La historia es de mi autoria. Los personajes le pertenecen a Stephanie Meyer.
Capítulo 4: De regreso
Edward POV
Estaba sentado frente a su laptop buscando apartamentos cercanos al hospital y bebiendo café, su hermana y Jasper habían salido a ver detalles de la boda y sus padres estaban en el cine, en una cita, como había dicho su madre, la casa se encontraba en total silencio por lo que cuando fue a rellenar su taza con café lo sobresaltó el sonido de una llamada entrante en el Skype, mientras caminaba de regreso a la sala de estar se preguntaba quién podría ser y al llegar y ver que era ella quien llamaba la taza casi resbala de sus manos, miraba la pantalla de la laptop como si fuese el arma nuclear más peligrosa del mundo, miró por el gran ventanal de la sala que daba al hermoso jardin que Esme cuidaba con tanto amor, como si ahí pudiese encontrar la respuesta, pero el cielo de un gris plomo, que avisaba que pronto llovería y las hermosas gardenias y tulipanes de su madre no contrastaban como era debido, era como si sus pensamientos se reflejaran en el paisaje que tenía en frente, no sabía si contestar, después de tantos años, ¿por qué?. Se armó de valor y contestó, tratando de no parecer afectado de ninguna manera y poner su rostro en una expresión de calma total
-¡Eddie! Al fin me contestas, han pasado años- aquella voz, aquella voz de niña mimada que hace años lo había cautivado, la escuchaba y su instinto lo incitava a matar
-Tanya-dijo simplemente dandole un sorbo al café
-el rencor es malo, Eddie-dijo ella sonriente
-ser falso también, Tanya y por favor deja de llamarme Eddie, siempre lo he odiadio y siempre lo voy a odiar-estaba tenso y su voz salió cortante- ¿para qué llamas?-decidió que si se la quería sacar de encima rápido lo mejor sería ir al grano
-me enteré por una buena amiga que estás de regreso en Estados Unidos y quizá podamos aclarar lo que pasó-Tanya puso los ojitos de perrito
-no tenemos nada que aclarar, hablé con Jasper y me dijo lo que hiciste y no volveré a cometer el error de ponerte a ti por encima de mi familia, así que cualquiera que haya sido la mentira que tenías preparada puedes ir borrandola de esa cabecita tuya-otro sorbo de café y Tanya ya comenzaba a llorar
-pero Edward, por favor escuchame, dame la oportunidad de explicartelo todo, vamos a tomarnos algo, siempre has creído en las segundas oportunidades-estaba a punto de responderle cuando su celular sonó, un mensaje, lo tomó sin prestar atención a las lagrimas de cocodrilo de Tanya
'hola, B'
un mensaje de Bella, una sonrisa se extendió por sus labios
-¡¿estás prestandome atención?!-Tanya se oía molesta pero él le respondió el texto a Bella
'hola, ¿cómo estás? E'
-no, Tanya, cuando exageras y gritas y lloras falsamente dejo de prestarte atención-dijo él amargamente
-Edward, en algún momento vas a tener que escucharme y sabes que como abogada de la firma de abogados más prestigiosa del país nunca dejo perder un caso, voy a ser muuuy persistente y vas a escuchar lo que tengo para decir-el tono serio de Tanya lo hizo pensar que realmente algo había cambiado en ella, había madurado para convertirse en una de las mejores, eso lo sabía pero al ser abogada y una de las mejores podría manipularlo como si fuese parte de uno de sus casos y no dejaría que eso pasara, la llamada se colgó sola y él quedó viendo el ventanal de nuevo, ahora una fina llovizna caía, un frío cómodo entraba por la puerta abierta del jardín, el café calentaba su cuerpo y su alma, pasaría el resto del día viendo apartamentos y tratando de no pensar en la conversación que había tenido con Tanya. Uno de los apartamentos que vío estaba disponible para visitas por lo que llamó a la inmobiliaria y concertó la cita, ya hacía cinco días que había llegado, no que no le gustara estar en su casa con sus padres pero necesitaba privacidad y libertad, tomó las llaves de su Volvo y se encaminó a la dirección que había en la página. Llegó a un edificio de ladrillos a unas manzanas del hospital, era bajo, de cuatro pisos y grandes ventanales, amplias ventanas, parecía una zona tranquila, el edificio tenía algunas mejoras, había sido modernizado, le había dicho la agente que le había dado la información, los apartamentos eran espaciosos y de buen tamaño, tanto familias como solteros vivían ahí. Bajó del auto con el paraguas resguardandolo de la lluvia, una mujer alta, de cuerpo esbelto y ojos azules vestida con una traje beige de falda y chaqueta en conjunto y una blusa blanca de botones lo esperaba en la entrada bajo el techo
