Hola Hola! Aquí llego yo con un nuevo capitulo de esta historia, gracias a todos los que me dejan comentarios o siguen esta historia, es lo que me anima a seguir haciendo esto. Un saludo de mi parte y Emiko a Drimax que siempre me comenta, gracias!. Bueno ahora no me siento muy bien que digamos, asique me desahogare en este capitulo.
Los personajes NO me pertenecen.
Pd: no se me ocurría ningún buen titulo xD
Padre e hija.
-¿no dejarás pasar a tu querido padre? No recuerdo haber enseñado a ser así.
Arlong no esperó respuesta y empujó a Nami entrando por la fuerza. Como si fuera su casa, agarró una manzana que estaba en una mesita de un plato de cristal y se sentó en el sillón con los brazos extendidos.
Nami dejó la puerta junta sin cerrar, por precaución y se volvió hacia el con un brazo en la cintura, el otro aún tenía escondido el tubo azul de fierro, Arlong no se había percatado de que lo tenía, aún.
Con una mirada llena de odio dijo:
-No lo recuerdas porque nunca me enseñaste nada, solo te preocupaba tu querido alcohol, todo lo que aprendí fue gracias a Bellemere-san, maldito bastardo.
-oye oye, ¿así es como tratas a tu padre?- Arlong sonrió, mostrando sus dientes medios afilados.
Era un hombre súper grande, tenia nariz larga, media puntiaguda, sus dientes también eran un poco así, tenia el pelo corto y ojos negros, vestía pantalones de franela negros, zapatos negros y una camisa abrochada hawaiana amarilla con diseños azules.
-No te atrevas a llamarte así nunca mas, no lo mereces.
Nami agradecía internamente que Emiko no ha hecho ningún ruido que la delataría que había alguien más presente, no sabía que seria capaz de hacerle Arlong.
Por la otra parte, Emiko se encontraba apoyada en la puerta, con las piernas flexionadas, los brazos alrededor de este y la cabecita escondida, no sabia que estaba pasando, pero un mal presentimiento la hacia sentir más asustada de lo que estaba, solo quería que quien estuviera afuera con su mamá, se fuese tan rápido como había llegado.
-Mami.. Tengo mucho miedo – murmuraba - papi, te necesito – repetía sucesivamente.
De vuelta con Nami, miraba con desprecio a Arlong, que solo se reía por la respuesta de su hija.
Al ver que no diría nada, interrogó:
-¿Cómo sabías donde vivía, estúpido alcohólico? - de verdad lo odiaba, no podía dejar de insultarlo.
Él, pasando por alto todo lo que lo reprochaba, contestó:
-Tu querida ''Bellemere-san'' - decía haciendo comillas con los dedos – fue la quien me dio tu dirección.
-eso es una total mentira, ella nunca haría eso- defendió.
-bueno, no sirvió decir cosas como: ''estoy tan arrepentido'' ''quiero remediarlo'' ''la extraño tanto'' , asique solo tuve que golpearla con la guardia baja y ver su agenda.
Nami apretó el tubo de fierro con mas fuerza.
-¿Cómo te atreves? - ya no podía mas con la rabia.
-¿Qué? - soltó una carcajada - ¿quieres recordar tu pasado? - termino sonándose los dedos que están en forma de puño.
FLASHBACK:
Nami de 8 años, tenia un dibujo en su mano, y caminaba a una mujer muy hermosa, de cabello naranja, tenia un vestido blanco muy sencillo y un delantal floreado, tenia unas pecas en la cara y ojos color chocolate.
-Mami, ¿Cuánto demorará papi en llegar? ¡tengo un regalo para él!
La mujer estaba sentada en una mesa de madera en la cocina, bebiéndose una taza de café se dirigió a su hija.
-¡Nami! -se sorprendió- ¿Qué haces despierta? Debes ir a dormir, mañana tienes clases, es de madrugada, mañana puedes darle el regalo a tu papi, ahora no es muy indicado, por favor vuelve a tu habitación. - ella lo decía casi desesperada, no quería a su hija ahí por nada del mundo- ven te llevare a tu cama, procúrame que dormirás ¿bueno?
-mm, esta bien mami- decía extrañada.
Llegaron a la habitación, la acostó en la camita, dejo el dibujo en el velador y le dio un beso en la frente diciéndole ''buenas noches'', salió, cerro la puerta con seguro y volvió al mismo lugar a esperar lo inevitable.
Unos 15 minutos después, la puerta se abrió de golpe, se vio al padre tambaleándose, con una botella entera de agua ardiente, aproximándose a la mujer.
