Los personajes y esta versión no me pertenecen, el creador es Sir Arthur Conan Doyle y la adaptación de la BBC. Solo el argumento es de mi autoría.
SABES DONDE ENCONTRARME
Por: GeishaPax
Prólogo
Bocas de Kotor- Bahía, Montenegro, tres años antes.Una mujer se encontraba caminando frente a la iglesia de Perast, no se veía muy bien físicamente y anímicamente a comparación a meses pasados. Caminaba sin rumbo fijo, miraba pero no observaba, solo deambulaba por la zona y eso no pasó desapercibido por el hombre que la observaba.
La mujer llevaba el cabello castaño oscuro suelto, más corto que en el pasado. Un sombrero bastante amplio la cubría del sol, con un vestido a juego de color palo de rosa que —si no fuera por el hombre que la conocía que sabía que no estaba bien de salud— le quedaba un poco grande.
La hermosa mujer de grandes y expresivos ojos azules se veía como si estuviese moviéndose en modo automático. Sin el brillo característico de su pasado.
Dio vueltas por la plaza, compró una botella de agua, se quedó por horas en los muelles sentada viendo a la nada hasta volver a su habitación de un pequeño hotel.
Entró sin observar, dejó caer su bolso y nuevamente, se fue a la ventana y quedó nuevamente sumergida en su mente. No supo cuánto tiempo, hasta que un rayo de una tormenta que se aproximaba, iluminó la habitación.
Fue en ese momento que lo vio, reflejado en la ventana y giró bruscamente.
—Parece que buscas matarte de hambre. —Habló Sherlock Holmes.
La mujer casi cae desmayada si no es porque el detective la socorrió a tiempo.
Abrió los ojos poco a poco, se encontró recostada en un pequeño sillón cercano a la puerta. Nuevamente esa voz resonó en la habitación.
—Perdona por la impresión, parece que viste a un fantasma.
—Lo ví. —Respondió incorporándose lentamente. —Las noticias de tu muerte están en internet, sabes.
—¿Es por eso que llevas una semana comiendo muy poco y mirando a la nada a la costa?
—No me mal entiendas, me alegra ver qué estás vivo. Pero el motivo de mi angustia era un debate interno entre ir a Londres o quedarme.
—¿Por qué ir a Londres? No tiene sentido, sin contar que te expondría a tus enemigos en cuanto pisaras el país, no cambiaría nada en el supuesto de mi muerte… las lágrimas no me regresarían a la vida.
—Extrañaba esa mente tan aguda. —La antigua dominatrix sonrió con amargura. —Pero no, estaba muy consciente de que posiblemente ahora sí podría morir, el motivo era, aunque suene de lo más estúpido, o cursi, la química de ese sentir tan innecesario, que deseaba ir para convencerme de que está vez no habría un milagro como el que me salvó a mi de las garras de la muerte en Karachi. —La voz se le empezaba a entrecortar. —Necesitaba hacerme a la idea de que no te vería nunca más, porque sabiendo que estabas vivo, la almacenaba mínimamente.
No pudo contener las lágrimas que escaparon por sus mejillas.
—Disculpa mi sentimentalismo, pero me da mucha alegría saber qué sigues con vida.
—Tenía que hacerse. —Se atrevió a decir. —Por la seguridad de todos, incluída la tuya, ¿Sabes lo resentido que es Moriarty y su grupo criminal? Si llegaran a saber sus infiltrados en todo el mundo que sigues viva, me obligarían a salir de nuevo.
—¿Entonces… ? —La mano de Sherlock la detuvo, entregándole un pañuelo para secar las lágrimas.
—Voy a detenerles, pero eso lleva tiempo y por ahora, debo ser discreto y silencioso al menos por unos meses; o hasta que mi querido hermano requiera cobrarse el favor.
—Entiendo.
El detective se sentó junto a ella, queriendo hablar y la vez sin decir nada.
—Debes alimentarte correctamente. En tu estancia compartida en Baker Street a pesar de la poca interacción y en mi única visita a tu antigua casa, descubrí que no eres quisquillosa con la comida, no había nada en el mini refrigerador así que hay algo en la mesa que pedí en la recepción. —Señaló una mesa con varios recipientes desechables.
—Lo tendré en mente… aunque es solo comida para una persona…
—Lamento nuevamente lo de la cena, pero no tengo mucho tiempo. —Clavó la mirada nuevamente en la mujer —Además de que necesito pedirte que después de esta reunión, partas mañana a una nueva ubicación. Encontrarás el boleto de avión, pasaporte y documentación nueva.
Irene Adler puso una mano en la pierna del hombre y asintió.
El siguiente acto la dejó helada.
Sherlock le dió un beso en la mejilla y luego otro en la frente.
—Lamento haberme hecho pasar por muerto pese a ya haber experimentado que alguien lo haga para mí, no era mi intención abrumarte.
