CAPITULO 1 - Un final diferente para Godric
"Si sientes que ya no hay salida a donde estás busca ayuda. LA VIDA VALE LA PENA. Aunque todo esté mal y sientas que ya no mereces estar en ella. Te aseguro que hay personas que te necesitan y pueden ayudarte. Busca ayuda profesional, abraza al ser que más te haga sentir cómodo y recuerda que nunca es más oscuro que antes del amanecer. Tu amanecer puede ser el más hermoso de todos." Noaharg.
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Sentía como se acercaba el amanecer. Su hijo, aquel vikingo fuerte y temerario, yacía a sus pies llorando e implorando. Los últimos mil años pasaron por su mente y cómo al encontrar a Eric y Nora su vida cambió completamente. Durante unos siglos fue genuinamente feliz, sus hijos llenaron un vacío que no sabía que existía y cuando ellos se fueron se volvió a quedar solo. Él, sus pensamientos y reflexiones que lo llevaron a este preciso momento.
-No dejaré que te vayas solo- las palabras de Erik lo devolvieron a la realidad y el dolor que le transmitía su hijo lo golpeó como una cadena de plata ardiendo.
-¿Por qué debería seguir en este mundo? Estoy cansado. Yo… ya no pienso como un vampiro- Testarudo y tenaz su hijo en su dolor no pensaba en que dejaría atrás con su oferta- ¿Dejarías a Pamela por mi? ¿Qué tan mal te he enseñado hijo mío?
-Me estas dejando ahora- Su rostro surcado por el dolor lo miró desde abajo, aún implorando a sus pies- Aún, luego de tantos siglos, sigo aprendiendo de ti, Mi padre, mi hijo, mi hermano.¿Cómo seguir luego de que te vayas? ¿Cómo le digo a Nora que fallé protegiendo a nuestra familia? ¿Con qué autoridad me presento ante Pamela siendo un hijo tan incapaz?
El fuerte y tenaz guerrero que vencía a hordas de enemigos, ahora estaba demostrando ser capaz de mover montañas con su inquebrantable fuerza de voluntad. Godric aún admiraba la fortaleza de su hijo, ante tanto dolor y miedo él seguía peleando con un arma con la que no era para nada diestro, las palabras.
-He perdido mi puesto de Sheriff y he traspasado mis bienes a mis herederos. ¿Qué puedo hacer ahora? El mundo ya no es nuestro. Salimos de las sombras y lo compartimos con todos los seres que en él habitan, los humanos incluidos y esa convivencia será cada vez más difícil.
-Vive como un humano entonces- Su niño lo observó con total determinación- Te daré un propósito, te daré herramientas y seré tu sostén cuando lo necesites- Como aquella vez hace mil años Eric se irguió orgulloso ante la muerte, plantandole pelea sin miedo a perder, seguro de que ganaría.
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No era tonta, sabía que Godric estaba en Dallas, lo supo por las llamadas que su creador hacía con ese prefijo y algún que otro desliz por parte de este. Que Eric se fuera sin decir nada y tan apurado significaba que algo había pasado y no quería estar metida en el medio.
Había compartido muy poco tiempo con Godric, sin embargo le sirvió para saber que era de esos vampiros de los que hay que mantenerse alejados. Antigüos, poderosos e intentando entender un mundo que avanza demasiado rápido. Había sido cortés y educado, pero su sola presencia la ponía muy incómoda, había demasiada inteligencia y perspicacia en esos ojos aparentemente jóvenes. Las pocas noches que compartieron en el refugio fueron suficientes para ella.
El dolor la despertó, la desesperación y el miedo que Eric le compartía por su vínculo le hacía poner enferma y nerviosa. Algo había pasado, algo realmente malo y estar encerrada en el ataúd tan lejos de su creador le hacía repensar que tal vez sí debería de haberse involucrado un poco más.
Se levantó y caminó por Fangtasia intentando calmar sus propias emociones, se sentó en la barra para tomar un trago y al bajar la vista se dió cuenta que su campera rosa estaba llena de sangre. Había estado llorando sin darse cuenta, ¿Cómo era posible sentir tanto dolor? Resopló y fue por su teléfono cuando sintió un poco más tranquilo a su creador y con esa situación ella también pudo calmarse lo suficiente como para llamarlo. No fue hasta el quinto tono que la bocina se descolgó, pero nadie habló del otro lado.
-Eric, ¿qué pasó? ¿está todo bien?- tomó aire e hizo la pregunta que venía rondando por su cabeza desde que se despertó, lo único que presentía que podría poner tan mal a su padre- ¿Le pasó algo a Godric?
-Eric está dormido Pamela- la voz suave y tranquila que le respondió del otro lado la dejó enmudecida - Estoy bien, gracias por preguntar. Mañana volvemos a Shreveport, llegaremos cerca de la media noche.
