Holaaa holaa! Espero que no se hayan olvidado de esta historia.. pero alfin alfin termine todo lo que tenía que hacer! Asique ahora puedo escribir uwau gracias por todo babys, de a poco somos más :D
Aclaración: es sobre un comentario que me hizo quedar como (oh, verdad) se me olvidaron los 9 meses xD, pero cuando termine la historia, la editaré y le colocaré la edad correspondiente, espero que comprendan.
Emiko, es una niñita muy feliz, y no me calza hacerla demasiado callada, está inspirada en mi cuando niña, y no me catalogaban como tranquila prácticamente.
Los personajes NO me pertenecen, a excepción de algunos
La separación.
-Luffy, ¿eres tú?- preguntó, tratando de verificar si se trataba de él.
Luffy, al escuchar esa voz, la reconoció al instante, girando como un demonio su cuello hacia esa dirección.
-¿Por qué esa niña te dijo papá y tu hija?- la apuntó levemente a Emiko, la mano le tiritaba.
-Hancock..
Definitivamente, Luffy estaba en la perdición.
Salió de la fila rápidamente, ganándose un gesto de reproche de su hija, ella de verdad estaba emocionada por subirse a ese juego, ella no estaba consciente de la situación.
-Déjame explicarte..- dijo cuando estuvo frente de ella, estaba sola, su hermana había ido a buscar un aperitivo, ella no quiso esperar y fue a dar unas vueltas, pero no esperaba encontrarse con esta sorpresa.
-¿qué me explicarás?-replicó-¿Qué esa hija no es tuya? Escuché perfectamente que le dijiste hija y ella papá-decía elevando la voz, ganando la atención de algunos presentes- dime, ¿de quién es? Por que mía no es.
Se cruzó de brazos, esperando respuesta.
Luffy sin saber que responder, dijo lo primero que se le vino a la cabeza.
-Es mía y de Zoro.
Al darse cuenta que había dicho, se golpeó la frente con la mano, de verdad era un idiota.
-¿en serio? – levantó una ceja, perdiendo la paciencia.
-Mira, no te puedo explicar aquí, te prometo decirte todo, pero.. no aquí, menos.. frente a ella.
-oh, claro, dices ella, ¿Por qué no puedes decir lo qué es? Es tu hija Luffy, tuya.
Luffy suspiró.
-esta bien, no quiero llamar la atención, te espero en mi auto.
Se dio la vuelta hacia la salida, sin mirar atrás.
Luffy no perdió tiempo y fue en busca de Nami, alejándose de la casa de terror.
Emiko levantó sus brazos en dirección a el juego, ¿Por qué papá no se iba de allí?. Sus lágrimas se estaban escapando de sus ojos.
-Papi.. yo quiero jugar.
-Lo siento Emiko, será para la próxima- la bajó de sus hombros colocándola al porte de su cabeza- te lo prometo. Brindándole una sonrisa, Emiko no tenía ninguna duda de que volvería a aquel lugar.
Se fueron tomados de las manos, hacia el centro del carrusel.
Kamikaze
Nami y Robin estaban saliendo del Kamikaze, rumbo a otro juego.
-juro solemnemente, nunca más acompañarte a ningún lugar más, probablemente en alguno acabe muerta.
-Fufufu, pero Nami, hay muchos juegos por los cuales estar aún.
-Ya no quiero más, estuve a punto de vomitar allá
Nami tenía un aura oscura rodeándola, con pequeñas lagrimas en los ojos, no volvería a subirse a más.
-Mira Nami -Apuntó- subamos a ese, se llama Tagada, se ve entretenido FuFuFu
Observó aquel juego, se trataba de un circulo metálico, estaba en funcionamiento, había personas sujetándose de las barras tratando de no caerse (algunos no lo lograban) de donde estaban sentados, mientras el Tagada no dejaba de sacudirse.
Era como estar batiendo arroz en una paila.
-Robin, dime la verdad ¿tú quieres que muera?.
-FuFufu, que aguafiestas, no nos pasará nada, a menos que..
Nami la interrumpió.
