretando los dientes y babeando, Issei comenzó a fantasear de una forma muy perturbadora, todo siendo visto por las dos exorcistas que miraron incrédulas como ahora Issei sacaba su celular, donde tenía una foto de Rias semi desnuda.

Irina que tenía una pequeña esperanza de cambiar y reformar a Issei desapareció en el momento que se bajó el pantalón –presidenta- casi susurrando y con la baba chorreando de sus labios Issei comenzó a darse amor propio. Irina dándose la vuelta se alejó con Xenovia a su lado, volviendo a la salida de la mansión Irina se presunto que estaba mal con Issei.

Desde que eran niños sabía que Issei era un pervertido de primera, pero verlo y decir cosas tan desagradables hizo que lo odiara. La primera vez que conoció el lado oscuro de Issei fue en el momento que lo llevo a su cuarto para enseñarle varias revistas para adultos que había sacado de un basurero.

Cuando era una niña nunca entendió porque a Issei le gustaba esas revistas, más cuando ella era una chica, pero a él no pareció importarle, como si ella solo fuera alguien molesto que lo acuso con sus padres, pero ahora entendía que su amigo había muerto hace mucho, la persona que estaba reclamando molesto al dragón capaz de asesinar a un dios ya no era su amigo.

Como podría serlo después de escuchar como el planeaba usar el poder del dragón para atraer a las mujeres a su lado, ese pensamiento fue tan asqueroso que casi vomita, como algo tan despreciable podía ser incluso considerado humano –te encuentras bien Irina- Xenovia que estaba tranquila se paró en frente de Irina que soltaba algunas lágrimas.

-yo estoy bien-

-no lo estas- rápidamente Xenovia corto los pensamientos de Irina que fue abrazada, sentir ese pequeño consuelo hizo que se derrumbara, sollozando Xenovia acaricio el cabello de Irina, ella sabía que a Irina le gustaba su amigo de la infancia, un amor que tuvo que dejar atrás cuando se distanciaron de Japón, incluso cuando llegaron a conocerse.

Xenovia vio la foto que tenía Irina y que guardaba como un tesoro, demás era decir que a Irina se le rompió el corazón al ver a su primer amor desear a las mujeres de otro solo por su cuerpo, en el discurso de Issei nunca llego a mencionar algo como los sentimientos o algo que la hiciera pensar diferente –cálmate Irina, estoy seguro que Shiro no tiene esa presencia de alfa que decía el pervertido-

Irina por más molesta que se sintiera por la mención de ese otro tema, solo puso soltar una risa triste, casi como si la hubieran abandonado en el altar y que repentinamente apareciera su enemiga cayendo encima del pastel, sentía tanto dolor como diversión del momento, más cuando sabía que el padre Kotomine era uno de los principales activistas en alejarse de los demonios –lo dices enserio, yo-

-cálmate, solo jugaba, tú no eres de las chicas tristes y serias, ser seria es mi trabajo, tu eres la chica divertida y animada que ilumina la habitación, no te dejes influir por ese degenerado en potencia- alejándose del abrazo Xenovia sonrió feliz al ver como Irina soltaba lagrimas con risas felices, mostrando después de mucho tiempo una sonrisa radiante como solo ella sabía hacer –que te parece si vamos a comer una parrillada-

Xenovia propuso a Irina que estaba soltando un suspiro cansado –claro, creo que vi uno debajo de un puente- más animada y sonriente Irina agarro la mano de Xenovia llevándola a las afueras de la mansión –estas segura- desconcertada Xenovia miro con cautela la zona donde estaban, algo alejado de la ciudad y de las personas –claro, porque preguntas- retomando su actitud feliz Xenovia hizo una señal a un poster que señalaba la inauguración un nuevo museo –no sé, talvez te vuelven a engañar y nos quedamos sin dinero- empezando a correr Xenovia tomo distancia de Irina que la siguió por detrás con un puchero en la cara –Xenoviaaaaaa-

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-aun no puedo entender cómo es que Asia está de acuerdo con todo esto- cansado por tanto estrés, Shiro camino agarrado de la mano con Akeno y Rias ambas sosteniendo sus manos.

