Esta obra es una creación original y está protegida por derechos de autor. Los personajes y elementos del universo de Fairy Tail pertenecen al autor mangaka Hiro Mashima
Nota del Autor: Lo siento mucho, pero me es imposible subir el capítulo del final del arco argumental en un solo capítulo, debido a que se ha extendido hasta casi las 25 mil palabras. Prefiero dividir el capítulo ahora, pero con la noticia de que ya hay una fecha para ahora si el verdadero final de temporada. Leer las notas al final del capítulo
Fairy Tail Nueva Extalía
Capítulo 20 - Antesala Sombría
Arco del Nuevo Reino
Ambos Exceeds se miraban mutuamente. Aferrándose a su respectiva arma, blanco y rojo tenían que resolver sus asuntos en esta batalla. Carla y Adrien, la princesa contra el prodigio Exceed.
Las chispas saltaron cuando las armas chocaron, el eco de sus golpes resonando a través de todo el corredor. Carla, con su cetro en alto, enfrentaba a Adrien, quien, con su espada en mano, se lanzaba hacia ella con una ferocidad descontrolada.
Adrien comenzó la ofensiva con una estocada directa hacia el corazón de Carla. Ella, utilizando su magia de precognición, vio el movimiento antes de que ocurriera, girando ágilmente sobre sus talones para evitar el corte. La espada de Adrien pasó a ras de su costado, el viento que dejó a su paso erizándole el pelaje.
"¡Debiste haber aceptado el trato que te propuse!" gruñó Adrien, atacando con una serie de cortes diagonales, cada uno más rápido que el anterior. La hoja brillaba bajo la luz tenue del corredor, y Carla podía sentir la presión del metal cerca de su piel. "¡No eres capaz de hacer ese sacrificio por tu reino! ¿Porque no te preocupas por los tuyos, princesa?"
"Eres un verdadero ingenuo si crees que volveré a caer en tus engaños." Respondió Carla molesta.
Con cada impacto, Carla luchaba por mantener el control de la situación, pero la fuerza bruta de Adrien era abrumadora. Su cetro resonaba contra la espada, pero ella sabía que no podría sostener la batalla solo con la fuerza. "Adrien..." hablo, bloqueando un corte descendente y empujando hacia atrás con todas sus fuerzas. "Has lastimado a mis amigos, ¿por qué razón lo has hecho, por tu ideología de tu reino? ¿O es acaso algo más?" Cuestionó Carla muy molesta.
Esto dejo lo dejo pensativo un momento, pero esbozo una sonrisa. "La respuesta ya te la sabes muy bien princesa." Respondió él mientras lanzaba una estocada que Carla pudo bloquear."
"¡Responde mi maldita pregunta!" Reclamó Carla balanceado el cetro para seguir el ritmo de los ataques de Adrien.
"Como tú ya sabes, siempre he pensado en el bienestar del reino Exceed," respondió Adrien, lanzando un golpe lateral que apenas rozó el brazo de Carla. "Eres una parte fundamental de la imagen que yo y Shaddick buscamos para el reino. Pero es una verdadera lástima que seas capaz de comprenderlo, sobre todo por andar con esos estúpidos amigos."
Las palabras de Adrien fueron como dagas, y la rabia se acumuló en el pecho de Carla. Con un movimiento rápido, esquivó un nuevo ataque, girando con gracia para evitar el corte, y al mismo tiempo utilizando su cola como un arma inesperada, Carla le propinó una bofetada a Adrien. El golpe fue rápido, un movimiento de desaire que sorprendió al Exceed rojo.
Adrien retrocedió, aturdido por el golpe sorpresivo e inesperado. Carla no perdió el momento; sintiendo una ráfaga de confianza, se lanzó hacia adelante, cetro alzado, lista para contraatacar con toda su fuerza.
"¡No me te atrevas a hablar a si de mis amigos!" gritó Carla, sintiendo cómo la ira hervía en sus venas. "Nunca te perdonaré lo que les hiciste a ellos y a mí."
Adrien retrocedió un paso, pero no se dejó intimidar. "No tienes idea de lo que Shaddick ha sacrificado por este reino, yo también he decidido ser participe de la reestructuración del nuevo reino," dijo, recuperando su postura. Su mirada era fría y calculadora. "Tú podrías ser parte de un gran cambio, pero tu obstinación te llevará a tu perdición."
Con un nuevo ímpetu, Adrien atacó nuevamente, lanzando una serie de golpes rápidos y mortales, tratando de desbordar la defensa de Carla. Cada ataque era un juego de fuerza y estrategia, donde él trataba de aprovechar su superioridad física mientras ella usaba su agilidad y precisión.
"No quiero ser parte de ningún reino donde ustedes estén involucrados." Respondió Carla decidida y en un movimiento fluido, bloqueó un corte vertical y luego se deslizó hacia un lado, haciendo que la espada de Adrien chocara contra la pared del corredor.
Ambos se separaron, sus ojos llenos de determinación. El sudor perlaba la frente de Carla, pero su respiración era constante, enfocada. Sabía que no podía permitir que la rabia la nublara; necesitaba estar un paso adelante.
"Carla, no quiero matarte, eres demasiado valiosa para el reino." Hablo Adrien. "Pero no me estás dejando opciones, princesa Carla. Contigo de nuestro lado, guiaremos a los Exceeds a un mejor futuro. Así que piénsalo bien. ¡Únete a nosotros o muere junto a tus amigos!"
"¡De ninguna manera aceptaré tus palabras!" dijo Carla, tomando una postura firme, lista para su próximo ataque. "No importa lo que pienses. No me importa lo que creas. Te detendré aquí y ahora." Ella se abalanzo contra Adrien, quien se preparó para bloquear el ataque de Carla, sin embargo, ella usando su Precognición logro anticiparse y romper momentáneamente su defensa.
Aprovechando el momento, Carla golpeó con su cetro hacia su rostro, y aunque Adrien esquivó en el último segundo, el golpe rozó su mejilla, dejando una línea de sangre.
Adrien tocó su herida con sorpresa, la furia acumulándose en su rostro. "Has tomado tu decisión entonces, princesa," susurró con un tono que hacía que el aire mismo pareciera congelarse. "Si no puedes comprender nuestro sacrificio, entonces no tienes lugar en el nuevo reino."
Antes de que Carla pudiera responder, Adrien la sorprendió con una ráfaga de ataques rápidos, cada uno más poderoso que el anterior. Cada corte era preciso, dirigido a romper sus defensas y desgastar su energía. Carla estaba al límite, y el peso de sus palabras resonaba en su mente, recordándole que no podía fallar aquí. "No me puedo permitir morir aquí... ¡Tengo mis propios motivos por lo que debo vivir!"
Adrien lanzó otro golpe con su espada en un arco horizontal, y Carla apenas tuvo tiempo de alzar su cetro para bloquearlo. Pero esta vez, Adrien aplicó toda su fuerza, buscando desestabilizarla. Su sonrisa era fría y calculada mientras sus ojos se clavaban en ella con desdén. "Supongo que tus amigos te dan el motivo para seguir peleando. ¿Eh?"
Carla siguió defendiendose. "Tú mismo has encontrado tu respuesta." Respondió ella.
Adrien se calló por un momento. "No entiendo... Luchas por tus amigos, cuando ustedes mismos se lastimaron mutuamente."
Carla rechinó sus dientes con molestias, mientras que apretaba su agarre en el cetro. "Todavía tienes el descaro de preguntarme."
Mientras que se defendía, una duda surgió en su mente "Respondeme Carla ¿Cómo es posible que estés aquí, luchando contra mí después de lo que te hizo Happy?" Adrien presionaba el ataque, un destello de duda en su mirada. "Debiste estar al borde de la muerte… y, sin embargo, aquí estás, apenas a una semana de tus heridas. Yo todavía tengo este brazo fracturado desde entonces," gruñó, tensando su agarre en la empuñadura.
Carla, jadeando por el esfuerzo, se mantuvo firme mientras intentaba absorber el impacto del golpe. "No estoy sola en esto," le gritó, su voz llena de determinación. "He tenido la ayuda de personas que me quieren como si fuera parte de su familia." En su mente aparecieron las imágenes de los padres de Happy, que habían estado al pendiente de ella con esmero durante su recuperación. Esa ayuda no solo la había sanado físicamente, sino también fortalecido emocionalmente.
Adrien frunció el ceño, lanzando otro corte. "¿Así que hay alguien que se ha tomado la molestia de ayudarte? Bien. Entonces esas personas también son cómplices de un criminal."
"¿De que demonios estás hablando?" Reclamó Carla.
Sin perder tiempo, Adrien usó su cola para engancharla alrededor del pie de Carla, forzándola a perder el equilibrio y a caer al suelo con un impacto sordo. "Y, si es así, tendrán que enfrentar las consecuencias por su traición al reino al ayudar a un criminal. Probablemente serán ejecutados."
Carla sintió una mezcla de rabia y horror al escuchar esas palabras. Apretó los dientes, y sus ojos ardieron con una furia feroz mientras lo miraba desde el suelo. "¡¿No te atrevas a tocar un solo pelo de las personas que me ayudaron?!" gritó, su voz temblando de furia. "Ellos no han incumplido ninguna ley. No soy una criminal, y lo sabes. Pero si siquiera piensas en hacerles daño…" Carla entrecerró los ojos, su voz se volvió amenazante. "No tendre ni un poco de misericordia cuando termine contigo."
Adrien dejó escapar una risa fría, levantando su espada para una estocada mortal. Pero Carla, usando su precognición, vio el ataque justo antes de que ocurriera. En el último momento, rodó por el suelo, evadiendo la estocada por centímetros. En el movimiento, giró sobre sí misma y aprovechó para lanzar una patada directa al abdomen de Adrien.
"Maldita..." Adrien soltó un gruñido de dolor y retrocedió unos pasos, su rostro retorcido por la sorpresa y el enojo. Carla se levantó rápidamente, sus ojos fijos en él, su determinación tan firme como siempre.
Mientras la lucha contra Adrien se intensificaba, Carla notó la inquietante ausencia de Aoi. No había recibido ninguna advertencia ni apoyo desde que comenzó el enfrentamiento, lo cual era extraño. Con un rápido movimiento, se alejó de Adrien, buscando un instante para observar la esfera del cetro. Allí, su mirada se detuvo en el reloj de arena pixelado que brillaba débilmente. Ñ Gruñó por lo bajo, frustrada por la aparente inacción de su compañera.
En ese momento, una voz suave y algo temblorosa la llamo. "Carla..."
"¿Aoi? " preguntó Carla, el sonido de su cetro chocando contra la espada de Adrien resonando a su alrededor.
"Si me estoy comunicando a través de tu conexión con el cetro real. Es casi como telepatía." Explicó Aoi mientras sonreía en la esfera del cetro. "Hablo de esta manera para que Adrien no pueda escucharnos."
"Entiendo... ¿Pero...?" Carla suspiro molesta. "Se supone que eres mi apoyo, ¿Que estabas haciendo?
Aoi rodó su ojos, y le murmuró. "Estaba 'cargando' algo importante sobre este combate."
Carla frunció el ceño, sintiéndose algo molesta. "¿Así que estabas 'cargando'? Te necesito activa, no inactiva. En medio de una pelea, ¡no es momento de procesar información!"
"Lo siento, Carla... he estado analizando a Adrien más a fondo desde que inició el combate."
"Entiendo..." Esto provocó un cambio en la expresión en el rostro de Carla. "¿Descubriste algo sobre él?" Pregunto ella con curiosidad.
Aoi asistió. "Su agarre en el brazo derecho es considerablemente más débil que el otro. Probablemente debido a la fractura que un no sana del todo. Pero, por favor, no te preocupes, estoy aquí para ayudarte ahora."
Aoi, en su tono apologético, respondió: "Lo siento, Carla. No quería poner en peligro la lucha. A partir de ahora, me enfocaré en ayudarte con tu Precognición."
"Eso espero," dijo Carla, sintiendo una renovada determinación mientras esquivaba otro ataque de Adrien. "Vamos a terminar esto."
Con una nueva estrategia en mente, Carla se preparó para el siguiente intercambio, sabiendo que Aoi estaba lista para proporcionarle la información que necesitaba para superar a su adversario.
