Capitulo 72


Shiryu se hizo a un lado, esquivando el relámpago que salió del martillo de Thor mientras corría hacía Rung. Su oponente lo esperaba y haciendo arder su Cosmos, levanto el martillo tomándolo con ambas manos sobre su cabeza y lo estrello contra el suelo, destruyendo el suelo bajo sus pies, provocando un choque eléctrico que hizo temblar toda la cámara mientras relámpagos y truenos salían disparados a todas las direcciones.

Shiryu tuvo que detener avanza colocando los talones contra el suelo para frenar mientras levantaba su brazo para protegerse de los rayos que iban hacían él. El escudo sirvió para proteger su cara y los rayos que lo golpeaban, aparte de una leve sacudida, no le hacían daño gracias a su armadura.

Para cuando bajo el escudo, Rung, con una velocidad impresionante para su tamaño, ya estaba delante suyo y agito el martillo para golpear a Shiryu, quien reacciono rápido y se agacho, quedando de rodillas mientras el martillo pasaba horizontalmente por sobre su cabeza.

Rung abrió los ojos de sorpresa al ver su ataque fallar. Sentía el Cosmos de su enemigo elevarse.

Dragón Naciente!- Shiryu lanzo un poderoso derechazo, y al estar tan cerca, golpeo el pecho de su enemigo de forma vertical hasta golpear su mandíbula, lanzándolo al aire y haciendo que la réplica de Mjolnir cayera al suelo mientras el cuerpo de su enemigo era consumido por un dragón dorado de Cosmos que surgió.

Un rugido se escucho desde el interior del dragón un segundo después, y un brillo purpura se libero con una onda de puro Cosmos que hizo desaparecer al dragón chino.

Rung cayo delante de la estatua de gigante. La zona del pecho de su armadura tenía una marca de arrastre de forma vertical, dejada por el puño de Shiryu y su boca y dientes estaban manchados de su sangre que caía por su mandíbula, manchando su barba.

-Eres bueno- elogió Rung, escupiendo sangre con un par de dientes al suelo. -Cualquier otro hubiera muerto, o como mínimo haber quedado aturdido ante los rayos, pero tu velocidad de reacción te salvo de eso-.

-Me he entrenado desde niño para ser Santo de Athena, y me he enfrentado a muchos enemigos con diferentes estilos de pelea y técnicas. No seré sorprendido tan fácilmente- dijo Shiryu.

-Entonces tú deber ser uno de los Santos que participo en la batalla de Asgard, ¿no?- Preguntó Rung. Shiryu asintió. -Bien. Esto hará más emocionante mi victoria-.

En vez de ir a recuperar el martillo como Shiryu esperaba, Rung se lanzó directamente hacía él. Shiryu lo espero y esquivo el primer golpe al agacharse un poco al mismo tiempo que lanzaba un puñetazo al estomago de su enemigo, quien hizo una mueca y lanzo una patada de la que Libra se cubrió, pero que lo empujo un poco.

Ambos guerreros se lanzaron y comenzaron un intercambio de choques y patadas. Shiryu se dio cuenta que Rung sabía usar muy bien su tamaño para imponerse, lo que hacía que Shiryu estuviera más a la defensiva y lanzara cortos, pero contundentes contraataques. Aunque tenía una basta experiencia, Shiryu nunca había enfrentado a enemigos de tamaño inmenso como lo era Rung. Aldebarán de Tauro no contaba, porque a él lo enfrento Seiya y cuando fue su turno, lo hizo al lado de Shun y Hyoga, y en ese momento, no fueron rivales para el gran toro, que decidió dejarlos pasar al final.

Entre el choque de puños y patadas, noto como Rung llevaba su mano izquierda hacía su espalda de manera discreta. Cuando la saco, Shiryu retrocedió de un brinco. Sintió como un corte se formaba en su mejilla derecha y caía un poco de sangre. Shiryu vio el arma que su enemigo saco, y quedo perplejo.

-¿Un boomerang?- Esperaba una espada o daga, pero un boomerang no era algo que pensaría en llevar al campo de batalla como arma. El boomerang era grande, lo suficiente para que uno de los lados encajara en la mano de Rung.

-Conozco esa mirada. No esperabas un boomerang como arma, ¿verdad?- Dijo Rung, aunque era más una afirmación que pregunta. -Pues aunque parezca inútil en la batalla, este objeto me ha acompañado desde que era niño, y con gusto mostraré su potencial aquí-.

Rung llevo su mano derecha a su espalda y saco otro boomerang. Lanzo ambos boomerang al mismo tiempo contra Shiryu, que los esquivo y vio a su enemigo acercarse. Shiryu esquivo el primer golpe, pero en vez de atacar, tomo el brazo de Rung y le dio la espalda, ejerciendo presión y con un movimiento de karate, tiro a Rung hacía el suelo delante suyo, bajo sus pies.

Pero antes que pudiera hacer algo, los boomerang que había lanzado volvieron y Shiryu los esquivo y se clavaron en el suelo, aunque uno de ellos le hizo un corte en la mejilla izquierda. Antes que Shiryu reaccionara, Rung levanto una pierna, que por su tamaño, la rodilla golpeo el rostro de Shiryu y lo hizo retroceder, levemente aturdido.

En ese corto tiempo de aturdimiento, Rung se puso de pie y con una orden silenciosa, la réplica de Mjolnir voló desde su posición hasta su mano. Rodeando el mazo con electricidad, dio un golpe al suelo, más suave que al anterior, que libero una onda eléctrica. Sintiendo el Cosmos del martillo, Shiryu salto para esquivarlo, pero Rung sonrió y de un paso estiro una mano y tomo a Shiryu del pie derecho, azotándolo con fuerza contra el suelo. Lo levanto solo para arrojarlo a una de las estatuas de las paredes, donde se levanto un poco de humo por el impacto.

Shiryu apenas se estaba recuperando del impacto cuando un rayo salió del martillo y lo golpeo. Aunque su armadura lo protegió del golpe inicial, la descarga eléctrica que lo recorrió fue tan rápida y fuerte que lo hizo aullar de dolor, antes de caer de rodillas con las manos apoyadas contra el suelo.

-Si... así es como deben estar todos los que se opongan a la creación del nuevo mundo: derrotados, aceptando su inevitable final- dijo Rung.

-Yo no he aceptado mi derrota, y mucho menos que Loki destruya el mundo- dijo Shiryu, y para sorpresa de su oponente, se puso de pie sin mucho esfuerzo. -Mientras la llama de mi vida siga ardiendo, lucharé- de un movimiento, se arranco la capa que traía, ya que le empezaba a estorbar.

-Veo que es cierto lo que dicen: los Santos de Athena no saben rendirse- comento Rung. Camino un poco y recogió uno de sus boomerang. -No importa. El resultado no cambiara-.

Shiryu entrecerró los ojos. Como dijo antes, se había enfrentado a muchos enemigos, desde Santos Dorados hasta Gigas y Espectros. Todos habían sido diferentes personas que luchaban por sus Dioses y por el mundo que les ofrecía. Rung era igual que ellos, pero también... diferente en cierto modo.

-¿Por qué haces esto? Veo que tienes honor y respeto a tus oponentes. ¿Por qué alguien como tú sigue a Loki?-.

-¿Importa? A fin de cuentas ya estamos peleando, tú peleas por este mundo podrido y yo por acabarlo, es así de simple-.

Shiryu sentía que había más, pero no pudo indagar porque su enemigo lanzo el boomerang que recogió. En vez de esquivarlo, Shiryu lo desvió usando el escudo de su brazo para que el boomerang se clave en la pared más cercana. Cuando Rung corto la distancia entre ellos con su otra mano alzando el martillo, él ya lo estaba esperando. Concentro su Cosmos en sus brazos y puños, dando un paso para acortar más la distancia entre su enemigo y él, quedando tan cerca que Rung no podía usar bien Mjolnir.

-Ahora verás la diferencia entre el poder de un verdadero guerrero y el de alguien que se deja llevar por el poder de un arma- declaro, antes de saltar y conectar un golpe en el rostro de Rung. Tan fuerte fue su golpe que el casco de su enemigo salió volando y cayendo al suelo.

Rung se recupero del golpe y trato de atacar, pero Shiryu fue más rápido, atacando las piernas de Rung, logrando desequilibrarlo y que se tambaleara, consiguiendo que su postura fuera débil y la guardia baja.

-¡Dragón Naciente!- Reiterando su técnica, el dragón dorado golpeo a su enemigo, que apenas tuvo tiempo de usar el martillo como un escudo improvisado mientras era empujado hacía atrás, dejando un rastro de avance con la suela de sus botas. Rung libero relámpagos del martillo que hicieron desvanecer al dragón dorado.