-Mi querida Mizuki, siempre esperándome aquí.- decir que estaba borracho quedaba corto.
Mizuki se levanto y trato de ayudarlo, ya que parecía que el cualquier momento iba a caer.
-Ven, Arlong, te voy a ayudar.
-¡DÈJAME! ¡ESTOY BIEN! - el la empujó lejos cuando estuvo a punto de tocarla, cayendo sobre la mesa, rompiendo la taza de café que estaba, quemándose la espalda en el proceso, gritando de dolor.
-¡CALLATE! ¡ODIO OIRTE! ¡CALLATE!- empezó a golpearla, ella lloraba de dolor, pero soportaría todo esto, por su hija, para que ella no le tocara este sufrimiento, no a ella.
El casi siempre llegaba ebrio, sea de día o sea de noche, aunque Nami estuviera en la escuela, el la iba a buscar a su habitación , Mizuki nunca supo si era para golpearla o para violarla, pero aun así no lo permitiría, ahora Arlong solo busca a su esposa, ella le facilita el trabajo esperándolo, porque Mizuki pensaba que si se quedaba en su habitación, podía desviarse e ir donde su hija.
Nami despertó por los gritos, se levantó de la cama y se disponía a salir, pero su puerta estaba cerrara, intento unas veces mover la manilla de arriba y abajo, pero empezó a moverlo mas rápido desesperadamente, por el hecho que los gritos no cesaban, dejo la manilla, golpeo la puerta rápidamente, y gritaba ''¡Mami, Papi, estoy encerrada, ayúdenme!
Abajo, Arlong paro de golpear a Mizuki que estaba casi en la inconciencia, reacciono inmediatamente al escuchar los gritos de su hija.
El con una sonrisa demoniaca se dirigió corriendo hacia la puerta de Nami, seguido de la madre que corrió como pudo, a salvar a su hija.
Arlong abrió la puerta de Nami, ella sonrió en alivio queriendo ir a buscar su dibujo para mostrárselo a papa, cosa que no pudo, el fue mas rápido y la tomo de la muñeca muy fuerte, creándole un moretón, la empujo hacia afuera, cayéndose en el piso.
Nami no entendía que pasaba, ¿por que la trataba así?, es la primera vez que sentía tanto miedo por una persona querida de ella, sobre todo siendo su papa.
-Papi, ¿Qué haces?- dijo viendo que el levantaba su mano en forma de puño listo para estrecharlo en su angelical cara, estaba a centímetros, pero fue detenido por los dos antebrazos de Mizuki.
-puedes maltratarme todo lo que quieras, pero a Nami no, nunca te lo perdonare, nunca. - dijo con mirada determinante – Nami, corre, escóndete, no dejes que este hombre te encuentre.
Nami se corrió para el lado. Aun viendo cuando Arlong le levanto la mano, no quería dudar de el, era la persona que mas quería, aunque fuera duro, frio y estricto, no podía odiarlo, lo quería de la misma magnitud que a su mama, le dolía tanto el alma al ver esa escena.
Mizuki al ver que su hija ya no estaba atrás de ella, cedo la defensa y fue estrechada contra el piso cruelmente.
-¡MAMI! - grito Nami, corriendo inmediatamente hacia su madre, entonces entendió, ese hombre no era el que jugaba rara vez con ella, no era quien veía reír felizmente cuando Mama lo molestaba, no era quien había conocido, era una persona totalmente diferente, era quien era en realidad, un mounstro.
Se posiciono frente a su Mama, con los brazos extendidos, dispuesta a defender a su familia, ese hombre, ya no era su parte de ella, hace mucho que ya no lo era y recién se estaba dando cuenta.
En parte, Arlong estaba fascinado por la escena que tenia, solo le faltaban sus palomitas, le gustaba ver sufrir a su esposa, pero ahora ver sufrir a dos, era como un bono extra..
Se rio y dijo:
-¿de verdad tu, pequeña mocosa, creerás que puedes contra mi? No eres mas que una niña llorona, que necesita a sus padres para todo, maldita perra, no sabes que feliz me harías si te sacaras ese pijamita rosado que tienes y modelaras para mi, ven, hazle caso a papa.
-¡Maldito pervertido..! - Mizuki con suerte era capaz de levantarse, se había dislocado el brazo y tenia la cara y cuerpo lleno de moretones.
-¡No! Mamá esta llorando y es todo por tu culpa! - se negaba rotundamente a irse con ese hombre.
-bueno – se rio – no me dejas otra opción.
Sin dejar pensar a la pequeña, le pego en la cara mandándola lejos.
-¡NAMI! - gritó la mamá.