Por otro lado.
Mientras tanto Happy se encontraba en una situación igualmente peligrosa. Estaba siendo perseguido por una de las bestias fantasmales que se habían separado de la más grande. A medida que la criatura se acercaba, el nerviosismo de Happy crecía; los perros nunca le habían agradado, (con excepción de Plue) y esta no era la excepción, a pesar de que se trataba de una criatura mágica.
"Vamos, Happy, ¡no puedes dejar que te atrape!" se reprendía a sí mismo mientras huía, sintiendo la respiración espectral de la bestia justo detrás de él. Su instinto le decía que no debía escapar, especialmente ahora que había ganado poder. Tenía que enfrentarse a la situación. Pero el temor de ser comido.
Siguió volando a toda velocidad, hasta que llego a un pasillo sin salida. "¡Demonios!"
Estaba acorralado, frente a uno de sus más grandes temores. "Me comerán de esta manera... ¡No! ¡No! ¡No!" Debía pelear, para eso había aprendido magia ¿No?.
Armándose de valor y dando un giro repentino, se detuvo y concentró su magia. "¡No debo huir más!" gritó, transformándose rápidamente en su forma humana. Su cuerpo adquirió una postura más firme, y comenzó a acumular magia de viento en su puño, el aire a su alrededor cobrando vida a medida que lo rodeaba.
"¡Wind Exceed Styles: Wind Edge!" exclamó, su puño envuelto en un resplandor de viento que destellaba con fuerza y filo. Lanzó su ataque directo hacia la bestia fantasmal que se abalanzaba sobre él.
Sin embargo, la bestia fue más rápida de lo que había anticipado. En un instante, el hocico de la criatura se cerró sobre su brazo justo cuando Happy estaba a punto de golpearla.
"¿Uhhh? ¿Que rayos?" Se cuestionó Happy al ver en que tal hilarante situación se encontraba. Pues en un momento extraño, su brazo quedó atrapado dentro de la boca de la bestia, y ambos se encontraron en una especie de impasse.
La bestia se sacudió, tratando de aferrarse a su presa, pero debido a la magia de viento que envolvía a Happy, no sentía dolor. No obstante, se dio cuenta de que no podía mover su brazo. "¡Esto no es lo que tenía en mente!" murmuró, mirando hacia la bestia con una mezcla de frustración y sorpresa.
Con un rápido movimiento de su otra mano, intentó liberar su brazo del hocico de la bestia, pero fue en vano. "¡Suéltame, por favor! ¡Esto es muy raro!" gritó, mientras la criatura seguía forcejeando. La situación era ridícula, pero Happy sabía que no podía rendirse. Concentrando su energía, trató de liberar un pequeño pulso de viento para empujar a la bestia hacia atrás.
"¡Debería haber aprendido a no acercarme a los perros!" pensó, mientras la batalla continuaba en un tira y afloja hilarante y desafiante.
Happy forcejeaba con todas sus fuerzas, tratando de liberar su brazo atrapado entre las fauces de la bestia. Mientras tanto, el monstruo sacudía su cabeza, intentando desestabilizarlo, y Happy notaba cada movimiento extraño que hacía, incluyendo un latigazo inesperado de su cola como si intentara azotarlo.
"¡Perfecto! Estoy atrapado en la boca de una bestia espectral" pensó sarcásticamente, mientras trataba de buscar una salida.
Fue entonces cuando se le ocurrió una idea, absurda pero en su estilo clásico de improvisación. "Si tú muerdes, ¡yo también puedo!" murmuró con una sonrisa temblorosa, acumulando magia de viento en su rostro. Sin pensarlo dos veces, exclamó: "¡Wind Exceed Styles: Wind Fangs!"
Y en una escena que ni él mismo hubiera imaginado, Happy lanzó una mordida directa a la cola de la bestia. La criatura soltó un aullido que resonó en el lugar, y ambos quedaron en una situación… bastante ridícula: Happy mordiendo la cola del monstruo mientras su brazo seguía atrapado en el hocico de la bestia.
"¡GRRRRAAAAAAH!" Un rugido ensordecedor emergió de su garganta de la bestia como una mezcla de furia y sufrimiento.
La reacción fue inmediata e instintiva; la criatura soltó el brazo de Happy y se volvió hacia él con furia, lista para lanzar un ataque directo.
"¡Oh no¡ ¡No lo harás!" Exclamó Happy y aprovechando la oportunidad, dio un ágil salto y, en un movimiento rápido, aterrizó sobre el lomo de la bestia. "¿Que?"
Sorprendido, se encontró montado en la criatura mientras esta sacudía su cuerpo, intentando desesperadamente bajarlo. Al notar su ventaja y la creciente confianza en sus habilidades, Happy sintió que el miedo que le provocaba la criatura comenzaba a desvanecerse. "Esto... No parece tan malo..."
Sin embargo, la bestia, al escuchar lo dicho por Happy, como si entendiera lo que dijo, frustrada y decidida a librarse de su inesperado jinete, se lanzó a correr a toda velocidad, llevándose a Happy sobre su lomo a través de un paisaje desconocido. "¡Ehh! ¡Espera!" Happy, aferrándose con fuerza, no podía evitar una mezcla de nervios y temor.
"¡Me equivoqué! Aye..." Su grito se perdió por los pasillos. No sabía adónde lo llevaba, pero una cosa era segura, tendría que estar listo para enfrentarlo.
Paralelamente.
Mientras Happy tenía su extraño conflicto con la bestia. Por otra parte Touka corría con todas sus fuerzas, sintiendo cómo el aliento le faltaba.
"¿Cómo demonios se atreve esa bestia a dividirse en dos para atacarnos? ¡Es ridículo!", pensó, una mezcla de frustración y preocupación inundando su mente.
La bestia fantasmal la seguía de cerca, sus aullidos resonando en los pasillos, una cacofonía que la llenaba de nervios.
Mientras corría, su mente voló hacia Happy. "Espero que él esté bien...", reflexionó, sintiendo un nudo en el estómago. Tenía que confiar en él, pero la incertidumbre la consumía. "Él siempre se mete en problemas, pero no puede ser tan ingenuo esta vez", se dijo a sí misma, tratando de ahuyentar la ansiedad. Sin embargo, no podía permitirse dudar; tenía que concentrarse en sus propios problemas.
Al girar en una esquina, Touka se encontró nuevamente en el comedor real. Su corazón se hundió. "¡No! ¿He estado corriendo en círculos todo este tiempo?" La frustración brotó, haciendo que apretara los dientes. "Esto es increíble. No puedo perder más tiempo", se dijo, mirando hacia la bestia que se acercaba, implacable y decidida.
"¡Tengo que hacer algo!" Exclamó Touka mientras pensaba que podía hacer para resolver esta situación. Entonces su mirada se poso en una puerta más grande de lo habitual. "Este sitio... Podría servir..." Pensó ella sabiendo perfectamente de que lugar se trataba.
Con determinación, giró en dirección a la cocina real, esperando que allí pudiera encontrar una salida. Al llegar, notó los barriles alineados en un rincón. Sin pensarlo dos veces, utilizó su magia de agua. "Aqua Exceed: Arrows". Con un movimiento fluido de sus manos, conjuró unas flechas de agua que derribó los barriles, haciendo que rodaran y bloquearan momentáneamente la entrada.
"Perfecto... Quédate ahí maldita bestia." Exclamó Touka.
"Eso debería darme un poco de tiempo", murmuró para sí misma, su mente ya calculando el siguiente paso. Pero, a pesar de su miedo, una chispa de esperanza brilló en su interior. Con un profundo aliento, se centró en huir.
Touka respiró hondo, disfrutando brevemente de ese pequeño respiro que había ganado. Pero su alivio fue efímero. Al escuchar el sonido metálico de las zarpas de la bestia fantasmal golpeando los barriles, una oleada de adrenalina recorrió su cuerpo. "No tengo tiempo para perder," pensó, sus ojos se movieron rápidamente por la inmensa cocina real, buscando cualquier cosa que pudiera utilizar a su favor.
Las paredes estaban adornadas con estanterías llenas de utensilios y ingredientes, pero su mirada se detuvo en una enorme puerta de hierro al fondo. "¿Qué es eso?" se preguntó, acercándose con cautela.
Al inspeccionar más de cerca, se dio cuenta de que se trataba de una especie de área de refrigeración industrial, casi el tamaño de un hogar. La idea de lo que podría hacer con eso iluminó su rostro.
"Perfecto…", murmuró, preparándose.
Pasó a su forma de batalla, sintiendo el poder de su magia de agua fluir a través de sus patas. Con un rápido movimiento de sus manos, conjuró dos gigantescas manos de agua que se extendieron y agarraron las manijas de la puerta del congelador, abriéndola con un estruendo. El aire frío se escapó de la habitación, creando una neblina que envolvió el lugar y que parecía llamar la atención de la bestia.
Con el corazón latiendo rápido y la adrenalina a tope, se adentro en el refrigerador, esperando a que la criatura se acercara. La idea era arriesgada, pero confiaba en su habilidad para controlarlo todo al detalle.
La bestia fantasmal rugía detrás de ella, ya habiendo destrozado el bloqueo que le impuso Touka.
Al entrar al congelador, Touka se quedó boquiabierta ante la inmensidad del lugar. Era tan grande que podría albergar varios hogares juntos. El frío penetrante la envolvía de inmediato, y su aliento se condensaba en nubes visibles en el aire gélido. A pesar de que había estado corriendo, un escalofrío la recorrió al percibir el ambiente helado, intensificando su determinación de mantenerse alerta.
El frío empezaba a colarse en su pelaje, pero eso no la detenía; al contrario, era justo lo que necesitaba.
"Esto es... enorme," murmuró para sí misma, la incredulidad en su voz. Sin embargo, no podía permitirse perder tiempo admirando el paisaje. Con un rápido vistazo detrás de ella, la bestia fantasmal se acercaba, su rugido resonando en el aire helado y cortando la quietud. "¡Debo concentrarme!" pensó, sabiendo que un lugar como este, donde se guardaba toda la comida del castillo, probablemente contaría con una fuente de energía mágica. "¿Una lácrima de hielo tal vez?" se preguntó, buscando una forma de utilizar el entorno a su favor.
Ahora la bestia fantasmal se encontraba ocupando casi toda la entrada, y su oscura figura contrastaba con el brillo de las paredes heladas de la sala.
De repente, la bestia lanzó un rugido que provocó que varios canambanos del techo se desprendieran, cayendo peligrosamente hacia ella. "¡No!" pensó, su corazón acelerándose mientras extendía sus manos. Con un movimiento ágil de su magia de agua, desvió las grandes piezas que caían por poco, sintiendo el roce helado del viento y la presión del peligro muy cerca
Sin embargo, ese pequeño instante de distracción le costó caro. La bestia, aprovechando su descuido, se lanzó hacia ella con una de sus patas, arrojándola hacia el otro lado del vasto congelador. Touka sintió cómo su cuerpo golpeaba el suelo helado, aturdida por el impacto. ¡Maldición! pensó, intentando recomponerse mientras una neblina de confusión nublaba su mente. Pero, para su sorpresa, el granizo del suelo amortiguó el golpe, y aunque estaba algo adolorida, no había sufrido daños graves. "No puedo darle la espalda en este sitio."
Luchando por levantarse, se dio cuenta de que debía actuar rápido. La bestia se acercaba, y no podía permitirse el lujo de perder la concentración. "Este lugar tiene que esconder algo que pueda usar," pensó, mirándose a su alrededor. "Si hay una lágrima de hielo, podría ser la clave para derrotarla."
Con un movimiento ágil, se giró en dirección a la bestia. Touka, consciente de que el tiempo se acababa, decidió aprovechar el entorno. Con su magia de agua, comenzó a arrojar estantes llenos de alimentos hacia la bestia. Los viveres y alimentos volaron por los aires, estallando al impactar contra su cuerpo. Sin embargo, la bestia, furiosa, embistió hacia donde se encontraba Touka, que rápidamente saltó para esquivar la carga violenta.
