El sonido del silbato corta mi respiración, todos los pares de pies que se mueven rápido en un solo lugar levantan el polvo del salón de entrenamiento. El ejercicio es sencillo, por tres minutos tenemos que trotar levantando las rodillas al pecho en nuestro mismo lugar. Tres minutos de agonía a cambio de un minuto de descanso. Llevamos menos de 50 minutos en nuestro primer día de iniciación y cada uno de nosotros pide una tregua. Tres minutos más y cambiamos de ejercicio. Cuatro grita que debemos dar vueltas al salón por 10 minutos. No sé si mis piernas me lo permitan, temo que al primer paso me fallarán y caeré al suelo.

No tengo idea de cómo se utilizan más de la mitad de los aparatos que hay aquí. Cuatro nos grita de nuevo. Tenemos que agarrar dos discos de metal, tomar uno en cada mano. Alzar los brazos a nuestros costados y sostenerlos. Los discos tienen la marca de 5 lb. No puedo ni siquiera cargarlos para regresar a mi lugar, todo me duele. Cuatro nos recomendó desayunar ligero, ahora entiendo por que…

"Brazos arriba iniciados" grita Eric. Cuando entramos al entrenamiento sabía que algo estaba mal, ¿qué hacía uno de los líderes perdiendo el tiempo con nosotros?. "Normalmente no cuido bebés, pero hemos decidido que la iniciación de este año será dirigida por mí además de Cuatro" puedo ver que esto no le agrada a él, está más tenso que el día de ayer, tal vez sea que no es una persona amigable por las mañanas, pero algo me dice que no lo es a ninguna hora del día. Eric nos recorre a todos con odio, se pasea entre nosotros corrigiéndonos, burlándose, presionándonos. Mis brazos tiemblan, pongo toda mi concentración en no soltar los discos pero ya no siento los dedos. Las gotas de sudor de mi frente caen en mis ojos y todo me arde, todo se ve borroso pero no flaqueo.

Todo el aire se llena de jadeos y lloriqueos interrumpidos únicamente por los gritos de Eric "¡brazos arriba!" Cuatro se pasea delante de nosotros, observándonos y anotando en su tableta electrónica cosas. Llega delante de mí y no se detiene mientras me mira con el ceño fruncido, "respira con calma" le dice a Layla que está junto a mí, ella lloriquea como respuesta. Intento concentrarme en los sonidos de mi respiración y no en el dolor de mis muñecas, empiezan a doblarse pero las regreso a una posición plana, si permito que se muevan los discos pesan más. Pienso en los paquetes de donación que distribuimos en Abnegación, son pesados porque están llenos de latas de alimento, pude cargar esos paquetes antes, puedo cargar estos discos ahora.

El golpe del metal contra el suelo rompe los gemidos de dolor de todos. "¡Patético!" Grita Eric, "Descanso" dice Cuatro. Dejo caer mis brazos pero no suelto los discos, me da miedo no poderlos agarrar de nuevo, tengo que doblar las rodillas para intentar calmar el dolor de mi cuerpo. Respira Tris, respira. "¡De nuevo!" Dice Eric, es el minuto de descanso más corto de la historia. Se que mis brazos deberían estar más arriba pero no puedo, me arden si lo intento.

"¿Qué pasa Tris, estás cansada?" Eric se burla acercándose a mí más de lo necesario, el dolor de todo el ejercicio de esta mañana mezclado con el olor de Eric me provoca nauseas. No sé cuánto tiempo pasa, intento pensar en cualquier otra cosa menos en lo que estoy haciendo. "Dejen los discos en su lugar y hagan 10 minutos más de vueltas a la sala" dice Cuatro en algún lugar detrás de mi fila. Todos se quejan, siento que me muevo en cámara lenta, por lo menos al correr puedo descansar los brazos.