—Si lo vemos desde un ángulo cruel, estamos a mano, ya hemos fingido mutuamente muchas muertes, aún recuerdo que la última te dejó sin ropa para disfrazarme. Aunque… lo lamento en esta ocasión más por tus amigos de Londres.
—Tengo confianza en que podré regresar en un lapso no mayor a cinco años, y que tal vez, nadie más se desmaye al verme.
El detective se puso de pie, no llevaba saco en esta ocasión, pero había un pequeño abrigo en el perchero de la puerta de la pequeña suite.
—Estarás a salvó en Pau, te encontrarán en el aeropuerto. Tengo contactos aunque no lo creas, serás ayudada por un ilustre familiar que es incluso más famoso y popular que yo.
—¿Contactos en Francia?
—Reconoceras al Señor Vernet de nuestra huida en Karachi, él te llevará con tu contacto, el profesor George Challenger.
Se dirigió a la puerta, y sin mirar atrás exclamó:
—No se si nos volveremos a ver, pero mantente viva, Señorita Adler.
Hasta la próxima, Señor Holmes.
Buenos días, Señor Holmes.¿Se siente mejor?
Estoy bien, ya que no has preguntado.
No tengo hambre, vayamos a cenar.
Aburrida en un hotel.
Únete a mi. Vayamos a cenar.
El blog de John es HILARANTE. Creo que le gustas más que a mí. Cenemos.
221B Baker Street, Inglaterra, tres años después.
Justo en el momento en el que los amigos y colegas estaban sincerandose un ruido se hizo presente en la habitación.
Un gemido.
—¿Qué fue eso? —John no lo podía creer, llevaba prácticamente tres años sin pensar en la remota posibilidad de que eso fuera posible.
Hasta el mismo Mycroft lo había dicho en aquella ocasión en la cafetería, estaba verificado, no había forma de que fuese posible, La Mujer no contaba con la ayuda de Sherlock Holmes.
Aunque su cerebro se negaba a reconocerlo, no podría ser un error. La última vez que supo de un mensaje de ella, ocurrió aproximadamente cuando fue ejecutada en Karachi.
¿O acaso otra mujer dejó un gemido grabado de tono de mensaje? Sherlock era ligeramente más abierto en cuanto a las mujeres se refería, aunque aún no confiaba en ellas, aprendió a darles una oportunidad al menos en la rama social, sino era en lo romántico. Janine era un claro ejemplo, pese a haberla utilizado, se preocupaba por la mujer.
—¿Hm? ¿Qué fue qué cosa? —Sherlock se sabía descubierto pero su misma forma de ser le impedían aceptar que había fallado en su secreto más íntimo. Supuso que ahora estaban en diferente continente por la hora en la que recibía el mensaje, ya que nunca le escribía en horario en el que posiblemente estuviera trabajando o en compañía de John.
La voz de la imagen mental de la difunta Mary habló haciendo a Watson pensar: —Esa es la alerta de texto de Irene Adler; es la loca peligrosa, ¿no?
—Ese ruido. —John internamente empezaba a imaginar escenas tipo "Mujer bonita" pero por primera vez en su vida no deseaba molestar a su amigo, deseaba que Sherlock al fin se abriera. Así que contuvo la sonrisa que sentía podría formarse en cualquier momento y ser paciente.
—¿Qué ruido?
—Está muerta. Apuesto a que no está muerta, ¡apuesto a que la ha salvado! ¡Oh, Dios mío! ¡Oh, el chico listo ama a la dominatriz! Nunca evita los clichés a sabiendas, ¿verdad? —Mary en su versión "imaginaria" estaba sirviendo como catalizador de todo lo que estaba pensando en ese momento, pero había algo más implícito con ese mensaje aparentemente descuidado...
—¿John? —Ahora el desconcertado era Sherlock, esperaba risas, gritos, alguna reacción de reproche por el secreto.
Pero a cambió solo recibió la cara neutral de John.
No sabía si de verdad en todo este tiempo el doctor había perdido la velocidad adquirida en analizar las cosas, o era un golpe muy fuerte o se estaba volviendo viejo.
—Voy a hacer una deducción.
—Oh, vale, está bien. —La impaciencia empezaba a brotar pero no quería arruinar el momento con una reciente reconciliación.
—Y si mi deducción es correcta, serás honesto y me dirás todo, ¿de acuerdo?
—De acuerdo. Aunque debo mencionar que es posible que cualquier alerta de texto se adjunte al azar. —Particularmente sentía que estaba por desviarse al ramo romántico y estaba dispuesto a ser honesto. No había nada.
—Feliz cumpleaños.
—Gracias John. Es muy amable de tu parte. —Tal vez estaba subestimando a John porque no se había equivocado. Bien jugado, algunas cosas en su colega estaban cambiando y su análisis era mejor.
