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Well, este fic se me ocurrio por algo que me dijo un amigo hace como 1500 años, y en su momento me parecio muy XD, asi que me acorde hace poco y luego de reirme decidi escribir algo basandome en eso lol. Por cierto, no sabia que titulo ponerle a este fic asi que agarre casi casi el titulo de la cancion de Addison Rae con la que estoy muy living ultimamente.

Advertencias: Lemon, twincest, Tom uke.


Tom estaba en la sala de prácticas, quería hacer las cosas bien y aprenderse a la perfección una canción, normalmente aprendía con rapidez los acordes de una canción pero últimamente estaba teniendo demasiados problemas para poder tocar.

Llevaba rato solo en la sala, totalmente ensimismado en sí o sí poder manejar esa canción. Georg y Gustav se habían ido a cenar, incluso lo invitaron diciéndole que no se enfrascara en eso, que tarde o temprano iba a poder tocar bien la canción, pero Tom, tan terco como siempre se negó.

Cuando la guitarra volvió a desafinar, Tom apretó los ojos y dejó salir un suspiro frustrado.

—¡Maldita! sea… —exclamó, apretando su puño. —¿Qué mierda me está pasando últimamente? ¿Por qué estoy fallando tanto? —se dijo a sí mismo, soltando un suspiro.

Y volvió a intentarlo, volvió a fallar, al escuchar el sonido desafinado de la guitarra soltó un grito de frustración, al mismo tiempo que por la rabia dio un zapatazo al piso, lo cual provocó que soltara la púa de dedos, y solo consiguió estresarse más.

Estaba decidido a no salir hasta que pudiera al menos tocar la mitad de la dichosa canción, así que, tomo aire y se agacho para recoger la púa, cuando volvió a ponerse rígido, se sobresaltó al sentir unos brazos rodear su cintura, haciendo que girara rápidamente la cabeza para ver se quien se trataba.

—Ah, Bill, eres tú —pronunció sin mucho ánimo el de rastas, no porque estuviera desagradado de ver ahí al azabache, sino porque no se encontraba de humor para nada. —Pensé que estabas en la habitación o algo así… —continuó, girando su cabeza para ver a la guitarra otra vez.

Bill lo observó con curiosidad, asomándose un pequeño mohín en sus labios al ver la actitud de su gemelo.

—Gustav y Georg me dijeron que estabas aquí. ¿Por qué no dejas eso y descansas un poco? —comentó el más alto, dejando su cabeza sobre el hombro de su hermano.

Al escuchar la pregunta, Tom apretó los dientes.

—¡Porque necesito tocar bien, no puedo simplemente dejarlo así y ya, últimamente he estado fallando demasiado al tocar, incluso con las canciones que sabía tocar perfectamente! —exclamó Tom, con visibles molestia y frustración en la voz.

El que Tom levantara la voz, hizo que Bill se sorprendiera y se alejara de él. Tom se dio cuenta de lo que había hecho, y soltó un suspiro, dirigiendo su mirada a su gemelo.

—Lo siento… Es solo qué, no entiendo que me sucede, siempre me aprendo los acordes a la perfección pero ahora estoy fallando… No quiero dejar de ser útil para la banda y decepcionar a todos… —expresó con la voz apagada, agachando su cabeza. —Estoy siendo inutil y defectuoso.

Bill entendió rápidamente que sucedía y lo abrazó por detrás, envolviendo su cintura nuevamente con sus brazos.

—Tom, tú no eres y nunca serás inutil y defectuoso —habló el azabache, mientras le daba un beso suave y cariñoso en la mejilla. —Todos pasamos momentos en donde fallamos, pero es normal, yo también a veces no logro llegar a las notas adecuadas —consoló, haciendo que el de rastas pegara su espalda a su pecho.