-Bien, te tendré un ataúd listo- y colgó. En silencio y perdida en sus recuerdos terminó su trago y se puso a buscar un féretro para el viejo vampiro. Recordó que cuando compartieron tiempo juntos Godric no tenía grandes expectativas para su refugio, incluso llegó a proponer dormir en un ropero al que pidió que cerraran con una silla desde afuera. Quién tenía grandes expectativas y buscaba lo mejor para el matusalén era Eric. No le había permitido dormir fuera de un ataúd y se había encargado personalmente de tapear cada ventana de madera, de manera que la habitación quedara totalmente protegida. No fue hasta casi el mediodía que se pudo acostar, con las compras hechas y Ginger en camino para recibirlas. Solo le quedaba dormir un poco, de alguna manera siempre terminaba involucrada.
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Godric le había contado de la llamada de Pam. Como ya se había dormido no decidió despertarlo y habló con ella. No le dió muchos detalles de qué se dijeron. Sospechaba que a su creador le estaba dando gracia el no contarle para que se ponga nervioso. No es que fuera chusma, no en este caso, pero sabía que Pam podía ser fría, distante y sarcástica. No necesitaba que ella empeorara la situación de Godric.
Su creador no había vuelto a hablar desde que se subieron al avión o cuando ya estaban en el auto camino a Fangtasía, llevaba horas en silencio y sólo observaba por la ventana. Ya estaban llegando a Shreveport y se comenzaba a cuestionar si la idea de llevarlo con él era realmente una solución. Godric le había dicho que se estaba distanciando cada vez más de su lado vampírico, llevarlo al bar vampírico era una jugada arriesgada. Pero ya se le ocurriría que hacer en caso de que su padre no se sintiera cómodo en "su hogar".
Estacionó el coche y observó que el establecimiento estaba vacío. Era viernes pero Pam no lo había abierto al público. Si hubiera estado vivo probablemente habría suspirado de alivio, algo menos que presione la psiquis de Godric.
Bajaron en silencio y Erik abrió la puerta para permitirle el paso a su padre. Al entrar observó que las mesas estaban todas contra un rincón salvo dos que estaban en el centro, unidas para formar una más larga.
-Dios, ¿te pusiste cortinas que encontraste en un basurero?- la voz de su hija hizo que se voltee a observarla. Lucía hermosa como siempre aunque bastante recatada, había optado por un vestido tubo azul hasta las rodillas y zapatos a juego, pero su vista se dirigió directamente a su cuello. Un collar de perlas estaba finamente acomodado entre sus bucles dorados, Hacía décadas que Pam no usaba ese collar- La última vez que nos vimos pensé que no te podía quedar nada peor que el uniforme de la SS, parece que me equivoqué- terminó alzando la ceja y haciendo una mueca con la boca en clara desaprobación.
La risa de Godric fue genuina, como hacía tiempo que no escuchaba- Pamela, siempre es un placer estar en tu presencia- Su padre se acercó y besó cada lado de las mejillas de Pam con la clara intención de hacerla sentir incómoda- Me alegra saber que no tiraste el collar. Pensé que no te gustaban las perlas- A Eric siempre le había llamado la atención la predilección de su padre por poner incómoda a su progenie, una actitud que jamás había tenido con él o su hermana. Incluso el collar que le regaló a ella fue una treta para ponerla en una situación incómoda. El lado sádico de Godric estaba aún presente, aunque de manera bastante sútil.
-No me gustan, pero tenía este vestido de abuela puritana y necesitaba algo con qué combinarlo. Siéntate que te hice de cenar, dudo que lo que les hayan dado sea considerado comestible- Sin más se giró y desapareció rumbo al almacén.
-Sigue siendo un espíritu indomable- Godric lo miraba con un deje de diversión- Tu bar es muy…vampírico hollywoodense hijo mío- terminó mientras observaba el lugar con curiosidad- también dijiste que vienen humanos. ¿Cómo logras controlar que nadie se pase de la raya?
-No lo controlo- caminó y se sentó en una punta de la mesa y le señaló a su creador la otra punta para que se siente- Lo único que me aseguro es que los humanos tengan la edad adecuada para saber dónde se meten.
- Aún somos considerados una novedad en la cotidianeidad del mundo. Veo que tuviste una excelente idea para sacar un rédito económico.
-No fue mi idea- sonrió ante el halago- Me encantaría poder tener el crédito de ello, pero fue Pam quien pensó en darle dignidad al local que teníamos- No siguió hablando mucho más porque Pam apareció con una bandeja y tres platos en ella. Estaba realmente sorprendido con el desempeño de su hija hoy, no creyó que ella haría algo así nuevamente.
Su padre por el contrario se veía casi verdaderamente feliz ante el platillo puesto en la mesa. Erik sabía que todos recordaban el momento que ella había recreado y aunque hubiera sido más fácil traer a Godric donantes para que elija el que quiera comer, el gesto de Pam conmovió al vikingo.
-Pam, realmente es delicioso- Godric comió con ganas del plato- casi había olvidado lo buena cocinera que eres.
-Bueno, hace décadas que no nos vemos, Pensé en darte una bienvenida que te gustaría Allgemeine, pero mañana ya vamos a tener que abrir y ahí no cocino para nadie. De hecho esta cena nunca sucedió.