—Nunca supe cuando era tu cumpleaños.
—Ahora lo sabes.
Un pequeño silencio envolvió la habitación, lo que eran segundos, parecían tensos siglos, el doctor no podía creer que aún así tendría que sacarle la información a punta de tirabuzón. Sherlock decidió que era buen momento para beber de su té.
—¿En serio? ¿No vamos a hablar de esto?
—¿Hablar de qué? —Sherlock tomó una postura un tanto más abierta, este día en particular John Watson estaba siendo demasiado impredecible.
—Quiero decir, ¿cómo funciona?
—¿Cómo funciona qué? —El detective no era particularmente atinado en este momento y no comprendía a John, ¿Por qué no simplemente preguntaba lo que quería saber?
—Tú y "La Mujer". ¿A veces tienen una cena discreta? ¿Hay noches de pasión en High Wycombe?
La simple idea de fugarse a una ciudad no metropolitana alejado de todos era ridícula, tonterías románticas.
—¡Oh, por el amor de Dios! No respondo los mensajes.
—¿Por qué no? ¡Maldito imbécil! ¡Ella está ahí, le gustas, y está viva! ¿Tienes la menor idea de la suerte que tienes? Sí, está loca, es una criminal, es increíblemente peligrosa. ¡Confió en enamorarse de un sociópata!
—¡O casado con una asesina! —La voz de Mary hizo pensar en lo irónico del asunto al interrogador.
—Pero ella es... ya sabes…
—¿Qué?
—¡Sólo envíale un mensaje!
—¿Por qué?
—¡Porque High Wycombe es mejor de lo que estás preparado para entender! —El doctor por primera vez tenía unas ganas tremenda de cometer asesinato con dolo, alevosía y ventaja.
—Una vez atrapé a un triple envenenador en High Wycombe.
—Eso es sólo el principio, amigo. —John estaba luchando por no darle un puñetazo.
—Como creo que ya te he explicado muchas veces: enredos románticos, mientras satisface a otras personas...
—Te completaría como ser humano.
—Eso no tiene sentido.
—Sólo envíale un mensaje de texto. Llámala por teléfono. Haz algo mientras todavía hay una oportunidad porque esa oportunidad no dura para siempre. Créeme Sherlock, se habrá ido antes de que te des cuenta. Antes de que te des cuenta.
Puedo ver el puente de la torre y la luna desde mi habitación. Averigua dónde estoy y reúnete conmigo.
Te vi en la calle hoy. No me viste.
Sabes que ese sombrero te queda bien, ¿no?
Oh por el amor de Dios. Vayamos a cenar.
Me gusta tu sombrero gracioso.
Estoy en Egipto hablando con un idiota. Sube a un avión, vayamos a cenar.
Te veías sexy en Crimewatch.
Incluso tienes que comer. Vayamos a cenar.
BBC1 ahora mismo. Te vas a reir.
Semanas después…
—Así que… le escribiste. —John habló por fin en el taxi.
—¿Das por hecho que le escribí por revisar mi teléfono? Pude haberle escrito a Lestrade, ya le he escrito antes lo mismo...
—Me alegra, Sherlock, enserio esta experiencia con tu hermana ha sido lo bastante dura como para no replantearse lo que vas a hacer a futuro. Además no tiene caso volver a escribirle a Lestrade si ya nos ha convocado.
—Cierra la boca John, no abuses…
—¿Ya respondió?
—No…
—Eso es extraño, ella no tardaría en responder, lleva varios días sin…
El sonido del gemido los interrumpió. John estaba a punto de decir algo cuando vio el rostro de su compañero tensarse.
—Creo que vamos a estar muy ocupados en las próximas semanas.
Estoy pensando en enviarte un regalo de Navidad.
Mantel para chimenea.
No estoy muerta. Vayamos a cenar.
Feliz año nuevo
SH
Adiós Sr. Holmes
A salvo, gracias.El señor Vernet fue amable.
Solo comes tarta de fresa en enero, interesante.
Se que no lo leerás y que la policía tendrá tu teléfono. Iré.
Vi las noticias, si sirve de algo, sabemos que es una mentira.
Creo que Mycroft me ha visto, no puedo asegurarlo.
Feliz aniversario, hace dos años viste mis medidas.
Feliz cumpleaños.
SH
Gracias por saludar, aunque un café no es una cena.John está bien, estuve en Londres, no me vio.
Meses difíciles, estoy bien.
Chico malo, rompiste el corazón de tu ex.
Lo siento, me quedé sin teléfono.
Feliz absolución.
No me agrada ser rubia.
Casi te llamo.
Feliz navidad y feliz año nuevo.
SH
Felices fiestas, cena conmigo.Feliz cumpleaños.
Sabes en donde encontrarme.
SH
Pobre Irene, Señor Holmes, pobre Irene.
Continuará