-No,no,no,no,no, no me asustes más de lo necesario si quieres que me suba contigo.
Robin sonrió.
-esta bien, vamos a comprar las entradas.
Al caminar hacía allí, por felicidad de Robin y poca importancia de Nami, se encontraron a Zoro, solo. Bueno, ya no se sorprendían.
-Cielos, ya te perdiste ¿Acaso Franky no te pudo guiar bien?- Se burló Nami, Robin rió al ver asomarse la vena del peliverde.
-Caminante, no hay camino, se hace el camino al andar- murmuró.
Nami rió- ¿Qué? ¿Quién te crees que eres? ¿Antonio Machado?
-¡Cállate Bruja! – gritó, con dientes de tiburón y los dientes blancos.
-¿Acaso te tragaste algún libro de Robin?
-Es solo que.. ¡Robin siempre se pasaba leyendo ese libro! ¡Quería entender que la tenía tan concentrada! Creí que encontraría algo más que nadie conoce sobre ella a través de los libros..- murmuró lo ultimo sonrojado y enojado.
-De verdad Zoro… es muy lindo pero ¡deja de leer! ¡ese no eres tú joder! ¡hasta tu forma de hablar es distinta!- gritó con dientes de tiburón.
-Aw, Zoroo.
Robin a pesar de aparentar ser carácter frío, no se resistió y se abalanzó a Zoro, lo abrazó, le besó en la mejilla y le susurró:
-esta noche conocerás muchos secretos- le besó la oreja, sonrojándolo
-Consigan un hotel por Dios- negaba con la cabeza y con la mano delicadamente en la frente
Caminaron hacia la donde vendían las entradas, Robin estaba apegada a Zoro abrazándolo como niña pequeña, era muy extraño, ella nunca daba afectos en público, se notaba que le había llegado las palabras de Zoro, a quien no le llegarían conociéndolo ,pero de una muy diferente a la de Robin.
Mientras a esos dos no les molestaba estar así frente a tanta gente, estaba bien.
A la distancia, vieron a Luffy caminando medio apresurado junto a Emiko de la mano, miraba a cada lado, parecía que estaba buscando algo.
-¡Luffy!- gritó Nami, con la mano en alto, en forma de saludo.
Se dio vuelta hacia el lugar y vio a Zoro, Nami y Robin.
No esperó y se dirigió a ese lugar.
-Hola chicos! Nami, te regreso a Emiko- la extendió hacia ella, siendo recibida.
-Bueno pero.. te venías muy entusiasmado por estar con ella hoy ¿pasó algo?
-tengo que resolver un problema en casa, pero nos vemos después ¡Adiós chicos!- se fue tan rápido que no les dio tiempo de responder.
-¿pero que le pasa a este?- Hablo Zoro.
Pero creyó saber la razón, el vio a Hancock rondando por ahí, no será que..
-ese baka.
-¿Qué tienes Zoro? -interrogó Robin-¿acaso sabes que le pasa a Luffy?.
A Robin ya se le había pasado andar cariñosa con él en público.
-No, solamente tengo una suposición.
-Pues dila- dijo Nami inquieta.
-Cuando Franky se perdió, fui a dar una vuelta y vi a Hancock rondando por aquí, quizás vio a Luffy con Emiko.
Nami miró hacia el lugar donde se había marchado Luffy, se sentía culpable, le había traído problemas.. y ella nunca tuvo esa intención.
-Luffy…
Auto de Hancock.
Llamada a Hermana.
-¿Aló?
-Hermana, lo siento, tendré que volver a casa.
-¿Por qué? ¿pasó algo malo?
-si.. pero en otro momento te lo diré, ahora tengo que colgarte.
-Bueno hermana, ahora veré como puedo irme.
-Lo siento.. Adiós.
Quería llorar.
De verdad quería llorar.
¿el momento llegaría? ¿hasta aquí llegaba su sueño perfecto? No quería separarse de Luffy, estaba más que confirmado que esa niña era suya, ¿de quién era? Obviamente no de ella, ella no tenía el pelo anaranjado.
anaranjado..
