Capítulo 3: Conociéndose
Los personajes pertenecen a Stephanie Meyer y a la Saga Crepúsculo, esta historia es mía.
Bella POV
Era muy temprano en la mañana cuando un sonido ensordecedor la despertó, sonaba cerca pero se sentía tan adormecida que no sabría decir de dónde provenía, se iba haciendo cada vez más alto el ruido así que decidió quitarse la almohada de la cabeza para ver por qué perturbaban su sueño tan temprano y con una enorme y jovial sonrisa descubrió a su enorme hermano al lado de su cama dando pequeños saltos de emoción, en su mano estaba una alarma, supuso que de ahí venía el terrible sonido que la había despertado.
-Emmett, dime ¿por qué perturbas mi sueño tan temprano?-preguntó Bella con voz ronca.
-vamos Bellie Bells, báñate y nos vamos a la playa, Rose está afuera esperando por nosotros-dijo sonriente mientras salía de su cuarto para darle un momento a solas, Bella se levantó a regañadientes y sacó un conjunto de traje de baño, la parte de arriba era morada con algunas líneas blancas y rosadas, y la parte de abajo era blanco con algunos puntos morados, tomó su toalla y su neceser y se dirigió al baño para bañarse y asearse como era debido, luego de un rato, en el que el agua caliente se había acabado y unos incesantes golpeteos en la puerta del baño la obligaron a salir del baño se arregló y buscó un vestido ligero y su bolso con los implementos necesarios para un día de playa, ella debía cuidar de ambos, tanto de Emmett como de ella misma, sabía que Rose era una mujer lista y ella también tenía un hermano del que ocuparse, sonrío por como las cosas habían resultado, su hermano había regresado meses después de que ella lo había visitado en Harvard con la noticia de que tenía novia, su hermano oso al fin había conseguido alguien tolerante y paciente, eso había alegrado su corazón roto, había deseado por años que su hermano tuviese a alguien a su lado, no era que Emmett no fuese guapo, es que ninguna chica parecía entenderlo, las chicas con las que había salido se aburrían de sus tonterías y casi siempre terminaban dejándolo hecho trizas porque su hermano a pesar de que a veces se hacía el duro tenía el corazón más grande y tierno del mundo, lo que hacía que Bella recelara de cualquier chica que se acercara a su hermano, Emmett decía que ella lo sobreprotegía mucho y ella decía que él entregaba muy rápido su corazón y que no cualquier chica merecía eso, cuando conoció a Rosalie pensó, por sus expresiones y por su manera de ser que simplemente no encajaba con su hermano pero al verlos juntos se dio cuenta de que eran perfectos el uno para el otro y que Rosalie siempre reía con las tonterías de su hermano, la amó en cuanto se dio cuenta de eso, Emmett al ver que Rose se había ganado a Bella supo que esa era la mujer de su vida, no cualquiera se ganaba a su hermana menor. Tenía todo listo por lo que salió a donde Emmett y Rosalie la esperaban.
-hola Bella-la saludó Rosalie con una sonrisa radiante-Alice y su hermano, junto con el mío nos esperan en casa de Alice, está emocionada por conocerte-dijo mirando de reojo a Emmett que se reía bajito, no entendía el chiste.
-hola Rose, está bien, ya tengo todo-se subió al auto de Rose y se fueron a buscar a los demás. Bella miraba por la ventana, sabía que Emmett la miraba por el rabillo del ojo porque sentía su mirada
-¿qué pasa Emmett?-preguntó algo preocupada por la mirada de su hermano, no entendía porque la miraba con tanta intensidad, era una de esas miradas de su hermano que no entendía, parecía que escondía algo tan profundamente que era difícil decir si lo imaginabas o es verdad, sus ojos marrones brillaban más, cuando era chiquito, sus padres sabían que Emmett había hecho algo por aquella mirada que no sabían qué había hecho pero igual se delataba.
-nada Bells-dijo sonriendo.
-Emmett, te conozco, tienes la mirada-dijo Bella poniendo los ojos en blanco-¿qué esconden?-preguntó mirando al espejo retrovisor donde sabía Rosalie la estaría mirando
Rosalie miró molesta a Emmett y este le hizo un puchero, ella suspiró rindiéndose-ok, no te vayas a molestar con nosotros pero Edward es el hermano de Alice, Emmett me contó todo ayer mientras hablábamos por el celular y luego hablé con Alice y ella me dijo que él había quedado igual y bueno él va a estar ahí en la playa-confesó tímidamente. El corazón de Bella comenzó a latir rápido, respiró profundo y desvió la mirada del retrovisor al notar que se ponía roja.
-está bien, no es la gran cosa-dijo tratando de sonar indiferente pero por la risita de su hermano supo que no lo había logrado. Llegaron a un conjunto de edificios algo bajos de pisos pero parecían lujosos de alguna manera, pudo ver que tres personas esperaban en la entrada, Rosalie estacionó y una persona como del tamaño de Bella se acercó a la ventana de Rose.