—Pero es que tu instrumento es tu voz, no es igual… Yo llevo años teniendo práctica con la guitarra, y de pronto fallar como si fuera un novato —respondió Tom manteniendo su tono frustrado. —Así que, no saldré de aquí hasta que logré tocar adecuadamente al menos los primeros segundos de la canción.

Bill no objetó nada, sabía que discutir sobre eso con Tom y tratar de convencerlo de que lo dejara solo pondría aún más mal al de rastas, sin embargo, se mantuvo detrás de él, dándole su apoyo al menos en ese abrazo.

Tom continuó dando atención a la guitarra, y con Bill detrás de él, comenzó a mover su mano, intentando seguir los acordes de la canción. Mientras tocaba, sintió como Bill apoyaba su entrepierna de su trasero, haciéndolo sonrojar y desconcentrar.

—¡Ahg, Bill! —se quejó Tom, volteando a verlo con el ceño fruncido y mejillas rojizas. —No empieces con tus cosas, no estoy de ánimo, te lo advierto.

Como respuesta lo único que consiguió del azabache, fue que este le pusiera un dedo sobre sus labios, indicando que se callara.

—Tú sigue tocando. Hasta que no lo consigas no me voy a separar de ti —dictó Bill, hablando muy en serio

Tom pensó en protestar, pero no quería perder el tiempo con eso, así que solo rodo los ojos e hizo lo que su hermano le dijo, siguió tocando, incluso si Bill ya no solo se apoyaba en su trasero, sino que también comenzaba a frotarse ligeramente.

Bufó, cerrando sus ojos, intentando concentrarse en la canción y no en el degenerado de su gemelo que le apoyaba todo atrás. Su mano se movía casi al mismo ritmo que Bill se frotaba contra él.

Con el pasar de los minutos, volvió a equivocarse cada tanto, por lo que volvía a iniciar de nuevo, y aunque no quería concentrarse en otra que no fuera eso, desde hacía unos momentos había comenzado a sentir la erección dura de su gemelo restregarse en su trasero, Bill estaba excitado, y Tom realmente no podía entender como podía estarlo en ese momento, es decir, si, eran muy activos y Bill casi siempre quería hacerlo, y Tom siempre terminaba cediendo, pero no sentía apropiado justo ese momento, quería mandar al carajo a Bill y que lo dejara solo con su estrés y frustración, pero evidentemente Bill no se iba a ir

Sin más que poder hacer, decidió que nada del mundo lo iba a desconcentrar, totalmente metido en que los acordes se oyeran decentes no percibió cuando Bill deslizó sus manos hasta su cadera y comenzó a deslizar sus pantalones junto a ropa interior, dejándolo desnudo de su parte inferior y él mismo se había desabrochado el pantalón para dejar salir su miembro.

Abrió los ojos de golpe cuando sintió como Bill frotaba su miembro en su hendidura, haciéndolo sentir excitado de inmediato.

—¿Bill, qué carajo? —esta vez su rostro ardía con intensidad, pero no dejo de mover su manos con la púa rozando las cuerdas de la guitarra.

—Shhhh, no te fijes en mí —masculló Bill.

—¿Cómo…? ¿Cómo no quieres que no me fije en ti si acabas de desnudarme de la cintura para abajo solo para frotar tu pene en mi culo? —balbuceó irritado, pero también excitado, percibiendo como su miembro también se ponía duro con eso.

—Sigue tocando —ordenó Bill con la voz excitada cerca de su oreja.

Tom se estremeció, odiaba eso pero no podía evitar disfrutar de esos roces entremedio de sus glúteos, siendo mojado con el preseminal de su gemelo. Comenzaba a inquietarse solo con eso, pero su muñeca seguía moviéndose, siendo cauteloso de no equivocarse.

Escuchó a Bill chasquear la lengua y dejar de frotarse, para después escupir, este tomó su miembro y comenzó a alinearlo en dirección a su entrada, y se introdujo de golpe, haciendo sobresaltar al guitarrista que aun con eso no dejo de tocar.