-Por supuesto que no- Su padre comió con ganas. En los días que había estado a su lado se había negado a aceptar comida. Así que agradeció mentalmente a Pam que eligiera la nostalgia como punto de apoyo, aunque ella no lo supiera o sí. Aún no se olvidaba de que Godric no había dicho mucho sobre la llamada. Comió en silencio y escuchó a Pam sacarle conversación a su padre. Ella estaba jugando a la ama de casa respetuosa como lo hizo cuando conoció a su creador, y parecía estar resultando.
Cuando Pam y Godric se conocieron fue en Alemania durante la segunda gran guerra. Él había invitado a unos colegas de la SS a cenar a su casa. Su esposa, que trabajaba como enfermera en el campo, preparó una sopa con tinta de calamar. Ingeniosa y traviesa, Pam había servido sangre especiada en sus platos, frente a los generales con la sopa en sus respectivos platos. Su hija había dado una primera gran impresión en todos los oficiales esa noche, humanos y vástago por igual. Esa noche Godric le dijo lo complacido que estaba con ella, obligándolos a usar una cuchara y comer de manera civilizada con esos monstruos disfrazados de humanos. Una excelente elección que había hecho para continuar el linaje.
Luego de la cena se ofreció a recorrer su condado con su creador para que eligiera algún lugar en caso de que no quisiera estar con él en el bar. Sin embargo sus planes fueron truncados por completo.
-Te das cuenta que mañana vamos a abrir el bar y él va a estar aquí ¿verdad?- el tono de voz de Pam y su postura rígida no dejaban lugar a dudas de que hablaba en serio- No va a salir vestido de esa manera. Hay un intento de shopping que puede servirnos en este momento, no puedes andar como un monje tibetano- terminó dirigiéndose al vampiro más viejo.
-Pam- llamó su atención, allí estaba ella en toda su naturaleza irrespetuosa. Godric no necesitaba más presiones por ahora.
-Está bien hijo, tiene razón. Mi ropa se perdió en la explosion, necesito unas prendas nuevas y no creo que me queden las de tu talla- estaba tan tranquilo y sereno que no podía evitar estar nervioso por lo que fuera a hacer en los próximos días.
El resto de la noche transcurrió con su progenie arrastrando a su creador de una tienda a otra. Fue casi al final que Eric observó a Godric hablando con la dependienta de la tienda, como interactuaba con ella y con Pam, mientras su hija iba pidiendo distintas prendas del talle del vampiro más bajo, que comprendió. Allí supo qué era lo que su creador buscaba, entendió de cierta manera la pena que lo acongojaba, la pesadez de sus pecados y se prometió a sí mismo que haría todo lo que estuviera en sus manos para poder devolver a su creador las ganas de seguir recorriendo el mundo junto a él.
-Piensas que es gracioso ¿verdad?- Eric estaba indignado con la vista ante sí.
-Claro que no- Pam se veía tan molesta como él- su féretro no llegó a tiempo, así que le estoy dando lo mejor que tenemos hasta mañana que llegue el pedido.
-Está bien querida, no es necesario que te tomes todas estas molestias por mi- Godric aún miraba indeciso el féretro dorado y rosa.
-Eric me dijo cuando estábamos en Alemania que sólo había que darte lo mejor. Así que ahí tienes, el mejor ataúd de fangtasía para ti- terminó mientras se metía en uno marrón del depósito- buenas noches.
-Que descanses Pamela- dijo el vampiro más viejo, con un suspiro, mientras entraba al ataúd prestado y cerraba la tapa- Pamela, espero que el féretro que me pediste tenga terciopelo como este, es muy cómodo- aunque solo recibió un resoplido de la vampiresa.
Eric se quedó allí, presenciando la bizarra conversación que se desarrollaba entre su creador, en el ataúd más femenino que jamás vió, y Pam, en el ataúd más humilde que jamás pensó que usaría. Una sonrisa adornó su rostro, su hija seguramente iba a ser de gran ayuda en su cometido, que bueno que siempre estuviera ahí para resolver los problemas.
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Hola, ¿Cómo están? Estaba viendo nuevamente la temporada 2 de TB y me volví a indignar con el final de Godric, ese personaje daba para mucho más.
Esta es mi versión de qué podría haber pasado. Sobre todo cómo influye Godric en su hijo, me llamó mucho la atención la devoción de Eric con su padre, así que me inventé esto.
No tengo beta en este momento y la verdad lo escribí bastante rápido, espero me disculpen si hay alguna falta o error gramatical.
PD: Totalmente sacado de la serie televisiva. Los crímenes cometidos en la época mencionada en la historia son totalmente repudiables. Sólo se usaron los nombres a modo explicativo y de caracterización.
PD2: Nunca estuve en la situación de Eric, pero creo que todos los seres (humanos o vampiros) reaccionarían igual si alguien amado ya no sintiera ganas de caminar sobre la tierra. Si conoces a alguien cercano que piensa como Godric conviértete en Eric y busca ayuda profesional para esa persona.