La bestia, implacable, lanzó zarpazos a diestra y siniestra, destrozando estanterías a su paso. Los ecos de la destrucción resonaban en el congelador, y Touka se sintió acorralada, con una pared de hielo a su espalda y la criatura acechándola por delante. Con cada movimiento, la presión aumentaba, y se dio cuenta de que estaba contra la espada y la pared.
En medio de la confusión, sintió un escalofrío más intenso que el frío habitual. "¿Qué está pasando?" pensó, mirando a su alrededor. Entonces, comprendió que debía estar cerca de la lácrima de hielo. Con renovada determinación, empezó a lanzar lanzas de agua hacia la bestia, su magia fluyendo con fuerza. El agua cortante se dirigió con precisión, y para su sorpresa, comenzó a impactar en la bestia.
Con cada golpe, se dio cuenta de que la criatura no podía expulsar fuego para protegerse como lo había hecho antes. El frío que la rodeaba se había vuelto abrumador, y Touka sonrió al ver esto. "¡Sí! El frío afecta su capacidad para respirar fuego," pensó, sintiendo cómo la esperanza comenzaba a resurgir en su interior.
Ahora sabía lo que esto significaba: si podía seguir atacando y aprovecharse de la situación de la bestia, tendría una oportunidad real de derrotarla. Con el estante destruido a su alrededor y la bestia tambaleándose por el impacto de sus ataques, Touka se preparó para dar el siguiente paso en su estrategia.
Con una determinación renovada, Touka reunió su magia de agua y exclamó: "¡Aqua Cannon!" Ante ella, se formó un enorme cañón de agua que disparó con fuerza hacia la bestia fantasmal. El chorro de agua impactó de lleno en la criatura, provocando un rugido ensordecedor y un chisporroteo de hielo.
La bestia, furiosa, se lanzó hacia Touka con una velocidad aterradora. Pero ella, confiando en su magia, levantó muros de agua a su alrededor, frenando considerablemente los ataques. Las garras de la bestia chocaron contra su defensa, salpicando agua por todas partes, pero cada vez que una zancada poderosa amenazaba con derribarla, Touka se mantenía firme, concentrando su energía.
Sin embargo, para sorpresa de Touka, la bestia no se rindió tan fácilmente. "¿Qué…?" murmuró, apenas sin aliento. La criatura, en un movimiento inesperado, se deslizó por el suelo, transformándose en una sombra. Un escalofrío recorrió su espalda al darse cuenta de lo que estaba sucediendo.
"¡No, no, no!" gritó, levantando sus manos para prepararse, pero antes de que pudiera reaccionar, una explosión de oscuridad y sombras emergió desde debajo de ella, envolviéndola en una potente ola de magia negra.
El impacto fue brutal. Touka fue lanzada hacia atrás, sus pies apenas tocando el suelo helado del congelador, mientras la fuerza de la explosión la derribaba y la hacía rodar entre el hielo. A medida que el granizo y la oscuridad se disipaban, Touka sintió un frío aún más intenso invadir su cuerpo. Apretó los dientes, tratando de recuperar el aliento.
"No puedo creer que me haya alcanzado así…" murmuró, sintiendo cómo el entumecimiento del frío y el dolor se mezclaban. "No puedo dejar que me derrote."
Con un esfuerzo titánico, Touka comenzó a concentrar su magia, decidida a contrarrestar las sombras que la habían alcanzado. Sabía que debía aprovechar la oportunidad mientras la bestia aún estaba vulnerable en el ambiente helado. "¡No dejaré que esto termine aquí!" exclamó con furia, mientras lograba levantarse, lista para el próximo ataque.
Touka, aún algo aturdida por el último ataque, intentaba esquivar los veloces zarpazos de la bestia fantasmal. Movía su magia de agua en ráfagas defensivas, pero cada embate de la criatura parecía desmoronar sus defensas. Por momentos, la velocidad y fuerza de la bestia superaban su capacidad de respuesta. Sin embargo, entre los incesantes ataques, empezó a notar un patrón: cada vez que la criatura preparaba su garra para un golpe, giraba su cuerpo ligeramente hacia la izquierda.
"¡Este es mi momento!" pensó Touka. Con una agilidad sorprendente, se agachó justo antes de que la garra descendiera, esquivando el ataque en el último segundo. Fue entonces cuando escuchó un gruñido distinto y un sonido helado, como una ventisca susurrante. La temperatura descendió drásticamente, y al mirar hacia atrás, se dio cuenta de que la garra de la bestia se había congelando de la nada.
"¡La lácrima de hielo!" Exclamó Touka al ver a los pies de la bestia una lácrima cristalina de color celeste. "¡Por eso su garra se congelo!"
La bestia, reaccionando por instinto, soltó un rugido de ira y arrojó la lacrima helada directamente hacia Touka. Con una rapidez desesperada, Touka invocó su magia de agua para retener la lacrima en el aire, pero apenas sus aguas tocaron la gema helada, se congelaron al instante. Observando cómo el hielo se propagaba por su magia, comprendió la peligrosa naturaleza de la lacrima.
"Esta cosa es una bomba de tiempo. Si la mantengo cerca de mí por mucho tiempo, terminaré congelada…" pensó con nerviosismo. La situación era crítica: solo le quedaba un intento para acabar con la bestia de una vez por todas. Tomando una decisión arriesgada, dirigió la lacrima hacia la bestia, usándola como un proyectil.
La criatura esquivó con un rápido movimiento, pero Touka ya tenía otro plan en mente. Con los restos de su magia de agua congelada aún en sus manos, levantó los brazos y gritó: "¡Aqua Tempest!". Una gigantesca ráfaga de agua salió de ella, no dirigida a la bestia, sino hacia la lacrima de hielo. Al entrar en contacto, el agua se transformó en espesas columnas de hielo que Touka manipuló rápidamente, creando estructuras que rodeaban a la bestia.
La criatura se retorció, tratando de romper la creciente prisión de hielo, pero Touka se mantuvo firme, acumulando más y más agua que se convertía en un muro helado. Con un último esfuerzo, cerró las columnas de hielo alrededor de la bestia, formando una prisión sólida.
Finalmente, la criatura quedó inmóvil, atrapada en una prisión de hielo, su figura envuelta en cristales congelados que reflejaban la luz de la lágrima de hielo. Touka, jadeando y temblando por el frío, dio un paso atrás, observando cómo la amenaza había sido finalmente contenida.
"Esto… funcionó…" murmuró, el alivio recorriendo su cuerpo. Sabía que la batalla aún no había terminado del todo, pero por ahora, había ganado tiempo suficiente para encontrar una salida. "Espero que Happy se encuentre bien..."
Entonces ella estaba dispuesta a irse pero, sin embargo, un repentino temblor sacude la sala, haciéndola girar rápidamente. Alza la vista hacia la bestia atrapada, quien, sorprendentemente, la mira de vuelta como si intentara decirle que no fue él.
"¿Que fue eso?"
Antes de que pueda buscar una respuesta, un segundo temblor, más fuerte, hace que el techo cruja con violencia, y de repente, desde una grieta en el techo, ¡salen disparados Happy y la otra bestia fantasmal! Ambos atraviesan la prisión de hielo a toda velocidad, destrozando las columnas heladas. Touka observa en shock cómo su elaborado trabajo se hace pedazos, mientras el ruido del hielo estallando llena la sala.
En medio del caos, Happy, en su forma Exceed y con los ojos en espiral por el mareo, cae al suelo, desorientado y tambaleándose. Touka corre hacia él, ayudándolo a levantarse con un suspiro de resignación.
"¡Happy, ¿estás bien?!" comenta, sorprendida de ver a su compañero azul.
Happy parpadea, recuperándose poco a poco. "¡Aye! Si… esa cosa me llevó en una especie de cabalgata salvaje," responde, tambaleante. Luego, mirando a Touka, añade, "Oye, ¿qué es este lugar tan frío?" Pregunto él empezando a tiritar por el gélido ambiente.
"Un lugar donde ninguno de los dos deberíamos estar." Respondió Touka. "Me había encargado de la bestia, pero tú pequeña "ayuda" me arruinó mi trabajo." Dijo ella con cierta tristeza.
"Lo siento, pero.. e-esa cosa… yo… estaba tratando de derrotarla…" tartamudea él, aún aturdido. "La ataqué con mi magia de viento para hacerla retroceder, ¡pero el suelo se rompió y aquí estamos!" Su voz sale entrecortada mientras intenta procesar lo que acaba de pasar.
Touka observa con una mezcla de incredulidad y resignación. "O sea que tu gran estrategia fue… atravesar el techo…" suspira, aunque no puede evitar esbozar una sonrisa divertida al ver a Happy aún tambaleándose.
Pero antes de que puedan decir algo más, un retumbar profundo interrumpe su momento. Las dos bestias fantasmales, ahora libres, comienzan a fusionarse nuevamente, sus cuerpos oscuros y etéreos se entrelazan hasta formar una sola criatura, mucho más grande y aterradora que antes.
"¿De nuevo? ¿Es en serio?" Ambos Exceeds dijeron al mismo tiempo. Los ojos de Happy y Touka se encuentran, y ambos comprenden que el desafío acaba de escalar a un nivel completamente nuevo.
"¿Estás lista para esto, Touka?" pregunta Happy, aún con una chispa de humor, pero en tono serio.
Touka asiente, sus ojos llenos de determinación. "Siempre. Ahora, a derrotar a este monstruo… juntos."
La criatura abrió su enorme boca, exhalando una llama azul que iluminó todo a su alrededor en una torrente de fuego, que venía de izquierda y derecha como una trampa ineludible.
Happy, viendo el peligro inminente, se lanzó a la espalda de Touka y desplegó sus alas de viento para maniobrar. Con movimientos rápidos y precisos, lograba esquivar las llamas, elevándolos justo lo suficiente para que las llamaradas apenas rozaran sus pies. "¡Touka, mantente atenta!", le gritó, y ella asintió, reconociendo lo complicado de la situación.
La bestia, frustrada por su agilidad, rugió ferozmente y lanzó un golpe con sus enormes garras que desgarró el suelo con fuerza, creando grietas profundas que se extendían por toda la sala. Al ver el alcance de su ataque, Happy y Touka intercambiaron una mirada de complicidad, entendiendo el mismo plan sin necesidad de palabras. Cada uno asintió en silencio; sabían que era el momento de combinar sus fuerzas para un último ataque.
Los dos descendieron hacia el suelo, atrayendo la atención de la bestia. Como lo habían anticipado, la criatura volvió a levantar una de sus zarpas para lanzar el mismo golpe destructivo. En ese instante, Happy aprovechó sus alas para lanzarse hacia arriba junto a Touka, y ambos se colocaron sobre la bestia. Con un impulso enérgico, Touka usó el techo para rebotar, y Happy la siguió en sincronía, usándose como soporte.
"¡Vamos Touka!" Exclamó Happy confiando plenamente en su compañera.
Touka se sonrojo al escuchar a su compañero confiando en ella. No iba a decepcionarlo. "Aqua Exceed: Heavy Stream!" gritó Touka, convocando toda su magia de agua. La fuerza de la ráfaga impactó con un sonido atronador sobre la bestia, quien intentó resistirse, pero el peso y la potencia del agua eran demasiado. Con el golpe, el suelo, ya agrietado, no soportó la fuerza del impacto y terminó colapsando bajo el peso de la criatura. La bestia fantasma cayó en picada, rompiendo varios pisos a su paso mientras desaparecía en la oscuridad de las profundidades.
Happy sonriente, y Touka, exhausta, lograron mantenerse en el aire mientras caían algunos restos del techo. Touka estaba bastante agotada, y sus párpados comenzaron a cerrarse mientras su energía se desvanecía y volvía a su forma Exceed. Al sentirla desfallecer, Happy, la sostuvo con sus brazos mientras descendían lentamente, cuidando que no recibiera ningún golpe.
Con el último esfuerzo, Happy aterrizó suavemente en el suelo. "Lo lograste, Touka," susurró, sin recibir respuesta más que una sonrisa cansada de ella. La tensión en su rostro, se relajó y un sutil sonrojo tiño sus mejillas mientras la cargaba, y Happy se permitió también un suspiro de alivio, sabiendo que habían salido de una situación casi imposible.