Con la tristeza que estaba sintiendo, no podía pensar bien, lo único que no quería era perderlo..
Colocó su cabeza en el volante, tratando de no llorar, cuando sintió que habrían la puerta del copiloto.
-No sabes lo que me costó encontrar el auto, nunca me dijiste donde estaba ubicado.
No hubo respuesta, soló prendió el auto y se dirigió a casa.
Fue un camino silencioso, estacionó el auto frente a su casa, abrió la puerta siendo seguida de Luffy, subió a su habitación en silencio aún y se sentó en su cama.
-¿De quién es?- preguntó.
Luffy se sentó al lado de ella.
-Recuerdas que cuando estábamos iniciando, ¿te dije que no podía porque estaba en una relación?
Asintió, sabiendo a donde iba la conversa.
-Es de ella.
Se levanto rápidamente para hacerle frente.
-¡¿Cómo pudiste Luffy?!
Se levantó junto a ella.
-¡Yo no lo sabía! ¡Yo no tenía idea!- se excusó, gritando bajo.
-¡Pero como tenías idea! ¡eres el papá Luffy! ¡¿Cuánto tiempo la escondiste?!
-¡No he escondido nada! ¡después de terminar se fue! ¡no volvió hasta ahora!
"Nami.. he conocido a alguien más.."
No era el momento de recordar esas cosas.
-¿y a qué vino? ¿A llorarte que cuides a la niña? ¿a volver contigo? ¡¿a qué?!
-¡No lo sé! ¡Pero agradezco que haya vuelto! ¡o si no nunca hubiera conocido a mi hija!
Hubo silencio.
Entonces agradece que haya vuelto..
Maldita perra.
Tenia tristeza y rabia, no sabia que sentía más.
La tristeza de escuchar a Luffy diciendo que agradecía que volvía
O la rabia de que esa Lagarta le haya ganado, quería matarla.
-¿Por qué Luffy? ¡siempre me dijiste que nos cuidáramos! ¡que no era el momento de tener hijos! Y ahora llega ella ¿y te lo tomas de la manera mas fácil posible? ¡No estés jugando conmigo!
"Porque aún tenía la esperanza de que ella volviera.." pensó.
-¡nunca le daría la espalda a un hijo! ¡y lo sabes muy bien!
Se calmó, un poco.
-¿hace cuanto que volvió?..
-Como ya hace un mes.-
Y la llama volvió a encenderse.
-¡¿un mes Luffy?! ¿Y NO FUISTE CAPAZ DE DECIRMELO?
-¡que querías que te dijera! ¡Hola, mi ex apareció de repente con un bebé y me haré cargo de él! ¡me habrías matado!
Luffy también estaba perdiendo la paciencia.
-¡¿acaso yo tengo la culpa ahora?!
-¡no estoy diciendo eso! -"bueno, un poco"- ¡pero cada vez que salgo tengo que pedirte permiso o darte miles de explicaciones! ¡hasta cuando voy donde los chicos! ¿Qué querías que creyera si te digo que tengo un bebe? haces un medio escandalo cuando voy a la esquina, ¡no me das la confianza para decírtelo!
Esas palabras si que le habían llegado.
¿tan mala era?
Luffy se dio cuenta de lo que había dicho al ver la expresión de Hancock que reflejaba dolor.
-¿de verdad te sentías así Luffy?- su pelo ocultaba su mirada.
-No yo.. lo siento.
Levanto su mirada, estaba llorando.
-¡Yo de verdad te amo! ¡todo lo que hice fue por amor!
-Lose.. yo nunca te quise mentir, y nunca tuve las malas intenciones, de verdad lo siento..
Se quedaron abrazados un rato, para consolar a Hancock que seguía llorando.
Ahora sabía la verdad, esas mañanas que desaparecía, iba a ver a su hija, sabía que había gato encerrado, pero ya lo liberó.
Pero eso significa.. ¡que tenía que ver a esa mujer!
Si iba a ver a su hija.. ¡significaba que iba a la casa de esa lagarta!
Un mes viéndola, en su casa, ellos tres, como una familia feliz.
Eso no lo permitiría.