-¡Rosalie!-gritó con entusiasmo la persona, dejó ver una reluciente sonrisa, sus facciones eran finas, sus ojos le parecieron familiares, Bella los había visto en alguna parte.
-Alice-saludó Rose alegremente, apagó el motor del auto y todos se bajaron, las tres vestíamos vestidos ligeros-amiga te quiero presentar finalmente a Emmett y a Bella-dijo cuándo Emmett se reunió con ellas.
-es un placer conocerlos a ambos-dijo Alice dando saltitos, abrazó a Emmett primero que parecía haber encontrado a alguien tan entusiasta como él y luego abrazó a Bella, estaba acostumbrada a un entusiasmo como aquel por lo que abrazó a Alice sin problema-chicos acérquense-dijo sonriente-Bella, Emmett estos son Edward y Jasper, aunque Emmett ya conoce a Jasper-dijo riendo alegremente.
Cuando los ojos de Edward y Bella se encontraron ambos sonrieron ante la casualidad, Bella estrechó la mano de Jasper y la de Edward, el ligero contacto de sus manos al ser estrechadas les produjo una corriente eléctrica, ambos se miraron las manos al separarse.
-un gusto-dijo ella tímidamente, Emmett se acercó a Edward serio, altivo y valiéndose de que tenía unos centímetros de más que Edward. Ya no sonreía tanto como en el auto, lo cual parecía un poco extraño dado que entre Rose y Emmett, él parecía el más entusiasta con la situación.
-un gusto Edward-dijo su hermano con esa voz seria que pocas veces empleaba, todos miraron a Emmett preocupados, incluso Bella que sabía que Emmett solo estaba cuidando de ella se sorprendió.
-bueno, será mejor que nos vayamos antes de que se haga más tarde-dijo Rosalie tomando a Emmett del brazo, quien no le quitaba los ojos a Edward de encima-será mejor que ustedes se vayan en el auto de Edward y nosotros en el mío-dijo halando a Emmett con ella, al principio puso algo de resistencia pero al final se fue con ella.
-disculpen a mi hermano, no sé qué le pasa-dijo Bella excusando a Emmett y yéndose con ellos. Los demás se fueron a un Volvo plateado que estaba estacionado detrás del auto de Rosalie. El camino a la playa fue silencioso, Emmett estaba serio, Rosalie tamborileaba nerviosa y Bella no sabía qué decir o si debía decir algo.
-no quiero que hables con él, Bella-dijo Emmett rompiendo el silencio, Bella lo miró sorprendida.
-¿por qué Emmett Swan? Hace unos momentos estabas dando saltos de alegría porque por fin Bella salía y ahora estás dándole ordenes como si ella no pudiese cuidar de ella misma-fue Rosalie quien le contestó algo molesta.
-porque es mayor-espetó Emmett-no voy a dejar que mi hermana pequeña salga con alguien mayor-dijo con aquel tono que no daba derecho a réplica.
-Emmett, tú no decides con quien puedo o no salir-le respondió Bella sorprendiendo a todos-además apenas nos conocimos ayer, entiendo que quieras cuidarme pero si no pudiste hacerlo antes no intentes hacerlo ahorita-dijo con lágrimas en el rostro, sabía que esas palabras herirían a su hermano y lo lamentó al ver la tristeza reflejada en los ojos de Emmett, en un intento de hacerle ver que lo sentía estiró su mano hasta la de él-oso te quiero, lo sabes, no fue mi intención, sé que todo lo que pasó no fue tu culpa y que tú crees que sí pero puedo cuidarme sola-le dio un suave apretón a la mano de Emmett, él sonrió levemente y besó su mano diciéndole que todo estaba perdonado. Llegaron a una de las playas tranquilas de Seattle, no había casi gente por no ser temporada, acomodaron todo en los toldos, los chicos fueron por madera para hacer una fogata, había quedado algo pensativa después de la conversación en el auto, veía a Emmett de reojo cada vez que podía y veía en su rostro que lo que le había dicho había echado raíces en su cabeza.
-ya se le pasará-escuchó que le decía la voz tranquila de Rosalie.
-no sabes cómo es-contestó Bella con la voz llena de tristeza-él se culpa por todo lo que pasó, lo sé, no tiene porque, pero lo hace, no quiero que se sienta así, cuando él se fue a Harvard y nosotros nos vinimos a Seattle supe que no siempre podría hablar con él, siempre hablábamos por Skype pero no era lo mismo, necesitaba a mi hermano oso aquí, la casa parecía silenciosa sin él, cuando él está en casa todo parece brillar porque el contagia su alegría, hay muy pocas cosas que hagan enojar o entristecer a Emm y cuando lo hacen es difícil que vuelva a su estado normal-suspiró y terminó de arreglar las cosas, Rosalie la miraba sorprendida porque era la primera conversación en la que Bella se abría con ella, por lo que dejó lo que estaba haciendo y puso una mano sobre su hombro para que Bella la mirara.