Arlong muerto de la risa, se acerco a la niña para seguir maltratándola, con cachetadas, insultos, puñetazos etc.. Disfrutando de los gritos y los sollozos que mandaba su hija.
-¡YA BASTA! ¡PUEDES MALTRATARME A MI! ¡PERO A ELLA NO LA TOQUES! ¡MATAME SI QUIERES! ¡PERO A NAMI NO LE HAGAS DAÑO!
Pero todo esfuerzo era en vano, el no escuchaba, tenia la mente nublada por el alcohol y la sensación de ver a la gente sufrir. Mizuki al ver la botella de agua ardiente en el suelo, que seguramente Arlong la dejó cuando abrió la puerta de Nami, se acerco a ella, la tomo, y se levanto silenciosamente hacia el, y con todas sus fuerzas le estampo la botella en la cabeza, fue fuerza de puro odio, resentimiento y tristeza, dejándolo inconsciente. Sin perder tiempo, tomo a Nami, y fue corriendo a casa de Bellemere, no importaban sus heridas, no importaba el inmenso dolor que estaba sintiendo, no importaba que mientras mas corría mas se le habrían heridas anteriores siendo ocultadas por maquillaje, no le importaba.. Que su vida se fuese apagando, solo quería ver a salvo a su ángel.
La casa no quedaba muy lejos, estaba en la esquina de su calle, abrió el portón y toco con fuerza su puerta, ella despertó con un humor de mil demonios y reprocharía a quien tocaba así la puerta a altas horas de la noche, pero fue inmediatamente cambiada su idea a ver la escena, madre e hija desangrándose, pero sobre todo la madre, su cuerpo estaba lleno de cortadas, unas reciente y otras que se abrieron al correr, no había ningún lugar donde no hubieran moretones, la ropa desgarrada y además de la infección del café en su piel.
Sin preguntar nada, las entro inmediatamente, corrió hacia el baño para buscar su caja de primero auxilios, cuando llego a su pieza, que fue donde las había acostado, estaba dispuesta a curar a su hermana primero, ya que era la mas grave.
Cuando estaba apunto de hacer una curación en su brazo derecho lo alzo para que no lo hiciera.
-Cúrala.. A.. ella.. Primero.. - decía mientras soltaba gemidos de dolor.
-¡¿estas loca?! ¡obvio que la curare! Pero primero vas tu , si no lo hago.. Podrías morir, y ¡lo sabes perfectamente!
-¿Qué mami va a morir? - reacciono – No.. no.. Mami, tu prometiste que me verías cumplir mi sueño, prometiste que siempre estarías aquí para mi, ¡no puedes irte! - Nami ya estaba llorando.
-Mi niña, nunca dije que no cumpliría esa promesa, yo te veré llegar a la cima, siempre estaré para ti.. Aunque no puedas verme. - lo ultimo lo dijo tan bajo que solo Bellemere lo pudo escuchar, al oír esto Nami, se sintió aliviada – hermana, por favor, cúrala.
Bellemere acepto, sabia que ella estaba haciendo todo su esfuerzo por hablar, estaba perdiendo a su hermana frente a sus ojos, pero nunca negaría sus últimos deseos, aunque odiaba ese, amaba a Nami, pero ella no estaba en peligro, podría hacerlo después de curarla a ella, ahora odiaba que fuera tan testaruda.
Estaba por la mitad de la curación cuando vio el cuerpo de su hermana mas pálido de lo normal y que le costaba mucho mas respirar.
-Por favor déjame curarte, tendré todo el cargo de conciencia al verte morir así – susurró.
-Se que .. lo primordial ahora es curarnos.. pero.. quien hizo esto fue.. Arlong – decía entre jadeos.
Bellemere, apretó sus puños, y maldijo en silencio.
Nami, al ver a su madre así, se ganó al lado de ella y la abrazó, se estremeció al sentirla tan helada, empezó a llorar, su madre se estaba yendo de su lado..
-tienes heridas interiores., ¿Por qué nunca me dijiste lo que estaba pasando? ¿Por qué nunca pediste ayuda?.
-Porque.. de alguna manera… pensé que cambiaría.. que volveríamos a ser los de antes.. pero me equivoqué.. tocó a mi hija.. nunca se lo perdonaré.. -decía- Necesito un ultimo deseo… no digas nada.. di que morí atropellada.. pero quiero que te hagas cargo de Nami.. no quiero que le levante la mano nunca mas.. ve a un juicio.. pero por favor.. no digas nada. -Mizuki ya estaba llorando.
