Capítulo 2: Algo Inesperado
Los personajes pertenecen a Stephanie Meyer y a la Saga Crepúsculo, esta historia es mía.
Edward POV
Vivir en Inglaterra era lindo, pero Edward extrañaba a sus padres y a Alice, a pesar de que todo iba de maravilla siempre los extrañaba, la comida de Esme y las conversaciones tranquilas con Carlisle, pero sobre todo aquellas locuras de hermanos con Allie, había decidido venir a Inglaterra tras haber terminado su carrera de medicina en Harvard y después de descubrir a la mujer que decía amarlo, Tanya Denali, con su mejor amigo Jasper en la cama pues Inglaterra no era mal lugar. También que sus padres y hermana se habían mudado de Alaska a Seattle pero desde luego fue más que todo por la oferta que le había hecho el reconocido Hospital Saint Thomas, en Londres, para ser su jefe de Cirugía Cardiotorácica y dar alguna que otra clase a los internos, nada mejor que trabajar en un hospital universitario, se mantenía distraído y lejos de casa, odiaba llegar a un apartamento vacío, por eso pasaba la mayor parte de sus días fuera, cuando no daba clases en el hospital o no estaba de turno salía con unos amigos que había hecho, las enfermeras y doctoras del hospital estaban locas por él pero no se sentía listo para una relación nueva y no era el tipo de hombre que se acostaba con cualquiera que le pasara por el frente. Aunque debía admitir que las mujeres de Londres no eran nada feas y que tenían lindos cuerpos pero aun así no estaba listo, Jasper seguía mandándole mensajes por medio de Alice y de Tanya no sabía nada, seguro estaba mejor ahora que él se había ido, ya habían pasado años desde aquello. Era uno de esos pocos días libres que se podía dar el lujo de hacer nada o solo leer un libro sentado en el pequeño balcón de su apartamento, bebía café recién hecho cuando de repente escuchó como una llamada de Skype entraba, debía ser Alice por lo que fue rápidamente a contestarle antes de que la duende decidiera armar un escándalo, río negando porque sí, su hermana estaba así de loca cuando vio quien llamaba la sonrisa se le borró del rostro, no sabía cómo pero había conseguido su Skype
-Alice-dijo como si el nombre de su hermana fuera una maldición pero aun así contestó-Rosalie-saludó cuando apareció en pantalla la persona que llamaba
-Edward! al fin me contestas!-dijo suspirando aliviada, eso lo sorprendió esperaba que le gritara, que le dijera hasta del mal que se iba a morir pero no, ella estaba ahí mirándolo con preocupación
-¿le pasó algo a Alice?-preguntó repentinamente preocupado.
-nope, estoy aquí-dijo su hermana alegremente desde alguna parte de detrás de Rosalie-dile Rose-dijo y la voz de su hermana estaba inesperadamente seria.
-por qué no me lo dices tú misma Alice-dijo él también serio, ella sabía que él odiaba los rodeos
-Edward, sé que odias a mi hermano pero ya que nunca lo dejaste explicarse yo lo haré, fue Tanya quien lo engatusó para eso, le puso algo en la bebida cuando lo invitó al apartamento y lo llevó a la cama, Jasper nunca te haría algo así-Edward podía notar que la voz de Rosalie sonaba sincera y tenía que reconocer que Tanya nunca había sido la mujer más santa, desde que la había conocido supo que no era una mujer de un solo hombre pero como un estúpido se enamoró de ella y creyó que podría cambiarla pero se equivocó, suspiró y se llevó dos dedos a la sien, necesitaba pensar, es cierto que todos aquellos años que había pasado en Londres jamás había aceptado una sola llamada de Jasper y que cuando él llamaba al Skype Edward apagaba la laptop, no le había dado a su mejor amigo el beneficio de la duda.
-lo sé, Rose-admitió derrotado, Rosalie lo miró sorprendida.
-¿hablarías con él?-preguntó Rose cautelosa, eso lo extrañó, aún no sabía a qué se debía la intervención de Rosalie, ella nunca se metía en los problemas de su hermano, ella misma decía que él debía arreglar sus problemas él solo. Sin embargo, algo, quizá un instinto de hermano le dijo que no tenía mucho que ver con Jasper, sino con Alice.
-pásame a Alice, Rosalie-dijo muy serio, escuchó un gritito asustado cerca de Rosalie y Rosalie hizo una mueca que se le antojó a que sus sospechas eran ciertas-Alice quiero hablar contigo, ahora, Rosalie déjanos a mi hermana y a mí solos, por favor, creo que ya has hecho suficiente con esto-dijo Edward de la manera menos cortante posible, Rose suspiró derrotada, se inclinó a un lado, supuso que para despedirse de Alice.
-iré a visitar a Emmett y a Bella, cualquier cosa me llamas-dijo Rosalie con pesar y se fue. Alice apareció de inmediato, en su cara podía leerse que estaba teniendo una pelea interna, él suspiró, era su hermana gemela menor, siempre decían que en realidad no eran gemelos porque no se parecían en nada, ella tenía el cabello castaño oscuro en puntas que disparaban en todas las direcciones, sus facciones eran finas, parecía un duende y era bajita, lo único que tenían igual era el color de sus ojos, verde esmeralda, él era alto, tenía poca musculatura porque no iba mucho al gimnasio, se dedicaba a correr más que todo en las mañanas y su cabello, largo en esos momentos, era castaño cobrizo, sus facciones eran finas pero no tanto como las de su hermana, él se parecía a su padre, tranquilo y reservado, Alice se parecía más a su madre, un torbellino de alegría y amor, amante de las compras.
-Edward-dijo Alice tímidamente.