-Bella, no te voy a mentir, cuando Emmett se enteró de lo que había pasado estaba hecho una furia, decía que cómo era posible que a su pequeña campanita le pasara eso, que era su culpa por no haberte protegido mejor, estuvo sin dormir por días pensando en eso, no sabes lo que me costó convencerlo de que no podía venir a cuidarte, estábamos en finales y estaba tan distraído con eso que temía que no pasara pero cuando fuiste a visitarlo todo eso se disipó, no me presentó porque no quiso hacerte sentir peor, no imaginas lo mucho que ayudaste a aliviar su pobre corazón, tu hermano te ama así como tú a él, solo no vuelvas a decirle algo así, sé que eres su hermana y me agradas pero tendré que lastimarte si vuelvo a ver esa mirada torturada en su rostro por ti-Rosalie estaba amenazándola y Bella no pudo menos que asentir porque ella la habría amenazado de saber que los ojos tristes de Emmett eran a causa de ella.
-gracias Rose-le sonrio al tiempo que miraba al mar, fue hacia donde se encontraba Emmett-¿Emmett puedo hablar contigo?- preguntó tímidamente.
-claro Bells-dijo su hermano tratando de sonar tranquilo-¿qué pasa?-preguntó recostándose de un pequeño muro que había incrustado en la arena.
-en serio lo siento por lo que dije, nada de eso fue tu culpa, tú me advertiste que Jacob no era bueno para mí, yo no te escuché, por favor no te culpes-Bella sentía las lágrimas caer por su rostro por lo que rápidamente se limpió las mejillas con el dorso de la mano.
-Isabella-su hermano pocas veces empleaba el "Isabella" por lo que el asunto era serio-no se trata de tener un culpable, se trata de que soy tu hermano mayor, tú me has apoyado y has estado ahí para mí cada vez que una de las "descerebradas" me hacía daño, yo no pude estar ahí, no pude confortarte, sé que no estaba en mi poder hacer algo pero debí intentar-para ese momento Emmett miraba al suelo y en su voz se denotaba el pesar.
-Emmett hiciste todo para hacerme sentir mejor, tus llamadas, tus mensajes, hiciste que Ang viniera y la pasé de maravilla en Harvard, ¿de verdad crees que eso no fue suficiente?-pregunto Bella parándose frente a él.
-¿en serio hice todo?-preguntó haciendo un puchero, no podía dejar que su hermano llorara por lo que le dio un abrazo como pudo ya que su hermano era tan grande que no podía abrazarlo por completo.
-por supuesto Emmett, mejor hermano que tú no hay y si lloras voy a tener que comenzar una guerra en el mar-dijo sonriéndole.
-oh enana tú no quieres eso-su hermano la retaba. Salió corriendo a donde estaban los demás hablando.
-guerra en el mar, ahora, el que logre hundir a Emmett gana una pizza-gritó Bella riendo y quitándose el vestido.
-y el que logre hundir a Bella gana una malteada de chocolate-gritó Emmett quitándose la camiseta. Ya los demás se estaban quitando sus respectivas prendas para ir al mar, el juego consistía en formar un círculo y decir un número en secuencia, los números pares hacían pareja y se montaban en los hombros de sus respectivas parejas, eran 6 por lo que se podía jugar, todos entraron en el agua e hicieron el círculo.
-uno-dijo Emmett
-dos-dijo Alice
-tres-dijo Jasper
-cuatro-dijo Bella
-cinco-dijo Edward
-seis-dijo Rosalie
-bien, ahora elijamos parejas, yo voy con Rosie-Emmett sonrío pícaro.
-yo voy con Jazz-dijo Alice emocionada por el juego.
-eso nos deja a Bella y a mí como pareja, bueno compañera espero no te dejes derribar-dijo Edward juguetón lo que le ganó una mirada seria por parte de Emmett. Se decidió que las chicas irían en los hombros de los chicos, ya cuando las chicas estuvieron arriba comenzó el juego, cada tanto Emmett le propinaba alguno que otro golpecito acuático a Edward para hacerlos perder pero luego Alice, defendiendo a Edward ya que todos se daban cuenta de la trampa, tumbaba a Rosalie haciendo perder a ambos, al terminar el juego, Bella y Edward sonreían triunfadores, ya que Bella también había logrado tumbar a Rosalie más veces de las que Rosalie había logrado tumbarla a ella. Bella se sentía alegre, sabía que Emmett la observaba, suponía que buscaba algún indicio de tristeza pero no lo encontraría, Bella sintió por un momento que necesitaba estar sola por lo que al estar seca se puso su vestido y caminó por la playa lejos de sus amigos que estaban sentados alrededor de la fogata, iba inmersa en sus pensamientos cuando escuchó que la llamaban, se había alejado mucho del grupo y era Edward el que la llamaba.