El Dios Guerrero abrió los ojos al ver que su enemigo no estaba donde antes si. Alzo la mirada, creyendo que vendría por arriba, pero no. Miró hacía atrás, pero tampoco estaba.

Fue cuando bajo la mirada, es que vio a su enemigo preparar un nuevo golpe. Shiryu lanzo un tercer Dragón Naciente que golpeo de lleno a Rung y atravesó el techo de la cámara. Unos segundos después, el cuerpo de su enemigo y la replica del martillo de Thor cayeron. Shiryu se acerco, con la guardia en alto. Rung no estaba muerto, pero si inconsciente.

-Ahora puedo terminar mi trabajo- aunque lo más sensato sería matar a su enemigo mientras este desprotegido, Shiryu seguía un estricto código de honor: nunca atacaría a un hombre derrotado y/o indefenso. Sus pasos resonaron en la cámara y se puso delante de la estatua con la gema. Encendió su Cosmos, que lo canalizo en su brazo derecho que estiro como si fuera una espada. -¡Excalibur!-.

Ejecutando la técnica de los Santos de Capricornio que le fue heredada por Shura, y que ahora era su turno por heredársela a su hijo, el sucesor de Shura, se libero un corte dorado hecho de Cosmos.

Pero antes de que el corte golpeara la estatua, relámpagos se interpusieron como barrera, bloqueando la técnica.

-¡ALTO AHÍ!-.

Shiryu sobresalto la mirada y miro hacía atrás por sobre su hombro. Rung estaba de rodillas con las manos apoyadas contra el suelo, con su cara sangrando y con moretones, luchando por ponerse de pie. Su armadura había recibido grandes daños, teniendo fisuras por todas partes y la punta de su hombro derecho había sido destruida. Su Cosmos lo rodeaba, pero con el Zafiro de Loki brillando, el aura de su Cosmos cambio a una purpura mientras sus ojos adquirían un brillo del mismo color. Una de sus manos sujetaba la replica de Mjolnir.

-Esto... esta lejos de terminar, Santo- gruño Rung, poniéndose de pie, chorreando sangre que manchaba algunas partes de su armadura. -Tú lo dijiste... mientras la llama de mi vida siga ardiendo, lucharé...-.

-¿Por qué luchas con tanta pasión por Loki? ¡No ves que si logra lo que quiere, morirán miles de inocentes!- Exclamo Shiryu.

-Esa también es mi duda... ¿por qué luchas por este mundo podrido? Este mundo que no aprecia a los que ven como errores y fracasos... ¿cómo pueden defenderlo?- Cuestiono Rung. Mientras hablaba, usaba su Cosmos para cerrar sus heridas.

-¿Errores?- Repitió Shiryu sin entender. -¿Qué quieres decir con eso?-.

-¿De verdad crees que el mundo merece ser salvado por el camino como va? Qué ingenuo. Aunque supongo que tú, un Santo Dorado, un ser elegido por las estrellas para portar esa armadura, no entendería eso...-.

-La armadura me la gane con entrenamiento y conflictos sangrientos. Mi maestro me la heredo, confiando en la fuerza que obtuve gracias a él y mis batallas-.

-Ya veo...- de repente y para sorpresa de Shiryu, la mirada de Rung se suavizo un poco. -Debió ser un gran maestro para tener a un pupilo como tú. En otras circunstancias, podríamos haber sido grandes aliados-.

Shiryu relajo un poco su postura. -Tú... realmente eres diferente. No eres un loco que se mueva por razones estúpidas. Eres noble y empático. ¿Por que luchas por Loki?-.

Rung soltó un suspiro. Su enemigo tenía derecho a saber sus motivos llegados a este punto. Además, al perder el tiempo hablando, él usaba ese tiempo para sanar sus heridas.

-En mi vida, solo recibí maltratos y discriminación por mi origen. Tal vez lo hayas pensado al ver mi gran tamaño, pero no soy 100% humano. Soy mitad Gigante-.

-¿Mitad Gigante?- Repitió Shiryu, sorprendido. Claro que conocía a los Gigantes como raza. En un mundo donde hay Dioses, Demonios, Ángeles y Yokais, no le sorprendían que existieran, pero no espero enfrentar al hijo de uno.

-Si. Los Gigantes de Hielo y de Fuego del Panteón son derivados de los Gigantes en sus respectivos reinos. Y a diferencia de lo que se dice, los Gigantes no son necesariamente enormes. La mayoría son más grandes que un humano, pero todos pueden cambiar sus estaturas con magia- explico Rung. -Mi padre era un Gigante, uno relativamente pequeño y cercano a los humanos, lo que le permitió forzar a mi madre y tenerme a mi. Como mitad Gigante, no puedo controlar mi estatura como los pura sangre y por eso soy superior en estatura que cualquier humano-.

-Dijiste "forzar a mi madre". Significa que tú...-.

Rung asintió. -Si, soy resultado de una violación, pero mi madre me crio con amor de todos modos… me quería a pesar de ser recuerdo de ese acto hacia ella-.

FLASHBACK.

Se ve a una mujer en sus primeros treinta, de cabello negro largo atado a una cola de caballo, vistiendo un delantal y estando frente de una cocina donde preparaba un delicioso bocadillo.

-¡Rung! ¡Es hora de almorzar!- Llamo por la ventana a su hijo, que se encontraba jugando con un boomerang.

Poco después, se vio entrar a un Rung de 10 años, pero su estatura lo haría parecer un adolescente en sus 17. El niño sujetaba en su mano derecha un boomerang tallado de madera con el que solía jugar.

-¡Bien! ¿Comeremos carne de res?- Preguntó el pequeño Rung, sentándose en la mesa.

-No. Esta vez serán fideos con vegetales. Y esta vez, debes comerte todos los vegetales- dijo la mujer con un tono autoritario pero cariñoso.

El pequeño Rung hizo una expresión de asco. -¡Pero saben mal y no me gustan!-.

-No me importa, tienes que comértelos. Te ayudarán a crecer y ser fuerte-.

-¡Pero ya soy fuerte! ¡Soy un niño grande y fuerte, mama!-.

-Nada de peros, Rung. Te los vas a comer, o te obligaré a hacerlo-.

-¡Mama!-.

Ella era una mujer fuerte. No dudo que cualquier otra mujer habría hecho un aborto o me hubiera abandonado, pero ella me amo con todo su corazón. Vivíamos en las montañas a las afueras de un pueblo de Europa. Cortar leña, cazar, jugar… no era una vida mala. Mi madre creía en los Nórdicos, en Odín y sus Dioses, me enseño sus creencias de cariño y respeto a pesar de cómo éramos tratados, ya que en esa parte del mundo en aquella época, una mujer soltera con un hijo era mal visto, y yo era repudiado por todos los demás por mi estatura. Por eso no salía mucho al pueblo y mi madre me educaba en casa.

Se ve a Rung acostado en su cama, con su madre leyendo un libro.

-"Y con un movimiento de su espada, el héroe Siegfried acabo con el malvado Dragón Fafnir, salvando las vidas de toda su gente. El guerrero fue condecorado como un héroe y se quedo con todos los tesoros que el dragón protegía"- narraba la mujer a su hijo a través de un cuento.

-Impresionante...- los ojos del pequeño Rung brillaban ante tal historia. -¿Podría ser como esa persona, mama? ¿Un héroe?-.

-Por supuesto que si. Todos podemos ser héroes de un modo u otro, siempre que tengamos el valor de hacer lo correcto- respondió su madre, cerrando el libro. -Pero suficiente de historias. Es hora de dormir-.

El niño hizo un puchero, pero asintió y se acomodo en sus sabanas. Su madre apago las luces y guardo el libro, lista para salir y ella misma descansar.

-Mama...- pero antes de hacerlo, su hijo la llamo.

-¿Si, tesoro?-.

-Crees que si me vuelvo un héroe, la gente del pueblo dejaran de odiarme?-.

El corazón de la mujer se encogió al escuchar esas palabras, que combinadas con el tono de inocencia que solo un niño puede tener, hicieron que las lágrimas amenazaran con salir, pero se contuvo y se acerco a la cama de su hijo para atraerlo y darle un fuerte abrazo.

-No tienes que preocuparte por eso, mi cielo. Se que un día verán el error que hacen al tratarte así-.

-Pero no entiendo porque lo hacen. Siempre he sido amable con todos, como dices que sea, pero me ignoran o me llaman deforme-.

-No los escuches. Ellos solo tienen miedo a lo que no entienden, y reaccionan de esa manera. Pero entiende algo: nada de esto es tu culpa. Tú eres un niño tan bueno que nunca tendrías la culpa de nada- le dio un beso en la frente a su hijo. -Por qué se que siempre serás alguien justo-.