Mientras tanto
La confrontación entre los Exceeds continuaba. Adrien, con su espada en alto y su brazo adolorido, lanzó un corte dirigido a Carla, quien utilizó su cetro para bloquear el golpe. Sus ojos reflejaban una mezcla de concentración y furia contenida.
Carla, con su cetro en mano, se prepara para el ataque de Adrien. Con un movimiento rápido, desvía su espada momentáneamente, aprovechando la apertura. En un acto de determinación, lanza un cabezazo directo hacia Adrien. Sin embargo, él se da cuenta del movimiento y se aparta justo a tiempo, evitando el impacto.
Sin darle respiro, Adrien contraataca con una patada. Pero Carla, gracias a su magia de precognición, anticipa el ataque. Con un ágil giro de cadera, esquiva la patada, dejando a Adrien desequilibrado. Aprovechando ese momento, Carla utiliza el impulso de su movimiento para golpear a Adrien en el abdomen con el cetro, el impacto es contundente y lo deja sin aliento.
Adrien se tambalea hacia atrás, tratando de recuperar la postura, mientras Carla se separa de él con un pequeño salto, preparándose para el siguiente intercambio.
Adrien, con un tono burlón y mordaz, mientras trataba de recuperar el aliento comentó: "Vaya... no eres tan mala en esto... princesa Carla. Es curioso ver cuánto has cambiado desde nuestra cita."
Carla bufó, molesta, tratando de no caer en el juego de Adrien. "¿Recuerdas la última vez que estuvimos tan cerca? Oh, claro que lo recuerdas. Esa cena elegante, donde casi te olvidas de quién era tu enemigo..."
Al escuchar eso, Carla frunció el ceño y desvió su mirada momentáneamente antes de esquivar otro golpe de Adrien.
A pesar de su concentración en el combate, las palabras de Adrien lograron hacer mella en ella.
En ese instante, Carla, molesta pero contenida, replicó: "No estaba olvidando nada, Adrien. Acepté tu trato solo para obtener lo que quería. ¡Tú mismo lo sabes! Todo lo que hiciste fue manipularme y tratar de aprovecharte de mí."
Adrien rió de forma irónica, lanzando otro ataque que Carla bloqueó con su cetro, utilizando su precognición para anticipar sus movimientos. "¿Manipularte? Por favor, Carla. Tú misma estabas a punto de besarme, ¿o también quieres culparme por eso? No fue el anillo lo que te llevó a inclinarte hacia mí, fue la verdad que por fin viste. Viste a alguien con quien podrías sacar lo mejor de ti para compartirlo con el reino. Pero en tu lugar preferiste quedarte con tus amigos."
Carla sintió un nudo en el estómago al recordar ese momento, esa fracción de segundo donde, efectivamente, se había dejado llevar. Aunque no podía recordar lo ocurrido, debía confiar en Happy. Sabía que no podía permitir que Adrien controlara la narrativa.
Con firmeza, Carla le respondió: "Fue la magia de ese maldito anillo, Adrien. Una ilusión que me desconcertó por un instante. ¡Y Happy lo vio claramente! Tú siempre has sido un mentiroso, manipulando cada situación para tu beneficio."
Adrien, al escuchar el nombre de Happy, gruñó con desprecio y aprovechó un momento de distracción de Carla para lanzar un corte rápido que ella apenas logró bloquear. "¡Happy! Ese estúpido gato que me rompió el brazo. ¿Y qué hizo después? ¡Te traicionó, te golpeó hasta dejarte en el suelo, casi muerta! ¿A eso llamas amistad? ¿Te sigues engañando a ti misma con la idea de que él te protegía? ¿Acaso eres una idiota?"
Las palabras de Adrien atravesaron a Carla como si fueran golpes. Aunque estaba enfocada en la pelea, cada mención de su batalla con Happy la hacía recordar lo doloroso que fue aquel momento: la traición, el sufrimiento. Sin embargo, no dejó que la duda la consumiera. Adrien siempre había sido un maestro de la manipulación, y ella ya no era la misma de antes.
Adrien arremete contra Carla, lanzando una estocada rápida hacia ella. Anticipándose a su movimiento, Adrien detiene su propio ataque y súbitamente cambia su estrategia, optando por un corte lateral. Carla, confiando en su precognición, no reacciona a tiempo, y el ataque roza su mejilla, provocando un pequeño corte que comienza a sangrar levemente.
Carla, sintiendo el escozor de la herida, bufa por lo bajo, frustrada pero decidida a no dejarse llevar por el dolor. Su mirada se endurece, enfocándose en Adrien.
Con una mirada intensa, Carla le respondió: "No hables de lo que no entiendes...Adrien. Happy y yo… tuvimos nuestras diferencias y ambos sufrimos por eso, pero no fue él quien me traicionó. Fuiste tú, desde el principio. Todo fue parte de tu plan, ¿no es así? Engañarme, romper mi amistad con él y entregarlo a Shaddick para que ella tomara el trono."
Adrien dio un paso atrás, jadeando pero sonriendo ya que sabía que había tocado un punto sensible en Carla, pero también era consciente de su propio agotamiento. La invocación de la Gran Bestia Fantasmal le había drenado gran parte de su poder mágico, dejándolo en su forma Exceed. Sin embargo, aún mantenía su arrogancia, incluso mientras recuperaba el aliento.
Con un tono más frío, Adrien dijo: "Sí, Carla, todo fue parte de algo más grande. Pero no puedes culparme por tu debilidad. Al final, tú fuiste la que decidió confiar en mí, y pagaste el precio."
Carla, sosteniendo su cetro firmemente, respiró hondo. Sabía que Adrien tenía algo de razón, pero también sabía que había aprendido mucho desde entonces. Ya no era la misma Exceed que fue manipulada por promesas vacías.
Con una mirada decidida, Carla replicó: "Tienes razón en una cosa, Adrien. Cometí errores... confié en ti, acepté ese trato pensando que era lo mejor, y me dejé llevar por tus mentiras. Pero hay algo que nunca me perdonaré..."
Adrien retrocedió, sorprendido por el cambio en la actitud de Carla.
Carla, con dolor en su voz, pero también firmeza, continuó: "No haber confiado en Happy desde el principio. Si tan solo lo hubiera escuchado, nada de esto hubiera ocurrido."
Adrien, con tono burlón, comentó: "Tienes razón, Carla. Todo esto es culpa tuya. Si no hubieras sido tan ingenua, si no hubieras confiado en mí, todo esto habría sido diferente. Pero ya es demasiado tarde. No puedes cambiar el pasado, y ahora todo se ha desmoronado por tu error. Tu amistad con ese estúpido de Happy, Shaddick ascendió al trono, desapareciendo a la caída reina Shaggotte. Y ahora vas a perder todo lo que te queda."
Carla frunció el ceño, endureciendo su mirada. Adrien levantó su espada, creyendo que tenía la ventaja, pero Carla mantuvo su posición firme, sosteniendo el cetro como si fuera un escudo.
El rostro de Adrien se retorció en una sonrisa cruel. "Es una verdadera pena, pero de verdad ambos se han ganado lo que merecen." Aprovechó la pausa para atacar de nuevo, pero Carla lo esquivó con facilidad, su precognición anticipando cada movimiento.
Adrien avanza retrocedió y sosteniendo su espada con ambas manos, lanzo un amplio corte lateral con su espada. Carla, percibiendo el movimiento antes de que suceda, se agacha y se deslizo con agilidad bajo el ataque, esquivándolo con precisión. Aprovechando su posición, Carla impulsa su cetro hacia Adrien en un golpe contundente.
Adrien intenta bloquear el golpe con su brazal de hierro, que logra absorber parte de la fuerza, pero el impacto resuena dolorosamente en su brazo herido.
"¡AGGGHHHHHH!" Incapaz de contenerse, lanzo un quejido de dolor, apretando los dientes mientras retrocede levemente.
Carla, sin bajar la guardia, se aleja de Adrien con rapidez, y con determinación, Carla exclamó: "Tal vez no pueda cambiar el pasado, Adrien, pero lo que sí puedo hacer es remediar mis errores. Y es por eso que decidí venir hasta aquí. Para recuperar el lazo de amistad que tengo con Happy. Sí, va a tomar tiempo, pero no voy a permitir que nadie—ni siquiera tú—rompa esa amistad de nuevo."
Las palabras de Carla resonaron con fuerza, y Adrien sintió cómo su control sobre la situación comenzaba a tambalearse. Él apretó los dientes, enfurecido, mientras Carla seguía hablando.
Carla observa a Adrien con una leve sonrisa mientras ajusta el agarre de su cetro, colocándolo en contacto con el suelo. Ambos se mueven en círculo, manteniéndose en constante guardia y cada uno buscando la menor señal de debilidad en el otro.
Adrien empezó a reírse, poniendo a Carla con los nervios de punta. "Shaddick tenía razón contigo... Eres un peligro para sus planes. No por tu poder, sino por lo que tú representas..."
Carla observó confundida. "¿De que estará hablando? ¿Soy un peligro para los planes de Shaddick?
"Sigo pensando que es un desperdicio matarte, personalmente prefiero que te unas a nosotros, Carla, pero eso ya no es decisión mia." Su expresión se volvió más seria y ambos Exceeds volvieron a su posición ofensiva.
Entonces Carla y Adrien chocaron sus armas en un estallido de fuerza y chispas que iluminan el pasillo. Ambos Exceeds se miraban con intensidad, sus respiraciones entrecortadas y el sonido de sus armas resonando en el aire. Adrien mantiene su presión, su mirada fría fija en Carla mientras sus palabras resuenan, cargadas de rabia.
Adrien, con una sonrisa cruel: "A pesar de todo, todas tus decisiones, Carla, te han llevado a lo inevitable…"
Antes de terminar su frase, Adrien aprovecha la distancia corta y, con una explosión de fuerza, lanza un rodillazo al abdomen de Carla.
"¡Ahhhhhh!" Ella jadeo, el golpe brutal le quita el aire y la obliga a arrodillarse, sus manos temblorosas aún aferradas a su cetro. Adrien, sin detenerse, eleva el mango de su espada y lo deja caer con precisión en su nuca, un golpe contundente destinado a noquearla.
Carla cae al suelo, aturdida, la vista nublada y el dolor pulsando en su cabeza. Apenas logra levantar la mirada y extiende débilmente una mano, intentando enfocarse en Adrien.
Adrien la observa con una satisfacción sombría y, retomando su frase interrumpida, añade con frialdad: "…tu derrota, princesa."
[...]
[...]
[...]
Adrien se burlaba con una risa cruel mientras observa a Carla apenas sosteniéndose en pie, sus manos temblorosas apoyadas en el suelo. "Vaya, princesa," se mofa, inclinándose sobre ella, "parece que tus palabras y promesas no eran más que fantasías."
Con una expresión llena de orgullo, Adrien agarraba firmemente su espada, preparándose para clavarla en la cabeza de Carla y terminar la batalla de una vez por todas. Pero algo lo detiene: observa que Carla mantiene su mano extendida en el suelo, con sus garras firmemente presionadas contra el piso, como si se resistiera a ceder completamente. Adrien frunce el ceño, extrañado y, en un tono condescendiente, comenta, "Es sorprendente tu empeño en levantarte, pero ya no sirve de nada."
Carla levanta la mirada hacia él, su rostro ensangrentado pero con una chispa de determinación en sus ojos. "¿De verdad crees que has ganado?" Pregunto con su voz rasposa.
Adrien se quedó inmóvil por un momento, mirando sus ojos. Luego soltó una carcajada, sus palabras cargadas de desdén. "Es obvio, ¿no? Has caído, tu estás en el suelo, y yo de pie."
Carla no apartó la mirada, sus dientes apretándose. "No," respondió, su voz un susurro desafiante, "no has ganado. No tan fácil como piensas. A diferencia de ti, no soy alguien que se rinda con tanta facilidad."
Adrien frunció el ceño algo molesto. "¿A qué te refieres?"
Carla no vaciló. "Tus derrotas, Adrien. Los momentos en los que mis compañeros te han vencido en tu propio juego... ¿No te das cuenta de lo fácil que caíste por ellos? Eso es lo que me hace diferente de tí: nunca me doy por vencida."