-creí que no me escuchabas-dijo jadeando cuando llegó hasta ella.
-lo siento, iba pensando-se disculpó con una sonrisa.
-no he tenido la oportunidad de hablar contigo hoy-dijo mirando hacia atrás, donde se encontraban los demás, Bella supo a qué o más bien a quién se refería.
-lo siento, Emm normalmente no es así, hemos pasado por momentos difíciles últimamente y no se fía de nadie-trató de explicar. Él se sentó en la arena y ella lo imitó.
-tu hermano me asusta un poco-confesó.
-le preocupo, hace meses salí de una relación que a él nunca le gustó y no pudo estar para mí cuando pasó todo-confesó ella con pesar, sin pensar en lo mucho que le revelaba a aquel hombre que apenas y conocía.
-eso tiene sentido, Alice a veces es un poco así conmigo, quizá un poco más ya que es la primera vez en años que nos vemos-dijo sonriendo triste.
-¿y eso por qué?-preguntó ella sin esconder su curiosidad.
-me fui a Inglaterra unos años a ejercer, mi ex novia de la facultad me engañó con Jasper y yo decidí que debía irme porque el dolor era muy grande, así que tomé la primera oferta que me hicieron y me fui-respondió él mirando al mar, era verde contra azul, el uno perdiéndose en el otro, Bella se preguntó ¿dónde estaría la mente de Edward? ¿Recordando el pasado?
-¿cómo lo perdonaste?-preguntó ella mirando hacia la fogata sin entender como alguien podría dejar que una de las personas que lo había lastimado siguiese siendo su mejor amigo y el futuro esposo de su hermana.
-Rosalie me lo explicó todo, Jasper no tuvo nada que ver, todo fue culpa de Tanya, yo siempre supe que ella no era mujer de un solo hombre, pero me enamoré como un idiota de ella y creí estúpidamente que ella cambiaría por mí y no fue así, no he sabido nada de ella desde el día en que sus lágrimas de cocodrilo no me convencieron-suspiró y finalmente miró a Bella quien lo miraba a él muy seria.
-el amor da a los demás el poder para destruirte-fue todo lo que dijo cuándo desvió la mirada hacia el mar. Edward se quedó contemplándola, preguntándose ¿qué tanto le había hecho el chico con el que estuvo antes como para merecer esa frase y el odio de su hermano?
-¿puedo preguntarte algo?-preguntó hundiendo sus pies en la arena, no sabía exactamente cómo preguntarlo o si debía o si obtendría respuesta, respiró hondo.
-ya lo hiciste-bromeó ella.
-¿qué pasó con ese chico?-preguntó seriamente y vio como la expresión de ella se entristecía tanto que sus ojos se pusieron llorosos, lamentó haber preguntado.
-me enamoré de él como una idiota, sabía que no era bueno para mí, Angela me lo dijo, incluso Jessica que nunca fue una de mis más grandes amigas me lo advirtió y Emmett, oh dios me lo dijo hasta el cansancio, pero no escuché, Edward, debí escuchar, le di mi corazón por completo a ese hombre, hice todo por él, traté de hacerlo feliz pero nada fue suficiente, él nunca estaba satisfecho aun cuando siempre decía sí a sus planes y dejaba los míos de lado-las lágrimas ya bañaban su rostro para ese momento, suspiró y respiró profundo para poder seguir-cuando se besó con otra chica estando con sus amigos lo perdoné y sin embargo, no pude confiar más en él, duramos unos meses más y luego ya sentía que no podía más, cuando él me dejó porque ya no sentía nada por mí al principio me sentí muy mal, tan mal que parecía arrastrarme en vez de caminar, solo respondía cuando me decían algo, era una alumna ejemplar porque solo me dedicaba a estudiar, no salía con nadie, mis amigas me llamaban de Phoenix y no les contestaba, mis padres me convencieron de irme una temporada con Emmett y así lo hice, luego fui a Phoenix y mi mejor amiga vino a pasar unos días aquí y así poco a poco me fui recuperando, no ha sido fácil, sobre todo por Emmett, siempre hemos sido muy unidos, los mejores amigos y luego pasa eso y él no está aquí, no es su culpa y he intentado hacérselo saber pero no me escucha-las lágrimas seguían ahí pero ahora los fuertes brazos de Edward la envolvían en abrazo que se sentía como si todas las piezas que por meses habían estado sin encajar de una manera u otra encaban, ambos suspiraron.