Pero como puedes imaginar, esta bonita historia no tendrá un desenlace feliz.

Un día, los humanos del pueblo se cansaron de que un "adefesio" viviera cerca de ellos y a la madre de este cerca.

Se ve a Rung y a su madre correr en la noche a través de un bosque nevado, con sus pisadas dejando marcas en el suelo. Atrás de ellos, no muy lejos, estaba una muchedumbre persiguiéndolos con trincheras y escopetas.

Nos cazaron como animales salvajes, sólo porque no aceptaban mi existencia. Al final, ella me escondió en una zona descampada mientras ella los distraía. Me dijo que la esperara ahí hasta que vuelva… lo hice… minutos, horas… días… ella nunca volvió.

Perdí a mi madre por culpa de los humanos… sabía que el odio no me iba a llevar a nada… pero los Dioses en los que creía no me iban a ayudar, no tenia nada… así que a pesar de que sabía que el odio no me devolvería a mi madre, decidí buscar venganza contra los verdaderos monstruos... contra todos aquellos que nos cazaron... y fue ahí donde encontré mi camino...

En una gran cabaña en el centro del pueblo, Rung respiraba de manera entrecortada, como un animal salvaje rabioso. Todo su cuerpo estaba manchado de sangre. Las paredes, el suelo y el techo también tenían sangre, y en el suelo habían más de una docena de cadáveres... todos ellos eran los tipos que lo habían cazado a él y a su madre... quienes se la quitaron.

La puerta de repente se abrió y dejo entrar la luz. Rung inmediatamente vio una figura encapuchada entrar a la sala, cada paso que daba resonaba en un eco metálico. Al verlo, Rung no pensó, solo actuó. Se lanzó hacía el encapuchado, con un aura violeta rodeándolo, lanzo un golpe que el misterioso individuo bloqueo, liberando una onda de impacto que fracturo el suelo de madera y quito la capucha del recién llegado.

-Vaya, vaya, así que de ti venía el Cosmos que sentí...- dijo un Derbal más joven, mirando con intriga al muchacho. -Tienes espíritu, hijo...- miro los cadáveres en el suelo y la gran cantidad de sangre que había. -Y una gran ira-.

Al ver el rostro del hombre y reconocer que él no pertenecía al pueblo, Rung dio un paso atrás, tambaleándose cuando la adrenalina lo abandonaba. -Yo...-.

-¿Qué te hicieron estas personas para que las hayas matado?- Pregunto Derbal, notando como el cuerpo del niño empezaba a temblar. -Tú...- entrecerró los ojos. -No eres humano, no completamente-.

El niño abrió los ojos y miro al hombre misterioso. -¿Cómo lo supiste?-.

-No eres el primer hijo de Gigantes que veo, pero si el primero estando tan lejos de Asgard y del territorio del Panteón Nórdico. ¿Qué haces aquí, niño? ¿Qué te paso para que crearas este baño de sangre?-.

-Yo... yo...- los ojos del niño se llenaron de lágrimas y cayo de rodillas. -Estos malditos mataron a mi madre. Yo... se que esto no es lo que hubiera querido. Se que esto no la devolverá, pero, pero... ¡no podía aceptar que estos malditos siguieran vivos después de lo que hicieron!- Gritó con una ira alimentada por el dolor, sin notar como su Cosmos se hacía más grande. -¡Mi mama y yo vivíamos en paz sin molestar a nadie! ¡¿Por qué nos tuvo que pasar esto?! ¡¿Por qué no nos pudieron dejar en paz?! ¡¿Por qué tuvo que morir?! ¡No es justo! Yo... ¡yo quiero a mi mama!-.

Sin decir una palabra, Derbal camina hasta arrodillarse delante del niño, y le coloca una mano en la cabeza, revolviendo suavemente sus cabellos.

-Tú no tuviste la culpa de nada. La única culpa la tuvieron los humanos. Los humanos, en su debilidad y egoísmo, rechazan todo lo que no entienden, y prefieren destruir lo que no entienden a intentar entenderlo, porque les es más fácil. Te tuvieron miedo y al final por culpa de sus acciones provocaron lo que tanto temían. No pienses que lo que hiciste estuvo mal, porque no es así. Lo que hiciste fue justicia por ti y tu madre. Eras tu o ellos, nada más-.

-Pero... pero...- gimoteo Rung entre lágrimas y mocos.

-Entiendo como te sientes. Fui expulsado recientemente del pueblo que alguna vez lidere, solo porque mis ideas iban en contra de lo que ellos estaban acostumbrados. Tuve el valor de hacer algo diferente por el bien de todos y ellos, en su miedo, me traicionaron y me expulsaron. Así que soy como tú-.

El pequeño Rung vio como el adulto le extendía una mano.

-Ven conmigo. Incluso si los humanos te traicionaron y abandonaron, yo no lo haré. Y mi Dios tampoco lo hará. El valorara tu lealtad y servicio. Ayúdame en mi misión de cambiar este mundo podrido, lleno de seres que matan sin razón, por uno nuevo donde seres como tu y yo no tengamos que sufrir. Creemos un verdadero elíseo-.

Yo no confiaba en los extraños después de eso, pero Derbal fue el primero en entenderme y en extenderme la mano. Aunque no le tenía mucha fe a Loki, con el tiempo cambie y me di cuenta que su camino el correcto.

Pensé que sería mejor hacer que un mundo como esta no exista, un mundo que teme a lo que es diferente, miedo a lo que no entienden y dirigen ese miedo a los que no pueden defenderse… este mundo solo ataca a los que les da miedo y lo que no entienden…

Un mundo así... es mejor destruirlo.

El pequeño Rung levanta su brazo y toma la mano de Derbal, quien sonríe y lo ayuda a levantarse.

FIN FLASHBACK.

-Es por eso que este mundo que intentas proteger, para mi no tiene valor. Me he entrenado todos estos años solo para cumplir el objetivo de Loki. Es mi propósito en esta vida- termino Rung.

Shiryu quedo en silencio tras escuchar la historia. Ahora entendía porque Rung luchaba con tanta determinación. Y no podía culparlo. Cualquiera que haya vivido lo que él, ante un sujeto como Derbal, hubiera elegido lo mismo. Pero aunque sufrió, aunque perdió a su madre y la vida pacifica que le arrebataron sin justificación, no era justificación para hacerle lo mismo a otros.

-Lo que pasaste fue trágico y entiendo que veas el plan de Loki como la única opción, ¡pero en este mundo hay más que solo las personas que te quitaron a tu madre! ¡También hay madres como la tuya que aman a sus hijos y estos aman a sus padres como tú amaste a la tuya! Si Loki tiene éxito, esas familias serán destruidas sin razón o motivo, como lo hicieron contigo. ¿Crees que tu madre estaría feliz con el camino que has elegido?-.

Por un momento, la mirada de Rung se volvió meditativa mientras bajaba la cabeza, antes de levantarla y tomar la replica de Mjolnir con ambas manos. En sus ojos había un brillo de determinación.

-Las muertes son por un bien mayor, un futuro mejor para todos. Los sacrificios son necesarios, si bien sé que lo que hago es horrible… cargare con lo que eso conlleva-.

-No se puede llamar sacrificio si no hay elección- Shiryu elevo su Cosmos para igualar al de su enemigo. -Aunque considero que es muy triste lo que te sucedió, no justifica un genocidio. Lo lamento, pero voy a detenerte con todas mis fuerzas-.

-Y yo protegeré la gema y lucharé contra ti por el deseo del Dios Loki con todas mis fuerzas-.

Por encima de Shiryu y Rung, se vieron las imágenes de un dragón verde chino rugiendo contra un gigante mitológico respectivamente a punto de chocar.


(Con Utgard)

-¿A que te refieres con un Dios?- Preguntó Utgard ante la declaración de su enemigo tras que su técnica no surtiera efecto en él.

-Es tal como dije- dijo Balder. Las valquirias que lo rodeaban desaparecieron. -Pero no me creas, deja que te lo muestre- levanto su brazo derecho, apuntando a Utgard con su espada. En su dorso, una inscripción brillo. -¡Ansur!-.

La hoja de la espada se cubrió de un brillo celeste, para un segundo después, liberar un rayo de Cosmos. Utgard abrió los ojos ante el ataque y al ver la velocidad, sabía que no podría esquivarlo, así que encendió su Cosmos y lo canalizo en su hoz, golpeando su arma con el rayo. Utgard lucho, pero el ataque finalmente supero la fuerza de su arma y lo golpeo, lanzándolo hasta caer con fuerza al suelo.