Adrien se quedó en silencio por un instante, visiblemente irritado, pero pronto su risa volvió a emerger, esta vez más burlona. "¿De verdad crees que me importa lo que digas?" Su risa se intensificó. "Esa batalla ya fue definida desde el momento en que cometiste el error estúpido de confiar en mí en lugar de tus amigos. Y ahora, es demasiado tarde para arreglarlo."
Carla, con el rostro marcado por la sangre, el cansancio y la frustración, apenas podía mantenerse erguida. Su cuerpo temblaba, pero aún mantenía su postura desafiante. Con una mano en el suelo, se forzó a hablar, apenas alzando la mirada hacia Adrien. "Es cierto, cometí errores... desde que llegué al reino. Pero sabes, hay algo bueno en los errores: se pueden arreglar." Su respiración se entrecortó, pero su voz no vaciló. "Voy a arreglar mi relación con Happy... y voy a salvar a mi madre. Y nadie va a impedirlo. Ni siquiera tú."
Adrien dejó escapar una risa sardónica, su arrogancia claramente visible. "Eso es imposible. Yo, a diferencia de ti, no cometo errores."
Carla sonrió levemente, aunque el dolor en su rostro era evidente. "¿Estás completamente seguro de eso?" dijo en un susurro desafiante.
Las palabras de Carla lo irritan visiblemente. El ceño fruncido de Adrien se relaja en una sonrisa fría mientras da un paso atrás y se inclina para arrebatarle el cetro real de sus manos. Examinándolo, murmura, "¿Por qué demonios cargarías con algo como esto? ¿Además de dónde lo obtuviste? " Pero su expresión cambia cuando sus ojos se posan en la esfera en la punta del cetro, donde una pequeña y pixelada Aoi le devuelve la mirada con una expresión burlona. "¿Que demonios...?" Él entrecerró los ojos algo confundido.
Pero en ese preciso instante, Carla gritó, "¡Ahora!
Antes de que Adrien pueda reaccionar. Una intensa descarga eléctrica salió del cetro, envolviendo a Adrien en un estallido de chispas y energía. La electricidad recorre su cuerpo, sus músculos se tensan y sus dientes rechinan, mientras un grito de dolor escapa de su boca. "¡Ahhhhhhhhh!"
Aoi guiño un ojo y con una sonrisa sarcástica le mostro un cartel pixelado con el mensaje "Sistema de protección activado."
La espada y el cetro caen de sus manos, y el cetro rueda de nuevo hasta Carla, quien lo recoge mientras Adrien queda paralizado e inmóvil, sus músculos sacudidos por la descarga. Con una mirada firme y llena de determinación, Carla golpea el suelo con fuerza usando el cetro.
Adrien, aún inmovilizado, mira hacia el suelo y ve un enorme círculo mágico que brilla bajo él. "¡No…! ¿Cómo…? ¿En que momento lo hizo?" murmura, perplejo y aterrorizado. Entonces recordó que en un breve momento Carla había puesto la base del cetro en contacto con el suelo. "Tú... En ese momento... Cuando discutíamos y dábamos vueltas, en realidad... estabas dibujando el círculo mágico."
"Afirmación correcta." Exclamó Aoi con un cartel de felicitación pixelado. "Tú recompensa será tu derrota."
"¡No! ¡No me puedes derrotar! Exclamó Adrien tratando de moverse. "Sobretodo alguien como tú."
Carla sonríe, su respiración entrecortada pero sus ojos llenos de decisión. "Es cierto, Adrien. Tal vez cometí errores y te subestimé en el pasado. Pero es hora de enmendarlos, empezando por ti. Eso es lo bueno de los errores... Ellos se pueden remediar."
"¡Ahora Carla!" Exclamó Aoi apoyando a su compañera.
"E-Espera un m-momento..." Adrien exclamó mientras trataba de moverse sin éxito.
Sin responder a sus súplicas, Carla eleva el cetro y, con un grito poderoso y decidido, exclama, "¡Art Exceed: Royal Outburst!"
En ese momento, el círculo mágico bajo Adrien se activa, irradiando un resplandor cegador que ilumina todo el pasillo. Una poderosa onda de magia estalla desde el suelo, envolviendo a Adrien en una explosión de luz y magia.
"¡NO! ¡AHHHHHHHHHH!" El ataque es tan intenso que su grito quedo ahogado en el estallido, su figura lanzada violentamente hacia atrás hasta chocar contra un muro de piedra al otro lado del pasillo.
Cuando el brillo finalmente se desvanece, Adrien yace en el suelo, con los ojos en blanco, derrotado, inmóvil y cubierto de polvo y escombros. Carla, jadeando por el esfuerzo, apoya el cetro en el suelo para mantenerse en pie, su cuerpo tembloroso pero con una expresión de triunfo en su rostro.
"Gracias, Aoi," dice con una sonrisa agotada, mirando la pequeña figura en el cetro, quien le devuelve la sonrisa con orgullo.
En el oscuro y majestuoso salón del trono, la reina Shaddick observaba atentamente la batalla a través de una lácrima que proyectaba los últimos momentos del enfrentamiento. La imagen mostraba a Adrien, su más leal pero imprudente seguidor, derrotado y cubierto de escombros, con los ojos apagados y el cuerpo apenas respondiendo.
Shaddick arqueó una ceja, sin sorprenderse por el resultado. Sabía que el orgullo desmedido de Adrien había sido tanto su mayor fortaleza como su inevitable debilidad. Con un suspiro teatral, en un tono de falsa lástima, alzó su mano y tocó la imagen de Adrien en el espejo, sus dedos deslizándose suavemente por el reflejo de su rostro desmoronado.
"Vaya, Adrien..." murmuró con una media sonrisa, su voz serpenteando entre la frialdad y la burla. "No debería sorprenderme que terminaras así." Observo y toco más cerca de la imagen, como si pudiera atravesarla con su fría mirada.
"¿Pero de verdad piensas quedarte allí, en el suelo, derrotado como un simple peón?," continuó, su voz deslizándose como veneno en el aire. "Adrien, muéstrales de qué estás hecho. Muéstrales que alguien de los míos no cae tan fácilmente."
La reina sonrió, casi disfrutando del momento, y su mirada se tornó más oscura.
"Levántate, Adrien," susurró, su tono grave y cargado de expectativa. "Levántate y hazles entender que tú y yo... no somos tan fáciles de vencer."
Como si sus palabras hubieran cruzado la distancia entre ellos, la ojos de Adrien en la imagen recuperaron su brillo.
Shaddick dio un paso atrás, observando el reflejo con satisfacción, mientras una sonrisa helada se dibujaba en su rostro.
"Eso es… "murmuró con un leve tono de satisfacción. "Ahora demuéstrales lo que significa enfrentarse a alguien como tú."
Carla, con el cetro aún temblando en su mano y respirando con dificultad, se toma un momento para asimilar la victoria. Entonces toma una gran bocanada de aire antes de empezar a caminar, buscando el camino que le permita reunirse con sus compañeros.
Aoi, con una sonrisa pixelada de satisfacción, se inclina hacia Carla desde el cetro, su pequeño rostro digital brillando con un aire triunfante. "¡Excelente, Carla! ¡Has logrado derrotado a Adrien! Aquí tienes tus estadísticas de tu batalla." Respondió Aoi mientras proyectaba varios datos.
Carla, aún jadeando y con el corazón acelerado por la batalla, la interrumpe con un suspiro exasperado. "Aoi, no me interesa saber tus estadísticas ahora. Ya tengo suficiente con lo que acabo de hacer."
Aoi parpadea confusa pero continúa, "¡Oh! Pero también cometiste un pequeño error, Carla. En realidad, no necesitabas dibujar el círculo mágico de nuevo. Ya habíamos practicado, si lo hubieras recordado, hubieses podido activarlo sin dibujarlo, pero..."
"Olvidé el círculo por la pelea," responde Carla rápidamente, sin siquiera mirar el cetro en sus manos. "No tenemos tiempo para detalles ahora. Debemos volver a reunirnos... Con los demás"
Pero entonces, un sonido sutil, casi imperceptible, corta el silencio. Carla se detiene en seco, con un escalofrío recorriéndole la columna.
Desde detrás de ella, una voz baja, ronca y envenenada por la rabia comienza a resonar, cada palabra cargada de un odio frío: "No... No... ¡No! ¡No caeré... con alguien como tú! ¡NO LO HARÉ!"
Carla voltea lentamente, sus ojos ampliándose al ver la escena. Adrien, medio enterrado bajo los escombros, está temblando, sus manos ensangrentadas arañan el suelo con ferocidad. Su rostro, marcado por heridas y sangre, muestra una expresión de pura obstinación, sus ojos destellando con una mezcla de odio y un orgullo invencible.
Cada movimiento parece arrancarle un grito interno de dolor, pero él sigue luchando contra su propio cuerpo, su voz desgarrada y entrecortada mientras repite su negación, casi como si fuera un mantra: "No... caeré... No lo haré..."
"Debe ser una broma de mal gusto..." Dijo Carla con incredulidad al ver lo que estaba presenciando.
Adrien aprieta los dientes con tanta fuerza que un hilo de sangre brota de la comisura de sus labios, mientras sus ojos destellan con una mezcla de furia y un orgullo implacable. Su cuerpo se sacude, sus piernas flaquean y caen bajo su peso, pero se niega a ceder. Con una tenacidad que parece desafiar la lógica, Adrien se arrastra, apoyándose finalmente en su espada para levantarse, cada segundo de pie convertido en un tormento visible.
Desde la esfera en el cetro, Aoi observa los datos que parpadean, sorprendida. "Mis lecturas muestran que debería estar inconsciente..."
Mientras Adrien, tambaleante, fija sus ojos en ella y escupe sangre al suelo antes de pronunciar con veneno: "Carla... ¿de verdad pensaste que podrías vencerme? Alguien como tú... no es más que una piedra en mi camino." Respondió Adrien.
"¡Tú eres un monstruo!" Respondió Carla impresionada.
Adrien se tambalea, sosteniéndose con dificultad, mientras Carla intenta recuperar la compostura. El impacto de ver a su enemigo levantarse, movido solo por el odio y su propio orgullo herido, hace que el triunfo se sienta menos seguro y más frágil. En ese instante, Carla comprende que este enemigo no solo lucha con su fuerza, sino con una voluntad que no entiende de límites ni de derrotas.
Carla frunce el ceño, sintiendo el peso de su agotamiento. Su cuerpo ya no responde como debería, la fatiga se ha apoderado de ella tras la descarga mágica y la lucha. Aoi, con una mirada preocupada, intenta advertirle. "¡Cuidado, Carla! ¡No tienes poder suficiente para enfrentarlo de nuevo!"
Pero Carla no la escucha. Con un suspiro resignado, se pone en pie, su cuerpo temblando ligeramente, y adopta una postura defensiva. Sus ojos se fijan en Adrien, que avanza lentamente hacia ella. "Esto termina aquí," murmura con determinación, levantando el cetro y apuntado a Adrien, lista para atacar con toda su fuerza restante.
"Exceed Art... Royal Outburst." Exclamó ella a todo pulmón.
Pero nada ocurrio.
"¿Eh? ¿Que sucedio?" De repente, algo resuena en su interior, un vacío profundo. "M-me he quedado sin poder magico..." Pensó preocupada. Ella sintió como si una parte de ella se hubiera ido, dejándola sin el poder necesario necesaria para lanzar el hechizo.
La expresión de Adrien cambia de dolor a satisfacción maliciosa. Una sonrisa siniestra se extiende en su rostro, sus ojos brillando con una luz cruel, casi victoriosa. "¿Ya no tienes poder, Carla?" dice con un tono burlón, su voz cargada de desdén. "Qué decepción… Pensé que podrías ser un desafío, pero ahora... solo eres un estorbo en mi camino."
Con una sonrisa pérfida, Adrien levanta su espada, la hoja destellando con una luz helada mientras la alza sobre su cabeza. "Prepárate para morir."