-sí, el amor da a los demás el poder para destruirte pero, ¿sabes algo? También puede reconstruirte si sabes dónde mirar-en los ojos de Edward había cierta chispa, su corazón se aceleró, era muy pronto, ¿cómo alguien que conocía apenas de ayer podía hacerla sentir de aquella manera? ¿Amor a primera vista? No, ella no creía en eso pero algo estaba claro, algo crecía entre ellos, quizá una amistad.
-¿eso crees?-preguntó ella limpiándose las lágrimas con el dorso de la mano.
-por supuesto, soy el doctor corazón-rio de manera suave, era como el repiquetear de campanas, era musical y dulce.
-¿a qué te refieres?-preguntó Bella algo confundida.
-soy cirujano Cardiotorácico-dijo él con orgullo.
-eso es grandioso-exclamó ella sorprendida-¿cuántos años tienes Edward?-preguntó ella dándose cuenta de que él no parecía tan mayor ni tan joven.
-26, lo es, de hecho me mudo a Seattle, permanentemente-dijo mirándola con intensidad-me ofrecieron un puesto como jefe de cardio en el Seattle Grace Hospital-una emoción secreta en su voz llamó la atención de Bella pero no preguntó, ya se habían contado demasiadas cosas el uno del otro.
-eso es genial, creí que estarías por una temporada, ¿por qué decidiste mudarte de regreso a Seattle?-preguntó
-pues, por Al, ella me rogó que regresara y bueno también por mis padres, Esme me ha rogado que vuelva desde el momento en el que le avisé que llegué y me instalé en mi departamento en Inglaterra-rio
-no las puedes culpar, tu hermana es una persona muy alegre y tiene un carácter un poco parecido al de Emmett y uds siendo gemelos no imagino lo que fue para ella todos estos años de tu ausencia-dijo ella mirándolo y vio que la expresión alegre de su rostro desaparecía, se sintió culpable-lo siento-se disculpó sin saber realmente porque se disculpaba.
-no es tu culpa, yo fui quien tomó la decisión, solo que en ese momento solo pensaba en mí, era estúpido y egoísta-Bella notaba el pesar y la auto culpa impregnar la voz de Edward, el cielo que en un principio era claro comenzaba a ponerse oscuro, ambos alzaron la cabeza y vieron las nubes grandes y grises sobre sus cabezas-pronto lloverá-dijo Edward levantándose, extendió su mano a Bella para ayudarla a levantarse y ella la tomó, cuando sus manos se unieron sintieron de nuevo la electricidad, ambos miraron sus manos unidas y luego al rostro del otro, Bella no sabía qué hacer y Edward no quería soltar su mano pero tampoco quería precipitarse a una mal interpretación por lo que soltó la mano de Bella suavemente y sin decir nada comenzaron a caminar. Al llegar a donde estaban los demás Emmett saltó con el rostro enfurecido.
-¿dónde estaban?-preguntó casi gritando, Bella, Rosalie y Alice se pusieron en medio de los dos. Bella miró a su hermano y de repente al verle el rostro de aquella manera se sintió intimidada y pequeña pero se armó de valor.
-Emmett Swan ya para-le dijo suavemente pero con autoridad, su hermano la miró confundido-solo dimos un paseo por la playa y hablamos, no me pidió matrimonio ni me violó, hermano tienes que relajarte, solo fue una conversación, él no es Jacob y estás aquí-pasó una mano por la mejilla de su hermano, su rostro se suavizaba.
-pero Bella no sabía dónde estabas, te dije que no te quería cerca de él, es mayor para ti y… y es mayor para ti-concluyó como si aquel fuese el mejor argumento que tenía, Rosalie y Bella rodaron los ojos.
-Emmett, Bella ya está grande y sabe cuidarse, ya tiene 21 años y además solo conoce a Edward de ayer, ni ella es yo ni tú eres Edward que van a saltar encima del otro en la primera cita-dijo Rosalie tratando de ser seria pero se ganó un gruñido por parte de Jasper-lo sé, no necesitabas saber eso-el rubor se extendió por las mejillas de Rose, Emmett relajó su postura y su rostro se suavizó casi por completo, le dedicó una última mirada de escrutinio a Edward, suspiró y asintió, Edward lo miraba aun desconcertado por sus palabras.
-lo siento Edward-se disculpó y Edward, que comprendía su ataque de celos asintió y extendió su mano a Emmett, que con una sonrisa se la estrechó. Recogieron las cosas, apagaron la fogata y se dirigieron a casa de Alice, no querían acabar con la velada aun, en esta ocasión Alice y Jasper se quisieron ir con Rosalie por lo que Bella tuvo que irse con Edward, Emmett estuvo a punto de protestar pero no lo hizo porque una mirada furibunda de Rosalie lo obligó, el camino fue silencioso, solo lo llenaba la suave música de jazz que sonaba de fondo, a Bella le gustaba eso, la tranquilidad en el auto sin silencios incomodos que llenar.