-el sr Cullen, ¿cierto?-preguntó la mujer sonriendo al verlo, parecía joven, de su edad quizás un poco menos, lo evaluó y pareció gustarle lo que veía
-sí, vengo a ver el penthouse-cerró el paraguas al estar bajo techo y estrechó la mano de la mujer
-Renata Voulturi-dedos largos y mano suave, debía tocar el piano, observó Renata con aprobación, mientras subían el corto tramo de escaleras Renata ya pensaba en 10 diferentes maneras de seducir a aquel hombre tan guapo pero al verlo sonreírle al celular desistió de todos sus planes, si algo tenía Renata Voulturi es que no se metía con hombres comprometidos, casados o con novia
-¿tiene muchas ofertas el apartamento?-preguntó Edward mientras el ascensor subía
-no muchas, esta zona no es la de moda y por aquí la oferta y la demanda es muy poca, aquí solo se residencian familias o viven las generaciones de otras familias, muchos de estos apartamentos los habitan personas a las que se les deja como herencia o simplemente deciden comprarselos a sus familiares, este apartamento ha estado en venta por un tiempo, la mujer que lo habitaba vivió con un su ex prometido, luego una de sus colegas se mudó con ella y luego su esposo se mudó, su colega lo compró luego de que ella se mudara a la casa de una amiga pero ahora lo está vendiendo porque ella y su mujer se van a vivir a una zona más familiar a las afueras de Seattle y la otra mujer se va para Suiza-ya habían llegado al último piso
-espere, ¿Suiza? la mujer de casualidad no se llamará Cristina Yang, ¿verdad?-una extraña casualidad, era como si esa Cristina Yang fuese el puente a su destino, primero su puesto y luego su apartamento
-¿la conoce?- Edward quizo decirle que el mundo era un pañuelo
-no, pero espero hacerlo para agradecerselo algún día-sonriendo entró en el apartamento. Era exacto como se lo había imaginado, los ventanales cubrían gran parte de la pared de en frente, el resto estaba cubierto por amplias ventanas corredizas, no estaba amoblado por lo que se podía apreciar el gran espacio, la cocina era tal y como la necesitaba, con concepto abierto y espaciosa para que no se tropezara con nada ni nadie, había una isla, la única separación entre la cocina y la sala de estar, toda la poca pared que había estaba hecha de ladrillo, un corto pasillo daba a dos habitaciones y un baño, el baño de invitados era moderno, toda el porcelanato era blanco, lavamanos y wc (1), las puertas corredizas de la ducha eran de vidrio transparente y la regadera, se veía que la habían cambiado recientemente, era de un metal brillante. Pasaron al cuarto de invitados, igual que la sala contaba con amplias ventanas, no era muy amplio pero sí espacioso por lo que podría convertirlo en su despacho, pasaron al cuarto principal, más ventanales y ventanas amplias, una gran vista y un gran espacio, contaba con un walk-in closet(2) y un baño con ducha y bañera con hidromasaje, el porselanato era de un gris brillante casi blanco, combinaba con la ceramica blanca, el closet tenía rebestimiento de madera igual que todo el apartamento, las puertas corredizas igual de madera, por alguna razón que nunca entendió había un mueble en el medio del closet, se veía bastante cómodo, todo era empotrado, Edward ya se podía imaginar viviendo en aquel lugar-lo compro-dijo simplemente, ya pensaba en llamar a su madre y hermana para que lo ayudasen a hacer de aquel lugar un hogar para todos ellos porque sabía que su familia pasaría mucho tiempo ahí. Finiquitó todo el papeleo con Renata, en dos días podría mudarse a su nuevo apartamento, justo en dos días comenzaba su trabajo como jefe de Cardio en el Grey Sloan Memorial, porque ya no se llamaba Seattle GraceHospital, en dos días empezaba de cero, aún se preguntaba qué le deparaba su nueva vida de regreso en Estados Unidos, su hermana gemela se casaría en unos meses con su mejor amigo y ahora que Rose estaba con Emmett también vería a los hermanos Swan más seguido.
(1) wc: poceta, vater, etc
(2) walk-in closet: uno de esos closets espaciosos que parece otra habitación