-Mami.. ¡no te mueras! ¡no quiero volver con él! ¡no me dejes sola! – sollozaba
-Mi amor.. Bellemere estará para ti.. -la nombrada empezó a llorar – Nami.. nunca dejes que te toque.. no dejes que arruine tu vida.. se fuerte mi amor.
-¡Seré fuerte! ¡te lo prometo mamá! ¡pero lo seré mas si estás aquí conmigo!
-Mizuki, no puedo hacer esto – le tomó la mano- ¡tengo que decirlo! ¡no puedo quedarme callada!.. Siempre fuiste la que me cuidaba, quien me vigilaba, eras cargante, pero aún así te quería, ¡No quiero.. no puedo verte morir! ¡debes vivir!- aunque las dos sabían perfectamente que nada podía salvarla.
Las 3 estaban llorando en esa habitación, viendo como llegaba su hora..
Y así fue como su querida hermana y mamá, dijo sus últimas palabras.
-Bellemere, te la encargo..
Nami.. -sollozo- te quiero..-
Soltó la mano de su hermana, anunciando que había muerto. Ninguna de las dos podía hablar, estaban destrozadas, la persona que más querían se había ido de su lado..
-¡MAAAMI ¡MIZUKI!
Como Mizuki lo pidió, anunciaron que había sido atropellada y el culpable se había ido a la fuga. Pidió un juicio por el cargo de la niña, pero se la renegaron, por un momento pensó decir sobre los maltratos, pero no pudo, todo por un hermana.
A pesar de perder, no se separó de Nami, la educó, le compraba sus cosas, ropa, útiles, comida.. etc, pasaba la mayoría de su tiempo con ella, la aconsejaba, que apenas viera a su papá con alguna botella o pasado a alcohol, se encerrará en su pieza y debajo de la cama, Nami aprendió a vivir así, pero no sería la misma nunca más.
La casa de Nami era un desastre, estaba todo sucio, botellas tiradas por toda la cocina, camas sin tender, piso sin barrer y muebles rotos, la cosa había empeorado, su papá ya no iba a tomar fuera, invitaba a sus amigos a la casa y dejaban todo como quedara, no era nada higiénico.
Era de mañana, Nami tenía que irse a clases, estaba con una faldita azul, blusita blanca, corbata azul, y zapatos negros, cuando se iba poniendo estos, de alguna manera su papá entro, todo borracho, Nami no alcanzó a esconderse bajo la cama, la había pillado totalmente desprevenida.
-Mi niña, ¿ya se va a la escuela? ¿no quiere quedarse un minuto con papá?
-N-no, yo tengo que irme, adiós, llegare tarde- se apresuró a tomar su mochila que estaba encima de la cama para marcharse, pero su papá no lo permitió.
-me encanta cuando estas asustada, ven, te daré un incentivo para que salvas mas rápido de aquí, no te quiero ver.
La golpeó en su cara, quedándole extremadamente fuerte, no tardo en salirle sangre por la boca, cayó en el piso, llorando de dolor, Arlong la tomó del cuello, y bajó así, ahorcándola, la estrello con la puerta de entrega y gritó:
-¡Vete! ¿o quieres mas de esto?- soltó una carcajada.
Nami sin perder tiempo, se levantó rápidamente y salió dando un portazo.
Fue corriendo hacia la escuela, no veía por donde pasaba, solo veía el piso y lloraba en silencio, hasta que se estrelló con alguien.
-¡Hola Nami! -dijo alegremente, pero se fue cuando vio la cara maltratada de Nami- ¿Qué te paso? ¿estás bien?
- Luuffy –sollozo abrazándose al nombrado.
Luffy le correspondió al abrazo, estuvieron así largo rato, Nami seguía llorando y en consuelo silencioso, este le peinaba su cabellera naranja. Cuando los sollozos ya no eran fuertes, Luffy la apartó para limpiarle sus lagrimas.
-Ven, sentémonos. – la tomó de la mano hacia una orilla de la calle, se sentaron, y Luffy de su mochila, saco una botella con agua, que contenía hielos, sacó uno y lo coloco en su cachete.
Nami al sentir algo tan frio, se apartó un poco, pero lo dejó al sentir que el dolor iba sedando.
-¿Quién te hizo esto Nami? – interrogó.
Nami normalmente diría que solamente se cayó, pero con él no, no podía mentirle, creyó que era la hora de sincerarse.
-Arlong.
-¡¿Tu padre?! Ese maldito, ¡le patearé el trasero!- se olvido de lo que estaba haciendo y se disponía a ir a la casa de Nami, quería hacerle frente a cualquiera que la hiciera llorar.
