"¡Kyo!"

El joven, vestido con una remera blanca, se sentó bajo la sombra de un árbol, mirando su libro. La luz del sol se filtraba a través de los huecos de las hojas, arrojando una suave luz sobre su cuerpo.

"Kyo, vine para visitarte en tu escuela..." La melodiosa voz de la joven se deslizó desde lejos.

Cuando el joven escuchó la voz, levantó la cabeza y la vio trotar. Las comisuras de sus labios se curvaron lentamente hacia arriba. "No te apures..."

Cuanto más cuestionaba, más rápido corría la joven. Su apariencia obstinada hizo que el joven no pudiera resistirse a ponerse de pie y atraparla.

"Tienes una enfermedad cardíaca, deja de correr tan rápido". Él la abrazó y levantó la mano para frotarle la punta de la nariz.

La joven se abrazó a su cintura y puso la cabeza en su pecho, actuando como una niña mimada. "No te preocupes tomo la medicina a tiempo todos los días. "

El joven sonrió amablemente. Su rostro amable y refinado la miraba radiante. "Athena, tu escuela estábastante lejos de la universidad de Osaka. El tráfico en la calle es bastante agitado. Si quieres volver a verme llámame, iré a la vieja escuela a visitarte. ¿De acuerdo?"

Ella levantó la vista de sus brazos y dijo pensativa: "Estás tan ocupado con tus estudios que casi ya no nos vemos, te visitaré cuando tenga tiempo..."

El adolescente todavía quería convencerla, pero ella lo interrumpió. "Kyo, acabo de encontrarme con Iori Yagami en la puerta de tu escuela. Estaba sentado debajo de un árbol, cubierto de sangre. No sé quién lo lastimó. Parecía tan indefenso que le ofrecí una botella de agua, pero él ni siquiera me reconoció..."

Después de que la joven terminó de hablar, curvó las comisuras de su boca. "¿Fuiste tú quien lo lastimó? Te ha buscado nuevamente para pelear, pero que fastidioso es ¿No crees? "

El joven le acarició amorosamente el cabello. "Si, es persistente, nunca se rinde.."

La joven estaba satisfecha y sonrió. "Tu eres el mejor..."

Sonriendo, el joven tomó su mano mientras caminaban uno al lado del otro bajo el sol, el viento soplando y las flores fragantes.

Athena abrió lentamente los ojos, y el sueño de Kyo se había desvanecido, el sol se había puesto.

La luz frente a ella era tenue y podía verse vagamente, pero no muy brillante.

Mirando a su alrededor con desconfianza, se fijó en el techo blanco, los candelabros americano y el mar infinito más allá de la ventana.

El paisaje se veía borroso, y fue por este borrón que supo que no estaba muerta.

Trató de levantarse, pero se encontró incapaz de moverse. Intentó abrir la boca para hablar, pero no salió ningún sonido.

Se sentía como si hubiera estado dormida durante muchos años, y luego despertó de repente. Su cuerpo, sin embargo, no pudo soportar la tensión.

Dejó de forcejear y se acostó obedientemente en la cama, mirando al techo pensativa.

Estaba muerta, pero ¿cómo podía seguir viva?

¿Qué es este extraño lugar? ¿Por qué no esta mi familia y Kyo?

Mientras estaba sumida en sus pensamientos, el sonido de los zapatos de cuero crujiendo en el piso de madera afuera de la puerta rompió su ensueño.

Entonces, la puerta se abrió desde el exterior. Una figura alta y esbelta se acercó lentamente con una navaja en la mano...

Athena volvió la mirada y lo miró, justo a tiempo para encontrarse con un par de ojos profundos y oscuros...

Al verla despertar, sus pupilas se dilataron ligeramente y la incredulidad se deslizó gradualmente en su rostro.

No pudo evitar dar dos pasos más rápido. Cuando caminó hacia su cama, su cuerpo alto y delgado de repente se inclinó.

Solo cuando estaba tan cerca, Athena podía ver claramente su apariencia... lo reconoció de inmediato. Era Iori Yagami .

Su piel era suave y clara, sus rasgos faciales claros y elegantes, sus ojos profundos como la piedra y sus labios finos y pálidos.