-Qué poder...- murmuro Utgard, apoyando los codos en el suelo para levantar un poco su cuerpo. -Apenas pude reducir el impacto del ataque. Si no lo hubiera hecho, estaría en serios problemas...-.

-Exacto. Parece que finalmente te estas dando cuenta de tu situación- dijo Balder con una sonrisa.

-Puedo sentir un Cosmos poderoso de ti... pero llamarte Dios es exagerado- replico Utgard, poniéndose de pie y en guardia.

-Es comprensible que tengas problemas para entenderlo; pero el poder de un Dios esta en mi interior- Balder levanto su espada, y la marca en el dorso de su mano derecha volvió a brillar.

-Esa marca... ¡una Runa!- Se dio cuenta Utgard.

De la runa salió un rayo de energía que golpeo a Utgard, quien fue lanzado otra vez hacía atrás, pero alcanzo a girar y clavar su hoz en el suelo, dejando una marca de corte mientras frenaba su retroceso hasta detenerse por completo.

-Esta Runa que tengo es una que se me fue dada por el Dios Loki. Supongo que para entender a quien te enfrentas, deberás saber un poco de mi- dijo Balder. -Nací en un pueblo muy pobre, incluso para Asgard. Todos los aldeanos enfermaban, obligándome a trabajar en soledad-.

FLASHBACK.

Se ve a un pequeño Balder, acompañado de un perro husky, darle un pedazo de pan a un anciano.

Luego, se vio a Balder tomar la mano de una anciana que estaba postrada en cama, y quien le sonrió al niño por la atención.

Mientras caminaban, el niño Balder cayo de rodillas y empezó a toser. Su perro se acerco preocupado y cuando Balder dejo de toser, rodeo el cuello de su perro con uno de sus brazos y lo acerco para darle un gran abrazo.

Pero como era tan joven y frágil, por mucho que trabajaba, el pueblo no mejoraba...

Balder y su perro se encontraban frente a una gran cantidad de tumbas, todas pertenecientes a las personas de su pueblo.

Al ver todas las tumbas y darse cuenta que sus esfuerzos no sirvieron de nada, el niño derramo una lágrima.

En mi desesperación, busque por ayuda divina. Quería que Odín me diera la fuerza que me faltaba para ayudar a otros.

Balder y su perro se encontraban en una iglesia a nombre de Odín. El niño estaba de rodillas rezando, con su fiel perro haciéndole compañía.

-¿Por qué nací siendo tan débil? Dios, ¿por qué no me otorgaste nada?- Eran las preguntas que le hacía el niño a la estatua de Odín, esperando que de algún modo, sus rezos y plegarías llegaran al Dios.

Tras horas de rezar y pedir ayuda, Balder termino por no aguantar más y colapso frente a la estatua. Su perro se acerco preocupado.

En mi momento más bajo, quien escucho mis ruegos, quien escucho mi joven voz pidiendo ayuda y me dio la fuerza que necesitaba no fue Odín, sino Loki.

-Balder...- una voz resonó en la cabeza del niño, lo que lo hizo abrir los ojos. -Tienes un corazón puro. El más puro y amable de todos-.

-Aunque tenga eso... ¡no pude salvar a los aldeanos!- Se lamento el niño con rabia e impotencia ante su propia debilidad. -Si al menos tuviera un cuerpo más fuerte...-.

-Te otorgaré uno si eso deseas- dijo la voz, haciendo que Balder abra los ojos de sorpresa. -Un cuerpo tan fuerte que nadie en este mundo pueda lastimar. Lo único que pido es lealtad hacía mi-.

-Si, señor Odín...-.

-¿Odín? ¡Hahaha! A ese viejo no les importan los humanos- dijo la voz, haciendo que Balder abra aún más los ojos. -Si de verdad a Odín les importaran, ¿por qué dejo que tu pueblo muriera? ¿Por qué dejo que un niño como tú tuviera que trabajar?-.

Balder no encontró el razonamiento ni la fuerza para replicar. A pesar de sus oraciones y de que su gente era buena, nada ni nadie vino a ayudarlos ni salvarlos. A pesar de todo, sus muertes no se pudieron evitar. ¿Por que Odín los abandono? ¿Acaso hicieron algo para ofenderlo, o realmente no le importaban?-.

-Pero yo si escuche tus ruegos, mi niño. Yo te ofrezco lo que deseas, a cambio de tu lealtad y servicios para mí. Dale la espalda a Odín y te daré lo que quieres- dijo la voz en su cabeza.

-Y... ¿quién es usted?- Preguntó Balder.

-Yo soy Loki. Qué las cosas que escuches de mi no las creas, porque solo son mentiras y comentarios dichos de otros Dioses para dañar mi reputación a los mortales. ¿Qué dices, Balder? ¿Quieres que te conceda tu deseo?-.

A pesar de sus ruegos y deseos, Odín no escucho sus palabras, pero Loki si. Había escuchado todo lo relacionado al Dios de las Mentiras, pero si Odín no respondía, ¿a quien más podía recurrir? Si la gente de su pueblo moría, ¿qué le quedaba?

-Si... mi señor Loki-.

-Muy bien-.

Un brillo blanco surgió en el lugar, haciendo que el husky cerrara los ojos y sacudiera la cabeza. Cuando la luz se fue, Balder se puso de pie sin problemas.

El niño se miro las manos. En la mano derecha tenía una marca que resplandecía y parecía una "F", mientras que en la izquierda tenía una marca que brillaba de la misma manera, pero parecía una "Z". No solo eso, sino que él ya no sentía el cansancio que antes lo hizo sufrir. El niño miro asombrado las marcas en sus manos.

FIN FLASHBACK.

-Desde entonces, con la bendición del Dios Loki, no existe ser o arma que pueda lastimar mi cuerpo- declaro Balder. Giro su espada para que la hoja lo apuntara a él. -Mira...-.

Y sin dudar o vacilar, Balder se clavo la hoja de su arma en su propio cuello. Utgard sobresalto la mirada ante el intento de suicidio.

O así sería, porque Balder retiro su espada lentamente y la herida en su cuello sano al instante de que la hoja se retirara, incluso la sangre desapareció, como si nunca hubiera recibido una herida.

-¿Lo ves? Puede que seas un Dios Guerrero reconocido por Odín, pero el Dios Loki me reconoció digno de tal regalo. Un poder incomparable y un cuerpo invulnerable. ¿Qué más seria, sino un Dios?-.

Era absurdo. Demasiado absurdo, pero Utgard no podía negar la verdad que sus ojos vieron. Igual que el Dios Balder, su enemigo tenía un cuerpo invulnerable, incapaz de sufrir daño. Sin duda tal habilidad podría ser considerado un regalo divino, y técnicamente lo era ya que esa habilidad se la dio Loki, pero Utgard sabía que ni la técnica más poderosa era invensible.

-Su Cosmos es fuerte, pero no se compara al Cosmos de los Dioses Nórdicos que he visto- pensó Utgard, analizando a su enemigo. -Aunque lo diga, sin duda es humano. Esa supuesta invulnerabilidad debe tener un truco escondido, un punto débil al que atacar-.

-No tienes oportunidad. Ríndete- pidió Balder con falsa amabilidad.

-No puede ser. No importa que tan grande sea el Cosmos de un individuo, ningún humano puede volverse un Dios-.

Balder suspiro con algo de irritación. -Qué obstinado. ¿Dices eso después de ver mi inmenso poder?-.

Balder levanto su mano izquierda, que libero un destello celeste que cegó por unos instantes a Utgard.

Cuando el Dios Guerrero de Garm abrió los ojos, ya no estaba en la cámara de Alfheim, sino en el aire, rodeado de nubes de tormenta que cubrían todo el espacio, soltando rayos de vez en cuando.

-¡Este es sin duda el poder de un Dios!- Grito Balder. Sus palabras eran acompañadas por el sonido de los truenos. -¡El poder del Dios Loki, quien traerá la purificación a este mundo corrupto!-.

Utgard se lanzo contra Balder, quien extendió su mano y disparo el rayo azul de Cosmos; pero esta vez, Utgard estaba preparado y lo esquivo. En menos de un parpadeo, ya estaba delante de Utgard, levantando su hoz para dar un corte que Utgard bloqueo con su espada.

-¿No se supone que obtuviste ese cuerpo invencible para ayudar a otros?- Preguntó Utgard, forcejeando su arma con la espada de Balder. -¿Por qué no estas con la gente que sufre enfermedades? ¿Por qué eres parte del genocidio que intenta hacer Loki? ¡Te contradices a ti mismo!-.

Balder bufo de manera burlona. -No espero que un mortal lo entienda. ¡Lamentar el dolor de los seres que se arrastran por la tierra no corresponde a los dioses!-.