La espada baja con velocidad y furia, pero Carla, con la vista nublada por el agotamiento y la fatiga, apenas tiene tiempo de reaccionar. El choque entre la hoja de Adrien y el cetro resuena con un sonido metálico, pero el pie de apoyo de Carla tambalea peligrosamente, hasta que finalmente cae, aterrizando de rodillas sobre el suelo.
"¡Carla!" grita Aoi, alarmada.
El golpe de Adrien la hace retroceder, y en un rápido movimiento, le arrebata el cetro de las manos. El cetro vuela lejos, deslizándose por el suelo, fuera de su alcance. Carla se tambalea hacia atrás, completamente vulnerable y desarmada, sus piernas temblorosas bajo el peso de su agotamiento. Está a merced de su enemigo.
"No." Dijo Aoi, horrorizada, viendo cómo Carla queda completamente desprotegida.
Adrien sonríe cruelmente, disfrutando del dolor y la debilidad de Carla. La espada brilla peligrosamente mientras la levanta, el brillo reflejando su arrogancia y desprecio. "Esta vez, no hay escapatoria para ti. No cometeré el mismo error contra ti."
El aire se llena de la tensión de la muerte inminente, cuando, de repente, un sonido rompe la quietud de la escena. Pasos fuertes resuenan por el suelo, y antes de que Adrien pueda atacar, siente un golpe brutal en su espalda, enviándolo de rodillas. La espada se desliza de sus manos, cayendo inerte al suelo.
"¡Ahhhhhhh!" Se quejó Adrien.
Un segundo después, el cetro de Carla golpea su rostro con un sonido sordo, el impacto resonando en sus oídos.
"¡Argh! ¡Maldición!" Adrien, aturdido por el golpe, fija su mirada atónita sobre el responsable. "¿Tú?" Para su sorpresa, se encuentra con los ojos de Touka, quien se acerca lentamente, su cuerpo visiblemente agotado, respirando con dificultad, pero con una determinación feroz en su mirada.
"Touka..." Murmuró Carla.
"Esto fue por haber lastimado a mis amigos," dice Touka con voz entrecortada, jadeando. El sudor recorre su frente, pero su mirada sigue tan decidida como siempre. "No puedo usar el cetro como Carla, pero… al menos sirve para golpearte."
Adrien, furioso, intenta levantarse y atacar a Touka, pero ella es más rápida. "¡Toma esto!" Con una agilidad sorprendente, empuja el cetro hacia arriba desde el suelo, golpeando a Adrien con un impacto sordo que lo hace tambalear hacia atrás. "Esto," dice ella con un resoplido, "es por todo lo que le hiciste a Carla, a mí, a Happy… A todos nosotros."
El sonido del golpe resuena en el aire, y Adrien cae de nuevo, pero con una fuerza inhumana, se reincorpora rápidamente, apretando los dientes mientras mira a Touka con odio. "¡Ustedes pedazos de ...!"
Antes de que Adrien pueda hacer otro movimiento, Touka lanza el cetro por encima de él, una acción rápida y calculada. "¡Carla!"
El cetro da una vuelta en el aire, acercándose peligrosamente a Carla. Carla, con los ojos fijos en el objeto volador, lo atrapa con destreza en sus manos. El cetro brilla en sus manos, reflejando la luz en una explosión de colores.
Carla siente cómo la un poco de esperanza regresa a sus manos, como si todo el poder restante de la batalla se concentrara en ese último esfuerzo. Con la fuerza que le quedaba, con cada fibra de su ser, ella eleva el cetro por encima de su cabeza y lo estampa contra el rostro de Adrien con una fuerza brutal.
"¡Esto es por todo lo que nos hiciste!" grita Carla, la rabia y el dolor acumulado en su voz resonando en cada palabra. El sonido del golpe atraviesa el pasillo, retumbando en las paredes como un trueno, y en el instante siguiente, Adrien cae al suelo, derrotado, su cuerpo inconsciente. La batalla ha terminado. Carla, aún respirando con dificultad, observa a Adrien por última vez mientras el silencio se instala en el aire.
La batalla ha terminado. Carla, aún de pie pero visiblemente agotada, se deja caer de rodillas, incapaz de mantenerse más tiempo en pie. En ese instante, Touka se acerca y la atrapa antes de que caiga al suelo. "Te lo prometí, ¿recuerdas? Estaremos juntas, apoyándonos."
"Si... Lo prometimos... Pero y ¿Happy?" Pregunto ella a punto de caer inconsciente.
"No te preocupes por él, ya viene en camino, Carla." Respondió Touka bastante agotada, también a punto de caer inconsciente. "Confía en él..."
"Está vez... Lo haré..."
Las dos chicas, casi al mismo tiempo, se derrumban, cayendo al suelo, pero no separándose. Sus cuerpos se hunden en el cansancio, juntas en una especie de abrazo, dejando que el peso de la batalla se disuelva lentamente.
Unos minutos antes
Mientras la inmensa figura de la bestia caía a través del agujero, una sensación de alivio momentáneo invadió a Happy y Touka. Aunque Touka estaba exhausta, pero la sensacion de la adrenalina de la batalla aún corrían por sus venas. Sin embargo, la tranquilidad fue interrumpida por un rugido estruendoso que resonó desde las profundidades del agujero.
"¡GRRRRAAAAAWW!" El sonido era un recordatorio escalofriante de que la batalla aún no había terminado.
Happy giró su cabeza hacia Touka, una línea de preocupación marcada en su rostro. Sabiendo que tenía que hacer algo al respecto.
"¿Puedes caminar?", preguntó, su voz llena de urgencia. Touka asintió, aunque su cuerpo temblaba ligeramente por la adrenalina y el frío del entorno helado.
"Un poco, pero si", dijo ella.
"Entonces puedes ir a ver Carla, mientras yo me encargo de terminar aquí." Respondió Happy.
"Pero..." Intento decirle algo, pero sabía que se encontraba sumamente agotada. "Vale, iré por ella," respondió ella sintiendo la necesidad de asegurarse de que su amiga estuviera a salvo. Happy, sabiendo que su compañera tenía un fuerte espíritu, le sonrió débilmente.
Sin esperar más, Happy se colocó en el suelo, transformándose de nuevo en su forma humana.
Touka, sin tener otra alternativa, observó cómo Happy se acercaba al borde del agujero. La preocupación le invadía, pero sabía que tenía que confiar en él. "¡Happy, ten cuidado!", gritó, su voz llena de temor.
Con un leve asentimiento, Happy cargó su magia de Viento, y sin más advertencias, se dejó caer al vacío, un torbellino de poder magico que le rodeaba mientras se lanzaba hacia la bestia. La caída era rápida, y el aire gélido cortaba su rostro. Su corazón latía con fuerza, impulsado por la determinación de acabar con esta amenaza de una vez por todas.
Mientras tanto, Touka se quedó un instante, el eco del rugido resonando en su mente. Sabía que debía actuar. Con cada paso que daba hacia la salida, sentía el peso de la incertidumbre sobre sus hombros.
"Confía en él, confía en él", se repetía, obligándose a avanzar. El frío la rodeaba, pero su corazón ardía con la esperanza de que Happy no solo sobreviviera, sino que también lograra derrotar a la bestia.
Mientras caía a toda velocidad, Happy envolvió su puño en un torbellino de viento, su mirada determinada y ardiente. Pensaba en sus compañeras, en todo lo que habían hecho para llegar hasta aquí, en los riesgos que habían tomado por él y entre sí.
"Ustedes... son las que me inspiran a no temer más a cosas como esta," susurró, apretando los dientes mientras sentía una ola de fuerza renovada.
Con su brazo completamente envuelto en energía de viento, Happy gritó: "¡Wind Exceed Styles: Heavy Wind Impact!"
Con toda la fuerza de su ataque, su puño se dirigió directo al rostro de la bestia, quien intentaba desesperadamente escalar para salir de las profundidades. Al impactar, el golpe retumbó en el aire, y la criatura soltó un aullido ensordecedor antes de perder el equilibrio.
Happy y la bestia cayeron juntos, descendiendo en una espiral de viento y oscuridad.
Actualmente con Happy
Despues de unos segundos de caída, Happy y la bestia fantasmal cayeron hasta lo más profundo del castillo.
Happy se sacudió el polvo, solo para darse cuenta en donde se encontraba en realidad. "Otra vez este sitio..." Dijo él, pues habían aterrizado en los fríos calabozos reales donde él había estado prisionero durante días. A pesar de la familiaridad opresiva del lugar, apartó esos recuerdos para concentrarse en el monstruo que tenía frente a él, para regresar con sus compañeras.
"Tengo que ir por ellas," dijo refiriéndose a sus compañeras. "Acabemos con esto." Dijo mientras se colocaba en una postura ofensiva.
La bestia fantasma gruño y entonces lanzó una serie de zarpazos frenéticos que Happy esquivó con agilidad, su cuerpo moviéndose instintivamente.
"Eso es todo lo que tienes..." Dijo Happy desafiante.
Pero, de pronto, la enorme cola del enemigo lo golpeó con una fuerza inesperada, lanzándolo hacia un lado y dejándolo vulnerable. En ese instante, la criatura aprovechó la apertura y exhaló una llamarada de fuego azul.
Happy apenas tuvo tiempo de reaccionar y cubrirse con ambos brazos, antes de que el fuego lo envolviera, empujándolo duramente contra la pared.
"¡Ahhh!" Exclamó Happy adolorido.
Cuando la llamarada se disipó, Happy quedó tendido, sus brazos echando humo, con la sorpresa grabada en su rostro. Aunque el golpe fue potente, se dio cuenta de que el fuego no le había causado tanto daño como pensaba. Con una sonrisa fatigada, murmuró para sí mismo, "Debe ser por Natsu… He estado con el tanto tiempo que me he acostumbrado al calor, pero..." Pensó. "Ese fuego azul, no quema de la manera que esperaba..."
Pues Happy tenía razón, algo en ese fuego azul se sentía diferente. El calor que había sentido anteriormente con Natsu había sido abrasador, familiar, pero este... este era diferente. La sensación de la quemadura no solo afectaba la superficie de su piel, sino que se extendía más adentro, haciéndolo sentir como si su cuerpo estuviera congelándose desde adentro hacia afuera, un dolor que era tanto caliente como helado al mismo tiempo.
"Es frío..." murmuró entre dientes, observando sus brazos con leves quemaduras. "Este fuego... es tan frío que quema..." Y, por primera vez, Happy sintió la incomodidad de no poder simplemente resistir el ataque con su propia fuerza. Un escalofrío recorrió su cuerpo, pues este frío quemaba de una manera que jamás había experimentado.
"Debo acabar con esto lo más pronto posible", pensó Happy. Sabía que si seguía peleando de la misma manera, eventualmente perdería. Necesitaba algo más, algo decisivo.
Empezó a canalizar su magia de viento, concentrándola hasta que comenzó a tomar forma física en su mano. "¡Wind Change: Sword Form!" exclamó, y en un destello, una espada de viento puro, blanca y afilada, apareció en su poder.
Mientras observaba el filo de su nueva arma, un escalofrío le recorrió la espalda. Algo resonaba en lo profundo de su ser, como si una sombra se hubiese despertado. La voz era familiar, un susurro oscuro en su mente.
"La última vez que empuñaste una espada así… casi acabaste con Carla."
Aquellas palabras golpearon su corazón como un mazazo, trayendo recuerdos que había intentado enterrar. Happy apretó los dientes, la ira y el dolor mezclándose dentro de él. "¡Cállate! ¡Se supone que eres una pesadilla!" murmuró, su voz teñida de frustración, queriendo ahogar esa voz que no era más que el eco de sus propios temores.
El peso de la culpa y el miedo amenazaba con hacerle caer. Miró sus manos, que temblaban ligeramente mientras sostenían la espada. ¿Y si perdía el control otra vez? ¿Y si esta arma, en lugar de proteger, se convertía en un peligro para quienes amaba? Era una duda oscura que trataba de infiltrarse en su corazón, una duda que él sabía que debía vencer. Con un esfuerzo, trató de concentrarse y dejar de escuchar aquella voz, pero sus recuerdos seguían insistiendo.
