Prologo
Su cuerpo estaba inerte en el suelo de ese desolado lugar, su lado derecho herido y maltrecho soportaba su peso, provocándole un punzante y enloquecedor dolor, sangre salía de tres profundos cortes en su torso la cual se esparcía formando un charco que hacía de cama para aquel menudo cuerpo.
Duele.
La chica tenía los ojos fijos hacia las derruidas casas frente a ella, manchadas de un intenso rojo escarlata no hacían más que recordarle la desgracia, comenzó a explorar con la vista una vez mas el paisaje: todo gritaba muerte.
Por favor…Que alguien…
Cuerpos sin vida estaban a su alrededor, arriba, el cielo era gris, se notaba que una tormenta se avecinaba.
Me ayude…
Las primeras gotas caían golpeando el rostro de la pequeña joven, la cual solo pudo entrecerrar los ojos por el dolor que le provocaba el agua fría. Trato cubrirse con su brazo, pero eran en vano, su cuerpo ya no respondía, estaba demasiado cansada, demasiado adolorida. Todo era dolor.
Después de todo…
Pasos. Alguien se acercaba, pero ya no distinguía muy bien las cosas, su vista era más y más borrosa impidiéndole ver su propio cuerpo con claridad, no podía decir de quien se trataba y llegados a ese punto ya no le importaba demasiado, lo único de lo que estaba segura era que la figura era la de un hombre. Aquella persona se detuvo frente a ella.
Así es…
Sintió como unos brazos la rodeaban y la levantaban del lugar en el que se encontraba, pero no supo más, la oscuridad la engullo.
Como termina mi vida.