-¡¿Qué?!-.

Balder aparto a Utgard y lanzo un corte que Utgard esquivo, pero la punta de la espada rozo el protector del pecho del Dios Guerrero, dejando una marca en la armadura. Balder no perdió tiempo y ataco con estocadas a la velocidad de la luz que Utgard bloqueaba moviéndose a la misma velocidad. Ambos sostuvieron una danza de acero mientras los truenos eran la música de su baile mortal.

Balder canalizo Cosmos en su espada y lo lanzo como un corte de Cosmos que Utgard corto en dos, pero al hacerlo perdió de vista a Balder. Los instintos del guerrero de Odín le gritaron que se hiciera a un lado y eso hizo, evitando una estocada que iba a su cuello, pero en su lugar, la espada atravesó su hombro izquierdo y la protección de esa zona

Utgard gruño de dolor y rápidamente giro el mango de su arma en un agarre inverso, aprovechando la cercanía para apuñalar el costado de Balder. Pero aunque su hoja atravesó la armadura de su enemigo y golpeo la carne... el guerrero al servicio de Loki no reacciono ante el golpe.

-¿Lo ves? Tus golpes no me hacen nada- dijo Balder, girando su espada que aún estaba incrustada en el hombro de Utgard, haciendo que este gruñe de dolor. -A diferencia de ti, que sufres por un simple golpe de mi espada-.

Aguantando el dolor, Utgard se movió hacía adelante, sacando de su cuerpo la hoja de la espada y marcando distancia entre él y su enemigo. Utgard se giro rápidamente hacía su oponente mientras concentraba su Cosmos para cerrar la herida de su hombro izquierdo.

-Al adquirir el regalo del Dios Loki, busque un lugar donde alguien como yo podría usar estos talentos. Y por fin lo encontré: el campo de batalla- declaro Balder, siguiendo con su relato. -Es inútil lamentar el dolor de los demás en la batalla. Tú, por ejemplo, ¿por qué debería lamentar el dolor que te estoy causando cuando eres mi enemigo y tengo que matarte? ¡La piedad solo estorba!-.

Las nubes dejaron de emanar truenos y rayos de luz comenzaron a surgir y despejar el cielo, hasta que solo quedaron unas pocas nubes. Balder se había hecho más grande hasta ser gigante, mostrando su superioridad ante Utgard, para mostrar la grandeza de él como un Dios y lo pequeño que era Utgard, un mortal ante él.

-Es por eso mismo que no siento piedad ante los miles que van a morir. Este mundo esta mal y el Dios Loki va a corregirlo. La muerte de miles hará surgir un nuevo mundo. ¿Por qué sentir pena por los sacrificios, entonces? ¡Un Dios no siente pena ante los insectos! ¡En nombre del Dios Loki, que me salvo la vida aquel día, usaré el regalo divino que me concedió para cumplir con su voluntad!-.

Balder hizo arder su Cosmos, y las cuatro valquirias aparecieron a su alrededor.

-¡Recibe el castigo de Dios! ¡Juicio Ragnarok!- Balder levanto su espada y la bajo, apuntando a su enemigo. Las valquirias, brillando de energía, se lanzaron hacía Utgard.

-¡Aullido de Lobos!- Encendiendo su Cosmos, Utgard contraataco: una docena de lobos celestes hechos de Cosmos se crearon a su alrededor y se lanzaron al ataque.

Los lobos mordieron y golpearon a las Valquirias, explotando al contacto, pero ninguna de estas valquirias se vio afectada o detuvo su avance. Al estar frente a Utgard, atacaron con sus espadas en el cuerpo del Dios Guerrero, quien grito de dolor ante los cortes potenciados de Cosmos que recibía por todo su cuerpo, destrozando su carne y armadura.

Con un grito, Balder agito su espada contra su enemigo, de igual modo que se decía en la antigua profecía del Ragnarok que haría Surtur con su espada para destruir Asgard. Aunque atacarlo con su espada era solo para rematarlo, porque estaba prácticamente muerto.

Pero en eso se equivoco.

-¡HAAAAA!- Con un grito, Utgard hizo arder su Cosmos, haciendo que la hoja de su arma se cubriera de su Cosmos violáceo. Con un golpe horizontal, choco su espada con la espada gigante de Balder.

El choque genero una onda de impacto que sacudió las nubes que quedaban. El choque de Cosmos sacudía el espacio aéreo en el que estaban.

Para sorpresa y furia de Balder, Utgard estaba resistiendo y repeliendo su ataque. ¿Cómo se atrevía un simple mortal a enfrentarlo a él, un Dios? ¡Debería aceptar su castigo por su impertinencia en silencio!

Tras unos segundos en que las armas siguieron chocando, Utgard logro imponerse y apartar la espada de su enemigo con la suya, aunque su hoz termino fragmentándose y rompiéndose en pedazos. El Dios Guerrero de Gram suspiro y cayo de rodillas en el suelo invisible del espacio en donde estaban. Su armadura había sido dañada ante los ataques de las Valquirias que su enemigo creo. El hombro derecho y la mitad del peto izquierdo de la armadura de Utgard fueron cortados y arrancados de su armadura y el resto de partes estaban agrietadas. Su mascara salió volando durante el ataque, permitiendo ver su rostro por completo: tenía una nariz puntiaguda, una mandíbula que terminaba en punta y rasgos finos en general.

-Así es como deben estar los mortales ante los Dioses: de rodillas, aceptando su destino- dijo Balder, sin ocultar el deleite que le causaba ver a su enemigo así. -Es hora de terminar con tu vida, humano...-.

Balder levanto su espada y las Valquirias volaron para acabar con su enemigo.


(Con Shiryu)

El Santo de Athena y el Dios Guerrero de Loki se miraron a los ojos mientras caminaban alrededor del otro. Mjolnir destellaba electricidad, que era una advertencia que Shiryu tomaría con total precaución. Aún si era una replica y no el verdadero martillo de Thor, seguía siendo un arma divina de temer. Por un momento, Shiryu considero sacar una de las armas de Libra para pelear contra el martillo; pero se abstuvo. Le había dicho a Rung que un arma no hace al guerrero, y planeaba mantener ese comentario hasta el final. Además, aún no había llegado a un escenario en el que tenía que recurrir a eso.

Cuando un trozo de piedra del agujero que el Dragón Naciente había hecho, la lucha se reanudo: ambos se lanzaron contra el otro, impactaron puño contra martillo… el Cosmos dorado y el Cosmos eléctrico salieron del choque, un choque que hizo temblar todo el lugar.

Shiryu sintió como los huesos de su puño parecían estar a punto de romperse ante el choque y sus nudillos se manchaban de su propia sangre bajo protección de la armadura, pero lo ignoro mientras retrocedía el puño y lanzaba un nuevo golpe golpe que Rung bloqueo al mismo tiempo que le dio una patada que lo alejo un poco, lo suficiente para estar en el rango del martillo que Shiryu esquivo apenas al brincar hacía atrás.

Con un grito, Rung apunto el martillo a Shiryu, liberando un relámpago. En vez de esquivarlo o bloquearlo, Shiryu levanto su brazo derecho bien extendido.

-¡Excalibur!- Libero el corte de Cosmos Dorado para chocar con el relámpago, cortándolo en dos mientras se hacía paso. Rung vio venir el ataque y salto a un lado para esquivarlo.

Rung corrió hacía uno de sus boomerang y lo tomo. Canalizo Cosmos y lo lanzo hacía Shiryu, quien repitió de nuevo su técnica, cortando el boomerang en dos y haciendo que las partes caían al suelo.

Eso pareció enojar al Dios Guerrero, que lanzo un ataque de Cosmos, y detrás del ataque, libero más el Cosmos del martillo para desatar un poderoso trueno.

En vez de esquivar el ataque o reiterar con Excalibur, Shiryu encendió su Cosmos y corrió directo hacía ambos ataques.

-¡Dragón Volador de Rozan!- Su cuerpo brillo de Cosmos mientras extendía su puño izquierdo hacía adelante, tomando la forma de un dragón dorado que atravesó el ataque de Cosmos y el trueno fácilmente.

Rung vio venir el ataque y alzo Mjolnir, repitiendo el choque de puño y martillo, pero más fuerte que antes, rompiendo el suelo debajo de ellos y fracturando las paredes cercanas ante la presión de sus Cosmos.

-Me esta... ¡¿haciendo retroceder?!- Exclamó Rung en su mente al sentir como sus pies retrocedían ante la técnica y Cosmos de su enemigo. -¡No puedo permitirme perder!-.