La voz, aunque lejana, tenía razón. En ese momento terrible, había perdido el control, y Carla había sido herida por esta misma arma. Sin embargo, Happy respiró hondo, centrándose, y susurró para sí mismo: "Eso fue en el pasado… Pero ahora… ahora es diferente." Sus ojos brillaron con determinación. Esta espada, que una vez había traído dolor, ahora sería su herramienta para proteger a Carla y a todos sus amigos.
Libre de dudas, con el peso del pasado transformado en su convicción, Happy alzó la espada, su determinación liberándose de cualquier duda. El peso del pasado se transformaba en fuerza, en una convicción nueva y más pura. Con un grito, corrió hacia la bestia fantasmal, su corazón firme y libre de miedo.
Wind Exceed Styles: Exceed Blade..." Con ímpetu, blandió la hoja de su espada. "...Gale Edge." Exclamó Happy mientras lanzaba un gran corte lateral que chocó contra la cabeza de la bestia.
"CLINK"
Un gran estruendo metálico resonó cuando la espada de Happy chocó contra algo desconocido, pero la bestia fantasmal seguía igual, sin el menor rasguño.
"¿Eh? ¿No funcionó?" Se preguntó Happy desconcertado mientras tomaba distancia.
Happy comenzó a arremeter con una ráfaga de ataques en todas direcciones. "¡Toma esto!" exclamó, determinado.
Sin embargo, todos los ataques fueron inútiles. La bestia fantasmal rugió en respuesta, aparentemente inmune a cada corte de Happy.
"¿Por qué no funciona? Mis ataques normales sí funcionan, pero mi espada no", pensó, intentando descifrar por qué no podía hacerle daño a la criatura. Lanzó una gran estocada envuelta en viento que atravesó de nuevo a la bestia.
"CLANK"
"Otra vez ese sonido", pensó Happy, cada vez más perplejo. "Suena bastante familiar..."
Entonces, abrió los ojos al comprender de qué se trataba. Retiró su espada y observó algo gris y café entre las sombras. "Eso es..." La verdad le golpeó de repente: el sonido metálico provenía de las armaduras ocultas dentro de la criatura. "Recuerdo que Adrien invocó esta bestia con todas las guardias fantasmas. Dentro de esta masa de sombras están sus armaduras."
"Esto es molesto... No puedo usar esto." Con una concentración renovada, deshizo la espada de viento, y su magia lo rodeó de nuevo en forma de aura defensiva.
De repente, la bestia emitió un aullido ensordecedor. En un abrir y cerrar de ojos, varios círculos mágicos oscuros aparecieron en el aire a su alrededor, formando un anillo amenazante en torno a Happy.
"¿Qué demonios? Necesito esquivarlo."
Sin previo aviso, los círculos estallaron, liberando ráfagas de sombras que se expandieron por toda la sala. Happy intentó esquivar, moviéndose rápidamente, pero un círculo detrás de él explotó de manera sorpresiva, lanzándolo violentamente hacia atrás. Apenas tuvo tiempo de procesar el dolor antes de que la bestia, con una velocidad brutal, lo empujara de lleno con sus enormes zarpas, estampándolo contra la pared.
"¡Ahhhhhhhh!" Gritó Happy, escupiendo sangre por el impacto. "¡Cof! ¡Cof!" Tosió, aturdido y sintiendo cómo el peso de la batalla le cobraba factura.
Antes de que pueda recobrar el equilibrio, la bestia fantasma lo embiste con ferocidad, logrando atraparlo entre sus garras. Las enormes zarpas se cierran alrededor de su cuerpo, aprisionándolo con una fuerza que amenaza con aplastarlo.
"Demonios... Esto es bastante malo..." Pensó él. Happy forcejea, su corazón latiendo con fuerza al ver cómo la criatura abre su hocico frente a él, una luz azul y siniestra comenzando a formarse en sus fauces. Es un fuego helado, el mismo que antes lo había quemado con ese frío insoportable. Happy siente un escalofrío recorrer su espalda al darse cuenta de lo que está por suceder; en un instante, el torrente de fuego caerá sobre él, y esta vez está demasiado cerca como para escapar.
"¡No! ¡No! ¡Tengo que liberarme...!" Pensó él mientras forcejeaba sin éxito.
Desesperado y sin otra opción, Happy toma una decisión arriesgada. Con un destello de magia, vuelve a su forma original de Exceed, encogiéndose de tamaño y logrando escabullirse de entre las garras de la bestia en el último segundo.
"¡Uf! Eso... Estuvo cerca..." Respondió Happy mientras suspiraba de alivio.
Entonces la bestia fantasmal lanzó un rugido de frustración y, en un acceso de ira, liberó un torrente de llamas azules que envuelven el espacio en todas direcciones, tratando de atrapar a Happy a toda costa.
Happy, ahora en su forma más pequeña, volaba con agilidad, zigzagueando entre las columnas y restos del calabozo mientras el fuego lo seguía de cerca. Las llamas se movían con una precisión inquietante, cada embestida rozando sus alas, obligándolo a realizar maniobras cada vez más arriesgadas. Sentía el calor helado a su alrededor, ese frío que quema, pero Happy mantenía su concentración, utilizando cada pizca de magia para mantenerse fuera del alcance de las llamas, confiando en que pronto encontrará una forma de revertir esta situación.
Entonces Happy tomó altura y se mantuvo fuera del alcance de la bestia. "¿Que hago ahora? Necesito hacerle daño como para que no pueda recuperarse... Sus intentos anteriores no le habían hecho efecto; la bestia parecía invencible ahora, como si estuviera más allá de la realidad misma. ¿Cómo podía derrotarla si sus ataques no tenían impacto?
Antes de que pudiera formular un nuevo plan, la bestia fantasma comenzó a arquear su cuerpo, y un escalofrío recorrió a Happy al ver cómo sus ojos sombríos parecían fijos en él con una intensidad renovada. De repente, la criatura emitió un sonido horripilante, un chillido que atravesó el aire con un tono tan profundo y penetrante que retumbó en los oídos de Happy.
"¡Es un ruido horrible!" A pesar de haber cubierto sus orejas, seguia escuchando aquel estruendo.
El ruido era antinatural, tan fuerte y perturbador que su cuerpo se paralizó, y sus pensamientos se volvieron un caos. Aturdido, Happy se tambaleó mientras su entorno se desdibujaba y un dolor agudo le recorría la cabeza.
Cuando el eco finalmente se disipó, Happy se obligó a enfocar su vista y buscó desesperadamente a la bestia, su respiración agitada y su corazón latiendo con fuerza. Pero… no la encontraba.
La oscuridad del calabozo parecía haberse vuelto más densa, envolviendo cada rincón y sumergiéndolo en una penumbra impenetrable. La sombra de la criatura se había desvanecido por completo, dejando solo un silencio espeluznante y una tensión en el aire que le hacía temblar.
"¿Dónde estás?", murmuró, el nerviosismo haciéndose evidente en su voz. Un escalofrío le recorrió la columna, y sus instintos le gritaban que algo terrible estaba a punto de suceder. El instinto de Happy le hizo ver el suelo y sus ojos se abrieron como platos. "Esta en el suelo, en que momento se..."
Y entonces, en un instante, la bestia fantasma emergió de las sombras con una velocidad que lo tomó por sorpresa. Apenas tuvo tiempo de entender lo que ocurría cuando sintió las fauces de la criatura cerrarse a su alrededor. Un frío desgarrador y una presión aplastante lo envolvieron mientras la bestia lo atrapaba entre sus mandíbulas. Sintió que el mundo se volvía oscuro, y su respiración se cortó mientras sus patas intentaban, desesperadamente, zafarse de su prisión viviente.
Dentro de la boca de la criatura, Happy sintió la sofocante presencia de las sombras envolviéndolo, como si estuvieran consumiendo cada rastro de luz y esperanza.
"Maldición... Me va a devorar..." Musitó Happy mientras seguía luchando por no ser tragado. "No puedo escapar..."
Se debatía, su mente en una mezcla de pánico y lucha, recordando los rostros de Touka y Carla, los cuales lo impulsaban a no rendirse. Aunque la presión aumentaba, y cada movimiento lo agotaba aún más, una chispa de determinación ardía en su interior. Estaba atrapado, y en una situación bastante crítica.
"No debo rendirme..."
Happy luchaba desesperadamente dentro de la boca de la bestia fantasmal. La oscuridad lo rodeaba, el frío extremo y la presión lo oprimían, pero lo peor era el miedo que se apoderaba de él. Cada segundo que pasaba dentro de la bestia parecía eterno, como si las sombras lo estuvieran devorando poco a poco. Intentó transformarse en su forma humana, pero no había espacio suficiente para moverse. El deseo de liberarse, de escapar, lo asfixiaba, pero no encontraba ninguna salida.
"Debo seguir peleando..."
El odio y la desesperación se mezclaban en su mente mientras las sombras se cerraban aún más a su alrededor. Sin pensarlo, Happy reunió toda su fuerza en un último intento por escapar. Con determinación, se concentró y, aprovechando su agilidad felina, logró abrir momentáneamente el hocico de la bestia con sus garras, cortando a través de la carne etérea que lo rodeaba. Un chorro de energía oscura estalló desde la herida, pero Happy no se detuvo. Con su magia de viento, aprovechó ese breve espacio para atacar directamente desde dentro de la garganta de la criatura.
"Vamos, escúpeme..." Murmuró Happy con la esperanza de liberarse de una muerte casi segura.
Sus garras rasgaron y golpearon, dejando marcas y heridas invisibles en la oscuridad. La bestia emitió un gruñido gutural, claramente molesta, pero aún no la soltaba. El aire dentro de su boca era irrespirable, pero Happy no quería rendirse. "Vamos... Suéltame..." exclamó Happy desesperado. La oscuridad era todo lo que lo rodeaba, y a pesar de las heridas, su corazón latía con fuerza, impulsado por la determinación.
Pero la lucha lo estaba agotando. El eco de una voz oscura resonó de nuevo en su mente, susurrando, casi como si intentara aprovechar su desesperación.
"Déjame ayudarte, Happy. Puedo liberarte." Se trataba de 'él'.
"¡No!", gritó Happy mentalmente, negándose rotundamente a aceptar esa voz, a ceder. Pero algo dentro de él comenzó a quebrarse. Su control se desvaneció poco a poco, y la lucha que había mantenido con tanta fuerza comenzó a decaer. La desesperación lo invadió, y con ella, la sensación de rendirse. El miedo lo consumió, y las sombras dentro de su mente se hicieron más intensas.
El control que había mantenido sobre sí mismo desapareció en un instante. La bestia, aprovechando su debilidad, lo tragó entero sin dudarlo, sintiendo cómo el pequeño cuerpo de Happy caía más y más profundo en su interior, rodeado por la oscuridad infinita.
Happy ya no tenía fuerzas para seguir luchando. Todo se desvaneció en la penumbra, y la sensación de rendirse lo envolvió por completo. A medida que la bestia se lo tragaba, una parte de él sentía que no había vuelta atrás, que esta era su última lucha.
La bestia fantasmal parecia estar satisfecha al devorar al pequeño Exceed, sin embargo, su cuerpo oscuro y amorfo se sacude mientras lo que queda de su ser se agita inquieto. Pero de repente, algo cambia en su interior. Un sonido resonante, un susurro oscuro que crece con fuerza, proviene de donde no hay nada: el vacío dentro de ella. Desde lo profundo de la bestia, un resplandor carmesí emerge.
Un sonido resonante, un susurro oscuro que crece con fuerza, proviene de donde no hay nada: el vacío dentro de ella.
"Red Wind Styles...
Desde lo profundo de la bestia, un resplandor carmesí emerge. Happy, o más bien "él", ha convocado su espada de viento, y lo que sigue es un torbellino de pura desesperación. La espada comienza a girar dentro de la bestia como una peonza de viento, cortando el vacío en su interior, un viento cortante que desgarraba todo lo que tocaba.
A medida que Happy se desplaza por el interior del agujero oscuro que constituye su estómago, la bestia emite un rugido ensordecedor. La sensación de ser absorbido por el vacío es aterradora, pero Happy no se detiene. Con una estocada final, Happy lanza su espada hacia adelante, cortando el aire en su interior y creando una ruptura, un escape para su cuerpo.
