Los personajes pertenecen a Stephanie Meyer. La historia es de mi autoría.

Capítulo 12: El amor está en el aire

Bella POV

Se sentía tan feliz luego de haber hablado con Rosalie, el ver que su hermano había encontrado a alguien y que ese alguien lo cuidaba y amaba tanto como para no querer soltarlo, su corazón estaba lleno de amor y felicidad, no solo por Rose y Em sino por Alice y Jasper, era como si cada persona de su vida estuviese en donde tenía que estar. Pensar en aquello la hizo mirar hacía su propia relación, pensó en como en tan poco tiempo Edward y ella finalmente estaban en un buen lugar, incluso después de lo de Tanya, era feliz con Edward a su lado, pero aún temía que algo arruinara su felicidad, pensaba en ello cuando se detuvo en una luz roja. Todo con Edward era demasiado lindo para ser real, la manera en la que la trataba, la manera en la que la hacía sentir, como parecía que encajaban como piezas perfectas de un rompecabezas. El sonido de su celular la hizo volver a la realidad, justo era Edward llamando, lo puso en altavoz para poder manejar.

-Hey! -lo saludó una vez contestó la llamada

-qué haces? -le preguntó algo tímido, le pareció extraño

-voy en el auto, estoy regresando de pasar el día con Rosalie, pasa algo? -preguntó algo preocupada

-no, solo quería saber si te gustaría hacer algo luego-su tono de voz se aligeró un poco

-claro, si quieres cambio mi ruta, estoy más cerca de tu casa que de la mía-sabía que él no podía verla, pero igualmente se encogió de hombros

-vale, pues aquí te espero, te quiero-y colgó, ella cambió la ruta del GPS, puso su Taylor Swift a todo volumen y se encaminó a casa de Edward.

Iba pensando en qué clase de planes tendría Edward para ellos aquel día, no que ellos fuesen de esas parejas que tenían que planear todo, pero le había parecido un poco raro que fuese tan tímido a la hora de preguntarle si quería hacer algo, descartó las preocupaciones con un encogimiento de hombros y aparcó el auto frente al edificio de Edward. Bajó tranquilamente, sacó las llaves que Edward le había dado, durante el viaje en el ascensor se quedó viendo las llaves, hacía meses que él se las había dado, hacía meses que él había tenido el increíble gesto, no solo de hacerle espacio en su vida sino en su apartamento, no le gustaba comparar pero le sorprendía sobremanera lo diferentes que Jacob y Edward eran, ella nunca tuvo nada en casa de Jacob, él ni siquiera tuvo la decencia de hacer el ofrecimiento pero Edward…Edward en unos meses le había hecho espacio y le había dado las llaves de su casa, como si fuese lo más natural del mundo, negaba con una sonrisa cuando abrió la puerta y lo que se encontró iba como en sintonía perfecta con sus pensamientos porque ahí estaba, velas encendidas, tulipanes lila (su flor favorita) decorando la mesa, música romántica de fondo.

-Edward? -llamó cuando cerraba la puerta, dejó sus cosas en el perchero de la entrada y lo buscó con la mirada pero no estaba a la vista, decidió ir a la habitación y allí estaba, con la cabeza metida en el closet-qué haces? -preguntó divertida, él se volteó algo apenado y se hizo a un lado, había toda una parte del closet vacía