Su apariencia era gentil, pero sus ojos eran profundos como si estuvieran llenos de sorpresas, tan profundos que parecían ilimitados y sin fondo.

Al ser mirada por un par de ojos así, Athena estaba inexplicablemente nerviosa.

Rápidamente bajó los ojos y las pestañas, evitando esa mirada ardiente.

Él la miró fijamente durante mucho tiempo, y cuando vio que sus pestañas se agitaron, estuvo seguro de que se había despertado.

Se puso de pie, dio media vuelta y se fue sin pronunciar ni una sola palabra, y poco después regresó con un anciano.

El anciano, de cabello rubio y ojos azules, vestía un traje blanco que lo hacía lucir enérgico y elegante. Después de traer al señor mayor, levantó sus dedos delgados y señaló a Athena que estaba acostada en la cama. Preguntó:

—Doctor Miler ¿Cómo recobró la conciencia?

¿Miler?

Athena se quedó atónita por un momento.

Era su cardiólogo de renombre internacional que le había conseguido Kyo.

Miler, sin responderle al pelirrojo, encendió el equipo y comenzó a hacerle un examen de cuerpo completo, con expresión concentrada y ojos llenos de incredulidad.

Su expresión era la misma que la de ese hombre. Parecía estar sorprendido de que ella se hubiera despertado. Era como si no debería haberse despertado con ellos.

Miler no podía esperar a terminar el examen y miró al pelirrojo.

—Por lo general, es difícil que alguien en coma profundo se despierte y es raro que esté despierta...

Cuando el pelirrojo escuchó esto, un rastro de impaciencia apareció en su hermoso rostro..

— Dijiste que no se despertaría. ¿Porque despertó?

Miler estaba un poco avergonzado después de ser interrogado por él. Se rascó la nuca y dijo:

—Cuando la diagnostiqué, los resultados no indicaron que despertaría.

El pelirrojo pareció poner los ojos en blanco y parecía un poco agitado.

—Entonces, ¿Qué debemos hacer ahora?

El doctor se encogió de hombros con impotencia.

—Yo tampoco lo sé...

El pelirrojo se apoyó la barbilla en una mano. Después de pensar por un momento, le dijo al doctor:

—¿Por qué no la matamos?

Athena, después de haber escuchado la conversación de ellos, abrió mucho los ojos con incredulidad y miró al pelirrojo que estaba a su lado mirándola.

¿Qué? pero ¿ Por qué la mataría después de que ella se despertara?

Confundida, despertó de su coma, incapaz de emitir ni un sonido, sólo era capaz de mirarlos con los ojos muy abiertos.

A pesar de su reacción, debatieron si matarla o no, hasta que el doctor finalmente se rindió.

—Si le quitas la vida, su corazón desaparecerá. ¿Estás seguro de que quieres hacer eso? Si es así, puedo proporcionarle la eutanasia para que pueda morir en paz.

Por alguna razón, cuanto más querían matarla, más quería vivir.

Intentó hablar con los dos, pero todo lo que salió fue un sonido áspero. Cuando el pelirrojo escuchó esa voz, le dijo al doctor con disgusto.

—Es mejor matarla. Esta voz es demasiado desagradable.

Athena: "...".

¿De verdad?

El doctor se dio la vuelta y salió como si fuera a buscar la inyección de eutanasia.

Athena sintió que aún podía salvarse, por lo que hizo todo lo posible para gritarle al hombre nuevamente. Quería decirle que en realidad su voz era muy agradable, pero antes de que pudiera hacerlo, el pelirrojo levantó la mano para taparle la boca.

Presionó y colocó su dedo indice sobre sus labios, haciendo un gesto de silencio, indicá ndole que no debería hacer más ruidos.

Sus ojos eran muy claros como si estuviera mirando algo desconocido y sin importarle en lo más mínimo.

Sin embargo, cuando su mirada bajó lentamente y se detuvo en su corazón, su expresión se llenó de un apego infinito.

Después de observar su corazón durante un período prolongado, le dijo al doctor quien ya había ingresado con la inyección de eutanasia:

—Sólo estaba bromeando, y lo tomaste en serio.

El doctor: "...".