"No tomen demasiada agua, ni tampoco demasiado rápido. Si ensucian el piso tendrán que limpiarlo ustedes mismos" Cuatro se para delante de los maniquíes, nos enseña dos tipos de golpe y por las siguientes dos horas no hacemos más que repetirlos. Ambos se pasean entre las filas, nuestro objetivo es hacer que los maniquíes se muevan. Escucho que Cuatro reparte concejos entre los demás, Eric en cambio grita y humilla. Cuatro no me aconseja y Eric solo me presiona; intento contener las lágrimas, no puedo llorar aquí, no puedo ser la débil de la clase pero empiezo a sentirme demasiado mareada por el dolor de mi cuerpo y lo monótono del ejercicio.

"Tal vez si algún día tienes que pelear contra un muro ganes" se burla Cuatro acercándose a mí. "Estoy intentándolo" le respondo sin mirarlo. "No tienes músculo, ni fuerza. Eres demasiado débil y pequeña", "Wow, gracias" le digo y parece que por primera vez piensa en darme algún concejo pero nos interrumpe la voz de María la otra chica que viene de Cordialidad "Cuatro, puedes ayudarme creo que no lo estoy haciendo muy bien" su voz está llena de coquetería, sus ojos recorren completamente el cuerpo de Cuatro con deseo mientras el hace una demostración de los movimientos. Pongo los ojos en blanco, no dispuesta a perder mi tiempo con tonterías regreso la vista a mi maniquí.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Layla y yo nos arrastramos hacia una mesa en el comedor "¿Crees que sea posible que se nos caigan los brazos? Estoy segura de que los tengo más abajo de lo normal" me dice mientras recuesta su cabeza en la mesa. Tenemos una hora de descanso y estoy debatiéndome entre comer o dormir aquí encima de la mesa. "No puedo creer que apenas llevemos seis horas de entrenamiento" le contesto enterrando mi cara en mis manos. Escucho ruidos a mi alrededor pero no puedo conseguir levantar la cabeza. "Dios mio Cuatro, si los matas a todos de agotamiento no tendrás ningún iniciado que entrenar" dice una voz masculina, creo que es el hermano de Uriah, no importa, de todos modos no puedo mover el cuello para comprobarlo.

"Mmm, Eric…" contesta Cuatro desde algún lugar en nuestra mesa. "Será mejor que se apresuren a comer, no quieren regresar a entrenar con el estomago lleno", cállate por favor, cállense todos y déjenme dormir "No puedo" digo aún sin levantar la cabeza. Escucho ruidos a mi lado y siento como la banca se hunde. "Wow, ¿qué pasa con ustedes transferidos?, ¿qué clase de entrenamiento les están dando?" No reconozco la voz, así que me obligo a levantar la vista, sentado junto a mí hay un chico alto y musculoso, tiene piel clara, ojos castaños con pestañas muy largas, cabello muy corto y una pequeña barba se le empieza a formar en el rostro. Me sonríe como si fuéramos los mejores amigos de toda la vida. Lo he visto antes, es el chico que saltó después que yo, un nacido aquí en Osadía, ¿Jason?.

"¿Por qué no estas sufriendo?" La pregunta sale automáticamente de mi boca sin darme tiempo de disfrazar la envidia en mi tono de voz, él solamente se ríe. Levanto una ceja para hacerle saber que eso no es respuesta suficiente, en el resto de la mesa hay más transferidos sufriendo pero él está aquí, sonriendo fresco como si acabara de despertar. "Ahmm, por una parte estoy más acostumbrado al ejercicio físico y por otra, afortunadamente Lauren no piensa que la tortura es un buen método de enseñanza" esto último lo dice mirando directamente a Cuatro que está sentado frente a nosotros, él solo mueve su comida de un lado a otro del plato, como si el comentario o la conversación no le parecían lo suficientemente interesantes.