El Zafiro de Loki aumento más el Cosmos de Rung, haciendo que el aura purpura a su alrededor se hiciera más intensa.

Con un grito, Rung una de sus manos a Mjolnir y golpeo a Shiryu en el rostro. Aunque el golpe aturdió al Santo de Libra, el haber soltado una mano del martillo hizo que el ataque de Shiryu fuera lo suficientemente poderoso, y aunque no lo golpeo, mando a volar el martillo de sus manos.

Pero en vez de ir a recuperarlo, Rung encendió su Cosmos y preparo su brazo derecho, en donde se canalizo todo su Cosmos.

-¡Recibe mi máximo golpe! ¡Impacto Devastador del Gigante!-.

Todo el Cosmos de Rung se concentró en su brazo derecho, lanzando un poderoso derechazo que Shiryu no pudo bloquear y recibió en el rostro, escupiendo sangre mientras era lanzado hacía la parte inferior de la estatua de gigante en donde estaba la gema, haciendo que esta tambaleara, pero no cayera.

Respirando de manera cansada, Rung llamo a la replica de Mjolnir a sus manos, sabiendo que este sería su mejor momento para acabar con su enemigo. Corrió, canalizando el Cosmos cargado en el martillo para un último ataque devastador.

-¡Siente el poder de mi determinación!- Grito, alzando el martillo para terminar con todo.

De entre los escombros, Shiryu, con sangre manchando su rostro, salió disparado contra Rung, con el escudo de Libra en su brazo al frente. Esta vez, el martillo choco con el escudo, generando un destello que ilumino toda la cámara con un Cosmos que se sintió en toda la isla y más allá.

Ambos guerreros salieron disparados en direcciones contrarias y estrellándose. Shiryu gimió, viendo que el escudo de Libra quedo con fisuras en todas partes y parecía apunto de romperse. Lo que si se rompió fue su brazo izquierdo, que ya no podía usar para la batalla

-Lo siento, armadura de Libra. Te he presionado bastante- se disculpo con la armadura de su maestro. En respuesta, la armadura destello levemente, como si aceptara sus disculpas. -Pero por favor, préstame tu ayuda un poco más...-.

Gruñendo de esfuerzo, Shiryu salió de los escombros, viendo que estaba justo debajo de la gema que debía destruir. Podría hacerlo ahora, pero sabe que la lucha no esta terminada.

Así se demostró cuando Rung salió de los escombros. Apenas le quedaba armadura que usar, pero no parecía importarle.

-Cuando dijiste que el poder de tu Cosmos es lo que hace a un guerrero, no te equivocabas... tu Cosmos es mucho mayor que el mío. Si no tuviera el Zafiro de Loki y la replica de Mjolnir, esta batalla no hubiera durado ni la mitad del tiempo que ha durado- admitió Rung sin vergüenza. -Es una pena que nuestras ideas sean contrarias, pero así es la vida a veces...-.

-Es cierto...- gruñendo, Shiryu movió lo más que pudo su brazo roto. -También es cierto que lo que padeciste fue horrible... y que fue una de las verdades del mundo: el mundo es cruel con los débiles, los distintos, los no queridos- Shiryu apretó su puño derecho, puño que tenía marcas de sus entrenamientos, entrenamientos que lo han llevado hasta aquí. -Querer cambiar el mundo está bien… el mundo cambia por nuestras acciones y eso lo sé. Yo deseo cambiar este mundo para hacerlo mejor, no por mi, sino por mis hijos, para que no tengan que sufrir las mismas penurias que yo, para que tengan la capacidad de elegir lo que quieren ser y luchar por lo que creen-.

Si un día, Ryuho o Shoryu se acercaran a él y decían que no querían ser Santos de Athena, él lo aceptaría. Él tuvo que volverse Santo por la imposición de Mitsumasa Kido y por el juego del destino de las estrellas. Aunque intento dejar ese camino varias veces, al final, no se arrepiente de seguir siendo un Santo de Athena. Pero sus hijos, ya sea que elijan ser Santos como él o ser otra cosa, entonces esta bien. Él quiere crear un mundo más seguro para que ellos puedan tomar esa elección sin miedo o para no sentirse obligados.

-Entiendo tu dolor y tus motivos... ¡pero no aceptaré jamás el modo que deseas cambiar el mundo! Aún si el mundo que creara Loki realmente es mejor que el actual, habrá nacido de la muerte, con sus bases siendo la de miles de cuerpos de inocentes- el Cosmos dorado de Shiryu se elevo más y más, como una galaxia.

-Entiendo que el método no es el correcto... pero este es el camino que tomé. Bueno o malo... lo recorreré hasta el final- declaro Rung. El martillo en sus manos comenzó a destellar electricidad con intensidad. -¡Si tu camino es mejor que el mío, demuéstramelo con tu Cosmos, Libra!-.

Rung cargó todo el poder que le quedaba en su arma y la cantidad de relámpagos que había en este era tanta que opacaban el martillo con su luz. No importa que sea una réplica de Mjolnir, se basó en un arma que sólo Dioses pueden usar.

Shiryu espero a que su enemigo se acercara. Solo tenía una oportunidad de victoria. Mientras más elevaba su Cosmos, pensó en todas las personas que le importaban: su esposa, sus hijos, sus hermanos y compañeros, en su maestro Dohko, en Athena. Por todos ellos que eligió permanecer como Santo de Athena y por el que luchaba.

-¡Lo Cien Dragones de Rozan!-.

Shiryu hizo estallar su Cosmos al infinito, invocando cien dragones dorados que cruzaron los cielos hacía su enemigo. Rung agito el martillo, atacando con los truenos divinos del arma a los dragones, pero la horda era demasiada y terminaron por abrumarlo en poder y cantidad. Los colmillos de los dragones mordieron la replica de Mjlonir y lo destruyeron en pedazos, liberando una onda eléctrica que acabo con algunos, pero no con todos. Rung grito de dolor al sentir el fuego y los colmillos despedazar su carne y evaporar su sangre.

Shiryu corto la energía cósmica que le mandaba a su técnica de golpe. Aunque fuera su enemigo, Rung mostró tal honor que no quería que fuera devorado por sus dragones.

Los dragones dorados desaparecieron luego de unos segundos en que Shiryu interrumpió su técnica y el cuerpo de Rung cayo en un sonido seco al suelo. Tenía marcas de colmillo en todo el cuerpo salvo el rostro y no quedaba ni rastros de su armadura. A su lado, los restos de la replica de Mjolnir posaban en pedazos, igual que su portador.

-Gran batalla, libra... no... Shiryu… eres digno de llamarse guerrero...- elogió Rung, botando sangre por su boca.

-Tú... fuiste un gran oponente...- Shiryu bajo los brazos que le dolían mucho, sobre todo el izquierdo que estaba roto. -Esta fue una gran batalla. Lástima que fuimos enemigos…-.

-Sí, lástima… por eso debes entender que no puedo dejarte ir- dijo Rung. Un Círculo Mágico emergió debajo de su cuerpo, y raíces de un árbol surgieron del suelo y lo envolvieron. -Nunca fui bueno en la magia. Invocar raíces del propio Yggdrasill… es la única magia que pude aprender. Aún si no puedo matarte, te detendré lo suficiente para que no interfieras en el plan de mi señor...- tosió más sangre.

Shiryu forcejeaba, pero no le quedaban muchas fuerzas para luchar más. Tenía un brazo roto y había gastado gran parte de sus energías en su último ataque.

Pero aún así no podía rendirse.

-Solo por esta ocasión...-.

Justo cuando las raíces lo cubrieron por completo, un destello dorado surgió desde el interior y menos de un segundo las raíces fueron cortadas en pedazos. En la mano derecha de Shiryu, sujetaba una espada dorada.

Esta era una de las doce armas de Libra, una de las dos espadas de Libra. Los Santos de Athena tenían prohibido usar armas que no sean parte de las armaduras, solo Athena y el Caballero de Libra, que es conocido como el Santo con mayor sentido de la justicia, tenían el permiso de quitar esa prohibición. Por ese mismo sentido, es que al Santo de Libra se le confió la responsabilidad de portar las armas que podían destruir las estrellas.

Y Shiryu, usando esa autoridad como Santo de Libra que era, levanto esa prohibición por un instante para así poder usar una de las espadas y librarse de ellas.

Lo último que los ojos de Rung vieron fue el destello dorado de Shiryu. Tenía que admitir que ese destello... era hermoso.

El chino miró a su enemigo caído, notando que ya no respiraba ni se movía. No solo eso, sino que tenía una sonrisa de paz en su rostro, tal vez feliz de poder ir al fin ir y ver a su madre en donde sea que vayan las almas de los que son nórdicos.