-No Luffy, no lo hagas, no sabemos que es capaz de hacerte – Nami lo alcanzo antes de que corriera, abrazándolo por la espalda.
-No quiero que Arlong me quite a otra persona importante para mi.
-¿o-otra?- Luffy no comprendía.
-Mi mamá no murió por un accidente, mi papá la mató, todo es culpa de el. –
Luffy ya no podía mas con la rabia, trataba de librarse del agarre de ella, pero no podía, no porque ella era mas fuerte que el, si no porque no le quería hacer daño.
-No quiero perder a nadie más.. – y lo aferro con fuerza. Luffy se calmó, no la dejaría sola, no ahora ni nunca, alguien necesitaba de él, y no le daría la espalda.
-No lo perderás Nami, ahora déjame curarte..-
FIN DEL FLASHBLACK.
En ese instante Arlong se levantó y se disponía a golpearla, siendo detenido por el tubo de fierro de Nami.
-Eres una mocosa, nunca serviste para nada, lo único que sabías era llorar, siempre dependiste de los demás, eres una vergüenza.
-¡Tenía 6 años! ¡Eres un insensible! ¡MATASTE A MI MAMÁ Y TE DISPONIAS A MATARME A MI! ¡¿CÓMO PODÍAS DISFRUTAR ESO MALDITO?!
-¡Y BIEN MERECIDO QUE SE LO TENÍA, ESA PUTA SOLO PENSABA EN TI!
Nami le ganó a Arlong y le golpeó la cabeza, cayendo.
-No vuelvas hablar nunca así de ella.. pude soportar que me maltrataras, menospreciaras, mirado en menos, pero no puedo soportar que hables de la persona que me quiso, como tu no pudiste.. No soy la misma, crecí, soy lo suficientemente fuerte para hacerte frente, nunca más me verás llorar ni sufrir, estás acabado Arlong, no sabes como estoy disfrutando verte desangrado.
-¡¿CÓMO TE ATREVES A HACERME ESTO?! ¡¿TÚ.. LA NIÑA QUE LLORABA APENAS ENTRABA A SU HABITACION, LA NIÑA QUE VIVÍA TEMBLANDO CON CUALQUIER COSA QUE VIERA, LA NIÑA QUE TENÍA QUE REFUGIARSE EN LA CASA DE BELLEMERE.. POR QUE..QUE DIABLOS HICISTE PARA CAMBIAR TANTO?
Se disponía a golpearla varias veces, siendo esquivados fácilmente por Nami.
-Ya no soy esa niña Arlong.. –
" Y ahora tengo algo que proteger".. pensó.
Empezaron a pelear, rompiendo algunas cosas de la casa, pero quien llevaba la pelea era Nami, no perdería contra el, no otra vez.
Arlong estaba frustrado, obviamente le podía golpear, pero ya no caía y lloraba como antes, estaba acostumbrado a eso, ya no la veía sufrir, eso la molestaba.
Arlong cayó, Nami aprovechó para colocarse arriba con el tubo de fierro entre sus dientes.
-Ya no me puedes vencer, nunca más me volverás a tocar, tus días de gozo, se acabaron, para siempre. Lo único que lamento, es que me haya tocado un viejo sucio, muerto de hambre que tiene que depender de una bebida.
-Maldita..! – lo que iba a decir, se vio interrumpido por la voz de una niña, bajando todas las defensas de Nami.
-Mami, ¿qué esta pasando?- Emiko al oír las cosas caerse y los gritos, había salido para ver qué pasaba, pero ninguno de los dos había notado su presencia hasta que habló, estaba al lado de la puerta, tiritando de miedo.
-Emiko, escon-
No alcanzó a terminar, Arlong la había golpeado en el estómago, parándose en el proceso, en dirección hacia la pequeña.
-Te devolveré todo lo que me hiciste pasar anteriormente, pero con tu hija – dijo trotándose los dedos.
-No.. no.. no se te ocurra- Nami estaba extendiendo su brazo hacía Emiko inútilmente, estaba en el suelo con la otra mano en el estomago, ni siquiera podía respirar.
- Mami, tengo miedo.. – y cerró los ojos esperando el impacto, por que el puño de Arlong iba directo a su cara, el cual nunca llegó, asique abrió los ojos, sonriendo aliviada al verlo.
-¿Que crees que estás haciendo, ossan?
-¡Papi! ¡Luffy!
Luffy había parado con su mano el puño de Arlong, con una mirada de los mil demonios.
Continuara..-
Como el meme = ¡se prendió esta mierdaa!
¡nos vemos en el prox capitulo, sayoo!