-hacía espacio-respondió con timidez

-espacio? Para qué? - su corazón empezó a latir con rapidez

-porque no comemos primero y te cuento-se acercó a ella, la tomó de las manos y le dio un pico antes de guiarla de regreso a la sala, ella se sentó y él fue por la comida, sirvió la comida y el vino, todo el tiempo sin dejar de mirarla, comieron en silencio por unos minutos, él seguía sin apartar la vista de ella, lo que la ponía demasiado nerviosa, sentía que incluso desde su silla Edward podía escuchar los latidos agitados de su corazón-Bella…-empezó y tomó un respiro hondo-hay algo en lo que he estado pensando mucho en las últimas semanas-ella solo se limitaba a mirarlo con atención-esto de la boda de Alice y Jasper, lo de Rose y Em…me hizo pensar en nosotros, en dónde queremos estar, en qué va a ser de nuestro futuro-hizo una pausa para tomar un sorbo de vino-sé que quiero que estés en mi vida, de manera permanente, no veo mi vida con otra persona que no seas tú, sé que solo hace unos meses que avanzamos un poco más en nuestra relación, las llaves, tus cosas, te has estado quedando más aquí y…-no sentía miedo, por primera vez en su vida estaba con alguien que no temía expresarse y decir cómo se sentía, por primera vez sabía el lugar que ocupaba en la vida de alguien, a veces temía no ser ella lo suficientemente expresiva con Edward, que todo el daño que Jacob le hizo la estuviese frenando de seguir adelante con Edward y que él no se sintiera tan seguro de los sentimientos de ella como ella se sentía de los de él-Bella te quiero, te lo he dicho antes, te quiero como no he querido a nadie nunca y quisiera quererte todos los días, quiero dormirme contigo y despertar contigo todos los días, quiero vivir aventuras contigo y quiero que empecemos con la aventura de vivir juntos-lo dijo como si finalmente un peso se hubiese levantado de sus hombros, ella no pudo hacer otra cosa que sonreír

-estás seguro? No quiero que sientas presión solo porque nuestros hermanos se van a casar, no tenemos que apresurarnos a nada-ella tomó las manos de él, si bien estaba 100% segura de que quería exactamente lo mismo que Edward, quería que ambos estuviesen seguros de que eso era lo que querían y que no fuese la presión de avanzar porque los otros lo hacían

-sí, estoy seguro, los eventos recientes solo fueron inspiración para tomar la decisión-él apretó sus manos con ternura, para asegurarle que estaba firme en lo que decía

-sí quiero-fue su simple respuesta, ambos sonrieron, brindaron con el vino, terminaron de comer y fueron a la habitación, demasiado llenos para hacer otra cosa empezaron a planear la mudanza-creo que solo voy a necesitar cajas, para la ropa y eso, no tengo mucha igual, tu hermana se la pasa husmeando y después de cada visita encuentro que tengo menos ropa que antes-puso los ojos en blanco y ambos rieron

-si es de la temporada pasada o lo has usado cinco veces en un mismo año, tiene que irse-dijo imitando la regla más importante de Alice Cullen-igual quizás podríamos vivir acá una temporada e ir buscando un lugar más ideal para ambos, que tenga toques de los dos, que podamos hacer nuestro hogar-le dio un suave apretón a su mano, hace años ella no soñaba ni esperaba encontrar a alguien que la quisiera, estaba tan afectada después de todo lo que había pasado con Jacob que jamás se planteó la idea de estar con alguien más, en ningún sentido y ahora aquí estaba, con un hombre como salido de un cuento, perfecto en su imperfección, que la hacía sentir tan bien, tan segura, que le daba todo aquello que una vez esperó de alguien que nunca iba a dárselo y ella no podía ser más feliz.

-aunque…-una preocupación la invadió de repente, sus padres, cómo les diría a Renee y a Charlie que se mudaba con Edward? Sabía que Esme y Carlisle no iban a poner reparos, la querían como si ya tuviese el apellido Cullen pero sus padres…no que odiaran a Edward pero era la hija menor, incluso irse a la universidad fue una tortura, sobre todo para Charlie

-tus padres estarán bien-Edward volvió a apretar su mano, cómo sabía que era eso en lo que pensaba? A veces creía que le leía la mente

-cómo supiste?-preguntó ella sonriendo débilmente

-porque yo también lo pensé…-respiró hondo y se volvió más cerca de ella-hablé con ellos antes de preguntarte-nunca pensó en Edward como chapado a la antigua, pero la enternecía sobremanera que hubiese tenido el increíble gesto de preguntarle a sus padres si ella podía mudarse con él

-Edward…no tengo palabras-de verdad no las tenía, no sabía qué había hecho en la vida para merecer a alguien como Edward, pero lo agradecía

-no tienes que decir nada, solo quiero que sepas que lo que es importante para ti es importante para mí- le dio un beso en la frente y la abrazó con ternura, y así se quedaron dormidos, pensando en la mudanza y en muchas otras cosas que estaban por venir, la boda de Alice y Jasper, la posible boda de Emmett y Rose.