-fu fu fu tranquilo Shiro, que culpa tenemos que hayamos ganado el sorteo- Shiro se giró levemente mirando con incredulidad a Akeno –no soy un premio sabes- suspirando sus músculos se aflojaron por la depresión –que diría mi padre si me ve en este estado-

-diría algo como: para cuando mis nietos no me hago joven- Rias esta vez se sonrojo por su chiste, Akeno solo sujeto el brazo con mayor fuerza –creo que diría algo así- Shiro sabía muy bien que, a pesar de una vida como genocida en potencia, a su padre le hubiera gustado verlo formar una familia, casi como su hermano Kirei –ara ara, es eso una propuesta- Akeno aprovecho el momento para a avergonzar a Shiro que solo soltó un suspiro cansado, vivir con tantas mujeres que lo molestaban era casi peor que vivir con su sobrina Caren.

-bueno, que aremos ahora- la pareja de tres que había salido de la mansión se encontró en la parte más nueva de Kuoh, una nueva zona que los residentes usaron para reconstruir varios de sus hogares en la zona cero –bueno, tenemos al menos una hora para divertirnos, ya sabes-

Apegándose como un chicle Akeno trato de besar a Shiro, pero Rias la aparto –cálmate Akeno, no es el momento para hacer eso- asintiendo con la cabeza busco con la mirada los anuncios que sobresalían de los carteles –no veo ningún hotel presidenta- para el fastidio de Shiro, Rias asintió con la cabeza al ver su celular –no veo ningún hotel cercano, podríamos ir a visitar tu templo Akeno- la sugerencia de Rias hizo que Akeno aflojara su agarre –lamentablemente la batalla llego a dañar el lugar, esta derrumbado e imposible de usar-

-esto es injusto, solo una hora para nosotras y el tiempo se acaba-

-presidenta que tal si vamos a un parque o un baño público-

Ante la sugerencia de Akeno, las mejillas de Rias se tiñeron de rojo un poco avergonzada por las fugaces imágenes –hacerlo en público- casi susurrando, miro de reojo un callejón.

-basta ustedes dos- casi gritando Shiro se alejó de ambas y se plantó en frente –no aremos nada de lo que se imaginan, Akeno no pensé que fueras tan degenerada- la chica solo sonrió con malicia antes de señalar una tienda de mascotas para la confusión de los presentes –acaso prefieres sacarme a pasear con un collar en mi cuello que diga algo como: propiedad de Shiro-

Cansado y derrotado Shiro se alejó de ambas chicas, tomándose un tiempo para sí mismo, después de una pelea involuntaria y que Asia se auto proclamara como la líder del harén, llegaron a tener una charla de como llevarían los horarios para estar con él. Cuando reclamo y menciono que no era un juguete fue ignorado incluso por Asia que sugirió una pequeña cita de una hora en la ciudad, prohibiendo el acto sexual y todo lo referente a terminar bajo las sabanas.

Para la sorpresa de todos e incluso de Sona que estaba haciendo equipo con Tsubaki, Rias no llego a objetar o reclamar nada, casi como si los varios intentos de suicidio no hubieran ocurrido, aunque confuso, aceptaron con rencor como la suerte de Gremory bendecía a Rias y Akeno que formaron equipo.

Alejado de las dos súcubos miro brevemente la calle y como las parejas salían a la calle a una cita, era tan extraño ver a una pareja de dos que casi le da una crisis existencial, como era posible que, a pesar de tener el sueño de todo hombre, no se sentía feliz con la decisión.

Confuso por sus pensamientos intrusivos escucho como un auto deportivo se estacionaba a su lado –hola guapo, cuanto por un privado- volteando al origen de la voz se congelo al ver como Akeno sonrisa divertida –de donde sacaron el auto- casi curioso y cansado se acercó al auto y miro al conductor que era Rias con unos lentes negros –lo compre- como si fuera la cosa más obvia inclino los lentes para que sus miradas se cruzaran –siempre he querido conducir un auto de noche- sin saber que decir cerro la boca y se alejó un poco.

