Veo que me he retrasado un poco y que no me he dado ni cuenta. Ahora dejo el capítulo prometido. Siento la demora y espero que os guste.

Advertencia: Este capítulo contiene lemon, si no te gusta puedes saltártelo y pasar al siguiente.

El viaje de vuelta se había hecho mucho más fácil que el de ida. Se despidieron a primera hora de la mañana y comenzaron a caminar en dirección a la estación de tren, si llegaban a tiempo en la estación, podrían pasar la noche en las inmediaciones y eso les daba ventaja a la hora de protegerse de bandidos. Durante todo el viaje, Sumire estuvo caminando al lado de Amado. Apenas hablaban, simplemente caminaban el uno al lado del otro. Los demás iban alerta, pues en el viaje de ida se relajaron demasiado y les pasó factura.

Apenas estaban a unos pocos kilómetros de la estación de tren y Kawaki insistía en acampar a las afueras, pero Amado quería pasar la noche en un hostal.

- Vamos a ver, que yo soy un civil. No tengo por qué dormir en mitad del campo si podemos caminar un poco e ir a un hostal.

- Nuestro presupuesto es mínimo -Sarada intentaba hacer entrar en razón a Amado, quien se negaba a escuchar.

- Vosotros sois muy jóvenes, podéis dormir una noche de cualquier manera y no os pasará nada, pero yo ya tengo una edad. Podéis quedaros aquí si queréis y en la mañana nos vemos en la estación, pero yo aquí no duermo.

- ¿Es que no lo entiendes? -el tono de Kawaki no era tan conciliador como el de Sarada- que no hay dinero.

- Para esto trabajo, chaval -Amado se encendió un cigarro y empezó a andar en dirección a la aldea- vamos, Kakei.

Sumire obedeció, echando una mirada de disculpa hacia atrás a sus compañeros. Los otros se quedaron en silencio, parados en mitad de la nada mientras que Kawaki empezaba a juntar troncos para hacer una hoguera.

- ¿Sabes qué? -empezó a decir con cierta resignación- que les jodan. Esto es más divertido.

- Pues yo creo que deberíamos ir con ellos, nuestra misión es protegerlos -Mitsuki parecía a disgusto con la situación.

- Sí, yo también lo creo. Si les pasa algo habremos fracasado en la misión -Sarada se encogió de hombros y empezó a caminar al lado de su compañero.

No tardaron mucho en alcanzarlos, puesto que era muy fácil seguir el rastro de los cigarrillos en el suelo de Amado. Estaban en la puerta de un Ryokan, charlando con una mujer, que parecía la encargada del alojamiento. Cuando aparecieron los shinobis, Amado pidió otra vez dos habitaciones, una para las chicas y otra para los chicos y él mismo. Kawaki parecía tomárselo con calma, así que todos subieron a sus respectivas habitaciones, donde se prepararon para descansar.

Se había producido el primer momento de soledad entre las amigas, quienes no habían intercambiado ni una palabra desde que salieron de la guarida de Orochimaru. Sarada empezó a hablar, como si no hubiera pasado nada, mientras tanto se cepillaba su larga melena y se la recogía en una trenza.

- Tampoco creo que sea tan terrible pasar una noche en un hotel. Kawaki es un amargado. Creo que voy a tomar el primer turno de vigilancia, así se puede pasar Mitsuki a verte antes de que llegue el suyo…

Su amiga no dejaba de hablar, como si hubiera estado reservándose cosas durante todo el viaje, pero Sumiré no quería nada de eso, ella quería saber otras cosas, saber si había traicionado a Boruto, saber si Kawaki había traicionado a Ada o si simplemente eran imaginaciones suyas. No sabía cómo plantearlo, pero la idea se iba haciendo cada vez más grande en su cabeza, tanto que salió expulsada sin ningún tipo de prolegómeno.

- ¿Estás acostándote con Kawaki?

Sarada se lanzó encima de ella y le puso la mano en la boca, chistándola para que guardara silencio. Todo lo que había estado viendo en los últimos años había cobrado sentido. Los comentarios de Kawaki hacia su amiga, la reacción que tenía cuando tenían que trabajar demasiado tiempo juntos, las continuas discusiones…tenían una relación desde hace tiempo, porque de todas las cosas que Kawaki sentía como suyas y robadas por Boruto, Sarada era una de ellas. Era una de las pocas personas que fue amable con él nada más llegar y él quizá lo interpretó mal. La cuestión era por qué Sarada lo permitía, si todos sabían que era una de las únicas personas que no habían sido afectadas por la omnipotencia y, además, estaba la cuestión de Ada. Si se enteraba de que algo así estaba pasando entre su amiga y su novio…la mataría.

Era eso, no se podía verbalizar la situación porque entonces Ada lo sabría solo con visualizarla. Ahora ella había dado pie a que Ada buscara esa información de alguna manera. Por alguna razón no lo había visto hasta ahora y Sumire acababa de levantar la liebre.

- Me voy a hacer el primer turno de vigilancia… -diciendo esto último saltó por el balcón y desapareció de la vista de Sumire.

Aprovechando que estaban en un ryokan, se acercó a los baños para olvidar el amargo encontronazo que había tenido con su amiga. Por la ventana se podía ver a los tres ninjas subidos al tejado del edificio de al lado, posiblemente discutiendo sobre los pormenores de la vigilancia. Tardaron poco en disiparse y desaparecer de ahí como si nunca hubieran estado. Sumire volvió a la habitación con la intención de abrir el futón para irse a dormir cuando vio que no estaba sola.