¿Qué quería hacer? el doctor puso los ojos en blanco ante ese maldito hombre.

Rechinando los dientes, el doctor soltó con enojo la jeringa que tenía en la mano y se dio la vuelta.

Después el hombre pelirrojo se sentó en el sillón junto a la cama, le dijo a Athena:

—Ahora que estás despierta, vive la vida al máximo en su honor.

Se estaba refiriendo a una mujer, Athena no tenia idea de a quién se refería. Ella lo miró fijamente, perpleja, con la esperanza de que pudiera aclarar más.

El pelirrojo, sin querer dar demasiadas explicaciones, tomó la navaja que había dejado junto a la cama y levantó suavemente la cabeza de ella.

Athena sin saber lo que estaba haciendo, sé sobresaltó repentinamente por el sonido de una navaja acercándose a su cabeza, estaba atónita. ¿Iori le estaba cortando el pelo? ¿Por qué?

El pelirrojo notó la sorpresa en sus ojos. Fue muy amable y dijo mientras le cortaba el pelo:

—Las enfermeras dijeron que tu cabello era demasiado largo y que era difícil de lavar. Así que te estoy ayudando a cortarlo. Es más fácil de esta manera...

Athena notó que su cabello estaba muy corto, como si ya lo hubieran cortado varias veces.

En otras palabras, ¿Siempre había estado calva mientras estuvo dormida?

Athena no pudo aceptar su calvicie y su expresión cambió bruscamente.

Miró al pelirrojo que le estaba afeitando la cabeza como un loco y quería matarlo con los ojos.

Ignorando la mirada asesina en sus ojos, el hombre se concentró en ayudarla a afeitarse la cabeza.

Después de que terminó de afeitarla, levantó un espejo y le preguntó:

—¿Crees que este peinado se ve bien?

Athena, al ver su reflejo en el espejo, se quedó con sólo unos mechones de cabello en la cabeza, lo que provocó que sus ojos se pusieran en blanco y casi se desmayara.

Al ver su reacción, el hombre sonrió de repente, como si hubiera encontrado un divertido juguete que lo deleitara.

Dejó el espejo, se reclinó en su silla, cruzó las piernas y dijo con gran entusiasmo:

—¡Señorita Asamiya usted es realmente fascinante!

El pelirrojo se inclinó un poco hacia adelante y miró fijamente el rostro de Athena con sus ojos oscuros y profundos.

—¿Me recuerdas? soy.. -Hizo una pausa por un momento y sus delgados labios se abrieron de nuevo. Una voz clara y agradable entró lentamente en los oídos de Athena. —Iori Yagami

Mirándolo a los ojos, llenos de dudas, estaba ansiosa por saber más.

El pelirrojo no quería decirle nada más, así que se levantó y se fue.

No mucho después de que se fuera, entró una enfermera rubia.

Mientras ayudaba a Athena a limpiar su cuerpo, le susurró unas palabras al oído.

Mencionó que Athena era un milagro o algo asi. Ella no dijo nada más y se fue después de limpiar. Después de que la enfermera se fuera, Athena paseó la mirada por la habitación, fijándose en la sencilla decoración.

Probablemente estaba fuera del país, pero no sabía qué país era ni su ubicación exacta.

Miler dijo que ella había estado en coma profundo, pero ¿Cuántos años había estado en ese estado?

Además, si llevaba muchos años inconsciente, ¿Por qué su familia y Kyo no fueron a buscarla?

¿Se sintieron tranquilos sabiendo que estaba recibiendo tratamiento y por eso no fueron a molestarla?

Athena mareada y llena de dudas, cerró los ojos y se quedó dormida.

En su sueño, vio a Kyo sentado bajo la sombra de un árbol leyendo un libro. Los rayos del sol brillaban sobre él, bañándolo en una luz suave.

Ella entró desde afuera de la escuela y quiso correr hacia él, pero de repente lo vio arrodillado frente a una tumba, llorando pedía que volviera, que no podía vivir sin ella.

Athena despertó de ese sueño, y antes de que pudiera pensar en el significado de ese sueño sintió que alguien se inclinó sobre ella.

La persona estaba sobre su corazón, escuchando atentamente sus latidos como si lo sintiera latir.