-Realmente espero que puedas reunirte con tu madre- pensó Shiryu. -Cuando terminé, me reuniré con mi familia, pero antes tengo una misión que completar-.

Miró la gema de la cámara, que se había mantenido intacta en todo el choque de Cosmos. Levanto la espada de Libra por encima de su cabeza, y con un movimiento, lanzo un corte de Cosmos que corto en dos tanto la gema como la estatua en la que reposaban. Los dos lados cayeron a los costados

Cuando ambos cayeron, la cámara comenzó a temblar y el techo a colapsar. Shiryu entendió que la gema era la que mantenía estable este lugar. Usando las pocas energías que le quedaban, corrió fuera de la cámara, guardando la espada en el proceso. En solo un segundo, ya estaba afuera del territorio de la cámara, que colapso y cayo con el cuerpo de Rung al fondo del océano.

Los ojos de Shiryu observaron el mar en el que flotaba actualmente con solemnidad. Un repentino mareo le embargo y dirigió sus ojos azules hacía si mismo, su armadura, aunque su armadura estaba intacta, pasar tanto tiempo con Kiki le enseñaron a ver los rasguños invisibles en las armaduras, así que podía ver a cuanta presión la sometió. La replica de Mjolnir si era de temer.

Contemplo unos segundos en la dirección de donde vino hasta la cámara y después de sentir el Cosmos de sus aliados, y saber que aunque algunos aún luchaban, todos seguían vivos, se permitió desplomarse. Se arrastro por la tierra hasta apoyar su espalda en un tronco viejo.

-Puede que me tarde un poco... pero los alcanzaré después- pensó, cerrando los ojos y concentrando su Cosmos para sanar sus heridas.


(Con Utgard)

Balder vio con gran sorpresa e incredulidad como el mortal le quedaban las fuerzas suficientes para esquivar el golpe de su espada. Estaba de pie, desafiante ante él.

-¿Piensas luchar hasta el final? Valiente, pero estúpido- comento Balder.

-Balder, te crees un Dios, pero te falta algo importante, algo que Loki te quito- dijo Utgard, llamando la atención de su enemigo.

-¿Qué Loki me quito? ¿A que te refieres?-.

-Loki pudo haberte dado un cuerpo inmune al dolor, haciéndote iguala al Dios al que llevas nombre, pero a cambio te quito de algo importante, algo que solías tener hace mucho pero que perdiste. Tú ni siquiera te has dado cuenta de eso-.

-¿Qué Loki me quito algo? ¡Silencio! ¡El Dios Loki es justo! Él me salvo la vida cuando era niño, a él le debo el poder que tengo ahora. ¡Él creara un nuevo mundo donde los impuros serán borrados de la existencia y solo los dignos quedarán!-.

-¡Un mundo cuya base sean las muertes de inocentes no es un mundo digno de existir!- Grito Utgard en respuesta. -Mi familia sigue una larga línea de Dioses Guerreros que han protegido a Asgard desde la sombras, pero desde que el Dios Odín descendió a guiarnos, ya no hace falta seguir protegiendo a mi gente en las sombras, ¡pude salir a la luz gracias a él!-.

-¡No me hables de un Dios que me abandono a mi suerte! ¡Fue Loki el que me salvo!- Balder hizo arder su Cosmos con furia antes de hacerlo estallar. -¡Muere ante el peso de un Dios! ¡Juicio Ragnarok!-.

Las Valquirias creadas por Balder se dirigieron hacía él, esta vez para matarlo. Utgard hizo arder su Cosmos, viéndolas acercarse. Aunque había perdido su arma, no estaba indefenso.

FLASHBACK.

Yo crecí en una familia que protegía a Asgard desde las sombras. El labor de mi familia era básicamente ser los espías y asesinos de Asgard, en nombre de nuestro pueblo.

Se ve a un Utgard de adolescente, entrenando con una versión más pequeña de su hoz, apareciendo de la nada atrás de dos maniquíes y cortándoles las cabezas sin miramientos.

-Bien hecho, Utgard- elogió su padre, un hombre que era igual a Utgard, pero de cabello castaño. -Tu poder aún es bajo, pero no tengo dudas de que te convertirás en un poderoso Dios Guerrero-.

-Gracias, padre- elogió el niño a su padre.

-Ahora más que nunca, nuestra gente necesita protección- dijo el adulto con seriedad. -Tras la batalla con los Santos de Athena y ese extraño eclipse, el pueblo de Asgard esta indefenso ante un nuevo ataque. Nuestro pueblo nos necesita más que nunca, por eso es imperativo que te vuelvas en un Dios Guerrero lo más pronto posible, ¿entiendes?-.

-Si, padre-.

-Bien. Entonces sigamos con el entrenamiento. Creo que ya podemos pasar a la siguiente fase-.

Mi vida consistió en entrenar y prepararme. Con el tiempo, me gane el derecho de ser un Dios Guerrero. Durante ese tiempo, Asgard pasaba por una fase de cambios gracias a los avances que Odín y sus siervos hacían con nuestra gente.

En ese tiempo, yo ya no estaba seguro del labor de mi familia. Así fue, hasta que...

-Parece que no has dormido mucho- comento una voz femenina.

Utgard se sobresalto al escuchar esa voz. Estaba sentado frente a un risco, con las piernas colgando. Había estado distraído en sus pensamientos, ¿pero tan distraído como para no notar que alguien se acercaba? Era un grave error que podría haberle costado la vida.

-No te preocupes, no soy ninguna enemiga- dijo la mujer con una risita.

El rostro de Utgard, cubierto desde la nariz hasta la boca, con una máscara, hizo una mueca.

-Y tampoco hablas, al parecer-.

Utgard miro a la mujer, notando la gran belleza que era. Tenía piel blanca, cabello azul claro y ojos del mismo color. Tenía partes de armadura plateada con toques dorados con un leotardo negro debajo que resalta las curvas de su voluptuoso cuerpo.

Lo que también noto fue la divinidad que emanaba con su sola presencia.

-Eres una de las valquirias que el Dios Odín ha estado enviando, ¿no?- Preguntó Utgard con curiosidad.

Ella asintió. -Si. A pesar de ser Diosas, nosotras no estamos en la misma categoría que Lord Odín y los demás, y no tenemos el mismo problema que ellos con el Cosmos, por lo que podemos descender a la tierra libremente sin causar algún desastre. Y por tu armadura, debes ser uno de los nuevos Dioses Guerreros que están formándose, ¿no?-.

-Si. Utgard de Gram- se presento el guerrero con educación. -¿Qué alguien como usted aquí?-.

-Podría decir lo mismo de ti- replico la mujer. -Yo solo caminaba para despejarme un rato de las mocosas que tengo que entrenar y sentí un Cosmos fuerte cerca, así que vine a ver-.

-Ya veo...- fue lo único que dijo el pelinegro.

Ambos se mantuvieron en silencio por un largo rato, hasta que la mujer lo rompió.

-Yo también lo he sentido-.

-¿Ah?- Utgard la miro sin entender.

-El peso de la responsabilidad, el si saber que la forma en que haces las cosas esta bien o no- dijo la mujer, haciendo que Utgard abra los ojos de sorpresa. -Puedo notarlo en tu semblante, en tu postura y en tu mirada perdida. No voy a preguntar que te sucede, y quizás no lo creas, pero yo también he luchado contra esas dudas en mi cabeza muchas veces-.

Utgard la miro en un silencio contemplativo, esperando a que dirá.

-Se bien que nuestras circunstancias no son las mismas, y que tu fe en Lord Odín debe ser débil ante todo lo que ha pasado tu gente en los últimos años. Es normal. Aunque los Dioses traten de aparentar ser perfectos, tienen muchos errores, incluida yo. ¿Te cuento algo gracioso? Todas las valquirias estamos solteras y desesperadas por buscar novio, y nos duele cuando nos recuerdan eso. Es un punto que todas tenemos- se río para si misma, y Utgard, debajo de su mascara, sonrió levemente. -Lo que trato de decir es, que aunque Odín cometió un error al no escucharlos cuando lo llamaban, trata de darle una oportunidad. Ahora esta haciendo un buen trabajo-.

-Lo se, lo se bien, es solo...- Utgard suspiro. -Si Asgard cambia, si hay gente como tú para proteger a mi pueblo... ¿qué pasara con mi deber?-.

-No siempre estaremos aquí. Tu eres un Dios Guerrero, y eso es algo que ni yo puedo ser. Nosotras las valquirias recolectamos las almas y protegemos al Asgard de los cielos, pero tu y tu gente protegen al Asgard aquí en el Mundo Humano. Esa debe ser tu principal preocupación, no lo que hagan allá arriba-.

