-Sabes que esto es necesario Kacchan.
Fue la advertencia que se le dió a Katsuki mientras su pareja, Izuku, le ataba las manos a la espalda, y estás a su vez, al gancho de castigos de la pared, mientras estaba arrodillado cómodamente en su cama, desnudo.
Katsuki se dejaba amarrar manzamente por tres razones; Izuku era su pequeño Omega hibrido conejo, por qué Izuku era su Dom y porque la verdad, muy en el fondo, el mismo Katsuki aceptaba que si se había pasado de la raya.
Izuku había estado en una misión en el extranjero durante dos semanas. Por lo que Katsuki había estado más iracundo de lo normal por la falta de feromonas de su Omega y aunque Izuku estaba plenamente consciente de la dependencia Alpha a sus Omegas, había decidido castigarlo no más llegó al departamento porque Katsuki le había gritado groseramente a un reportero y se había hecho viral ese video. El reportero solo le pregunto que se sentía estar por cumplir 5 años en pareja con el héroe Deku. Y Katsuki no pudo evitar el estallido de enojo y abstinencia.
Así que una vez asegurado, Izuku se alejo un poco, lo suficiente para que Katsuki ya no sintiera eu calor corporal, pero sin bajarse de la cama y procedió a darle al rubio un muy lento stripper.
Katsuki sentía su verga llenarse de sangre con cada peca que Izuku revelaba. Junto a cada curva y valle de músculo revelado era acompañado de un poco más de feromonas de Izuku. Hasta que llegó a la ropa interior, y teniendo cuidado con el rabo de algodón, Katsuki pudo sentir el delicioso aroma de la excitación de su Omega.
El híbrido de lobo rubio se había quedadó quieto viendo el show, pero cuando Izuku se estiró buscando su caja de juguetes de debajo de la cama y sacando una bala vibratoria, fue cuando perdió la compostura.
-No te atrevas Izuku.
El conejito verde solo miro a su novio, quien tenía el ceño fruncido tan profundamente que casi cerraba los ojos. El rubio dió un tirón experimental a sus ataduras, pero eran esposas que usaban contra los villanos, intentar sacarselas era lastimarse.
-Sabes que yo tampoco lo disfruto, así que tú decides Kacchan. ¿Tu orgullo de perder o tú orgullo de Alpha? -Sentencio Izuku mientras encendía el juguete y lo colocaba en su clítoris.
El gemido lastimero de Izuku fue emitido al mismo tiempo que el gruñido de frustración de Katsuki.
Era sabido mundialmente que una vez enlazados, el Alpha solo sentía placer de verdad cuando brindaba placer a su Omega, y este Omega, a su vez, solo podía sentir placer brindado por su Alpha.
Por lo que, lo que estaba haciendo Izuku era una total tortura. Buscar auto complacerse era como tocar con los dedos el agua del océano y hacerlo con la pareja era tirarse en picado justo en medio del océano.
Izuku paso el juguete por sus labios vaginales, una pequeña vuelta por su clítoris antes de introducir en su coño. Un juguete tan pequeño no tenía problemas con la poca grasa que había producido. El conejo sabía que tan solo se mojaria con el toque de Katsuki. En estos momentos, solo estaba dándose un leve masaje, ni siquiera para calentarse, solo era para el show.
El rubio, por su parte, estaba sufriendo.
Su Omega no había sido complacido en mucho tiempo, era su trabajo, su responsabilidad y honor cambiar eso. En cambio, estaba atado, viendo como su conejito se metía ese juguete que era un chiste ante lo que su lengua, dedos y ni que decir de su verga podrían hacerle sentir.
-Izuku, deja de joder y ven acá, ambos lo necesitamos. -Un escalofrío recorrió la espalda de Izuku ante las palabras de su Alpha. Pero tenía que darle al rubio una lección.
-Respuesta equivocada.
La erección del lobo comenzaba a dolor por faltara de estímulo. Todo el cuerpo de Katsuki estaba tan tenso que era doloroso, sus instintos Alphas gritándole que sus Omega lo necesita.
-Señor... -Jadeo Katsuki, mentalizado a usar una palabra que pocas veces usaba. -Rojo Señor, no aguanto.