"Mmm ok" es lo único que puedo decir antes de acomodarme para descansar el cuello de nuevo, "¿No comes?" Me pregunta Jason, "Duele todo, pararme no… no está en mis planes" le contesto con dolor. "Ok, espera, te traeré algo" se levanta rápidamente y aunque intento detenerlo, mi cuerpo se mueve a la velocidad de una tortuga. Jason regresa con dos charolas en la mano, un cuenco con sopa caliente y algo de pan es colocado frente a mí. "Tal vez algo caliente te ayude a relajar el cuerpo" me dice. Cuatro nos mira sin interés pero levantando una ceja, sin perder el tiempo regresa su atención a su plato.

"¿Entonces, ¿quién eres?" Pregunta Jason, este es el peor momento para que alguien decida ser amistoso conmigo, solo quiero dormir. Pero Jason me inspira confianza, podría estar sentado en la mesa de los nacidos en Osadía pero está aquí con nosotros demostrándonos apoyo, me pregunto si debería intentar convencer a los líderes para que me permitan supervisar la iniciación del grupo de Lauren, se ven tan relajados. "¿Tienes un nombre?" Pregunta con insistencia Jason, Cuatro suelta una especie de bufido, me doy cuenta que han pasado varios segundos y no le he contestado a Jason. "Ahmm sí, soy Tris" estiro mi mano en el ya habitual saludo. "Tris, me llamo Jason. Bueno, ¿te gustaría platicarme que hace alguien más grande pasando por la iniciación de una facción que no es la suya?" La pregunta me toma por sorpresa y giro el cuello para mirarlo de frente, pero el movimiento es demasiado rápido y un espasmo de dolor me recorre desde la espalda hasta la cabeza, los ojos se me llenan de lágrimas y mientras intento sobarme le pregunto "¿Cómo sabes mi edad?".

Jason sonríe mostrando sus dientes blancos, "No elegiste Osadía en la ceremonia de iniciación y en el tren tenías un vestido gris" dice tajantemente. "¿Cómo sabes que no elegí Osadía, hay 55 iniciados tal vez solo te lo perdiste" le digo mientras intento comer sin que el esfuerzo de llevar la cuchara a mi boca me consuma por completo. Jason vuelve a reír y contesta de manera seria, sus ojos me miran intensamente y yo solo quiero que deje de hacerlo.

"Créeme, no creo que alguien sea capaz de pasarte de largo" contesta, Cuatro resopla soltando su cubierto, ambos volteamos a verlo, su cara muestra fastidio, como si no pudiera imaginarse algo más aburrido que nuestra conversación, regresa su atención a Zeke que está contándole algo entre risas. "Bien, soy embajadora de Abnegación, estamos haciendo algunos, mmm, cambios, y me mandaron a hacer una supervisión de la iniciación aquí" le digo intentando no soltar más de lo necesario, no solamente porque él no tiene porque saberlo, sino porque sé que Cuatro está prestando atención a nuestra conversación. Mas gente termina de comer o por lo menos de intentarlo, Layla termina de comerse el pan que estaba en mi bandeja y regresa a sobarse los brazos. Jason, se levanta prometiéndonos buscarnos al terminar nuestro entrenamiento para pasar el tiempo con nosotras.

Aún tenemos tiempo de sobra antes de regresar a entrenar, estoy debatiéndome entre levantarme e irme a acostar en las colchonetas de la sala de entrenamiento o simplemente desmayarme de dolor aquí en el comedor cuando una voz chillona me distrae. María se acerca y se sienta en el espacio junto a Cuatro. "Cuatro, ¿podrías ayudarme a vendar mis nudillos? Todo ese ejercicio me abrió la piel. Sé que no es tu trabajo pero espero que no te moleste jugar un poco al enfermero conmigo" le dice, Zeke suelta una carcajada que intenta disfrazar con una tos fingiendo que la comida se le fue chueca al ver la mirada de odio que le lanza Cuatro. "Puedes ir a la enfermería a que un verdadero profesional te ayude con eso" le contesta Cuatro mientras intenta poner distancia de ella.