-de echo es algo muy sano y aceptable- casi como si no quisiera aceptar sus palabras suspiro, era a decir verdad una actividad sana que no terminaría en actos sexuales –espero que se diviertan- alejándose del auto comenzó a caminar, pero el auto lo seguía –vamos Shiro, venimos a recogerte- antes de que hablara y rechazar amablemente la propuesta, Rias se asomó un poco –recuerda que nuestra cita no ha terminado, aún tenemos cuarenta minutos más antes de que tengamos que volver a la mansión-

Sin poder objetar ante esa lógica asintió, al darse la vuelta busco la manera de entrar en el auto, pero no vio ninguno, además que los dos únicos asientos estaban ocupados, con un signo de interrogación sobre su cabeza se preguntó dónde se sentaría, pero no hizo falta esperar mucho cuando Rias salió del auto –vamos Shiro siéntate- aunque confuso entro en el auto buscando un tercer asiento donde entraría Rias, que ingenuo fue al pensar que ella no aprovecharía el momento.

Una vez acomodado en su asiento, Rias se sentó encima de Shiro con las piernas extendidas, casi como si fuera una hamaca, Rias acomodo su cabeza sobre su pecho, sus manos mismas llegando a tocar su barbilla –vamos Shiro conduce- antes de que Shiro dijera algo, dos personas se asomaron por la ventana –vaya, que tenemos aquí- dos hombres jóvenes de cabello rubio y piel morena se asomaron por la ventana viendo a Rias y Akeno.

Sus brazos musculosos fueron notorios cuando se apoyaron en el marco de la ventana –oh, parece que sufres de un problema de espacio chico, que te parece si llevamos a una de tus chicas a casa, ya sabes, para que vayan más cómodas- Akeno que mantenía una sonrisa coqueta miro al chico al lado suyo –que dices preciosa, nos acompañarías, es posible que te diviertas- con una mano en la mejilla, Akeno inclino la cabeza –no gracias estamos bien-

-vamos querida, sé que la pasaras bien- insistente el chico estaba colmando la paciencia de Akeno que suspiro resignada –no gracias, te hace falta treinta centímetros para hacerme pasar un buen rato- con una señal de sus dedos que mostraban algo pequeño cerro la ventana.

El chico furioso grito de ira –maldita perra como te atreves- golpeando la ventana trato de abrir la puerta, pero esta no habría, molesto se giró para ir por Shiro –chico, yo que tu salía de aquí- con una sonrisa burlesca el chico que coqueteaba con Rias se hizo a un lado, pero cuando el chico que trataba de ligar con Akeno metió su mano para abrir la puerta fue detenido por Shiro que sostuvo su mano –largo de aquí insectos-

Apretando la muñeca del chico, el sonido de hueso rompiéndose fue muy audible, lo segundo que se escucho fue el llanto de dolor de un chico, con la mano manchada de sangre agarro el volante del auto –vámonos- sin mirar atrás empezó a conducir lejos del lugar a gran velocidad.

-ara me defendiste otra vez Shiro- Akeno se inclinó hacia el lado del conductor divertida –eso merece un premio- dejando el cinturón de seguridad a un lado Akeno llego a apoyarse al lado de Shiro –déjate de juegos Akeno, no necesito nada- molesto Shiro solo acelero el auto, con la ventana abierta el cabello de Rias se elevó –hiciste más que eso celosito- Rias aprovecho su posición para oler el aroma de Shiro –me vuelves loca Shiro, si sigues actuando como un héroe puede que no me resista-

-es una amenaza o un premio- divertido por sus palabras miro el auto rojo completamente nuevo –no preguntare cuanto gastaron en esta cosa, pero como lo consiguieron tan rápido, solo me adelante un poco- Rias solo se burló divertida –el poder del dinero Shiro, mi hermano me dio una pequeña recompensa por cerrar algunos tratos con los Phoenix- levantando una ceja espero que continuara –tranquilo todo está bien- con ojos llenos de locura recordó sus preparativos en el infierno y la pequeña sorpresa que le daría a Shiro –solo un poco más- susurrando cerro los ojos cansada –parece que se durmió- Akeno comento divertida como Rias dormía muy tiernamente.

Repentinamente Shiro se estremeció cuando la mano de Akeno bajo a sus pantalones –que haces Akeno déjame- alterado trato de mover la mano, pero como estaba conduciendo no pudo escapar –vamos Shiro, solo te estoy dando tu recompensa-

-si sigues, estrellare el auto- entre movimientos bruscos el auto siguió su camino por la ciudad.