-sales con Jasper-era una afirmación, no una pregunta-¿hace cuánto Alice Cullen y por qué no me lo habías dicho?-preguntó serio.
-Edward, te quiero, pero sabía que te enojarías mucho si te decía que estaba con él, cada vez que lo menciono en una conversación me cambias el tema, fui cobarde lo sé, por eso le pedí a Rose que te dijera, ella no tiene miedo de tus reacciones, por favor perdóname hermano, moría por decirte, desde hace tres años que muero por decirte pero no podía-para aquel momento su pequeño duende ya lloraba, se dio golpes internamente por haberle hecho eso a su hermana, su pequeño duende que había estado para él desde el momento en el que salió del apartamento, ella le había abierto los brazos y lo había consolado, lo había animado a seguir adelante y él, como el idiota que era, no había dejado a su hermana ser feliz, la había obligado a escondérselo por tanto tiempo.
-lo siento Allie-dijo con voz rota, en ese momento su celular sonó-Allie, debo contestar, no te vayas por favor-le rogó, ella limpió sus lágrimas y sonrió levemente.
-aquí estaré-dijo suavemente.
-Edward Cullen-saludó al contestar.
"-Dr Cullen, soy el Dr Richard Webber, del Seattle Grace Hospital de Seattle, lo llamo para ver si le gustaría tomar el lugar de la Dra Cristina Yang, nuestras jefa de Cirugía Cardiotorácica-aquella propuesta le cayó como anillo al dedo, deseaba volver con su familia y recompensarlos por todos aquellos años lejos.
-me encantaría, ¿cuándo puedo comenzar?-preguntó entusiasmado.
-¿le parecería dentro de una semana?-preguntó el Sr Webber.
-claro, mañana salgo para Seattle-dijo mientras pensaba en cómo le diría al Dr Nixon que se iba del Saint Thomas, tendría que ir al hospital hoy mismo para resolver todo eso si quería irse mañana a Seattle.
-bueno, lo esperamos la semana que viene, hablaré con la Dra Bailey y con la Dra Grey para que preparen sus papeles, hasta la semana que viene Dr Cullen-se despidió y colgó el Dr Webber, regresó a la computadora donde su hermana sonreía ampliamente.
-¡regresas!-grito emocionada-oh Edward, gracias-vio a su hermana vibrar y supo que estaba a punto de ponerse a dar saltitos.
-Alice-la llamó seriamente y ella se sentó de nuevo, sabiendo que debía retomar el tema.
-Edward, hay algo más-dijo ella bajando la cabeza.
-lo sé, no vas a hacer que Rosalie me llame para decirme todo eso-dijo y de repente su hermana al arreglar un mechón de su cabello le mostró que tenía un objeto brillante en su dedo corazón, en ese momento Edward supo que ya no solo compartiría a su hermana gemela con Carlisle sino con Jasper también-Alice Cullen-dijo Edward aún con la sorpresa en su voz-¡te vas a casar con Jasper!-dijo entre molesto y feliz, su hermana con su mejor amigo, siempre lo había sabido.
-¿cómo...?-dejó la frase a la mitad al darse cuenta de cómo había descubierto Edward todo-es la costumbre-se excusó, sí, ella y Edward siempre que estaban nerviosos se pasaban la mano por cabello.
Luego de hablar otro rato más con su pequeño duende colgaron y decidió ir al hospital, habló con el Dr Nixon y después de haber resuelto todo el papeleo y haber mandado todos sus archivos al Seattle Grace Hospital regresó a su casa para empacar, reservó su boleto de avión y así fue como Edward se regresaba a su casa, algo le decía que todo sería diferente.
"
no quería volver a vivir con sus padres y mucho menos vivir con su hermana y Jasper, con quien ya había hablado y los había felicitado, se quedaría por unos días con sus padres mientras encontraba un apartamento, Esme estaba contenta de tener a su bebé en la gran mansión Cullen, había mandado a lavar su Volvo plateado y a arreglar su cuarto, había llegado tres días atrás y estaba en su cafetería preferida cuando la vio, era pálida, tan baja como su hermana, con cabello castaño oscuro que tenía reflejos rojos cuando le daba el sol, leía Jane Eyre con un ensimismamiento que no le había conocido a nadie salvo a él mismo, pero lo que más lo atrajo fue que estaba sola, de cuando en cuando la veía darse cuenta de que la miraba con curiosidad, desvió la mirada para no asustarla y cuando terminó su café se le acercó, era la chica más interesante y bonita que había conocido nunca, le había dado su número y regresó a casa con una sonrisa tonta en la cara, Alice estaba pero Jasper no.
-¡conociste a alguien!-gritó alegremente su hermana.
-sí-confesó él sonriendo más.
-¿cómo se llama?-preguntó dando saltitos hacía él.
-Isabella Swan-dijo en un suspiro, los ojos de su hermana se abrieron como platos y formó una pequeña "o" con sus labios-¿qué pasa?-pregunto asustado.
-es la hermana de Emmett, el novio de Rosalie-dijo Alice sonriendo traviesa.
-¿Alice Cullen en qué estás pensando?-preguntó serio.
-Emmett está organizando un viaje a la playa para mañana y nos invitó a todos porque nos acabamos de mudar a Seattle y Rose le habla mucho de nosotros-su hermana ya estaba dando saltitos para ese momento.
-podría mandarle un mensaje para ver si va a ir y si va, yo voy-dije sonriendo ampliamente, recordar sus ojos marrones me hizo suspirar. Le mandó un mensaje para ver si quería tomar café y así confirmó que ella estaría en la playa, la vería mañana y quizá un poco más seguido, quizás Bella era su destino.