-Luffy.. ahora significa que ya no iras más allá, te quedarás para siempre conmigo-lo abrazó más fuerte.
-No.. Hancock, yo no dejaré de ir a ver a mi hija- habló firmemente.
Al escuchar esas palabras, la mujer se deshizo del abrazo.
-No puedo permitir eso, Luffy.
-Yo tampoco puedo permitir que me alejes de ellas.
"de mi familia.."
-¡pero ya sabes que existe! ¡estas bien con eso! ¡si quieres dales pensión alimenticia! ¡¿para qué cuidarás de ella si ni siquiera estás en una relación con la lagarta!?
-No estoy bien con ello, Hancock, ¿Qué importa si ya no tengo una relación con Nami? ¡Yo siempre seré el papá! ¡es mi deber cuidar de ellas!
La verdad, solo es su deber cuidar de la bebé, pero Luffy quería cuidar a ambas.
No sabia si era por la amistad o por amor.
-Entonces no me dejas otra opción Luffy.
-¿de que hablas?
-tendrás que elegir, o son ellas, o soy yo.
Elegir.. ¿entre Nami y Emiko o Hancock?
¿Tener que olvidar la risas de Nami y Emiko?
¿O tener que olvidar los berrinches y muestras de amor de Hancock?
¿Por qué Hancock siempre lo hacía elegir?
"Vamos Luffy.. olvídate de ella, termina, y estemos juntos los dos.- decía seductoramente, subiéndose arriba de Luffy, besándole el cuello.
-Basta.. yo.. no.. la dejaré- estaba jadeando.
-Yo se que no quieres olvidar estas sensaciones de estar con alguien mayor.. dime.. ¿ella o yo?"..
El ya no cometería el mismo error.
Estaría con ellas cueste lo que cueste.
-Ellas Hancock.. elijo a Nami y a Emiko.
-No.. puede.. ser..
Hancock creyó que la elegiría a ella, que volvería a caer en sus juegos, pero ver la mirada decidida de Luffy se dio cuenta lo que había madurado, que ya no era un niño que con un dulce arreglabas las cosas, lo perdió, para siempre.
Esa tristeza cambió drásticamente a odio, pero no hacía él, sino hacia ellas.
Su mirada reflejaba los mil demonios, se dirigió a la puerta, iría a buscarla en donde quiera que esté.
-la mataré..
Luffy en un rápido movimiento coloco su cuerpo en la puerta.
-Nadie las tocará, lo prometí por mi vida.- decía tan seriamente que a cualquier persona le daría miedo- y no importa quién sea, absolutamente nadie les hará daño.
Hancock haría si que estaba destruida, él relajo notablemente sus facciones, arrepintiéndose de haber sido tan duro con ella, pero no podía evitarlo, sea quien sea, no quería ver a Emiko y a Nami dañadas.
Era como un papá protector.
-Entonces, esto se acabó.
Hancock se dirigió a sacar unas maletas y empacó rápidamente sus cosas.
-Sabes que no tiene que ser así, podemos solucionarlo..
-¡No! ¡no podré dormir tranquila nunca más sabiendo que tienes familia en otro lado! ¡no lo quiero!
Luffy la entendía, si quería estar con Nami y Emiko, estaba dispuesto a esto y más
Observo como Hancock terminaba de empacar y se dirigía a la puerta.
No podía evitar que le doliera, 2 años era mucho, pero sabía que todo tenía un final.
Así ya no tendría que mentir más.
Antes de salir por esa puerta, dijo sus últimas palabras hacia él como pareja.
-Hasta siempre Luffy, gracias por todo lo que me has dado..
Y cerró la puerta, una vez más, sin mirar atrás.
-Continuará..
Bueno bueno, aquí termina el cap 8! Lo quería dejar hasta cuando lo hacían elegir, pero no soy tan mala, y además tengo otros planes para el prox capitulo uwu
Tenia pensado subir el cap 9 el fin de semana, pero no podré ya que empieza la teletón y quiero participar.
(Spoiler: faltan pocos cap para ver a Ace y Sabo )
Hasta la prox!