"Ah pero eso no es lo que todos dicen" Cuatro solo levanta una ceja, pero todo su cuerpo se tensa, esto parece no asustar a María en lo absoluto, Zeke por su parte no puede contener la risa. "Veras, las chicas de allá" señala a una mesa llena de chicas risueñas que saludan a Cuatro muy felices, mientras él no les dedica ni unos segundos de atención "dijeron que a veces participas en las peleas que se hacen en las noches y que las veces que has perdido…"

"Nunca he perdido" le contesta el de manera un tanto engreída, ella se sonroja "por supuesto, las veces que has tenido heridas que atender nunca has dejado que alguien más te ayude y que lo haces tú solo, pensé que entonces no hay nadie mejor que tú para que me enseñes" le dice entregándole una gasa y algodón con alcohol, y yo he tenido suficiente de este intercambio, resoplo y pongo los ojos en blanco mientras me levanto, prefiero pasar el tiempo en cualquier otro lado "¿qué pasa Tris, no tienes heridas que quieras que te cure Cuatro" me dice Zeke levantando las cejas, obviamente burlándose de su amigo.

"Noup, prefiero ahogarme en analgésicos, gracias." le respondo mientras me alejo de las mesas con Layla arrastrándose a mi lado, "Dios, María es todo menos tímida" dice ella quejándose de dolor.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Las dos primeras horas de nuestra tarde de entrenamiento son aún más dolorosas, Eric armó toda una rutina de tortura para nosotros. Está aún más irritable que en la mañana y eso hace que nos grite más. Estamos haciendo ahora la mayor cantidad de repeticiones de un ejercicio que parece un salto de rana, burpees como los llama él, cada vez que me pongo en pie estoy segura de que será la última, mi cuerpo me va a fallar y me voy a desmayar. En algún momento Eric se me acerca lo suficiente para que solo yo escuche cuando me dice "Vamos estirada, no me digas que quieres rendirte, todo este entrenamiento está específicamente diseñado para ti, para que puedas tener algo interesante que reportar a los del concejo" sé que intenta quebrarme, sé que la iniciación en esta facción siempre es dura, pero ver a Jason hace rato tan tranquilo y fresco, me hace dudar y pensar que efectivamente, todo el dolor que nos están infligiendo es únicamente porque decidí cuestionar lo que hacen aquí.

Hago unas cuantas repeticiones más cuando se escucha un ruido seco en el gimnasio. Cuatro se dirige a un chico que está tirado en el suelo pero Eric lo detiene "deja que se levante solo. ¡Vamos, arriba iniciado!" Le dice pateando sus piernas ligeramente pero el chico no se mueve. "Creo que está desmayado" dice otro chico que entrenaba junto a él. Eric resopla aburrido, "Bueno, qué están esperando, alguien llévelo a la enfermería" pero nadie se mueve, nadie tiene la fuerza suficiente. Cuatro hace otro intento por acercarse pero Eric le bloquea el camino "Que lo lleve alguno de los iniciados" dice. De nuevo, nadie mueve un dedo; todos lo miran con pena pero nadie da el primer paso y solo puedo pensar en lo que dirían mis padres si vieran esta escena.

De alguna manera esto me da fuerzas y comienzo a acercarme, Layla me mira y se contagia de mis ganas de ayudar. En un segundo estamos las dos a su lado intentando levantarlo, los brazos me queman pero no permito que eso me domine, si lo dejo caer será peor para él. Logro agacharme para poner uno de sus brazos sobre mis hombros y le digo a Layla que haga lo mismo del otro lado, entre las dos logramos incorporarlo y comenzar a caminar con el arrastrando las piernas, por suerte es uno de los chicos más bajos de todo el grupo. Eric entonces grita "Los demás sigan trabajando, ¡Ahora!" Comenzamos a caminar hacia las puertas y Cuatro nos alcanza para abrirlas.

"Llévenlo con Marlene, ella debe de estar en turno ahorita" intento formular algún tipo de respuesta pero el peso es demasiado, toda mi concentración está en respirar, "y ya que están ahí, pidan que les de un poco de ungüento y pastillas para el dolor", yo solo asiento y salgo del salón.