Athena bajo la mirada y miró a la persona que tenía encima.

Desde ese ángulo, todo lo que pudo distinguir fue una masa de cabello espeso rojo.

Ella no sabía lo que él quería hacer, y no podía moverse, así que sólo se quedó mirándolo de cerca...

Pareció suspirar suavemente y murmuró debilmente: "¿Por qué no pudiste esperarme..."

Su voz sonaba triste como si hubiera perdido a la persona más preciada para él, lo que lo arrastró al pasado y no podia seguir adelante.

Athena ahora comprendió que su corazón había sido intercambiado, y debía ser el corazón de la amada de Iori.

Con razón le dijo que viviera bien en honor a ella. Resultó que él quería que ella viviera en el lugar de su amada.

Iori se inclinó sobre ella. Podía sentir su corazón latir más rápido que cuando dormia, así que supuso que estaba despierta.

Levantó ligeramente la cabeza, sus ojos se encontraron y un indicio de hostilidad brilló en su mirada oscura y profunda.

Parecía que no queria que ella se despertara. Él la miró a los ojos tan friamente como pudo.

Casi sin dudarlo, recogió la inyección de eutanasia y se acercó lentamente a Athena.

—No me gusta cuando abres los ojos, es mejor matarte..

Athena: "...".

Se preguntó si Iori tenía esquizofrenia.

Calmándose, ella lo miró en silencio, ya que había experimentado la muerte una vez y, por lo tanto, no le tenia miedo.

Él pareció sentir que ella no tenía miedo. La mano que sostenía su brazo se detuvo y luego la miró por un momento.

No se sabía lo que estaba pensando, pero de repente dejó la jeringa y suspiró profundamente.

—Olvidalo, al menos su corazón sigue latiendo.

Athena parpadeo y quiso preguntarle qué tipo de relación tenía esa mujer con ella.

Además, había estado buscado durante mucho tiempo, pero no pudo encontrar un donante. ¿Por qué apareció de repente una donante cuando estaba a punto de morir?

Iori vio la confusión en sus ojos y, apoyándose en el respaldo del sillón, dejó la jeringa y se enderezó. Él la miró con una mano sosteniendo su cabeza.

—¿Quieres saber por qué sigues viva?

Athena tenía muchas ganas de contestarle, pero llevaba mucho tiempo en coma y sus funciones corporales no se habían recuperado todavía. Ella sólo podia hacer un sonido de "Ahh" en ese momento.

Cuando recordó que Iori dijo que su voz era desagradable, tuvo tacto y se abstuvo de hacer ese sonido de nuevo, en lugar de eso, simplemente parpadeo en respuesta.

—La persona que te salvó terminó con su vida de antemano cuando descubrió que tu corazon estaba a punto de fallar. Respeté su último deseo. Cuando estuviste a punto de ser incinerada, te salvé y te trasplanté su corazón. El doctor Miler dijo que incluso si tienes un nuevo corazón, es posible que no puedas sobrevivir. No esperaba que volvieras a la vida... Es sólo que... Volviste a la vida, pero ella tomó tu lugar, yaciendo para siempre en un cementerio frio...

Cuando dijo eso, sus ojos se oscurecieron y todo su cuerpo estaba envuelto en tristeza.

Athena estaba confundida. Parpadeó para indicarle a Iori que continuara.

No volvió a hablar. Su mirada se movió a su corazón y un toque de arrepentimiento apareció en sus ojos.

—¿Alguna vez has amado profundamente a alguien?

De repente cambió el tema e hizo una pregunta muy extraña. Athena no dijo nada y se puso triste.

Si, a Kyo Kusanagi pero antes de que su corazón fayara antes de llegar hacia el altar y cumplir su deseo en casarse con su ser amado...

— ¿Fue a Kyo?

Athena asintió, era obvio su amor hacia Kyo, todos lo sabían.

Iori bajó la mano y se enderezó para mirarla.

—Déjame darte una noticia desafortunada. El pensó que estabas muerta y se caso hace cuatro años con su ex novia Yuki.

Athena estaba atónita, abrió muy grande sus ojos mientras miraba a Iori con incredulidad, como si tratara de discernir la verdad de su expresión.

