Capítulo 1:
Un golpeteo en mi cabeza. Un sonido rítmico, profundo, como un tambor distante, y mi mente se atascaba en la niebla. No entendía nada. Ni siquiera sabía si estaba despierto o soñando, pero todo era tan... raro. No era un sueño. ¿Qué estaba pasando?
De repente, algo me atravesó la cabeza, un dolor intenso que me hizo apretar los dientes. Intenté abrir los ojos, pero no vi nada más que oscuridad. Era como si estuviera flotando, pero no en el vacío, sino en algo… más. Algo pesado. Algo que me sujetaba.
Al fin, logré enfocarme, o al menos intentarlo. El aire era espeso, húmedo. Me sentía extrañamente incómodo, como si el cuerpo que habitaba no fuera mío. Sentí un tirón en mi pecho. No, no era mío. ¿Qué era esto?
Me incorporé rápidamente, buscando el equilibrio. Algo me empujaba a actuar, aunque no sabía por qué. Mis manos… no eran las mías. Miré hacia abajo. Las palmas de mis manos eran más pequeñas, más finas. ¿Qué demonios...? Mis dedos temblaron, y de repente algo más me dio la respuesta: el cuerpo que habitaba era… femenino. ¿Cómo era posible?
Un mareo me invadió, pero antes de que pudiera caer, escuché una voz. Una voz familiar.
—Ginny —dijo Harry, desde algún lugar cercano.
Ginny. Ese nombre retumbó en mi cabeza. No podía ser. ¿Qué estaba pasando? Miré a mi alrededor, desorientado. Frente a mí, Harry Potter estaba de pie, preocupado, sosteniendo el diario de Riddle hecho pedazos. Estábamos en la Cámara Secreta, y él ni siquiera me miraba con la misma expresión de siempre. Era como si algo hubiera cambiado, pero no podía concentrarme lo suficiente para entender qué era.
¿Ginny? El nombre me sonaba extraño, como si no me perteneciera. Pero no había tiempo para pensarlo. Mis piernas temblaban, y un dolor punzante en mi cabeza me hizo sentir como si fuera a desmayarme en cualquier momento.
No soy Ginny. No soy ella. Eso era lo único claro en mi mente. Pero no sabía qué estaba sucediendo. ¿Cómo había llegado aquí? ¿Por qué me encontraba en este cuerpo? ¿Y por qué sentía algo extraño, como si la magia estuviera dentro de mí, recorriéndome de una manera que nunca antes había experimentado?
Harry, por fin, levantó la vista y me miró, pero su rostro estaba cargado de confusión. Yo, o más bien el cuerpo que ocupaba, estaba en el suelo, aún incapaz de entender lo que sucedía. Él me dijo algo, pero no pude oír bien. Las palabras no llegaban a mi mente con claridad.
Solo podía pensar en la magia. En la energía que me rodeaba. No la entendía, pero la sentía, palpitando dentro de mí, como si fuera parte de mí. ¿Magia?
Recuerdo el diario, roto en pedazos, y el recuerdo de Riddle. Un retazo de oscuridad se coló en mi mente. Sus ojos, sus palabras, su poder… sentí un escalofrío recorrerme, como si la magia que me envolvía estuviera conectada con él, con esa sombra. Pero todo eso parecía lejano, como un eco que me alcanzaba pero no lograba comprender.
¿Ginny? Harry me llamó otra vez, pero esta vez parecía estar desesperado. No podía responder. No sabía qué hacer. No soy Ginny. No podía quedarme allí, sin hacer nada, pero mis fuerzas comenzaban a fallar. Mis piernas cedieron y caí de nuevo al suelo, mi cuerpo agotado por algo que no entendía.
La magia seguía retumbando dentro de mí, como un tambor lejano que no dejaba de golpear. Me sentí abrumado, incapaz de mantenerme consciente. Harry gritaba algo, pero sus palabras se desvanecieron mientras la oscuridad me tragaba.
Todo se fue apagando.