-creí que tu hermano me asesinaría en frente de todos en la playa-comentó Edward tratando de distraer a Bella de lo que sea que ocupaba su mente. Ella observaba el paisaje, meditaba sobre como la actitud de su hermano podía a veces sacarla de quicio.
-Emmett, como te dije, es muy sobreprotector conmigo, hemos pasado por cosas difíciles ambos y tendemos a ser así, aunque la verdad no tiene nada de qué preocuparse, digo tú y yo apenas nos conocimos ayer, tiene que relajarse-Bella soltó un suspiro, comenzaba a sentir que confesarle cosas tan privadas como la relación con su hermano a Edward era normal, tan normal como respirar, seguía siendo extraño pero algo la hacía confiar en aquel chico de cabello cobrizo, con sus ojos verde esmeralda tan profundos como el bosque que circundaba por su casa. Volvió la mirada a la ventana antes de perderse como solía hacerlo cuando recién exploraba aquel bosque, tan verde que le parecía vivir en un planeta alienígena donde el verde era el color predominante.
-no puedes culparlo, tengo a Alice y entiendo su preocupación, yo era peor, nunca aprobé su relación con Jasper y eso que recién me enteré-suspiró Edward, Bella lo miró sorprendido
-pero estás comprometidos-la duda impregnaba la voz de Bella-había algo de tráfico para volver a Seattle, realmente estaba lento y Edward pensó que bueno ya que quizás estarían un buen rato en el auto y realmente se sentía un poco frustrado por todo lo que había pasado en tres años y nadie se había molestado en decirle, no podía hablar con su mejor amigo ni con su hermana porque parte de su frustración venía de ellos y ya los había hecho sentir mal por demasiado tiempo
-yo…-dudo unos momentos, pasó su mano por su ya muy desordenado cabello, suspiró y lo soltó-me enteré hace unos días de eso-Edward miró a Bella esperando alguna reacción pero ella solo esperó a que continuase con su relato, agradeció eso-veras, hace años que vivo en Inglaterra, me gradué de Medicina en Harvard, Jasper siempre ha sido mi mejor amigo y hace años tuve una novia, Tanya Denali, era una rubia hermosa, ojos azules, cuerpo escultural y estudiaba Leyes por lo que leía mucho y teníamos escritores que ambos amábamos, era muy inteligente contrario a lo que piensan de las rubias, cuando abría la boca sorprendía a todos pero era muy promiscua, creí que podría cambiarla pero no, un día la conseguí en nuestro apartamento con Jasper entre sus piernas-los puños de Edward se crisparon al recordar la escena-terminé con ella, con Jasper y hasta con mi familia, porque me mudé a Inglaterra apenas me gradué y hui como un cobarde, nunca dejé a Jasper hablar y Alice me ocultó su relación con él, siempre supe que algo pasaría entre esos dos pero me tomó por sorpresa que me lo ocultaran por tanto tiempo, herí a mi hermana y jamás podré perdonármelo-Bella miraba sin saber qué decir por lo que se limitó a poner su mano en el hombro de Edward.
-no te sientas mal, Alice solo habla maravillas del Dr Maravillas-Bella rio ante el apodo-así te dice, dice que algún día vas a curar el corazón de todos y que probablemente descubras la cura contra el cáncer, eres su superhéroe-aquellas palabras lo hicieron sentirse un poco mejor consigo mismo, después de todo su hermana jamás lo miraría mal ni le tendría rencor por algo que al final de cuentas había sido por algo que lo había herido a él.
-Alice siempre hablando locuras, aunque a veces hay que creerle, algo tiene de bruja que casi siempre se hace realidad lo que dice-comentó él entre risas, el tráfico comenzaba a aligerarse y ya pronto estaban entrando a la ciudad-no lo entiendo-dijo Edward algo confundido, su frente sin arrugas se frunció
-¿Qué cosa?-preguntó Bella
-¿Cómo es tan fácil hablar contigo?-preguntó él mirándola directamente a los ojos, por ese pequeño instante en el que el verde y el chocolate se quisieron fundir sintieron como si una electricidad se apoderaba de ellos, los impulsaba a acercarse y de no ser por una bocina que los apresuraba no se habrían dado cuenta de lo cerca que estaban-lo siento, no sé qué pasó-se disculpó Edward avergonzado, el rostro de Bella estaba rojo por lo que lo ocultó al mirar por la ventana
-yo tampoco, eso fue muy raro-dijo casi en un susurro. Bella se perdió en su mente mientras miraba por la ventana, por un momento deseó no sentir nada raro, no volver a verse a sí misma como la última vez, recordar todo por lo que había pasado con Jacob la hacía sufrir. Una mano cálida se posó sobre su hombro.
-Bella, ¿qué pasa?-preguntó Edward al ver el repentino cambio de pose de Bella, un momento estaba viendo por la ventana y al siguiente estaba posando su brazo sobre su regazo apretándolo fuertemente contra su cuerpo.
