Los pasos resonaron en rápida sucesión. Emiya Kiritsugu corría, pero si hubiera podido volar se hubiera disparado por los cielos para alcanzar su objetivo. El aliento salía y entraba en rápidas respiraciones por sus labios.
Un héroe debía siempre responder, incluso si era una sombra de uno, como lo era el.
¿CUANDO UN COMETA SE CONVIERTE EN UN METEORO?
De repente, la guerra se había cobrado vidas civiles sin razón. Lo que ya era violento y cruel se habia vuelto monstruoso, escapando de los limites que Kiritsugu y las líneas descuidadas de no cruzar que los magus habían colocado al conflicto ocurrente en Fuyuki.
La mitad de los servants estaban chocando en aquel momento. Saber, Rider y cualquier clase que fuera Halmeus contra Lancer.
¿CUANDO UNA VELA SE CONVIERTE EN UN RESPLANDOR LLAMEANTE?
La iglesia había explotado en llamas malditas y no se había vuelto a ver al Master de Assasin. El fuego lo consumió todo. Tampoco al hombre que era el cura, Kotomine Risei... Decenas habian muerto por estar simplemente alrededor y el caos era simplemente terrible.
Parecía ser solo el inicio e incluso la mente fría que no quería tener emociones y apuñalar al corazón, porque esa parecía ser la definición de Kiritsugu, temía al siguiente paso. Estaba yendo mas allá de todo. El era un tramposo, sin honor, estratega, no guerrero. Y ahora parecía que no podía predecir nada, ni siquiera con sus sucios trucos.
La razón de todo había sido salvar al mundo. Ahora, parecía que para que este fuera salvado primero debía ser condenado.
¿CUANDO LA RAZON SE CONVIERTE EN LA CULPA?
Luego, una docena de niños había muerto. Kiritsugu no podía dejar que los cabos anduvieran sueltos de esa manera, incluso si su lógica quería sostenerlo en el asiento de su auto. Maya se posicionó como francotirador y acababa de avistar a su objetivo.
Uno escurridizo. Aquel que se había perdido.
CUANDO...
Kirei lo miró con ojos brillantes. La ropa estaba hecha jirones y sus músculos se abultaban con un color extraño que aparecía y se desvanecía al momento siguiente. La sonrisa en sus labios era desquiciada, cubierta de roja sangre.
Las Llaves Negras aun estaban en sus manos, la postura casi dando la bienvenida a su oponente.
El era su peor enemigo posible, alguien a quien estaba yendo a combatir prácticamente ciego. No sabia sus trucos, solo que alguna vez Tohsaka Tokiomi le habia enseñado el oficio de magus.
-UN HOMBRE SE CONVIERTE EN UN MONSTRUO?
- ¡Emiya! -
El Asesino de Magus frunció el ceño.
- Kirei -
La pistola en su mano estaba cargada. Y entonces decidió descargar parte de ese contenido.
Las llaves negras en las manos de Kirei rastrearon, cortaron y desviaron los cinco primeros proyectiles. El sexto y el septimo abrieron un rasguño y un agujero sangrante en su muñeca respectivamente.
Entonces empezó a sanarse. Casi mas rápido de lo que sangraba su ritual empezo a curar lo roto y a regenerar las celular, las venas se hincharon pero luego volvieron al aspecto mas sano del inicio.
Kiritsugu salto hacia atrás esquivando una repentina puñalada de tres cuchillas afiladas. No podía predecirlo por su rostro, era alguien que parecía una maquina de matar y ahora era una maquina de matar enloquecida.
Kirei avanzo.
Entonces su pecho fue atravesado tres veces en rápida sucesión por Maya, francotiradora leal que vio la oportunidad en la pequeña pausa. Emiya Kiritsugu avanzo, listo para descargar un ultimo disparo en el cráneo del hijo de Risei.
Incluso entonces, fallo. Una patada que apenas lo llego a tocar lo envió hacia atrás y vio con un horror oculto por su cara de poker como su oponente se contorsionaba cada vez mas en algo lejano a la humanidad.
Y el falso sacerdote siguió sonriendo mientras iniciaban la danza macabra y mortal. Las llamas se encendieron a su alrededor cuando dos cables se cortaron y chisporroteando se deslizaron sobre la hierba verde.
De cerca, Kirei apuntó a la garganta del mercenario, pero el lo bloqueó con su M950 y un rapido refuerzo. El arma se doblo ante el golpe y fue empujado dos metros hacia atrás pero no hubo un ataque que lo siguiera, lo que significaba que Kotomine no esperaba la fuerza del arma ni los reflejos avanzados de Kiritsugu.
Mas que un duelo de habilidades aquel se había convertido en un duelo de voluntades y espíritus contrarios en extremo el uno con el otro.
Kiritsugu pateo hacia el tobillo de su oponente, solo para ser golpeado en el estomago y enviado hacia atrás mientras sentía la saliva y la sangre escapar de su boca. Kotomine era mas fuerte.
Su espalda golpeo contra un arbol y lo arranco de sus raices antes de que se reclinara y alzara su arma principal hacia adelante.
Uno casi apoyo sus cuchillas en la garganta del otro, el asesino de magus puso el cañón de su pistola delante de la barbilla del sacerdote falso.
Pero fue una activación rápida de Triple Accel lo que marco la diferencia: el gatillo se apretó tres veces.
Y Kirei... Casi siguió la velocidad de Kiritsugu. Una de las balas le dio en el brazo y vio el ensanchamiento de los ojos del hombre que enfrentaba cuando se dio cuenta de que ya no podía moverlo y el descontrol surgiendo a través de su cuerpo.
Kirei entonces procedió a cortarse el brazo y luego parte del rostro cuando la bala también lo impacto allí. Incluso se arranco parte de la pierna y se tropezó en una postura que no podía decirse que fuera erguida.
Maya tomo la oportunidad y disparo una vez mas, pero no antes de que Kotomine hijo atacase.
Las llaves negras, tres de ellas, saltaron hacia su rostro antes de que girase en el tiempo suspendido con un salto para poder esquivarlas y salto otra vez hacia atrás mientras sentía el acero que desgarraba su abrigo negro.
Iba a dispararle otra vez para que nunca mas se regenerara. Pero entonces, del muro detrás de ellos hizo erupción una oleada de liquido negro espeso a una velocidad tan alta como la que el poseía en el tiempo acelerado dentro de su cuerpo.
Una risa siniestra resonó. Y Kiritsugu se cayo hacia atrás antes de salir corriendo con la oleada oscura detrás, habiendo sido todo el tiempo la marioneta que se creyó la maestra de la guerra, sin notar que había sido un títere mas.