"...Crimson Thrust." Un resplandor rojo empezó a mostrarse desde el interior de la bestia.
Con un último giro de su espada, Happy lanza una estocada decisiva. La bestia fantasmal, ahora completamente desgarrada por dentro, emite un grito desgarrador antes de que Happy, con un fuerte empuje, sea expulsado de su interior. Sale disparado hacia un costado, y la bestia, luchando por mantenerse en pie, intenta cerrar el agujero por donde acababa de escapar su adversario. La furia de la criatura no conoce límites mientras su costado se cicatriza con dificultad.
Happy cae al suelo, respirando con pesadez, completamente agotado. Su cuerpo está lleno de sudor frío, su mente sumida en un estado de confusión. Se toma un momento para procesar lo que acaba de suceder. Había estado dentro de la criatura, sintiendo como el vacío trataba de desintegrarlo, pero ahora, fuera, su pecho se levanta y cae con esfuerzo. Aún no cree que haya sobrevivido.
"Agradece que sigues con vida, Happy..." Dijo esa voz.
"¡Cállate!", grita hacia el vacío, sabiendo que la voz que ha estado hablándole todo este tiempo no es más que una presencia oscura dentro de él. "¡Deja de interferir!"
Happy aprieta los dientes, ignorando la respuesta. No puede permitirse distraerse ahora. La bestia sigue viva, y no tiene intención de dejarlo ir tan fácilmente. Un rugido se escucha a lo lejos, y el sonido de las enormes garras de la criatura rasgando el suelo llegaba a sus oídos.
Con furia renovada, la bestia se lanzó contra él, sus garras destruyendo todo a su paso, rompiendo columnas y causando que el techo del calabozo temblara. Happy, con reflejos agudos, se mueve rápidamente, escurriéndose detrás de un par de pilares caídos. Los escombros caían por todas partes, casi atrapando al Exceed, pero él seguía moviéndose con destreza, esquivando por poco los ataques de la bestia.
Es entonces cuando Happy sintió un frío extraño y su pelaje se erizó. Un escalofrío recorrió su columna vertebral, y el aire a su alrededor parece volverse más pesado. Al mirar, se da cuenta de que su aliento ahora es visible, condensándose en nubes de vapor. La temperatura ha caído bruscamente, y su mirada se posa en lo que ha causado ese cambio: la lácrima de hielo había caído junto los escombros.
Happy miró con determinación la lácrima de hielo mientras el caos continuaba a su alrededor. La bestia fantasmal, ahora completamente furiosa, estaba dispuesta a acabar con él de una vez por todas. La magia de sombras emanaba de su cuerpo, y el aire se volvía más denso con cada paso que daba. Happy, sintiendo el peso de la situación, rápidamente volvió a transformarse en su forma humana.
La bestia, al ver el cambio de forma de Happy, rugió furiosa y lanzó un torrente de zarpazos hacia él. Happy esquivó los primeros, pero uno de los golpes alcanzó su hombro, arrojándolo contra el suelo con un fuerte impacto. "¡Ahhhh!" El dolor recorrió su cuerpo, pero no podía dejarse vencer. A pesar de la oscuridad que se cernía sobre él, sabía que debía mantenerse alerta.
Se levantó rápidamente, buscando a la bestia en la oscuridad del calabozo. El eco de su respiración y el crujir de las sombras le indicaban que la bestia aún estaba cerca, acechando en las sombras. Pero lo peor estaba por venir. Happy rápidamente se percató de un cambio en el terreno, sintiendo la vibración bajo sus pies. Antes de que pudiera reaccionar, una enorme sombra surgió del suelo, intentando devorarlo por completo.
"¡No volverá a pasar!" Con un instinto felino, Happy alzó vuelo justo a tiempo, esquivando por completo el ataque. La bestia, al ver que su presa se había escapado, rugió aún más fuerte. Enfurecida, envolvió sus enormes garras en magia de sombras, y con un solo golpe, destrozó el suelo bajo sus pies, creando una onda expansiva que sacudió todo el castillo. Un temblor profundo recorrió el lugar, y en un abrir y cerrar de ojos, el calabozo entero fue sumido en una oscuridad absoluta.
"¡Sumio todo este sitio en las sombras!"
La oscuridad no era solo física, sino también mágica. Happy sintió el aire volverse pesado, como si estuviera atrapado dentro de un pozo sin fin. Pero su aguda visión felina le permitió adaptarse rápidamente a la falta de luz. Entre las sombras, pudo distinguir la figura de la bestia, que estaba cargando poder en su hocico para un devastador ataque. Los ojos de Happy se agrandaron al darse cuenta de lo que la bestia estaba planeando.
"¡No!" Happy pensó, preocupado. "¡Si ese ataque alcanza la superficie, todos estaremos perdidos! Él se había percatado de que la bestia fantasmal estaba apuntando hacia arriba, si atacaba, la explosión resultante destruirá parte de la estructura fundamental del castillo, colapsando todo el lugar. Era una amenaza no solo para él, sino para todo lo que estaba a su alrededor.
"¡Tengo que detenerlo!"
En medio de la oscuridad, su mirada volvió a centrarse en la lácrima de hielo. Algo dentro de él se despertó, un instinto de supervivencia, y sin pensarlo dos veces, se lanzó hacia ella. Aunque sabía que el riesgo era altísimo, entendía que si no hacía algo, la bestia arrasaría con todo a su paso.
Con la lácrima de hielo en sus manos, Happy sintió su poder helado, congelando todo su ser poco a poco. La fría magia del cristal helado comenzó a emanar hacia su cuerpo, y una ola de magia de hielo lo rodeó, preparando el campo de batalla para lo que vendría.
Happy suspiró profundamente mientras observaba la lácrima de hielo que tenía entre sus manos. A medida que la tocaba, una sensación de frío extremo recorrió su cuerpo, y su mano comenzó a cristalizarse lentamente.
"Debo correr ese riesgo." La magia de hielo que emanaba de la lácrima se fusionaba con su propio poder magico, y lentamente congelando su mano con un escalofrío gélido. "¡Tsk! Debo apresurarme..."
Con la lácrima firmemente sujeta en su puño derecho, Happy comenzó a avanzar hacia la bestia fantasmal, cuyos ojos brillaban con furia, como si estuviera a punto de liberar un ataque devastador. Los ecos de su rugido resonaban por todo el calabozo, mientras la energía oscura de la criatura se concentraba en su cuerpo. Happy, a pesar de la congelación que comenzaba a invadir su brazo, no vaciló. Con cada paso hacia la bestia, su brazo derecho se iba congelando más y más, pero él no se detenía.
Happy sabía que debía hacer un último esfuerzo, y concentró todo su poder mágico en el puño que sostenía la lácrima de hielo. Cuando la bestia abrió su hocico, preparada para lanzar su devastador ataque, Happy ya estaba en movimiento. El aire a su alrededor se espesó con el aumento de su magia de viento, y en ese preciso momento, la bestia lanzó su brutal ráfaga de sombras hacia él.
Sin pensarlo, Happy se lanzó contra el ataque. Su puño derecho, ahora parcialmente cristalizado por el hielo, chocó contra la magia oscura. Happy sintió el frío extremo que comenzaba a recorrer su brazo y, aunque el dolor era intenso, no retrocedió.
"¡Wind Exceed Styles: White Gale!" Exclamó a toda voz y con determinación.
Entonces una gran ráfaga de viento y hielo irrumpió del puño de Happy, envolviendo el ataque de sombras de la bestia. El impacto fue brutal, y la magia helada comenzó a extenderse rápidamente, congelando la oscuridad por completo. El ataque de sombras de la bestia se detuvo en su avance, y su propia cabeza fue atrapada por el hielo que se formaba. El furioso rugido de la bestia comenzó a desvanecerse, y Happy, con su magia de viento combinada con el hielo, lanzó un esfuerzo sobrehumano para congelar completamente la cabeza de la bestia.
"¡Es ahora o nunca!" Exclamó Happy tratando de aprovechar probablemente su única oportunidad. Con su puño aún congelado, pero imbuido de una magia más intensa que nunca, se acercó a la bestia con una mirada de determinación en su rostro. La bestia, apenas contenida por el hielo que rodeaba su cabeza, intentaba liberarse, pero Happy estaba decidido a no darle oportunidad. Con cada segundo que pasaba, su brazo se congelaba más, transformándose en un bloque de cristal azulado que destellaba con una energía helada y cortante.
"¡Karma Exceed..." Susurró él.
Happy concentró todo lo que le quedaba de su poder mágico en su puño, que ahora combinaba el viento y el hielo de manera devastadora de manera que con solo mover su mano, provocaba que el hielo se acumulase desde el suelo como si fuese pilares afilados.
"...Devastating Wind Blizzard!" Al instante, el torbellino de hielo y viento colisionó contra la cabeza de la bestia fantasmal con un estruendo ensordecedor. La cabeza de la criatura se destrozó en mil pedazos, desintegrándose bajo el poder de la magia. La explosión de energía fue tan poderosa que el suelo bajo ellos se resquebrajó, y de un vendaval helado inundó la habitación, haciendo que hasta las paredes y el suelo se congelarán al contacto.
Happy respiraba entrecortadamente, observando los restos de la bestia fantasmal desmoronarse frente a él y las armaduras oxidadas que la conformaban cayeron pesadamente al suelo, emitiendo un ruido sordo.
El lugar estaba en silencio por primera vez en lo que parecía una eternidad, y una sensación de alivio invadió su cuerpo.
Happy jadeando, pero con una sonrisa de satisfacción, dejó caer la Lágrima de Hielo al suelo y notó que, a pesar de haberse usado en el combate, el cristal permanecía intacto, emanando un suave resplandor frío.
Entonces observo su brazo derecho, estaba completamente congelado y cristalizado. Él lo había arriesgado durante el combate, pero valió completamente la pena.
Con la bestia fantasmal destruida, esta ya no representaba una amenaza. Happy volvió a su forma Exceed, dejando que su cuerpo descansara de tan intensas fuerzas. Aunque exhausto y con el brazo paralizado por el hielo, una sensación de satisfacción lo invadió. Sabía que había logrado lo imposible.
Con una sonrisa cansada, se dejó caer de rodillas en el suelo. "Lo logré…" murmuró con una sonrisa débil, sintiendo cómo el agotamiento finalmente se apoderaba de él.
Han llegado al final de este maravilloso capítulo y les pido perdón. Lo siento muchísimo, pero tendré que dividir el final en dos partes, siendo esta la primera mitad. El capítulo planeado originalmente era de este junto a otro capítulo, pero se extendió demasiado y sería mejor publicarlo por divido, para no abrumar a los lectores. Si de por si este capítulo fue bastante extenso, imagínense en uno solo capitulo de 25 mil palabras.
Datos Preproducción
En la planeación original, siempre se ha tenido planeado que los MF sean parte de esta historia, pero debido al final del manga, tuve que pensarlo bastante bien en como argumentar el como Happy se reencuentra con ellos.
Un dato adicional, y es que el Aqua Aera de Touka fue "nerfeado" ya que de ser igual al del manga y anime, todo esto se resolvería bastante rápido. Así que encontré una manera de "nerfear" a Touka, argumentando que ella no puede viajar entre mundos sin la presencia de una luna llena, Según mi observación, esto está bien argumentado, ya que con la presencia de Selene, la diosa dragón de la luna, en Elentir siempre habría luna llena, por lo que en ese entonces se podia viajar entre mundos en cualquier momento con Aqua Aera. Ahora ya no, por lo que los usuarios de Aqua Aera deberán esperar a la luna llena.
Respondiendo comentarios
AzurekMagician: Me alegro que te haya gustado las interacciones entre Carla y Aoi. Aún vendrá muchas más y más divertidas.
Si les gusto el capítulo, házmelo saber con una reseña o un mensaje privado, si quieres estar al pendiente de cada actualización de esta historia, solamente pon ese corazón de favoritos. Os estaréis esperando.
InsideBlu se despide, hasta la próxima.
¡Good Bye!
Ahora si el final del Arco del Nuevo Reino.
Se publicará el Viernes 29 de Noviembre del 2024
Próximamente Capítulo 21: ?