Tom no lo pudo evitar y jadeó al sentirlo entrar de golpe, llenándolo de una, y se arqueó ligeramente hacia adelante. Era incómodo pues no hubo preparación previa y ni siquiera había lubricación adecuada, pero…. No era la primera vez que lo hacían de manera espontánea y tenían que recurrir a hacerlo de esa forma, por lo que Tom familiarizado ya estaba con esa sensación de incomodidad e incluso dolor sutil que se sentía en un principio.

De inmediato Bill comenzó con las embestidas duras y certeras, que le hacían tambalear las piernas Tom, se aferró de su cadera para más profundidad. Ambos comenzaron a jadear y suspirar con su unión, Bill daba justo donde tenía que dar y Tom era tan acogedor como siempre, por eso esque no podia pasar mucho tiempo sin tener sexo, no podian estar lejos de sentirse tan bien y conectados.

Así que, si, Tom en ningún momento dejó de tocar mientras era penetrado por Bill, su interior se contraía, pues encontraba un poco curioso y excitante estarlo haciendo de esa forma, sobre todo porque lo hacían en la sala de prácticas como si alguien no pudiera entrar en cualquier momento y encontrarlos de esa manera…

Tom dejó de concentrarse en la canción, simplemente se dejó llevar por las sensaciones que le hacía sentir Bill cada que golpeaba su próstata.

La sala se llenó de sus gemidos y jadeos, sus pieles chocando y el ritmo de la guitarra.

—Ah... ¡Bill! Ay... ¡Uhmm…! —Tom ladeo su cabeza, con la boca abierta, no iba a poder seguir de pie si seguían de esa manera.

El nombrado siguió embistiendo, con más intensidad conforme sentía que se acercaba a su orgasmo. Hasta que dejó salir un gemido grave y alto, dejando salir toda su simiente en el interior de su gemelo.

Tom dejó caer la púa de su manos, y se corrió, manchando un poco de la guitarra con su esencia, Bill se apegó a su espalda y le beso el cuello, deslizándose con su lengua hasta su oreja.

—¿Ya ves? Ni siquiera te diste cuenta que tocaste y repetiste la canción perfectamente —informó Bill con una sonrisa y la respiración agitada.

El de rastas, trago saliva, todavía excitado y miró su guitarra, percatandose de que era cierto, no se percató de que lo había conseguido, lograr tocar la canción.

Tom formó una sonrisa cansada en sus labios, y se apoyó completamente de Bill, cerrando sus ojos, aun teniéndolo en su interior.

—Bill, lo hicimos en la sala de prácticas —farfulló Tom, cayendo en cuenta de lo que acababan de hacer.

—No pasa nada, puse seguro a la puerta luego de entrar —informó Bill, saliéndose de su interior y viendo como su semen salía de la entrada de su hermano. —¿Ya estás más tranquilo?

El de rastas asintió, y se enderezo para volver a tocar, esta vez sin púa, ya que la había dejado caer, Bill esperó hasta que terminara, viéndolo con una sonrisa enamorada. Cuando terminó presiono sus labios con los de su gemelo.

—Aún tengo que practicar pero creo que puedo irme más tranquilo ahora —pronunció Tom cuando se separaron del beso.

—¿Vamos a cenar? —inquirió Bill, manteniendo su sonrisa y quitándole la guitarra a Tom, dejándola en el pedestal.

Tom ronroneó con una pequeña sonrisa, dándose la vuelta para tener de cara a Bill.

—Si, solo dejame limpiar la guitarra, me temo que la ensucie…. —contestó dándole un beso en la comisuras de sus labios. —Pero pidamos para cenar en la habitación, porque…. —bajo su mano hasta el miembro aun descubierto de su hermano. —Sigues estando duro —susurró dándole un apretón.

Bill soltó una risilla y también bajó sus manos hasta el trasero del contrario y lo apretó de esa zona.

—Te esperaré afuera, no te tardes.