La enfermería no está tan iluminada como otras que he visitado, no sé cuánto tiempo les toma a los osados para acostumbrarse a vivir en las sombras. Afortunadamente para nosotras, en cuanto entramos vemos que Marlene está en la recepción hablando con Christina, a las dos se les ilumina el rostro cuando nos ven, pero rápidamente se alarman cuando ven al chico que venimos arrastrando. Marlene nos dirige a una camilla y nos ayuda a recostarlo, después nos pide que regresemos a la recepción en lo que un enfermero y ella comienzan a revisarlo.

"Día difícil eh" nos pregunta Christina mientras nos dejamos caer en las sillas de espera. "No sé cómo podré levantarme mañana" le contesto derrotada"Sí te entiendo, cuando fue mi iniciación también la supervisó Eric y fue demasiado, incluso consideré en algún momento romperme algún hueso solo para tener un pretexto para poder descansar" siento como Layla tiembla a mi lado al imaginarse todas las semanas que nos quedan de esto. "Pero no se preocupen, poco a poco irán acostumbrándose y cuando menos lo esperen ya no duele tanto, el truco está en ejercitarse todos los días para que no duelan los músculos" Christina nos dice mientras las puertas de la enfermería se abren y comienzan a entrar el resto de nuestro grupo.

"¿Alguien más se desmayó?" Le pregunta Layla a un chico "No, Roy vomitó y Eric terminó el entrenamiento antes, nos mandó a todos aquí para que nos dieran nuestro paquete de vitaminas" dice el chico dejándose caer en la silla. Marlene entra a la recepción y comienza a repartir pastilleros a todos mientras nos dice que las chicas tenemos que quedarnos para un médicamente extra. Nos lleva dentro de la enfermería y nos pide que nos sentemos en las camillas, Christina sigue con nosotras mientras veo que Marlene empieza a inyectar a las demás chicas.

"¿Qué es eso?" Le pregunto a Christina con un poco de preocupación, nunca me han gustado las inyecciones.

"Anticonceptivos" me dice ella sin darle mucha importancia.

"¿Anti qué?" Layla y ella me miran con extrañeza.

"Anticonceptivos, ya sabes… son para que no" hace un círculo sobre su estómago, pero mi cara debe de mostrar más confusión que antes porque me mira con ojos muy abiertos "para evitar embarazos Tris"

Siento las mejillas encendidas y bajo la mirada "a menos que prefiera algún otro tipo, normalmente aquí todas nos ponemos la inyección pero estoy segura de que Marlene puede administrarte cualquier otro tipo que prefieras"

"N… n… no" empiezo a balbucear "¿Por qué?" Termino preguntándole, Marlene termina de inyectar a las últimas chicas y solo quedamos nosotras cuatro.

"Bueno, su principal función es que no tengas que interrumpir la iniciación por un bebé" dice Marlene "Pero también sirve para cortar tu periodo y que las 12 semanas sean más cómodas, sin los dolores de tu periodo y todo eso".

Estoy segura de que mi cara alcanzó el tono de rojo más potente que existe. "Si tu quieres Tris, puedo ayudarte con algún otro método" me dice con compasión en los ojos, es visible para todas lo incómodo que es este tema para mí. En Abnegación no nos hablan de esto, mi madre nunca me hablo de esto.

"Tris" comienza a decir Christina "¿qué método usan en Abnegación para evitar embarazos?"

"En Abnegación nadie busca evitar embarazos" le digo y las tres abren los ojos sorprendidas.

"¿Les parece bien que haya chicas embarazadas todo el tiempo?" Pregunta Marlene un poco asustada.

No hay chicas embarazadas todo el tiempo, aunque ahora que lo pienso, hay demasiados bebés en Abnegación, demasiados niños pequeños. "Bueno, no es que haya embarazos por aquí y por allá. Normalmente después de que hay una boda, las mujeres comienzan a embarazarse" les digo.