El corazón enamorado de Izuku se detuvo un segundo ante esas palabras. Solo las había escuchado dos veces en toda la vida que tenía compartiendo con Katsuki.
-Se que no aguantas... Pero necesito otras palabras Kacchan. -Suspiro Izuku, metiendo hasta donde podía el juguete para luego sacarlo con el cordón y volverlo a repetir.
Izuku estaba seguro que si su coño pudiera hablar, estaría gritando desesperada por la verga de su Alpha, llorando por qué la llenen. El conejo no estaba tan lejos de hacer exactamente eso.
Y Katsuki podía verlo. Era tan obvia la desesperación de Izuku por un poco de alivio sexual que le dolía a sí mismo.
Así que, con pesadumbre y resignación, tomo aire.
-Perdome Señor...
La mano de Izuku se detuvo solo un segundo mientras el conejo soltaba un gemido lastimero. Casi...
-Cerca.
Katsuki cerro los ojos de frustración. ¿Que más tenía que hacer? Izuku, a pesar de ser su Dom, no era alguien sádico. Era un tipo de Dom mimador, cuidador y protector, que adoraba la manera en que Katsuki se derretía bajo su toque y sus palabras amorosas. Así que este tipo de castigos, eran raros.
Izuku, sintiendo su propia desesperación casi consumiendole, le dió una última pista.
-Fuistes un mal Alpha...
Y para suerte de ambos, Katsuki lo entendió. Izuku había llegado enojado al departamento, pero lo que Katsuki pensó en su momento eran lágrimas de frustración por la furia, debían ser lágrimas de tristeza. Katsuki trato de recordar cada detalle de lo que grito al periodista.
-Omega, mi hermoso y fuerte Omega. -Empezo a susurrar Katsuki, esperando estar haciendo lo que Izuku quería. -Es un verdadero honor poder ser tu Alpha. Estoy muy felíz de estar pronto a cumplir 5 años de enlazados. Ruego que Dios lobo nos de muchísimos años más juntos para...
El lobo fue interrumpido por los benditosblabios de su pareja. El cálido coño se restregaba ansiosente sobre su verga dolorida. Izuku al fin lo estaba atacando como Katsuki pensó que lo haría, con sus lenguas enredadas, recordando el sabor de los labios del otro. Las piernas de Izuku se movían inquietas al rededor de su cadera, buscando afianzarse.
-Omega, desatame por favor. Necesito hacerte el amor ya. -Su voz se había vuelto ronca por la necesidad, aumentada con la cercania y toque de su conejito.
En cambio, Izuku no se movió de su regazo. Llevo una mano a su trasero y de un movimiento fluido nacido de la práctica, llevo la verga de su Alpha a su coño y lo metió en su interior. Katsuki apenas tuvo tiempo de jadear de sorpresa y satisfacción antes de escuchar la voz de su Dom.
-Fuerte, poderoso y viril Alpha, montame así. Quiero tu nudo lo más pronto posible.
Y fueron sus caderas las que respondieron. El conejo se abrazo fuerte a su pareja mientras aguantaba las poderosas y furiosos embestidas. El coro de gemidos de Izuku siempre sincronizaba armoniosamente con los jadeos de Katsuki mientras el sonido de choque de pieles les dictaba el ritmo de la sinfonía.
El alivio y amor entre ellos era casi palpable en la habitación. Se habían extrañado, querían contarle cosas mutuamente y prodigarse de inumerables mimos. Pero ambas caderas se buscaban con desesperación, mientras el coño de Izuku llenaba de su grasa los muslos de su pareja, quien solo estaba enfocado en enganchar lo antes posible su nudo dentro del conejo. Por un segundo, Katsuki no temió la vergüenza de reventar su nudo vergonzosamente rápido, si no que lo hiciera fuera. Sin embargo, Izuku también comenzó a mover sus caderas, encontrándose con las embestidas del rubio.
Y como si lo hubieran coreografiado, en el momento que juntaron sus miradas, Katsuki reventó su nudo al tiempo que Izuku se corría, ordeñando hasta la última gota de semen de su Alpha. Sus labios se encontraron mientras aún estaban llenos de euforia orgásmica.
-Estoy en casa Kacchan.
-Bienvenido a casa Zuku~