-recuerdos, Edward, recuerdos-respondió ella simplemente, a pesar de haberle contado a Edward lo que había sido su relación anterior no se sentía tan mal pero los recuerdos aun la dañaban, a veces se encontraba a ella misma recordando las tardes de café en la plaza al lado de la biblioteca, con la brisa refrescándolos y ambos reían, luego recordaba el sabor salado de las lágrimas luego de que él había confesado su engaño. Una lágrima solitaria resbaló por su mejilla y Edward aparcó el auto en el hombrillo.
-Bella, sé que solo nos conocimos ayer, no hay confianza-posó un dedo debajo de su barbilla para obligarla a mirarlo-es difícil recuperarse de un rompimiento y más si pensaste en un futuro con esa persona pero a veces es mejor que las personas tóxicas se alejen solas, las personas fuertes tienen derecho a ser débiles también, te recuperarás y estarás bien, sé que ahorita no lo parece pero lo estarás. Tienes amigos y familia que estarán ahí para ayudarte, además ahora tienes al Dr. Corazón como amigo-le guiñó el ojo esperando ver asomar una sonrisa de sus labios y así pasó, él le limpió las lágrimas que habían caído por sus mejillas y retomó el camino-tienes cara de que necesitas helado en tu sistema, soy doctor, puedes confiar en mi diagnostico-una sonrisa ladeada hizo que ella se sintiese un poco mejor.
-bueno si eso es lo que el doctor me receta pues debería hacerle caso-dijo ella con una gran sonrisa, quizá ser amiga de Edward no fuese a hacerle daño, quizás este era el milagro que la salvaría de hundirse más en la miseria y por fin retomar su vida.
-muy bien, me gusta cuando mis pacientes me hacen caso, el problema es que soy nuevo en la ciudad, si estuviésemos en Londres te diría los mejores lugares para comer helado pero esto es Seattle, así que tú me guías y yo conduzco-y tras poner una emisora de música movida y Edward contando anécdotas de su vida en Londres los recuerdos tristes que la atormentaban y no la dejaban dormir en las noches se esfumaron tan rápido como llegaron. Después de dar unas cuantas vueltas por Seattle llegaron a la heladería favorita de ella y Emmett, a la que iban cuando estaban demasiado aburridos en casa y sabían que podían estar alejados de todo, el sol aun brillaba cuando Edward estacionó en el único puesto que había disponible en la calle, la heladería se veía casi vacía por lo que Bella sonrió-no debe ser muy buena si está casi desierta a esta hora-se notaba la duda en la voz aterciopelada de Edward a lo que Bella respondió con un bufido.
-amigo, acabas de llegar, te explico, esta es una de las mejores heladerías en todo Seattle pero está demasiado escondida y a casi todo el mundo le queda lejos, ya verás que vendrás con nosotros siempre-dijo ella riendo divertida por la cara de Edward.
-bueno, tú eres la experta-él la siguió sin perder rastro de ninguna de las expresiones de ella. No sabía porque pero ella lo cautivaba de una manera que ni Tanya lo había hecho, ella era tan sencilla y a la vez tan compleja, tan tímida y a la vez tan extrovertida, era como si los polos opuestos se conocieran en ella y vivieran en un perfecto equilibrio, fascinante era la palabra que más perfecto le quedaba. Entraron al local, tenía un concepto abierto que hacía que la brisa fresca de fuera hiciera innecesario el uso de aire acondicionado lo cual mejoraba su ambiente, la mayoría de los locales en cualquier parte de los Estados Unidos tenía, por regla, que tener aire acondicionado y más en aquella época del año, estaban a mediados de Junio y el verano estaba ya cerca. Las pocas paredes que adornaban el lugar estaban pintadas de un color cereza brillante que le daba alegría al lugar, las paredes estaban adornadas con repisas llenas de libros o CDs, dependiendo de la estantería, había una antigua rocola cerca de la entrada, parecía vieja pero se notaba que la habían modernizado y que podía tocar tanto CDs viejos como de los nuevos, el local era una combinación de lo nuevo con lo viejo, en el televisor pantalla plana que se encontraba cerca del mostrador aparecía una joven Aubrey Hepburn en Breakfast at Tiffany's, las personas ahí reunidas parecían estar algunas en ver la película, otras en buscar el mejor sabor para su helado, otras en buscar un libro para leer de las estanterías o un CD para poner en la rocola, parecía el lugar idóneo para pasar cualquier día por la tarde, el ambiente perfecto para cualquier amante de lo viejo y lo nuevo-Bella, no volveré a dudar de ti, te lo prometo-ella soltó una sonora carcajada que lo hizo pensar en ese como su nuevo sonido favorito. Se acercaron al mostrador donde un chico rubio, el típico capitán del equipo de futbol, estaba mensajeando sin prestar atención al hecho de que tenía clientes.