Al ver que ella no le creía, Iori sacó su teléfono, abrió la noticia de hace 4 años y se la mostró...Impactante noticia: "¡El gran empresario Kyo Kusanagi se ha casado con su antigua novia de la infancia Yuki Kushinada "

No pensé que te reemplazaría tan fácilmente con su ex.

Las palabras de Iori, poco a poco, fueron calando en los oidos de Athena, atravesándole el corazón y dejándola en un estado de incredulidad.

Luchó por levantarse de la cama con todas sus fuerzas, pero no podía moverse.

Miró a Iori con sus ojos rojos, abrió la boca y finalmente dijo fragmentariamente:

—Yo... el no lo haria... No ama a Yuki...

Iori guardó el teléfono y la miró con cierta simpatia:

—Hace cinco años que estabas en coma, la noticia se transmitió hace 4 años en la televisión.

Su corazón estaba lleno de incredulidad, pero sus lágrimas fluian sin control, caían sin cesar.

Kyo dijo una vez que si ella moria el jamas volvería a creer en el amor y viviría sólo... y ahora esta casado con su ex, era como si nunca hubiera olvidado a Yuki mientras estaba con ella. Athena tuvo un gran colapso, su cuerpo inmovil desde el principio, reaccionó intensamente a la estimulación.

Movió los dedos y los estíró en dirección a Iori.

—Necesito un teléfono...

Quería llamar a Kyo y decirle que en realidad no estaba muerta.

Al ver su rostro lleno de lágrimas, Iori frunció levemente el ceño.

—¿No puedes aceptar la verdad?

Athena no tuvo fuerzas para volver a hablar. Ella sólo derramó lágrimas, rogándole a Iori que se apiadara de ella y lo llamara por ella.

Iori parecía estar conmovido por algo. Él frunció el ceño, sacó su teléfono y le preguntó:

—¿Cuál es el número?

Athena abrió la boca y, con mucha dificultad, recító el número que tenia grabado en la memoria, uno por uno.

Iori rara vez era paciente, esperó en silencio a que ella terminara y luego marcó.

Una voz mecánica femenina sonó rápidamente desde el otro lado, "Lo siento, el teléfono que marcó ha sido apagado...".

Iori colgó el teléfono y levantó una ceja a Athena.

—Está apagado.

—Uno más...

Iori acababa de guardar su teléfono cuando la escuchó decir que llamara a otro número. La impaciencia brilló en sus ojos.

—No soy tu sirviente-dijo.

Athena no respondió, sus ojos rojos se clavaron en él hasta que él sacó su teléfono, en ese momento desvió la mirada.

Y le dijo el número de su madre a Iori. Después de ingresar el número, marcó rápidamente.

"Lo siento, el número que marcó ha sido desactivado..."

Al escuchar de nuevo la mecánica voz femenina, Athena sintió que una repentina ola de desesperación la invadió y las lágrimas comenzaron a fluir sin control.

Queria levantarse de inmediato y salir a buscarlos, pero no podia moverse en absoluto con su situación actual...

Al ver la ansiedad y la desesperación en sus ojos, Iori no pudo evitar consolarla:

—Has estado en coma durante 5 años. Tal vez cambiaron sus números..

Sus palabras dieron a Athena un rayo de esperanza. Después de estar en coma durante tanto tiempo, sin duda sus vidas cambiaron drásticamente. Era natural que tuvieran números de teléfono diferentes.

Con ese pensamiento, se obligó a hablar y volvió a preguntarle a Iori:

—¿Cómo... Cuánto tiempo...Necesito para recuperarme?

Iori jugó con su teléfono y dijo casualmente:

—No soy médico. ¿Cómo voy a saberlo?

Athena se quedó sin palabras ante sus palabras, sus labios se fruncieron y dejó de molestarlo.

Iori se sentó un rato y se sintió aburrido, así que se levantó y se fue.

Esa noche, Athena tuvo un sueño en donde sí pudo llegar al altar y casarse con el hombre que amaba, lo extraño era que el rostro de Kyo estaba distorsionado. Athena, al abrir los ojos, sintió un dolor sordo en el corazón.

...