"¿Pero cómo hacen para que las que no estén casadas no tengan bebés?" Pregunta Layla asustada.

"¿Por qué tendrían bebés? No están casadas aún…" es digo sin entender a qué se refieren con sus dudas.

"Tris" Christina me aprieta el brazo y en su cara solo hay pánico "¿estás tratando de decirnos que antes de casarse, nadie en Abnegación tiene sexo?" Yeap, mi cara nuevamente está roja "Mmmm no" les contesto tímidamente.

Las tres inhalan con sorpresa. "Pero entonces ¿qué haces con tu novio?, ¿el sexo oral está permitido?" ¿Qué?, no puedo creer que estoy teniendo esta conversación en este momento, sé lo que es el sexo oral, alguna vez en la escuela escuché a unas chicas de Veracidad hablando sobre eso.

"¿Novio?, no en Abnegación no tenemos novios" les digo intentado desviar la conversación. "¿Nunca?" Pregunta Marlene asustada.

"Bueno no, digo… cuando terminamos la iniciación podemos comenzar a ser cortejadas" empiezo a explicarles pero parece que a las tres las golpearon en la cara "supongo que eso podríamos llamarle también noviazgo, después viene la boda y ya"

"¿Y si no funciona?" Pregunta Layla, "¿Qué no funciona?" Le pregunto sin entender.

"La relación, ¿qué pasa si no funciona?, ¿puedes intentarlo con alguien más?"

"Mmm no, el divorcio no existe en Abnegación" divorcio otro término que conozco por la escuela.

"Oh por dios" exclaman las tres al mismo tiempo.

"Oh mi pobre niña, ¿me estás diciendo que si te casas con alguien con quien tienes pésimo sexo, estás condenada por el resto de tu vida?" Christina me acaricia el brazo con pena. No tengo tiempo de contestarle porque entra a la habitación un doctor y una enfermera para revisar a un paciente que está en la camilla del fondo.

"Tengo que regresar a mi turno, perdona Tris pero esto es más o menos obligatorio aquí" dice mostrándome la jeringa "No hay problema Marlene, supongo que no me molesta cortar mi periodo, no me imagino tener que pasar por ello en un dormitorio lleno de gente" le digo con vergüenza.

Mientras Marlene limpia la zona en que me va a inyectar, Christina tiene una mirada traviesa en su rostro, me pregunta "Tris, ¿entonces tu estás siendo cortejada por alguien?" Siento mi estómago hundirse, no había pensado en Robert desde que hablé con él ayer por la mañana, mucho menos había pensado en el horrible beso que me dio, no puedo creer que ese haya sido mi primer beso…

"Algo así" le contesto sin mucho ánimo pero somos nuevamente interrumpidas por un enfermero que entra con una camilla rodando y diciendo que alguien se había caído del muro de escalar. Christina nos invita a Layla y a mí a algunas tiendas de ropa, pero rechazamos su invitación, estamos demasiado cansadas, yo por mi parte quiero llegar a los dormitorios antes que los demás, bañarme y meterme a la cama para rezar que el día de mañana mi cuerpo se haya recuperado lo suficiente para hacer todo de nuevo.

"Está bien, pero mañana será otro día, quiero que me cuentes todo acerca de tu novio" Christina me guiña el ojo y nos separamos. Los pies me pesan e intento recordar que vine aquí con un motivo, qué he visto hasta ahora que valga la pena reportar si no sé si la tortura de hoy fue un castigo directo para mí o en verdad Osadía busca matar a su miembros de cansancio…

A/N

Hey, fue una actualización rápida porque tuve un poco de tiempo libre. Para este punto en el capítulo 7 voy a empezar a rogarles que por favor dejen algún comentario, quiero saber si les está gustando esto o estoy perdiendo mi tiempo (realmente sé que no lo hago porque me estoy divirtiendo mucho escribiéndolo).

Por favor dejen algún comentario / reseña por favor por favor por favor, a Cuatro no le gustaría que me ignoraran jajaja