-Mike!-lo regañó una chica rubia de cabello rizado que tenía cara de cansancio como si esa fuese su pelea de todos los días
-lo siento, Maggie, Lauren tiene uno de sus ataques de celos de nuevo-el chico que respondía al nombre de Mike rodó los ojos-buenas tardes, ¿en qué les puedo ayudar?-miró a Bella con una sonrisa lasciva que se podía distinguir desde la entrada pero ella estaba tan ocupada pensando en qué sabor quería que no prestó atención.
-¿qué me recomiendas?-preguntó Edward mirando el menú.
-para la señorita una merengada de doble chocolate, crema batida y cereza con su respectiva sombrilla-dijo Mike sonriendo.
-no, no quiero eso, me gustaría una orquídea tres sabores super chocolatosa con doble chocolate y chispas de chocolate-dijo ella alegremente.
-con eso terminarías en un coma diabético-dijo Edward riendo por su elección-dame lo mismo pero de dos sabores y más chocolate-Bella lo miró sorprendida-tu cara me ofende-dijo él poniendo cara de fingida indignación.
-no pareces el tipo de persona que le gusta el chocolate, eso es todo-se encogió de hombros con una sonrisita en los labios.
-y tú no pareces el tipo de persona que se comería todo eso sola-contraatacó él riéndose.
-bueno, pues subestimas mi poder para comer helado y más si es de chocolate-ella puso cara de suficiencia.
-¿con lo de siempre, Bella?-preguntó una chica de tez morena y cabello negro que se encontraba en el área de sabores.
-sí, hola Em, ¿cómo ha estado todo por aquí?-preguntó Bella sonriendo ampliamente-Edward ella es Emily, Emily este es el hermano de Alice-los presentó ella.
-mucho gusto Edward, supongo que se agrandó el grupo-dijo Emily riendo.
-igual Emily, supones bien, es un local grandioso este-la admiración en la voz de Emily la hizo sonreír feliz.
-gracias, mi padre lo abrió antes de morir y ahora yo lo dirijo, aunque me gusta más atender yo misma a mis clientes que estar encerrada en una oficina enterrada entre papeles-dijo Emily tratando de sonar alegre sin conseguirlo.
-seguro estaría orgulloso-dijo Bella empáticamente. Ambos pidieron sus helados, escogieron un sitio bastante apartado de los pequeños grupos-me encanta este lugar, la historia que esconde y el refugio que es para algunas personas-Bella miraba a Emily con simpatía y tristeza-su padre era un gran hombre, veterano de guerra que quiso dejar eso atrás y comenzó con una pequeña librería en la que de vez en cuando vendía helados que preparaba su esposa en casa, cuando se dieron cuenta habían creado el mejor lugar para adolescentes, los pocos clientes que venimos somos los que somos leales al padre de Emily, este lugar lo abrió Em hace un año porque el original, el que abrió su padre era muy pequeño y a veces se hacían colas, muchos de nosotros la ayudamos a poder abrirlo y seguir con el sueño de su padre, el problema es que las personas solo iban por el buen ambiente y ahora ya no viene mucha gente por más publicidad que se le hace, pero sobrevive gracias a los clientes frecuentes, esta no es ni la mitad, en la fiesta de navidad verás que somos un pueblo bastante grande y que esta no es solo el mejor local de la cuadra sino el mejor de todo el mundo, yo…-Bella tuvo que interrumpir su relato porque su teléfono había comenzado a sonar-diga-dijo ella con cierta alarma en su voz-estamos en Sweet Dreams-la frustración en la voz de Bella hizo pensar a Edward que era Emmett con quien hablaba-claro, aquí los esperamos, estamos en la mesa de siempre, Emmett puedes dejar tu locura aparte, sí, no, 21, 23, supéralo, también te quiero oso gruñón-rodó los ojos y cerró la llamada-bueno los chicos vienen para acá-anunció Bella sonriendo. Mientras esperaban que los demás llegaran hablaron de cualquier cosa, se iban conociendo poco a poco, Edward sentía que cada vez se cautivaba más por la personalidad de Bella, jamás había conocido a alguien como ella, ni en las muchas chicas con las que había estado en Londres, ¿qué pasaría entre ellos? ¿cómo es que solo la conocía de ayer y algo crecía en su interior por aquella pequeña chica de tez pálida, cabello marrón caoba y ojos achocolatados? No tenía respuesta para ninguna de esas dos preguntas pero si quería mantener a salvo a Bella tendría que mantener sus distancias, habían pasado años desde lo de Tanya y esta era la primera vez que sentía algo por alguien, no quería apresurarse ni lastimar a Bella, por ahora solo se conformaría con una amistad porque era lo que podía darle y sabía que era lo que ella necesitaba.