Mitsuki se había colado por el hueco de la ventana y la esperaba sentado en el suelo dejando que la tela de sus mangas se desparramara por el piso, como si fueran unas de esas serpientes que siempre invocabas.

- ¿Qué haces aquí? -Sumire se sorprendió, aunque no pudo evitar sentir que era una sorpresa agradable.

- Me dijo Sarada que estarías sola hasta mi turno, así que pensé…

Con el yukata del alojamiento no tenía mucho rango de movimiento, pero se sentó de rodillas frente a él. Buscó sus manos y él se acercó para besarla. Acariciando su pelo, que ahora estaba suelto y todavía húmedo por el baño. Poco a poco se fueron dejando llevar en sus besos, hasta que ambos quedaron tumbados completamente en el suelo, besándose pasionalmente. Las manos de Mitsuki acercaban a Sumire por la cintura, haciendo que ambos cuerpos se presionaran el uno al otro.

Empezó a aflojarle el cinturón del yukata, dejando que se abriera un poco y dejara ver sus clavículas, que normalmente estaban tapadas por la ropa que llevaba. Empezó a besarla por el cuello, muy despacio, dejando que sus jadeos llegaran directamente a sus oídos. Ella hizo lo mismo y empezó a desabrochar poco a poco los botones de su chaqueta, dejando que se viera la piel blanca de su pecho. Pasó la mano y sintió el tacto de su piel, seca, lisa, agradable.

Con un movimiento sorprendentemente ágil, le terminó de quitar el cinturón, dejando que el vestido se abriera de arriba abajo, dejando visible una línea que separaba sus pechos, su ombligo y sus bragas. Acarició despacio y repetidamente esa zona mientras seguía besándola el cuello, poco a poco empezó a bajar sus labios hasta las clavículas y llevó la mano por debajo de la ropa, acariciando por primera vez uno de sus pechos. Era terso, firme y no podía evitar pararse en el pezón, pasando los dedos por él, pellizcando levemente mientras escuchaba su respiración acelerarse.

Sumire intentó incorporarse para quitarle la chaqueta a Mitsuki, pero cuando fue abajarle los pantalones, con mucha sutileza, le apartó la mano y la volvió a tumbar contra el suelo. Besándola tiernamente en los labios.

- Ahora es mi turno -volvió a dejar un reguero de besos hasta la clavícula y esta vez bajó hasta los pechos, lamiendo la piel fina y sudorosa que sabía plenamente a ella, jugando con la lengua en sus pezones, mordiéndolos de vez en cuando solo para oírla gemir. Volvió a subir hasta su cara besándola pasionalmente, mientras ella acariciaba su espalda cada vez con más fuerza. Bajó hasta su cuello y la mordió, esta vez no fue un mordisco tierno ni juguetón, la hizo gemir más fuerte, no solo por lo de su cuello, sino porque con la otra mano bajó hasta sus bragas, poniéndola por fuera, presionando suavemente.

La respiración de la chica se entrecortaba y sus gemidos eran cada vez más fuertes, quizá se oyeran en las otras habitaciones. La besó con fuerza, dejando que la saliva fluyera entre ellos, mientras seguía moviendo la mano de manera rítmica, notando como la tela se humedecía. Metió la mano por dentro, notándolo todo mojado, pasó un dedo dentro, lo notaba todo muy cerrado, sentía cómo se estremecía en sus manos y continuó moviéndose acelerando el ritmo hasta sentir las contracciones de la chica en sus dedos, la humedad cayendo por sus piernas, sus gemidos entre cortados.

La abrazó fuerte, con sus dos manos y la miró a los ojos. Había algo diferente en ellos. Había algo que no podía entender, como si le estuviera ocultando algo y ahora fuera un libro abierto. No tardó ella en empezar a besarle otra vez, a intentar abrir el botón de los pantalones, pero la frenó.

- Es mi turno ahora… -Sumiré replicó casi con enfado.

- Sumi, mejor no -sonaba tajante y serio.

- ¿Por qué no? -demandaba respuestas y la duda era mayor de lo que era al principio de la jornada.

- Porque estoy en una misión y si pasa algo, tengo que estar vestido para salir.

- No es justo…no quiero que te quedes a medias…

- No te preocupes…tendremos tiempo en Konoha.

- Pero…

- Venga, duérmete -apagó la luz y se tumbó a su lado, abrazándola mientras ella se volvía a cerrar el yukata con cierto enfado.

Estaba enfadada con él, por no querer continuar, con ella misma por haberse dejado arrastrar a algo que no era recíproco y por la situación que estaba viviendo con su amiga. Todas las emociones estaban rondando su cabeza en ese instante y no podía más reprimir las lágrimas que se querían escapar. Quería llorar y que Mitsuki la abrazara en silencio no ayudaba. Sin embargo, el día había sido largo y todas las emociones que había vivido la habían dejado cansada. Se durmió escuchando los latidos del corazón de Mitsuki, que sonaban fuerte en su cabeza, sintiéndose protegida.

Bueeeno, prometí un poquito de lemon y no sé qué tal me quedó. Siento que el capitulo haya llegado tarde y haya sido corto. Espero que al menos les haya gustado.

Os leo en los comentarios y confieso que tenía un buen remanente de capítulos que ya no es tan extenso, así que es posible que el próximo capítulo tarde un poco en subirlo.

¡Hasta la próxima!