Utgard asimilo esas palabras y las considero. El que finalmente los ruegos de su pueblo hayan sido escuchados y el Dios Odín, con otros Dioses y seres de su Panteón estén brindando una gran asistencia a Asgard, al punto de enviar verdaderas Valquirias personalmente al Mundo Humano para ayudarlos, era todo y más de lo que hubieran deseado. Pero eso también había generado dudas en las casas más antiguas como la suya sobre el rumbo que tomarían.

-Las cosas no siempre irán tan bien como hasta ahora...- dice Utgard con algo de pesimismo.

-Ciertamente. Siempre hay batallas que librar, pero es por eso que existen guerreros dispuestos a luchar por su gente como tú, ¿no?- Dijo la Valquiria.

Sus palabras hicieron que Utgard abriera mucho los ojos ante el peso de esas palabras, que sonaban tan simples y obvias, pero que impactaron mucho en su ser.

-Ya sea protegiendo bajo la luz o desde las sombras, siempre serán necesarias gente como tú para proteger a los inocentes. Es como una frase que escuche una vez: "lo único que se necesita que el mal gane es que los hombres buenos no hagan nada"- continua la peliazul, levantándose. -Pero ya no tienen que hacerlos solos. El Dios Odín ya nunca más los volverá a abandonar, así que... ¿qué te parece si protegemos el Asgard en la Tierra juntos?-.

Y para puntualizar sus palabras, le extiende la mano. Las palabras de la Valquiria, llenas de esperanza por el futuro y seguridad ante su deber de proteger a otros, cautivaron al callado y novato Dios Guerrero. Brillando bajo el sol, la figura de la Valquiria parecía realmente divina, como sacado de las pinturas que su gente ha hecho para retratarlas, pero que en este momento, consideraba que no hicieron justicia.

Y así, él acepto esa mano.

FIN FLASHBACK.

-Puede que seas invulnerable, ¡pero no eres un Dios! ¡Solo eres un arrogante que olvido lo más importante para un Dios Guerrero!- Grito Utgard, canalizando todo su Cosmos en su mano izquierda.

Balder vio como su oponente elevaba su Cosmos y lo concentraba en su puño. ¿Aún le quedaba otra técnica sin su arma? No importaba, su Cosmos seguía ardiendo y él, como Dios, no perdería.

Utgard seguía elevando su Cosmos mientras las valquirias creadas por el Cosmos de Balder se acercaban más y más; pero aún así, no se dejo asustar, porque algo más que su propia seguridad ardía en su pecho y lo motivaba a seguir luchando.

-Por todas las personas de Asgard que cuentan conmigo. Por la Dama Hilda que me reconoció digno de ser un Dios Guerrero. Por el Dios Odín que ahora nos protege desde cerca...- pensaba Utgard con determinación mientras su Cosmos se elevaba más y más, superando sus propios limites. -Concentraré todo mi poder en mi puño izquierdo- cuando las valquirias estaban por tocarlo, hizo estallar su Cosmos. -¡Fantasma de Gram!-.

Utgard hizo estallar todo el Cosmos que concentró con un puñetazo de su puño derecho hacía adelante, liberando todo su Cosmos en una poderosa onda de Cosmoenergía que atravesó y destruyo las valquirias y siguió su curso. Balder, que vio venir el ataque con incredulidad, no pudo reaccionar a tiempo antes de ser golpeado por la onda de Cosmos, que rompe su ilusión de gigante y golpea su verdadero cuerpo, destruyendo su armadura y lanzando al Dios Guerrero de Loki hasta chocar contra la gema, destruyéndola con su cuerpo.

La ilusión del cielo se desvanece completamente, mostrando de nuevo la cámara de Alfheim, donde habían batallado todo este tiempo. Utgard respira de manera entrecortada por el cansancio de la batalla.

Debajo de la estatua, sin su casco, con su armadura rota en varias partes, sangre saliendo de su pecho y los restos de la gema esparcidos a su alrededor, estaba Balder, quien no creía lo que pasaba.

-Pe-Perdí...- tartamudeo, como si la mera idea de perder fuera desconocida para él. -Co-Como...-.

-Fantasma de Gram es una técnica que puede destruir el cuerpo y alma de mi enemigo. El que tu cuerpo no fuera despedazado debió ser por las Runas, pero aún, todos los huesos de tu cuerpo fueron destruidos con mi técnica- explico Utgard.

-Pe-Pero la magia de las Runas debería curarme...- exclamo Balder, tosiendo sangre.

-Hace años, me enfrente con unos magos que usaron magia de sanación en extremo para curar todas las heridas que le infringía. Pude derrotarlos al cortarlos más rápido de lo que podían curarse, pero pensé que si un día me tocaba enfrentar a un oponente con una curación más fuerte, la Alucinación del Lobo no sería eficaz, así que de ahí desarrolle el Fantasma de Gram, que al ser impactado, impide la curación de las heridas de quien la recibe mientras yo viva- respondió Utgard.

-N-No puede ser...-.

Pero a pesar de su incredulidad, no podía negar el hecho de que perdió. No podía mover su cuerpo y estaba tirado en el suelo, herido, derrotado como nunca antes, mientras que su enemigo estaba de pie, victorioso ante él.

Toda la cámara tembló, comenzando a derrumbarse al perder la fuerza que lo sostenía.

-Dime, Utgard… ¿qué fue eso que perdí?- Pregunta Balder, siguiendo las palabras anteriores de Utgard.

Utgard esquiva un escombro antes de responder: -Tu bondad. Me di cuenta al escuchar tu historia y sentir tu Cosmos. A cambio de darte un cuerpo que no recibe daño, Loki te quito la capacidad de sentir empatía por el dolor de otros. Loki te quito esa bondad y te corrompió con su poder sin que te dieras cuenta, moldeándote como un guerrero para usarte-.

-Eso es...- pero no puede terminar de hablar, porque las Runas en el dorso de sus manos se desvanecen. -¡AAAAHH!- Grita de dolor mientras que en su cuerpo comienzan a salir heridas de la nada.

-¿Pero que pasa?- Se pregunta Utgard viendo a su enemigo, pero tambaleándose cuando la cámara tiembla de nuevo, con más fuerza.

-¡Estas son todas las heridas que he recibido hasta ahora!- Grita Balder. Todas y cada una de las heridas que había recibido en su cuerpo invulnerable se estaban manifestando ahora que perdió la invulnerabilidad de las Runas. -¡¿Acaso me ha abandonado por perder, mi señor Loki?!- Pregunta al aire, solo para recibir silencio. -¡Por favor, duele mucho, que pare!-.

Al ver el dolor y sufrimiento de su enemigo, Utgard toma un trozo afilado de lo que queda de su arma, y sin miramientos, lo lanza para que se entierre en la frente de su enemigo.

Una muerte rápida antes de que pueda sentir todo el dolor era la mayor cortesía que podía hacer por su oponente.

-Descansa ahora, Balder. Espero que los Dioses te reciban bien en el Valhalla- deseo Utgard, comenzando a correr mientras el techo comienza a derrumbarse con toda la cámara.

Corre con todas las fuerzas que su piernas desgastadas pueden moverlo, logrando salir con éxito de la cámara, pero tropezando y cayendo al suelo. Las heridas y el desgaste de su batalla son mayores de lo que pensó, sintiendo sus heridas abiertas y su sangre manchar las partes que quedan de su armadura y su ropa.

-Mi señor Odín...- piensa Utgard, la imagen de su Dios, y de la Valquiria de cabello azul vienen a su mente, antes de cerrar los ojos y caer inconsciente.


N/A: Hasta aquí el capitulo, que fue más largo de lo que quería en un inicio y por eso salió más tarde de lo que quería, pero creo que me quedo bien.

Como Rung es un personaje plano en la película, tuve que darle una historia de trasfondo y una personalidad completamente diferente al que tiene en la película, pero creo que me gusto así. Esta es una saga de Asgard 2.0. Los personajes deben tener su propio trasfondo o serían demasiado planos.

A Utgard también le di más trasfondo en su historia, incluso le di una técnica totalmente nueva para que pudiera brillar. Me gusto su participación en Soul of Gold, pero creo que pudo dar un poco más.

¿Y como les parecieron las batallas? Ni Shiryu ni Utgard la tuvieron fácil, sobre todo Shiryu, que se enfrento a una arma divina que, pese a ser una replica, seguía siendo muy poderosa y todos sabemos que las armas en Saint Seiya están en otro nivel.

El siguiente capítulo serán las batallas que faltan, y para Derbal, ya se me ocurrió quien será su oponente, y creo que les gustara.

Sin nada más que decir me despido. Visiten y comenten el resto de mis historias por favor. CHAO.